El valor de la familia en la Iglesia

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Introducción: La Iglesia y su interacción con la familia.

Dentro del estudio de la doctrina de la Eclesiología, se desprende una sub-categoría llamada “misión” de la iglesia, que describe la naturaleza de la interacción de la iglesia con la sociedad. En esta misión de la iglesia, podemos categorizar 3 subdivisiones, las que son:
1.- La Iglesia y la sociedad
2.- El trabajo de la iglesia de evangelismo y discipulado, y
3.- Las obras de la iglesia de misericordia y justicia.
En este trabajo final, me enfocaré dentro de la misión de la iglesia en la sociedad, y específicamente, en la iglesia y su interacción con la familia. Lo anterior, fundamentado como es sabido, en que la familia ha sido denominada como la “base de la sociedad” y más aún, en la comparación gráfica o “metáforica” que hace la Palabra de que la Iglesia es la “familia de Dios” (Heb. 2:10, 11).
Personalmente he llegado a la convicción por la Gracia de Dios, que es la Palabra la que debe moldear todas las áreas de nuestra vida, y nuestra familia no es la excepción. Fundamentado por la Palabra de Dios, y a lo largo de esta clase de Eclesiología, hemos visto claramente que con la encarnación de Jesucristo la iglesia como agente del reino de Dios, fue inaugurada en este mundo y dentro de las labores de la iglesia, el hacer discípulos y administrar la creación están relacionadas, ya que nuestra causa primaria de vida es dar Gloria a su Santo Nombre interactuando con la sociedad y su creación.
Así como nosotros vamos a la iglesia los domingos a participamos del culto y la adoración pública, luego, el resto de la semana debemos interactuar con nuestras familias y con el trabajo, y, aunque no somos del mundo, somos la sal y la luz del mundo, y debemos aplicar la Palabra en nuestra vida práctica.
Hoy en día, la familia está siendo atacada por satanás como nunca ántes, por una cosmovisión guiada por los deseos humanos y los sentimientos y está siendo apoyada por la política legislativa gobernante y por grupos económicos poderosos que ridiculizan los valores morales bíblicos y nos hacen ver como primitivos e intolerantes al defenderlos. Hoy en día, el pecado está reinante en todas las esferas del gobierno, y desde temprana educación están normalizando a nuestros hijos en la homosexualidad, en la liberalidad sexual, en el aborto, en el diseño de la familia establecido por Dios desde la creación, en el feminismo, entre otras aberraciones.
Está en evidencia que es nuestra obligación como iglesia afectar la sociedad con la Palabra de Dios y restaurar estos valores de familia que están tan fuertemente atacados hoy en día, y, aunque nos traten de intolerantes y prehistóricos, es necesario obedecer a nuestro Dios, tal como dijo Pedro hace unos 2 mil años atrás. (Hech 5.29–32).

Punto 1: Las bases bíblicas de la Iglesia como familia de Dios.

