LA LEY Y EL EVANGELIO

La Ley y el Evangelio  •  Sermon  •  Submitted
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Para muchas personas el concepto de evangelio parece estar desconectado de la obediencia. Pero la Ley está conectada con el evangelio. Se busca aclarar el concepto y dejarlo impreso en las mentes de los oyentes.

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1. Las Leyes de Dios

Cuando se trata del tema de la ley y el evangelio, surgen varios interrogantes, producto de preconceptos adquiridos en temas escuchados o malas interpretaciones de la Palabra de Dios.
Por ejemplo, La ley fue crucificada en el momento del martirio de Cristo, por tanto no hay que guardarla. Nadie nos puede juzgar en cuanto a comida, bebida o días de reposo. Todo lo que Dios ha dado es bueno y por lo tanto nada es de ser desechado. Nadie es justificado por las obras de la Ley, etc...
Acá cave hacer una pregunta: ¿Tiene usted reglas en su casa? Si la respuesta es sí, le gustaría que alguien viniera y las quebrantara aduciendo que en su propia casa cada uno hace lo que quiera y que no hay ley? ¿Cómo se sentiría usted ante una respuesta tal? ¿Hay alguna conexión entre la ley y el evangelio?
Para responder a todas esas inquietudes, primero tenemos que identificar los dos términos y explicarlos de manera particular para luego, por la gracia del Señor, poder descubrir el punto de encuentro.
Ley. La palabra identifica una serie de normas dadas para el bienestar de la comunidad tanto en el ambiente social (y acá entra la salud familiar), como el cultural y de salud pública.
La obediencia a esas normas, hace que la comunidad viva de una manera más saludable y que los habitantes tengan menos dificultades. La convivencia sea más llevadera y quienes no se adapten reciban, de parte de las autoridades, las correcciones necesarias para que se adapten y se genere una convivencia equilibrada para todos los integrantes de la sociedad, en otras palabras, que todos hablen el mismo idioma.
Si se trata de Dios, tendremos que notar que en la Biblia, El Supremo ideó leyes para su pueblo con el fin de que éste viviera en comunidad de la mejor manera posible. Que la salud física fuera el resultado de la obediencia a las leyes higiénicas, que la salud moral fuera la obediencia a la Ley moral y que la esperanza en un libertador fuera un arraigo cultural en la humanidad. Y cuando hablamos del pueblo de Dios, muchos pensarían en el pueblo de Israel (y eso ya nos dejaría por fuera a la gran mayoría de la humanidad), porque haría pensar que Israel es creado por Dios, y los demás somos productos no sé de quién.
Por tanto, el pueblo de Dios no es solo Israel, es toda la humanidad. Partiendo de esa base, miremos en primera instancia las Leyes dadas por Dios.
Ley Moral. La ley moral fue dada desde la creación. En Génesis 1 y 2, cuando Dios trae los animales al hombre para que les coloque nombre, ya está implícita una orden que requiere obediencia
En el mismo Genesis 1 y 2 está la ley que ordena el establecimiento de la familia y por lo tanto la prohibición del adulterio o prácticas sexuales ilícitas (Dios da un hombre a una mujer -no un animal o dos mujeres)
Dios establece el día de reposo (sábado) para el beneficio del hombre -Génesis 2.1-3 y Mateo 12.8
En Génesis 4.8 Caín mata a Abel y eso es considerado pecado, por tanto el mandamiento “No Matarás” está implícito, y adicional a este está el mandamiento “No codiciarás”, dado que Caín codició la bendición que Abel recibió al ofrecer el mejor sacrificio.
En el mismo Génesis 4 está el mandamiento de “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, pues Caín quizo adorar a Dios a su manera y no obedeciendo a la orden de Dios mismo. Del mismo modo, deshonró a su padre Adán, quien había instruido a sus hijos en cuanto a la verdadera adoración.
En la construcción de la Torre de Babel, Nimrod reemplazó a Dios por la adoración a sí mismo, creando una autoimagen que para Dios era deshonroso. Y así sucesivamente.
Ley Ceremonial. Con la caída del hombre en el pecado, Dios previó una forma en la que el ser humano entendiera cómo Dios tenía planeado resolver el problema del pecado en un Plan de Salvación -Buenas Nuevas o Evangelio, y para ello ideó un plan:
Sacrificio de animales. Adán y Eva sacrificaron los corderos con la piel de los cuales, Dios les hizo ropas y los vistió -Génesis 3.15
Esa misma enseñanza Adán se las transmitió a sus 2 primeros hijos: Caín y Abel, éste último siguiendo las indicaciones precisas -Génesis 4.
