Sermón sin título (6)
LA PALABRA DE DIOS NO ESTA PRESA
Mientras Pablo estaba preso predicaba el Evangelio con tanta eficacia que algunos se convirtieron en Roma, incluso de la casa de César (ver com. Hech. 28:17–24; Fil. 4:22). El apóstol también podría referirse a la predicación continua de los otros apóstoles, de hombres como Timoteo, que continuaron con las actividades de Pablo mientras él estaba detenido en una mazmorra romana.
Aunque los predicadores sean silenciados como lo fue Pablo, la predicación continuará mediante una continua sucesión de hombres y mujeres a quienes Dios ha confiado el Evangelio (ver 2 Tim. 2:2). Las palabras de Pablo eran una profecía en cuanto a la marcha triunfal de la Palabra de Dios a través de los siglos. Aunque Martín Lutero fue recluido en el castillo de Wartburgo, la verdad bíblica de la justificación por la fe no estuvo “presa”, pues durante ese lapso preparó su monumental contribución para el pueblo: la traducción de las Escrituras al alemán (ver p. 56). William Tyndale fue estrangulado y quemado por traducir las Escrituras al inglés. Una gran parte de su vida estuvo exiliado de Inglaterra, su patria, y se prohibió que se imprimiera su traducción de la Biblia. Pero un año después de su muerte fue impresa en Inglaterra la primera Biblia: la traducción al inglés de William Tyndale, que fue la primicia de una inmensa cantidad de Biblias que han salido de ese país y circulan por todo el mundo. Los hombres pueden condenar a los traductores de la Biblia, pueden quemar las Biblias y condenar la divulgación de la verdad bíblica, pero “la palabra de Dios no está presa”.