CUANDO DIOS TE DICE NO
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CUANDO DIOS TE DICE NO
CUANDO DIOS TE DICE NO
CUANDO DIOS NOS DICE NO…
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Las pasiones engañosas nos hacen desviar la vista de Dios y ponerla en cosas que no son de verdadera importancia, como las riquezas.
Muchas veces tenemos la idea de que las cosas que nos alejan de Dios son
1. la falta de tiempo,
2. la falta de dinero,
3. la falta de medios,
4. la falta de cosas materiales.
De veras no es así.
Todas estas y muchas otras son puestas por nosotros como excusas para no darle a Dios el tiempo y la primacía que él reclama.
El problema es la codicia.
El problema es que nuestras pasiones nos dominan.
Ese es el verdadero problema.
De él surgen las demás debilidades y pecados.
De él la falta de tiempo, de dinero y de cosas materiales.
No tenemos tiempo porque codiciamos más tiempo.
No tenemos dinero porque codiciamos el dinero.
No tenemos las cosas materiales porque las codiciamos desmedidamente.
Si pudiéramos tener todo aquello que planificamos tener, todavía querríamos más.
La ambición malsana nunca se sacia.
No tenemos carácter porque nos dejamos vencer por nuestro yo interior egoísta y enfermizo.
No tenemos tiempo porque lo perdemos en cosas banales
y sin importancia.
Las cosas materiales no pueden alejarnos de Dios más allá de lo que pueden acercarnos.
El problema no son las cosas, el problema verdadero somos nosotros.
El problema está en el interior.
Santiago utiliza una serie de frases entrecortadas para conllevar su predicación.
Al analizarlas, vemos que hay cuatro declaraciones paralelas.
Las tres primeras son las condiciones, la última los resultados.
Corrección y Disciplina.
También el padre es encargado de corregir y poner límites, o por lo menos se espera que lo haga, claro que esto también involucra a las madres. Es necesario tener un sano equilibrio en esto, porque es tan malo el exceso de limites como su falta, lo mismo podríamos decir para protección.
Ahora, si en lugar de hablar de un padre terrenal, hablamos de nuestro Padre celestial, que seguros podemos sentirnos sabiendo que en El encontramos protección, provisión y corrección.
Hablando de esta ultima y aunque a veces no nos guste, que importante es cuando un padre dice no.
Como al apostó Pablo dice que le pidió 3 veces que lo sanara y 3 veces se lo negó
Uno, humanamente tiende a querer satisfacer al máximo las necesidades de los hijos, por nuestro bien necesita decirnos que no.
Al momento nos sentimos frustrados, pero tal vez nos lleve tiempo, comprender que el tenia un plan mejor que el que yo había pedido.
¿Qué hacemos frente a los no del Señor? ¿Nos frustramos? ¿Nos entristecemos y pensamos esto no funciona?, ¿pensamos en dejar todo? Si aprendemos aceptar los no del Señor, quitándoles el aspecto negativo que generalmente le damos, realmente podremos comprender que El nos sorprende incluso más abundantemente de lo que nosotros esperamos.
Un no a tiempo, puede evitar muchas malas decisiones, ahorrarnos años de angustias, si Dios cierra un camino, puedes estar seguro que abrirá uno mejor aún donde no hay nada. Confía en El y pronto habrá un sí mucho más grande para tu vida.