NADIE COMO EL SEÑOR (Habacuc 3:8-15)
1. SU FUERZA INCOMPARABLE (8-9)
8 Oh YHVH, ¿ardes en ira contra los ríos?
¿Es contra los ríos tu indignación o contra el mar el desborde de tu enojo,
2. TODO ESTÁ BAJO SU PODER (9B-12)
3. NUESTRO FUTURO LE PERTENECE (13-15)
Luis XIV de Francia (conocido como Le Roi Soleil, o el Rey Sol), quien se construyó el palacio de Versalles para sí mismo y tenía en su corte, entre otros, a Racine y a Molière, quería ser recordado como el mayor de los reyes franceses de la historia. Así que pidió que en su funeral, en la catedral de Notre-Dame de París, permaneciera todo oscuro excepto una vela en su ataúd en el ábside de la iglesia. Pero cuando Jean-Baptiste Massillon, de quien se dice que era el único predicador de la corte que hizo que Luis XIV estuviera descontento consigo mismo, se levantó para hacer la oración fúnebre, se acercó al ataúd y apagó la vela. Entonces comenzó su mensaje con las siguientes palabras: “Sólo Dios es grande. Sólo Dios es grande”.