Dios Proveerá
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Introducción
Introducción
Uno de los eventos más extraordinarios que han sucedido en la historia de la humanidad fue la crucifixión de Jesús.
En el credo de los apóstoles confesamos:
padeció bajo el poder de Poncio Pilato;
fue crucificado, muerto y sepultado;
Fue el momento mas obscuro de la humanidad en que se cometió la injusticia más nefasta de la historia humana - puesto que hombres pecadores dieron muerte al único inocente desde Adán y Eva.
Es un evento que la gente recuerda en obras de arte, teatro, o aún en películas ya que para muchos es inimaginable que una persona inocente haya sido víctima de una muerte tan cruel.
Desafortunadamente, para muchas personas el evento de la crucifixión se ha vuelto algo tan impersonal.
Pensamos que Jesús murió por todos aquellos pecadores, ya que nosotros no somos tan malos.
Pensamos que fueron los judíos y romanos quienes llevaron a Jesús a ser crucificado, y por tanto nosotros no tenemos ninguna responsabilidad en su muerte.
…se nos olvida que Jesús no tenía porque hacer lo que hizo - pero aún así fue y cumplió la obra redentora
…y se nos olvida que una muerte según la voluntad de Dios.
Para poder entender la obra de Jesús en la cruz del Calvario es importante que entendamos uno de los eventos más memorables de la vida del patriarca Isaac, el día en que iba a ser sacrificado por su padre Abraham. Hoy consideraremos:
La orden divina
La obediencia del padre y del hijo
El sustituto provisto por Dios
I. La orden divina
I. La orden divina
Han pasado los años desde que Dios le dio a Abraham y a Sara su primer hijo biológico - por una obra milagrosa.
Mucho tiempo habían esperado el cumplimiento de la promesa de Dios.
Dios había prometido que un hijo propio de Abraham sería su heredero y que por su simiente serían benditas todas las naciones de la tierra.
“¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo, y Sara tendrá un hijo.”
Finalmente se llegó el día tan anticipado. Sara por fin ha dado a luz a su propio hijo - cumplimiento de la promesa de Dios.
Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho.
Abraham le puso el nombre de Isaac al hijo que le nació, que le dio Sara.
La palabra de Dios se ha cumplido tal como Dios lo había prometido.
Abraham estaba aprendiendo a confiar que Dios cumple sus promesas.
Ninguna de las promesas de Dios quedarían sin cumplirse puesto que Dios es fiel a su palabra/promesa.
Abraham y Sara finalmente tenían la oportunidad de criar a su hijo.
Miraban como crecía y se desarrollaba.
Miraban como iba madurando.
Podían ver en Isaac el cumplimiento de tantos anhelos después de tantos años de haber luchado con la infertilidad.
Sin embargo, un día interrumpe la voz divina el curso de la vida del hogar de Abraham.
Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: “¡Abraham!” Y él respondió: “Aquí estoy.”
Llegó la voz divina, muy similar cuando Dios le habló para que saliera de su tierra y su parentela.
En aquella ocasión Dios llamó a Abraham para que le siguiera y confiara completamente en él.
…la vida de ellos cambio al seguir el llamado divino.
Y Dios dijo: “Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te diré.”
Notemos la orden divina.
Abraham debería tomar a su hijo, a su único hijo.
Abraham debería tomar a su hijo, a quien ama - no solo su primogénito sino su unigénito puesto que no tenían más hijos.
La orden divina es que Abraham debería tomar a su hijo y ofrecerlo en holocausto en el monte que Dios iba a designar.
Notemos que debía ir a la tierra de Moriah. No olvidemos este lugar porque va a ser muy importante.
Abraham no iba a llevar a su hijo como lo hiciera Ana - cuando llevó al niño Samuel al tabernáculo para que sirviera a Dios.
Abraham debía con su propia mano quitarle la vida a su hijo y ofrecerlo en una ofrenda quemada (holocausto) delante de Dios.
¿Cómo podría obedecer Abraham la orden divina?
No era una orden cualquiera.
Abraham debía ahora salir de su hogar y emprender un viaje en el cual tendría que ofrecer a su hijo en sacrificio.
…esta sería a prueba más difícil en la vida - no tan solo de Abraham sino de su hijo Isaac (quien iba a ser ofrecido en sacrificio).
II. La obediencia del padre y del hijo
II. La obediencia del padre y del hijo
Moisés nos da una multitud de detalles en esta narrativa.
Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus criados y a su hijo Isaac. También partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.
Abraham no pierde tiempo.
Abraham se levanta muy de mañana para cumplir la voluntad divina.
Abraham ha partido la leña, la misma leña que va a ser encendida y sobre la cual será puesto el cuerpo de su propio hijo a quien él tendría que quitarle la vida - según la orden divina.
Notemos que Abraham e Isaac van solos.
Entonces Abraham dijo a sus criados: “Quédense aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a ustedes.”
Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos iban juntos.
Los criados los han acompañado en este viaje.
Pero llega el momento en que solo Abraham y el joven subirán al monte.