(Efesios 1.5) La carta de Pablo a los Efesios ha sido llamada la chequera de la fe o la carta de las promesas a nosotros los cristianos; y una bella y asombrosa declaración es que Dios mismo nos predestinó para ser adoptados hijos suyos mediante Jesucristo según su propia voluntad. Esto es tremendo y probablemente jamás podamos entenderlo como es debido producto de nuestras mentes tan limitadas, que Dios mismo, sólo por el hecho que Él lo quiso así, fuésemos hechos hijos suyos, con todos los beneficios que esto significa.
(Efesios 2.19) En este versículo Pablo en su carta a los Efesios, sigue la continuidad de que en Cristo hemos pasado de muerte a vida y ahora tenemos paz y unidad mediante la reconciliación que Él mismo hizo con Dios.
Bien hace en recordarnos que ántes estábamos perdidos, sin esperanza alguna y más aún enemigos de Dios, pero ya hemos sido hechos santos y miembros de la familia de Dios. Quisiera mencionar una frase maravillosa que refuerza esta idea, del teólogo J. I. Packer “La adopción es el mayor privilegio del evangelio. Al traidor se le perdona, se le trae a cenar y se le da el apellido”.
(Juan 1.12) El apóstol Juan introduce su evangelio con fuerza que Jesucristo es el verbo encarnado y que todo lo creado y lo que existe y si esta creación subsiste es por Él; maravillosamente expone, que vino a reunir su pueblo y no le recibieron, y que a todos los que le hemos recibido (por Gracia y predestinación de Dios), nos dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.
(Mateo 6.9) Nuestro señor Jesucristo en el sermón del monte, enseñándoles a orar a quienes le escuchaban, muestra una relación familiar de Dios como padre con sus hijos, una relación de cuidado y provisión que demuestra cercanía y amor, que hace increíblemente cercano a Dios con su pueblo. El apóstol Pablo en el libro de Romanos 8.15 utiliza exactamente la misma palabra que emplea nuestro señor Jesús, donde el creyente en su adopción de hijo, clama a su Padre a través del Espíritu Santo.
Conclusión a este punto:
Sin dudas que hay muchos textos bíblicos que nos enseñan claramente que la iglesia es denominada como la “familia de Dios” y que nosotros estamos insertados dentro de ella, así como también gozamos de los privilegios y tenemos responsabilidades, por ser una familia, los cuales, sólo los nombraré por efectos del tiempo y la cantidad de palabras.
Privilegios y responsabilidades de ser parte de la familia de Dios:
Gozamos de una nueva naturaleza (Gálatas 4.4-5) gracias a lo que Cristo hizo a nuestro favor por sola Gracia de Dios (Juan 1.12-13)
Podemos gozar de todas las bendiciones y promesas de ser parte de la familia de Dios (Efesios 1.3)
Tenemos responsabilidades con los otros miembros de la familia de Dios (Gálatas 6.10)
Debemos efectuar obras que dan Gloria a Dios (Efesios 2.10)
Debemos crecer y madurar todos juntos en esta familia (Hechos 2.42)
Podemos adorar juntos como familia (Salmos 34:3)
Podemos formar nuestro carácter en esta familia (Proverbios 27.17) y encontrar apoyo en las pruebas (Gálatas 6.2)
Podemos servirnos unos a otros (Efesios 6.7) y enseñarnos unos a otros (Mateo 28:18-20)
Por último (no que existan sólo estos privilegios y responsabilidades, sino más bien para cerrar este primer punto), somos herederos de su gloria (Romanos 8.17)

Punto 2: Las bases bíblicas e históricas de la institución de la familia.

Las palabras “familia” en el idioma hebreo aparece 318 veces en el A.T. y tiene relación en la mayoría de las veces al “clan”; los otros usos tienen relación a los siguientes conceptos (dentro; semilla; jefes de;producir; muslo y padre). Por su parte, en el N.T. la palabra griega, si bien tiene relación a “clan”, (casa, pariente o descendiente), la hace mas conocida respecto a los términos de uso como los que conocemos actualmente. La adaptación de la palabra se contextualiza en el cercano Oriente antiguo y Grecorromano y siempre enfatizaban la importancia del rol de padre.
El mandato de Dios para Adán y Eva, nuestros primeros padres fue un llamado a la fecundidad y a la administración de su creación (Génesis 1.28) tomando como base y núcleo la familia. Posteriormente con la aniquilación universal del diluvio, sólo la familia de Noé logro favor y gracia ante los ojos de Dios. (Génesis 7.1-9).
Con el llamamiento de Abraham, el Señor lo saca de su familia (clan, parentela) y lo toma para sí como familia (pueblo) haciendo del núcleo pequeño un gran pueblo escogido (Génesis 12). Las familias unidas dieron forma a lo que fue el Pueblo de Israel de los patriarcas.
Históricamente en la biblia, la “familia” era la sociedad más pequeña en el culto. El “cabeza” de familia (el padre), era el único responsable del culto religioso (Jueces 17.5). También tenía poder judicial y todos los miembros dependían de él (Génesis 42.37). (Esto también incluía los esclavos y sus bienes).
Los lazos familiares en el A.T. eran tan fuertes que se podía vengar o redimir al pariente dependiendo de cada situación (Números 35.12-19) (Levítico 25.25).
El amor entre los miembros de la familia era una característica sobresaliente (Génesis 25.28). Los derechos de herencia y distribución de patrimonio recae sobre el primogénito.
La madre estaba subordinada al marido pero poseía un puesto de honor y autoridad (Génesis 21.12) y en el caso de las reinas madres, esto se aprecia con mas relevancia (1 Reyes 2.19)
La obediencia a los padres era un mandato divino (Exodo 20.12), y de ésto dependía las mismas bases de la sociedad judía (Levítico 19.3). Una prueba histórica es el “levirato” (obligaba a la viuda sin hijos a unirse en matrimonio con algún hermano del difunto), que si bien hoy en día, nos puede parecer una práctica un tanto bárbara, tenía el único fin de resguardar la familia.
Las familias eran las responsables de educar a los hijos en el temor de Dios y en el temor y respeto de sus padres, (Proverbios 19.26), direccionarlos hacia Dios (Deuteronomio 6.20) y guiarles sus primeros pasos a sus trabajos. La familia era responsable de velar por los ancianos y enfermos y a mayor abundancia de hijos, mucho más prestigio tenía esa madre.
Las familias romanas eran la unidad principal y el padre de familia era su cabeza. Mantenía poder sobre todo, inclusive al grado de quitar la vida a cualquier miembro a voluntad. Es así como el emperador podía ser llamado padre de la patria y tenia plena capacidad de repartir el imperio a quien creyese apropiado. Acá podemos tener una idea de lo importante que era la imagen de familia para el Imperio Romano que utilizaba la familia como un padrón clave de la sociedad.
En el N.T. las primeras Iglesias se establecieron en “casas de familias” que se habían convertido al cristianismo (Filemon 2) por lo que era lícito llamarse “familiares de Dios”, porque el culto se basaba en reuniones familiares y Jesucristo les había asignado este privilegio de adopción.
Importante es destacar que el Reino de Dios se privilegia por sobre nuestra familia (Marcos 10.29), sin embargo, el llamado es traer a salvación a todos los miembros de nuestra familia hacia Cristo (Hechos 16.31-34). Esta preferencia más bien tiene relación al mandamiento primero (Mateo 22.37) y a nuestra consagración absoluta a Dios por sobre cualquier relación humana.
Ya que hemos avanzado en los dos puntos anteriores, pasaremos hasta el tercer y último punto de esta exposición, que es la aplicación práctica del estudio.

