Nuestro gran problema
Tiempos de crisis • Sermon • Submitted
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· 27 viewsLos pensamientos y sentimientos interiores de una persona no regenerada son opuestos a Dios, haciendo que esa persona rechace a Dios y su amor. En la conversión la obra de renovación del Espíritu Santo transforma el corazón humano, habilitándolo para amar y obedecer a Dios.
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Jesús sabía a lo que venía
Jesús sabía a lo que venía
Como conocedor de todas las cosas, Jesús sabe con claridad cual es nuestro verdadero problema, nuestra real necesidad
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
El corazón no regenerado
El corazón no regenerado
Es hostil a Dios
Es hostil a Dios
Sólo los necios dicen en su corazón:
«No hay Dios».
Ellos son corruptos y sus acciones son malas;
¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!
Ver también 1 Re 15.3; 2 Cr 12.14; Pr 19.3; Jn 5.42; Hch 8.21–22; Ro 1.31; Ro 8.7; He 3.12
Está endurecido contra Dios
Está endurecido contra Dios
Sin embargo, el pueblo respondió: «No gastes saliva. Continuaremos viviendo como se nos antoja y con terquedad seguiremos nuestros propios malos deseos».
La dureza de corazón del faraón
La dureza de corazón del faraón
Éx 4.21; Éx 7.3; Éx 7.14; Éx 7.22–23; Éx 8.15; Éx 8.32; Éx 14.8
Dt 2.30; Is 6.10; Is 42.25; Jr 16.12; Dn 5.20; Mt 13.15; Hch 28.27; Ro 2.5; Ap 16.9; Ap 16.11
Espiritualmente ignorante
Espiritualmente ignorante
Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él.
Ver también 2 Sm 6.16; Ro 1.21; 2 Co 3.15; 2 Co 4.4
Orgulloso
Orgulloso
¡Estos gordos ricachones tienen todo
lo que su corazón desea!
Ver también Pr 18.12; Pr 21.4; Jr 48.29; Jr 49.16; Ez 28.2; Ez 28.17; Abd 3; Ap 18.7
Engañoso
Engañoso
»El corazón humano es lo más engañoso que hay,
y extremadamente perverso.
¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
Ver también Job 31.33–34; Sal 5.9; Sal 28.3; Sal 62.4; Pr 6.14; Pr 23.7; Pr 24.12; Pr 26.23–25; Is 44.20; Jr 22.17; 2 Ti 3.13
Pecaminoso
Pecaminoso
El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo.
Ver también Job 36.13; Sal 10.3; Sal 41.6; Sal 55.21; Pr 6.18; Pr 20.9; Is 1.5; Mt 9.4; Mt 15.18–19
Condenado
Condenado
El Señor detesta a los de corazón retorcido,
pero se deleita en los que tienen integridad.
Ver también Sal 101.4–5; Pr 16.5; Pr 17.20; Ec 11.9; Is 10.12; Jr 17.10; Ez 25.6–7; Ro 1.24
Conversión: El corazón cambiado
Conversión: El corazón cambiado
Convencido de necesidad
Convencido de necesidad
y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.
Ver también Jr 29.12–14; Hch 2.37; Hch 16.30; Ro 7.7; 1 Co 14.25
Cambiado por el Espíritu Santo
Cambiado por el Espíritu Santo
»”Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.
Ver también Jr 4.14; Jr 24.7; Ez 11.19; Ez 18.31; Jn 3.5–6; Ro 2.29; Tit 3.4–5
Dado a la fe
Dado a la fe
Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.
Ver también Hch 5.31–32; Hch 15.9; Hch 16.14–15; Ro 10.8–10; Ef 2.8
Falsa conversión
Falsa conversión
Una salvación sin cambios
Una salvación sin cambios
Mientras Saúl se daba vuelta para irse, Dios le dio un nuevo corazón, y todas las señales de Samuel se cumplieron en ese día.
Ver también Mt 13.5–6; Mt 13.20–21; He 6.4–8; He 10.26–29
Jesús, nuestra única solución
Jesús, nuestra única solución
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Debemos poner nuestra mirada en las cosas que realmente importan, en nuestra verdadera necesidad, somos pecadores ante un Dios Santo, y nuestra única salvación proviene por medio de Jesús
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.