Recordemos que los detalles más pequeños de la Biblia son en ocasiones los más importantes.
Abraham carga la madera sobre su hijo. Es la misma madera que será usada para consumir el cuerpo de quien la carga.
Abraham lleva en sus manos el fuego que usará para encender la madera y el cuchillo que usará para quitarle la vida a su hijo.
Padre e hijo, juntos van a la tierra de Moriah donde se cumplirá el sacrificio según la orden divina.
…no sabemos exactamente que edad tiene Isaac.
Pero a pesar de que no sabemos su edad - Isaac tiene uso de razón.
Él sabe que van a ofrecer un sacrificio.
Para este momento Isaac ve los elementos de un sacrificio:
Fuego
Madera
…y un cuchillo
…pero falta algo - ¡la víctima!
III. El sustituto provisto por Dios
III. El sustituto provisto por Dios
En un momento lleno de tensión vemos que Isaac por primera vez habla en esta narrativa.
Isaac habló a su padre Abraham: “Padre mío.” Y él respondió: “Aquí estoy, hijo mío.” “Aquí están el fuego y la leña,” Isaac dijo, “pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?”
Isaac tiene gran razón en hacer esta pregunta.
Llevan todos los elementos para ofrecer un sacrificio a Dios pero falta el más importante.
No puede haber sacrificio sin una víctima para sacrificar.
La narrativa no nos dice que Isaac sabía de la orden divina.
No nos dice la Biblia que Abraham le haya dicho a Isaac lo que Dios había ordenado.
Me imagino que sería algo muy difícil para que Abraham le pudiera compartir a su hijo.
…van caminando padre e hijo.
Van acercándose al lugar del sacrificio y no hay rastro de ninguna víctima.
Sin embargo, la víctima va con ellos.
Pero la víctima aun no sabe que él es el que va a ser ofrecido.
La víctima no sabe que él va a perder la vida sobre el monte.
Abraham responde a su hijo:
Y Abraham respondió: “Dios proveerá para sí el cordero para el holocausto, hijo mío.” Y los dos iban juntos.
Abraham ha aprendido a confiar en la palabra de Dios.
Abraham no sabe lo que está sucediendo.
Abraham no sabe que es lo que Dios va a hacer.
Lo que si sabe Abraham es que Dios le dio una promesa - que de su simiente, de su hijo Isaac, serían benditas todas las naciones de la tierra.
Por tanto Dios tendrá que hacer algo.
…¿qué va a hacer Dios? Abraham no tiene idea, no tiene claridad de lo que Dios va a hacer…lo que si sabe es que Dios va a obrar.
Es por eso que el autor a los Hebreos nos habla de lo que Abraham estaba pensando en estos momentos:
Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo.
Fue a él a quien se le dijo: “En Isaac te sera llamada descendencia.”
El consideró que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde también, en sentido figurado, lo volvió a recibir.
Hebreos nos dice que Abraham iba a ofrecer a su hijo Isaac.
Hebreos nos dice que Abraham estaba dispuesto a seguir la orden divina tal como Dios lo había demandado.
…porque Abraham sabía que Dios había dado una promesa y que si su hijo perdía su vida sobre el monte - que Dios tenía también el poder para levantar a su hijo de entre los muertos.
Abraham estaba convencido de que el momento sería doloroso, que iba por unos momentos perder la vida del hijo prometido, pero a pesar de todo eso Dios había dado una promesa y Dios no podía mentir.
…es quizá por eso que Abraham le dijo a los criados:
Entonces Abraham dijo a sus criados: “Quédense aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a ustedes.”
…eso nos dice que Abraham estaba convencido que él y su hijo regresarían a su hogar no miraba otro desenlace puesto que Dios cumpliría su palabra.
En los momentos más llenos de tensión y emoción leemos:
Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña.
Abraham comienza a preparar la leña.
Abraham arregla la leña para que pueda encenderse fácilmente.
La leña está ya preparada.
Isaac lo sigue observando cuando de repente Abraham mira a su hijo - quizá con lagrimas en sus ojos, pero también con determinación, y poco a poco comienza a atar a su hijo.
Tal vez comienza a atar primero sus manos y luego sus pues.
Isaac llega a la conclusión inevitable - él es la víctima que va a ser ofrecida sobre el altar.
Isaac sabe que su vida va a terminar.
Isaac sabe que ha llegado al final de su vida.
¡Pero de pronto, sucede nuevamente la interrupción divina!
Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y dijo: “¡Abraham, Abraham!” Y él respondió: “Aquí estoy.”
Y el ángel dijo: “No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas nada. Porque ahora sé que temes (reverencias) a Dios, ya que no Me has rehusado tu hijo, tu único.”
Abraham tiene el cuchillo extendido y está a punto de apuñalar a su hijo.
El ángel de Dios lo llama, como si fuese un grito desde el cielo para que no le hiciera daño a Isaac.
Dios sabe, que Abraham estaba dispuesto a cumplir con la orden divina.
Dios sabe que su hijo Abraham confiaría en la palabra de Dios e iba a actuar conforme a la orden divina.