Punto 3: La aplicación de la metáfora “familia” en nuestra relación con Dios.

Si bien pareciera que nuestro señor Jesucristo relega a la familia a un lugar secundario, la tuvo como un modelo para su Iglesia que compró con su preciosa sangre y esto es, porque toda familia verdadera procede de Dios.
La familia tal y como la biblia la presenta, es un don que forma parte de un diseño de Dios para que las personas estemos insertados en una relación de amor, y que este amor se proyecte al mundo colaborando las familias en esa proyección de amor. Esto se hace central para entender nuestra relación con Dios y la manera en cómo nos relacionamos. La familia es un bien en sí misma, y es además, un medio para promover el bien.
De acuerdo con la función social de la familia, es su responsabilidad promover la educación y el buen comportamiento ante el medio social, educar a sus miembros bajo los valores morales y sociales esenciales. En el escenario ideal, en la familia debe prevalecer la armonía, confianza, seguridad, respeto, afectos, protección y el apoyo necesario ante la resolución de problemas. Ahora, el valor agregado del cristiano es reflejar el carácter de Cristo en la familia, y, a su vez, de la familia a la sociedad.
Así las cosas el propósito de la familia no ha cambiado desde la creación de la humanidad en el Edén, pero en la práctica, la política estatal de la gran mayoría de los países ha borrado el propósito divino de la familia tal y como Dios la diseñó. En cambio, la ha reemplazado con un diseño basado en las emociones y en los sentimientos de los sujetos que la componen, los cuales son sumamente subjetivos y contrarios a la verdad revelada en la Palabra de Dios.
La Iglesia, como defensora de la verdad bíblica, la cual es inerrante y todo suficiente para regular las conductas prácticas de las relaciones humanas, debe alzar la voz y volver a exponer el modelo de diseño original (comenzando por las familias cristianas), en medio de estos ataques constantes a sus bases que la familia ha recibido y que además, se han empeorado con el pasar de los años. La familia no sólo es la base principal de la sociedad, sino que es un reflejo de la relación de Dios con los hombres, y alterar ese diseño, sólo causará desvío en nuestros hijos y nietos, facilitando el propósito original del diablo de destruir la metáfora plasmada de la perfecta relación entre Dios y los hombres.
Veamos brevemente que nos dice la Palabra de Dios respecto a la conducta de los integrantes de la familia en su interacción tanto interna como externa con la sociedad.
¿Quienes constituyen el grupo familiar?: En la creación Dios bendijo al hombre y a la mujer para que poblasen la tierra y administren su creación. Esta comunidad de vida y amor es lo que llegó a ser la base del matrimonio (Génesis 1.27) por lo que el diseño es: (Padre - Hombre; Madre - Mujer; Hijos).
Observación a este punto: Si bien encontramos familias que no encajan en este diseño divino dentro del panorama bíblico (Poligamia; Ester y Mardoqueo; Leyes del Levirato; Rut y Noemí; etc.), el diseño original de Dios es el de la creación mencionado anteriormente. Todas estas relaciones fueron alteradas producto del ingreso del pecado en la humanidad y afloradas en el corazón del hombre y sus circunstancias.
El rol del Padre: El hombre es la representación de Cristo en su relación con la Iglesia, por lo tanto es la “cabeza”, el “sacerdote”; el “protector” y el “proveedor” de su familia. Debe llevar a toda su familia a los pies de Cristo. El debe poner su vida por los suyos si fuese necesario. Debe ser un ejemplo de masculinidad bíblica. Debe ser fiel a su mujer y un ejemplo de integridad y dignidad para sus hijos. El hombre bíblico debe ser un servidor de toda su familia en amor. Debe mostrar valor, mostrar sus emociones, debe ser responsable y misericordioso con todos, tal y como Cristo lo ejemplificó. (Efesios 5.25) (Efesios 6.4) (1 Timoteo 3.2)
El rol de la Madre: El rol bíblico de la madre y esposa es tan importante, puesto que es la auxiliadora, la consoladora, la que sostiene y ama honestamente a su marido (Génesis 2.18). Debe priorizar la relación de amor con su marido por sobre cualquier otra relación humana. Posee la misma dignidad que su marido ante Dios. Debe poseer una feminidad bíblica. La madre es portadora de la vida según decreto de Dios y esto le da un grado de Ella es quien junto a su marido guía a sus hijos hacia Cristo y llena de bondad su hogar. Ella no descuida la labor de misericordia y con gracia sirve en la iglesia con toda su familia. Su belleza es radiante por su carácter y sus hijos la honran. (Efesios 5.22) (1 Timoteo 5.10) (Tito 2.3-5)
El rol de los Hijos: Los hijos deben ser fiel reflejo del carácter de sus padres, de tal forma que vivan para la dignidad de sus apellidos, esto es lo que hacemos nosotros, los hijos de Dios viviendo para la Gloria de Dios y la dignidad de su Santo Nombre (Efesios 6.1-3)
Toda voluntad de Dios para los hombres es buena, agradable y perfecta, de tal forma que seguir el diseño que Dios establece dará fortaleza, bienestar espiritual y felicidad aún en medio de las dificultades y nuestros vecinos y con quienes nos relacionamos verán nuestras vidas y glorificarán a Dios por ellas, aunque quienes se revelan a este diseño que sólo nos hace bien, nos criticarán y nos enjuiciarán con desprecio por ser retrogrados y religiosos, y tal vez nos difamen mintiendo, así que seremos bienaventurados de Dios (Mateo 5.10) porque siempre debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. (Hechos 4.19-20).

