Cuando Dios no responde
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· 32 viewsDios promete responder la oración. Sin embargo, ¿puede ser que a veces no lo haga? ¿Hay razones por las que Dios no respondería la oración?
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Introducción
Introducción
Los hijos de Dios oramos. La mayoría sabe qué es la oración. Sería bueno recordar lo que la oración no es: no es la mera repetición de ciertas palabras o cierta fórmula para conseguir que Dios haga lo que queremos o le pedimos.
Recordemos lo que dijo Jesús en cuanto a la oración:
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
»Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
»¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!
Entonces, ¿prometió Dios responder la oración?
Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre:Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
La palabra del Señor vino a Jeremías por segunda vez, cuando éste aún se hallaba preso en el patio de la guardia: «Así dice aquel cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.”
Sí, y podemos encontrar varios pasajes bíblicos que lo confirman.
Ahora, ¿puede suceder que alguien ore y que Dios no responda?
¿Tiene que haber algo en nuestro estilo de vida o en nuestro comportamiento que nos acerque más a las respuestas de Dios?
Sería interesante escuchar lo que Dios tiene para decirnos al respecto, ¿no te parece?
Vamos a considerar siete razones por las que Dios no responde a la oración. Esto no contradice la promesa de Jesús en cuanto a la respuesta a la oración. Más bien apunta a la actitud de quién ora.
Algunas de las razones para que Dios no responda son bastante obvias, y otras no tanto, que nos pueden sorprender. Dejémonos sorprender por Dios.
1. Si ignoramos la Ley de Dios.
1. Si ignoramos la Ley de Dios.
El que aparta su oído para no oír la ley,
Su oración también es abominable.
Dios aborrece hasta la oración
del que se niega a obedecer la ley.
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
La mano del Señor
no es corta para salvar,
ni es sordo su oído para oír.
Son las iniquidades de ustedes
las que los separan de su Dios.
Son estos pecados los que lo llevan
a ocultar su rostro para no escuchar.
Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos;
»Pero ellos se negaron a hacer caso. Desafiantes volvieron la espalda, y se taparon los oídos. Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor Todopoderoso se llenó de ira. “Como no me escucharon cuando los llamé, tampoco yo los escucharé cuando ellos me llamen—dice el Señor Todopoderoso—.
Este acto de darle la espalda a Dios, que nos inhabilita para recibir respuestas a nuestras oraciones, a veces se manifiesta en mal trato a nuestros semejantes o injusticia de nuestra parte.
Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos;que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla.
Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.
Ustedes odian el bien y aman el mal;
a mi pueblo le arrancan la piel del cuerpo
y la carne de los huesos;
ustedes se devoran a mi pueblo,
le arrancan la piel, le rompen los huesos;
lo descuartizan como carne para la olla,
como carne para el horno.»
Ya le pedirán auxilio al Señor,
pero él no les responderá;
esconderá de ellos su rostro
porque hicieron lo malo.
Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
Yo aborrezco sus lunas nuevas y festividades;
se me han vuelto una carga
que estoy cansado de soportar.
Cuando levantan sus manos,
yo aparto de ustedes mis ojos;
aunque multipliquen sus oraciones,
no las escucharé,
pues tienen las manos llenas de sangre.
2. Si estamos llenos de orgullo.
2. Si estamos llenos de orgullo.
Allí clamarán, y él no oirá,
Por la soberbia de los malos.
Ciertamente Dios no oirá la vanidad,
Ni la mirará el Omnipotente.
Si Dios no responde al clamor de la gente,
es por la arrogancia de los malvados.
Dios no escucha sus vanas peticiones;
el Todopoderoso no les presta atención.
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura:
«Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes.»
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres—ladrones, malhechores, adúlteros—ni mucho menos como ese recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo.”
3. Si ofrendamos de lo que nos sobra (o no nos sirve)
3. Si ofrendamos de lo que nos sobra (o no nos sirve)
En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.
»Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado.
»Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?”
»Pues en que tienen la mesa del Señor como algo despreciable. Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor?—dice el Señor Todopoderoso—.
»Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase de ofrendas se van a ganar su favor?—dice el Señor Todopoderoso—.
4. Si no atendemos la necesidad del pobre.
4. Si no atendemos la necesidad del pobre.
El que cierra su oído al clamor del pobre,
También él clamará, y no será oído.
Quien cierra sus oídos al clamor del pobre,
llorará también sin que nadie le responda.
5. Si pedimos para complacernos a nosotros mismos
5. Si pedimos para complacernos a nosotros mismos
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.
6. Si oramos sin fe.
6. Si oramos sin fe.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor;
Si no tratamos bien a nuestras esposas.
Si no tratamos bien a nuestras esposas.
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.
Conclusión:
Conclusión:
La oración no es solamente el acto de hablar con Dios, ese momento especial en que le dirigimos nuestras palabras con una actitud reverente.
La oración tiene que ver con toda nuestra vida.
Así que, si queremos obtener respuestas de nuestras oraciones, procuremos no olvidar todas estas razones por las cuales podríamos no ser oídos.
Si ignoramos la Ley de Dios.
Si estamos llenos de orgullo.
Si ofrendamos de lo que nos sobra.
Si no atendemos la necesidad del pobre.
Si pedimos para complacernos a nosotros mismos.
Si oramos sin fe.
Si no tratamos bien a nuestras esposas.