¡…la interrupción divina preserva la vida de Isaac!
A lo lejos se escucha un carnero atorado en un matorral.
Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y vio un carnero detrás de él trabado por los cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Y Abraham llamó aquel lugar con el nombre de El Señor Proveerá, como se dice hasta hoy: “En el monte del Señor se proveerá.”
En esos momentos Isaac lo mira también.
Su padre había dicho que Dios habría de proveer un cordero.
…y aunque Abraham había hecho esa declaración, casi profética, ya que él iba con la intención de quitarle la vida a su hijo…Isaac llega a comprender lo que muchos el día de hoy no comprenden.
Abraham e Isaac corren hacía el carnero. Lo desatan pues se encuentra atorado.
Lo desatan ya que sus cuernos están atorados en el matorral.
Abraham quizá con lagrimas en sus ojos toma al carnero en sus manos y le quita la vida.
Con cuidado destaza el animal.
Luego coloca cada una de las piezas sobre la leña.
Finalmente toma el fuego y enciende la madera. En pocos minutos la leña está completamente en llamas.
…poco a poco se va consumiendo el carnero.
Abraham lo mira y lo que pasa por su mente y la mente de Isaac es que allí estaría el mismo Isaac si no hubiera sido por el sustituto que Dios ha provisto.
Conclusión
Conclusión
Isaac vio con sus propios ojos, vivió en carne propia a doctrina de la sustitución.
Un sustituto es alguien que toma nuestra lugar.
En este caso, Isaac tenía que haber perdido la vida.
Era Isaac el que tenía que haber ardido en llamas - pero Dios mismo proveyó el carnero quien daría su vida para que la vida de Isaac fuese preservada.
Isaac pudo entender lo que sucedería miles de años después en el mismo lugar. Isaac pudo entender lo que iba a suceder en este lugar a uno de sus propios descendientes.
Usted preguntará - ¿de que estamos hablando si ellos estaban en la tierra de Moriah en un monte?
Al principio dijimos que este era un lugar importante.
En 2 Crónicas 3:1 la Biblia nos dice donde estaba ese lugar donde Abraham e Isaac habían ido al sacrificio.
Entonces Salomón comenzó a edificar la casa del Señor en Jerusalén en el Monte Moriah, donde el Señor se había aparecido a su padre David, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán Jebuseo.
Estaban en la misma Jerusalén.
Muchos comentaristas dicen que estaban en el monte de la Calavera/Calvario donde miles de años después subiría el sustituto perfecto - el Señor Jesucristo.
Cuando consideramos el sacrificio de Jesús y esta narrativa nos damos cuenta como encajan y como nos ayudan a entender mejor el precioso sacrificio de Jesucristo.
Recordamos como Abraham cargo el cuchillo y el fuego, mientras que Isaac cargó la madera (v. 6).
El padre carga los elementos para quitarle al vida a su hijo mientras que Isaac carga la madera donde será puesto su cuerpo.
No podemos dejar de pensar como Jesús cargó la madera hasta llegar al monte Calvario donde sería clavado su cuerpo al madero.
Y tampoco podemos olvidar la profecía de Isaías.
Pero quiso el Señor
Quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento.
Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación,
Verá a Su descendencia,
Prolongará Sus días,
Y la voluntad del Señor en Su mano prosperará.
Fue Dios mismo, a quien le plació quitarle la vida a su hijo, quebrantarlo, para así ser la ofrenda de explicación que iba a satisfacer la ira de Dios a causa de nuestro pecado.
Vemos en el caso de Isaac que en ningún momento es resistió al acompañar a su padre. Ni siquiera en el momento en que miró como su padre ataba sus manos y sus pies.
La Biblia nos dice que Jesús dio su vida voluntariamente.
Enmudeció y no abrió su boca.
Jesús estuvo dispuesto a sufrir la muerte y muerte de cruz.
…pero a diferencia de Isaac, para Jesús no hubo un sustituto.
La vida de Isaac fue preservada porque Dios proveyó para sí mismo un sustituto.
Isaac pudo vivir.
Isaac regresó con su padre.
…en cambio nuestro amado Jesucristo, inocente, dulce y amado pastor, el varón de dolores, experimentado en quebranto, la Rosa de Sarón y el Lirio de los Valles, el amigo de pecadores, el Maestro de Galilea, el que sanaba enfermos y levantaba muertos - para él no hubo un sustituto.
Su cuerpo fue torturado.
Su cuerpo fue golpeado.
Su cuerpo fue despreciado.
Su cuerpo fue crucificado…Jesús no fue librado de la muerte sino que voluntariamente ofreció su vida en la cruz - y al mirar nosotros esa escena nosotros al igual que Isaac podemos ver sobre el altar del sacrificio la muerte que nosotros merecíamos.
Isaac pudo ver en carne propia lo que nosotros hoy creemos y recibimos por la fe - que por su muerte es que nosotros ahora tenemos vida en Cristo y que somos herederos de la vida eterna!