En los libro de Éxodo, Dios ordena la construcción de un Santuario donde se ejecutaría de manera gráfica el plan que él tenía para salvar a la humanidad, mediante el uso de símbolos.
El primer símbolo fue el cordero pascual que comieron los Israelitas cuando salieron de la cautividad de Egipto “con mano fuerte y brazo extendido”.
Después, en los libros de Levítico y Números, Dios establece pautas para el desarrollo de la adoración, mostrando todas las fases del plan de Redención -Buenas Nuevas o Evangelio, hasta el cumplimiento final de la restauración, con motivo de la Segunda Venida de Cristo y el restablecimiento de la Eternidad.
Leyes Higiénicas. En Levítico y Deuteronomio, Dios presenta las leyes higiénicas que mantendrían la Salud Pública de su pueblo y los llevaría a vivir sin riesgos de enfermedades.
Se hace una advertencia positiva a la obediencia a estas leyes en el libro de Éxodo 15.26
Se hace referencia al aseo después de ciertos eventos de ámbito cotidiano que implicaría impurificación, inmundicia, suciedad, etc.
Se previenen enfermedades gastrointestinales y se establece la idea de un sistema de aguas residuales o alcantarillado Deuteronomio 23.12-13 y evitar la pululación de infecciones.
Y se previenen enfermedades Cardio Vasculares en Levítico 3.17
Acá ya hemos visto cómo la ley en realidad está directamente relacionada con el bienestar total del ser humano.
Venido Cristo, la pregunta es, ¿qué relación tiene la Ley con el Evangelio? ¿Salva la Ley?
Hablemos primero de la Ley Ceremonial. Esta ley tenía un fin: llevarnos a Cristo, pues los símbolos apuntaban al “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Juan 1.29
Si el mismo Juan el Bautista identificó a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, automáticamente la referencia es a la Ley Ceremonial, cuyo fin era llevarnos a Cristo -Romanos 10.4
Las comidas ceremoniales: el pan sin levadura, el cordero con hierbas amargas, apuntaban a Cristo como el dador de salvación y provisión para la vida
Las fiestas solemnes apuntaban a la celebración de la redención en el sacrificio (las ofrendas quemadas, mecidas, gavillas), etc.
Por ello, y reconociendo el cumplimiento de los eventos relacionados con la primera fase del plan de Redención -El Sacrificio de Cristo en la Cruz-, el apóstol Pablo hace claro en Colosenses 2.14-17
Hablemos ahora de las Leyes Higiénicas.
Dios está interesado en el bienestar físico del ser humano. En el libro de 3 de Juan 1.2, el apóstol amado hace eco de las palabras ya mencionadas en Éxodo 15.26. Por tanto, por descarte, implicamos que esta ley no fue abolida por Cristo pues esto significaría un colapso de la Salud Pública de la humanidad -y más ahora que estamos en medio de esta pandemia.
Refiriéndonos a la Ley Moral, es decir, los 10 mandamientos ya organizados en Éxodo 20. 3-17 y recordados en Deuteronomio 5.6-21, sería un colapso en la seguridad mundial si pensáramos que estas leyes fueron abolidas.
La pregunta que respondemos en este tema es: ¿Cuál es la relación de todo esto con el Evangelio?
Como mencionamos al principio, el evangelio son “Buenas Noticias”. Estamos cansados de “malas noticias” que nos muestran problemas de salud pública, por violación a las leyes de la salud. El Evangelio busca restaurar la salud física en el ser humano. Estamos cansados de asesinatos, divorcios, niños sin hogar, depravación. El evangelio busca restaurar esa perfección edénica.
Cristo mismo advirtió que no vino para abrogar sino a cumplir -Mateo 5.17
El apóstol Pablo hace énfasis en varios textos que el que digamos que la ley no justifica ante Dios no nos da el derecho de invalidarla -Romanos 3.31, 6.1-2, 7.7 (y acá hay una clara referencia a la Ley Moral), Gálatas 3.21.
Finalmente, Dios hace una maravillosa promesa en Apocalipsis 21.1-22.22 de que todo será restaurado a la perfección original cumpliendo de esta manera todas las fases del plan de Redención.
Mis queridos hermanos y hermanos no bautizados que nos escuchan: EL PODER DEL EVANGELIO ESTÁ EN LAS PROMESAS DE RESTAURACIÓN y todas estas están contenidas en la Ley.
Jesús nos recuerda que su objetivo era de hacer nuevas todas las cosas, restaurando la belleza del hogar primero que dio a nuestros primeros padres. Sus leyes tienen como objetivo AMAR A LA HUMANIDAD. Una de esa serie de leyes se cumplió en Su Sacrificio.
Las otras leyes permanecen para el bienestar de la humanidad.
El evangelio busca restaurar la imagen de Dios en el hombre… yo te invito a que le permitas a Jesús restaurar su imagen en tí para que por la Fe en Él puedas dar frutos de obediencia… ¿Quieres hacerlo?
Que Dios te bendiga.
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