Cuando estamos afligidos, Cristo es nuestro consuelo ...
Cristo y la desgracia • Sermon • Submitted
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Introducción.
Introducción.
¿Qué haría Jesús? es una buena pregunta que refleja la manera en que podemos guiar nuestra toma de decisiones, en realidad, nuestras vidas mejorarían en muchos sentidos y nuestras relaciones interpersonales serían mejor cuando a través de nuestras acciones reflejamos un estilo de vida realmente cristiano, además del amor de Dios.
Sin embargo, esta pregunta simplifica demasiado el registro bíblico sobre las acciones de Jesús, El respondió de manera diferente en diferentes situaciones:
estallo su enojo con los cambistas del templo Jn 2.15.
reprendió a Pedro por su violencia en Getsemaní Mt 26.52
alabó a la mujer que derramó ungüento sobre su cabeza Mt 26.6.13
elogió a la pobre viuda por su humilde ofrenda Lc 21.1-4
Es que Jesús vio y todavía ve el corazón humano de una manera que no podemos hacerlo, para nosotros es difícil descubrir que haría Jesús en cada situación.
Pero preguntarse ¿qué haría Jesús? siempre funciona.
En este contexto, a continuación, quiero hablar ahora sobre el sufrimiento:
Cuando sufres como creyente, puedes saber con certeza que estás haciendo lo que Jesús haría, no es que busca sufrimiento como una especie de masoquista, El sufrió porque nos amaba, vino a buscar y salvar a los perdidos, dando su vida como rescate para liberar a toda la humanidad de la esclavitud del pecado, de la muerte y del infierno.
La pasión de Jesús en la cruz
La pasión de Jesús en la cruz
La crucifixión romana era todo menos limpia. Esta práctica deliberadamente bárbara se implementó para mantener a las personas cautivas y sumisas al imperio de Roma. Era un medio de ejecución legal, pero al mismo tiempo de forma cruel. Como en el caso de Jesús, la crucifixión generalmente implicaba ser desnudado y luego azotado sin piedad antes de ser clavado ne la cruz, para que ahí el condenado tuviera una muerte lenta y extremadamente dolorosa. El condenado estaba desnudo y avergonzado públicamente. Después de días de hambre y exposición, la mayoría de las víctimas finalmente morían por asfixia: ya no podían levantarse debido a los clavos que rasgaban su carne al intentar tomar suficiente aire para respirar.
La muerte de Jesús fue una muerte horrible.
En el ámbito espiritual, Jesús con su sangre y sufrimiento, enfrentó la ira de Dios contra nosotros, El era el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, en la cruz se hizo sacrificio expiatorio en su propio cuerpo, Jesús llevó el peso de todos los pecados de la humanidad, el castigo por nuestro pecado fue asumido por Él. El precio del rescate fue pagado en su totalidad, el estándar de la justicia de Dios se equilibró cuando Jesús murió, por eso la ultima palabra en la cruz fue un grito triunfante “consumado es” Juan 19.30
¿Dónde nos lleva todo esto? Observemos:
Jesús, durante toda su vida tuvo la misión de cumplir la voluntad del Padre, desde el principio sabía que su misión era redimir a un mundo perdido y condenado, pero estaba determinado a acabar su obra, estaba consciente del precio que pagaría.
La noche antes de morir, Jesús le suplicó al Padre que buscara otras forma de completar su misión, sin embargo, al final Jesús oro:
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y así la voluntad del Padre lo conduciría primero a la cruz, y a través del dolor y la muerte y después al gozo de la resurrección.
Nosotros también podemos encontrar gozo en el sufrimiento, siempre que esté envuelto en el sufrimiento de Jesús.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Si usted está sufriendo, su aflicción encontrará significado en el sufrimiento de Cristo, por su puesto que su aflicción no paga los pecados de nadie, y mucho menos los propios, eso ya ha sido cumplido.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El apóstol Pablo cuando escribió sobre el sufrimiento que encontró en su ministerio, el vio sus problemas personales como misteriosamente vinculados con toda la iglesia, es decir, su dolor privado tiene sentido en la experiencia colectiva de todos los amados de Dios.
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
El secreto para mantener la calma
El secreto para mantener la calma
ese es el secreto para mantener la calma en situaciones de tormenta y encontrar esperanza en medio de su sufrimiento: ver su aflicción como su vínculo personal con Jesús.
debido a que es “el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento” Is 53.3 puede estar seguro que no está solo en el sufrimiento, Jesús está ahí con usted. Debido a que El llevó su miseria por usted, y la experimentó en un cuerpo humano como el suyo, entonces el dolor de usted está santificado en el sufrimiento de Jesús.
En realidad la angustia emocional o física puede ser soportada no porque tenga suficiente valor y determinación para superarla por cuenta propia, sino porque El está a su lado. Nuestro Consolador es real no virtual, El sabe lo que dice cuando te invita a que vaya a El con sus preocupaciones y cargas.
Canción resistiré
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Hoy, nuestro mundo parece agonizante, vemos muerte, enfermedad, dolor, sufrimiento, escasez, amenazas, soledad, abuso.
Pero lo que cuenta, es que no está solo en su dolor, Jesús le acompaña, al acercarse a El, encontrará consuelo en su aflicción porque el ya pasó por ese camino.
Conclusión
Conclusión
Recuerde, el consuelo no es necesariamente cómodo, encontrar consuelo no siempre significa que estamos liberados del sufrimiento, en cambio, significa que no estamos solos en nuestra miseria o dolor personal; tenemos compañía cuando nos duele. Dios nos consuela en medio de la desgracia.
Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo. Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados, ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces podrán soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros. Tenemos la plena confianza de que, al participar ustedes de nuestros sufrimientos, también tendrán parte del consuelo que Dios nos da.