como ser amigos de Dios
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Como ser amigos de Dios
I. Resistir al pecado v.7
“Por tanto, someteos a Dios”
“Resistid al diablo”
“y huirá de vosotros”
482. LA CONFIANZA DE UN NIÑO
IMPOTENCIA DE SATANAS
1 Ped. 5:8.
Un jovencito fue a ver a su papá y presentándose ante él con mucha serenidad, le dice:
—Papá, ¿es Satanás más grande que yo?
—Sí, hijo mío —dijo el papá.
—¿Es más grande que tú, papá?
—Sí, hijo mío, es más grande que yo.
El niño estaba muy sorprendido; pero pensó otra vez, y dijo: —¿Es más grande que Jesús?
—No, hijo mío —contestó el papá—, Jesús es más grande que él. El pequeñuelo al separarse dijo sonriendo:
—Entonces no le tengo miedo.
Tu alma tiene dos apostadores. Te toca a ti decidir cuál de ellos se la llevará. Satanás te ofrece lo que él no puede dar, es un mentiroso, y lo ha sido desde la fundación del mundo. Me compadezco de la persona que depende de las promesas del diablo … Pero el Señor Jesucristo sí es capaz de dar lo que él ofrece, y él le ofrece vida eterna a cada alma perdida.
DWIGHT L. MOODY
Si te agrada, puedes decir que es de mal gusto hablar del infierno. Di que es caridad hacer las cosas agradables, y hablar con suavidad, y tranquilizar a la gente con una constante canción de cuna de paz. ¡Líbreme Dios de tales nociones de gusto y de caridad! Mi noción de caridad es advertir claramente a la gente del peligro. Mi noción de gusto en el oficio ministerial es declarar todo el consejo de Dios. Si nunca hablo del infierno, debo pensar que estoy ocultando algo que es provechoso, y por tanto, debería considerarme cómplice del diablo.
J. C. RYLE
II. Acercarnos a Dios v.8
“Acercaos a Dios”
«y Él se acercará a vosotros»
«pecadores, limpiad vuestras manos»
«y vosotros de doble ánimo»
«purificad vuestros corazones»
III. Renovar el entendimiento
4:9 «Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza»
4:10 «Humillaos delante del Señor»
215. CONFIANZA EN NUESTRO DIOS VIGILANTE
Sal. 121.
Se cuenta que en cierta ocasión una pobre mujer demandaba del sultán de Turquía una indemnización por la pérdida de su propiedad.
—¿Cómo la perdiste? —se le preguntó.
—Me dormí y los ladrones vinieron y me robaron.
—Pero ¿por qué te dormiste? —le preguntó el sultán.
—Me dormí, porque creí que vos estabais despierto.
Al sultán le agradó aquella respuesta y la confianza que en su gobierno expresaba, y ordenó que se le pagase lo que había perdido.
Se espera que los gobiernos humanos vigilen en interés de sus gobernados; pero multitud de veces fracasan. No así el gobierno de Dios. Jamás duerme.
«y Él os exaltará»
Si no están creciendo en la gracia, santificándose cada vez más y rindiéndose por completo a la influencia del evangelio, se están engañando a ustedes mismos.
CHARLES FINNEY