Anclados 3

Intro

El Señor merece devoción.

Versículo

1 Pedro 3.15 NTV

En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza cristiana que tienen, estén siempre preparados para dar una explicación;

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Señor en sus corazones afirman estar sujetos al control, a la instrucción y a la guía de Dios.

Al hacerlo también declaran la majestad soberana de Dios, se someten a ella

Josué 24.22–24 NTV

—Ustedes son testigos de su propia decisión —les dijo Josué—. Hoy han elegido servir al Señor. —Claro que sí —respondieron—, somos testigos de lo que dijimos. —Muy bien —dijo Josué—, entonces destruyan los ídolos que tienen entre ustedes y entréguenle el corazón al Señor, Dios de Israel. Entonces los israelitas le dijeron a Josué: —Serviremos al Señor nuestro Dios. Lo obedeceremos sólo a él.

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Santificad significa “apartarse” o “consagrarse”.

dar el principal lugar de adoración, exaltación y adoración al Señor.

Los creyentes que santifican al Señor lo apartan de todos los demás como el único objeto de su amor, reverencia, lealtad y obediencia

Colosenses 1.18 NTV

Cristo también es la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo. Él es el principio, es supremo sobre todos los que se levantan de los muertos. Así que él es el primero en todo.

1 Corintios 6.19–20 NTV

¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.

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Como cristianos nuestro cuerpo no nos pertenece. Pablo le puso picante a este versículo al formularlo como una pregunta sarcástica. Somos del Señor, miembros de Cristo, y templos del Espíritu Santo, dado por Dios para que more en nosotros. De modo que Pablo pide que se procure la pureza sexual no solo por la forma en la que los pecados sexuales afectan al cuerpo, sino porque el cuerpo que afectan no le pertenece al creyente. Comprender la realidad de la frase del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios debería darnos tanta dedicación a la pureza como podría hacerlo cualquier otro conocimiento de la verdad divina.

Cometer una inmoralidad sexual en el templo de una iglesia, con todo lo repugnante que eso sería, no sería peor que cometerlo en cualquier otra parte. El pecado se comete dentro del templo de Dios en todo lugar y siempre que la inmoralidad sexual la realizan los creyentes. Cada acto de fornicación, cada acto de adulterio realizado por cristianos, se lleva a cabo en el templo de Dios: sus propios cuerpos. “Porque vosotros sois el templo del Dios viviente”

1 Corintios 7.35 NTV

Les digo esto para su propio beneficio, no para imponerles restricciones. Mi deseo es que hagan todo lo que les ayude a servir mejor al Señor, con la menor cantidad de distracciones posibles.

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El matrimonio no nos priva de cultivar una gran devoción por el Señor y vivir solos no garantiza que lo hagamos. Pero no estar casado tiene menos estorbos y más ventajas. Es más fácil para una persona soltera ser muy determinada en las cosas del Señor. La persona casada no puede elegir. Sus intereses están divididos. No puede ser fiel al Señor si es infiel a su familia. “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”

1 Timoteo 5.8 NTV

Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos.

El soltero, sin embargo, puede elegir. Es libre para casarse o no. No está limitado a permanecer soltero. Su elección no es entre lo bueno o lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor.

Pablo no estaba poniendo un lazo legalista alrededor del cuello de los cristianos solteros. Ellos no están bajo ninguna obligación de casarse o de quedar solteros. Al aconsejarlos de que permanezcan como están, tenía dos motivos, ambos para su provecho. Quería evitarles dificultades (v. 28; cp. v. 32), y quería que sin impedimento [se acercaran] al Señor. Es decir, que se dedicaran al Señor completamente (cp. 9:13).