Conclusión.

Los hombres poseemos la imagen de Dios plasmada en nuestro ser, somos espirituales y llevamos su dignidad, la cual debemos utilizar para su gloria.
Hoy en día estamos inmersos en un mar de contraste entre la Palabra de Dios y la conducta caída de los hombres. Podemos ver que del perfecto diseño de Dios para nosotros, hoy día se hace burla del concepto de la familia. Sólo por nombrar algunos ataques, ya que cualquiera de esta lista podría ser desarrollado en un tema:
Machismo
Feminismo
Legalización de aborto
Legalización del matrimonio homosexual
Legalización de la convivencia
Matrimonio igualitario
Sexualización de niños en las escuelas y colegios
Ideología de género
Prohibición de la corrección a los hijos por parte del Estado
Retiro de las Biblias de las Escuelas
Enseñanzas amorales
En medio del exilio el Señor guardó en santificación a Daniel y a sus amigos (Daniel 6.5); así como preservó a sus fieles ante la presión de rendirse ante Baal (1 Reyes 19.18), recordemos la maravillosa doxología que Glorifica a Dios que nos preservará en medio de esta Cosmovisión pecaminosa en contra de la familia que es contraria a su Palabra (Judas 1.24-25).
Mantengámonos firmes en medio de tanta presión, porque Fiel es quien nos ha prometido y no es hombre para que mienta. Seamos los Padres y Maridos que Dios diseñó en su Palabra que proveen, protegen, gobiernan y llevan su hogar a los pies de Jesús; y , seamos las Madres y esposas que bendicen y fortalecen su hogar siendo colaboradoras del liderazgo bíblico del hombre; y seamos los hijos que honran a sus padres en obediencia amorosa; y formemos ese carácter de Cristo dando a Dios el trono en el hogar y veremos como serán bendecidas nuestras vidas.
Solo a Dios sea la Gloria, porque todo es de Él, por Él y para Él.

Bibliografía o referencias externas.

Nuevo diccionario bíblico ilustrado. Ventura, Samuel Vila. Editorial Clie, 2013
Diccionario Bíblico Lexham. John D. Barry, Lazarus Wentz. Editorial: Lexham Press, 2014
Diccionario de Teología. Everett F Harrison. Editorial Desafío. 1996
www.significados.com
https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/un-llamado-la-feminidad-biblica/
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