A QUIEN VA DIRIGIDAS NUESTRAS ORACIONES (Mateo 6:9)

Notes
Transcript
1 SIGUIENDO LAS INDICACIONES DE CRISTO
2 AL PADRE (SU IDENTIDAD)
3 SOBERANO (SU POSICIÓN)
4 SANTO (SU CARÁCTER)
Introducción
Comenzamos con lo bueno, quiero decir, después del domingo pasado donde nos sirvió de manera introductoria las indicaciones de Cristo, nuestro maestro, de como debemos orar y que debemos rechazar-
Está claro, que estamos ante uno de los pasajes más claros y conocidos de la Biblia.
Quizá no haya otra porción de la Escritura tan conocida como esta; en todo lugar donde se halla el cristianismo, sus palabras son familiares; decenas y cientos de miles de personas que nunca han visto una Biblia ni han oído el Evangelio puro, conocen el “Padre Nuestro” o “Paternoster”. Bueno sería para el mundo que se conociera el espíritu de esta oración tan bien como se conoce su texto.
Estos versículos son pocos en número y se leen rápidamente, pero son de una importancia inmensa. Contienen ese maravilloso ejemplo de oración que el Señor Jesús ha provisto para su pueblo, comúnmente llamada el “Padre nuestro”.
La oración consiste de dos partes: una invocación (“Padre nuestro que estás en los cielos”) y seis peticiones; o, tres partes si la conclusión (“Porque tuyo es el reino, y el poder, etc.”) se considera parte de ella, con un total de aproximadamente setenta palabras.
Peticiones con referencia a
Dios
Su nombre
primera petición
v. 9b
Su reino
segunda petición
v. 10a
Su voluntad
tercera petición
v. 10b
Nosotros
nuestro pan
cuarta petición
v. 11
nuestras deudas
quinta petición
v. 12
nuestro adversario
sexta petición
v. 13
Vamos a ello. ¿A quien van dirigidas nuestras oraciones?

1. SIGUIENDO LA INDICACIONES DE CRISTO

Recordar que estamos en el contexto del sermón del monte, y el Señor está dado unas enseñanzas, exhortaciones, mandamientos, que sirven para confirmar la ley del AT. Esta no va desligada, sino que es vinculante.
Y el Señor, con la autoridad del Hijo de Dios, y Dios manifestado a los hombres, nos enseña, es imperativo, hacer como el Señor nos está enseñando.
a) Imperativo
Lucas 11.1–2 LBLA
1 Y aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos. 2 Y El les dijo: Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Ya dijimos, que el punto aquí es que el Señor da por hecho que el Cristiano ora, un cristiano que no ora realmente no es cristiano.
Por eso dice, orad vosotros de esta manera, no lo hagáis como los hipócritas, como los impíos, vosotros como hijos escogidos de Dios, como iglesia orad de esta manera. El verbo está en imperativo, segunda persona del plural, no es una sugerencia, es una mandamiento.

4190. προσεύχομαι orar, hacer oración

(Prosíjomai) (prosíjesze)
b) Como debemos orar
También cabe decir, el uso demasiado frecuente podría conducir fácilmente al formalismo, pecado que el Señor ha estado condenando. Además, hay que recordar que Jesús dijo: “Así” o “De este modo” o “Así es como”. El no dijo: “Usad exactamente estas palabras, y no otras”. El así llamado “Padre nuestro” es realmente la oración modelo; su sentido: Debe servir como modelo para nuestras oraciones.
Por lo tanto; Jesús procede ahora a enseñar positivamente a sus discípulos cómo deben orar: Vosotros, pues, orad de esta manera (v. 9). Así pues, en contraste con las vanas palabrerías repetitivas de los paganos, el Padrenuestro pretende ser modelo de sencillez, concisión, autenticidad, naturalidad y sinceridad.
¿Son así nuestras oraciones? ¿Oramos con autenticidad, presentando ante Dios con toda sencillez nuestros deseos y nuestras aspiraciones; o tenemos tendencia a orar amontonando frases, repitiendo palabras innecesarias, queriendo impresionar a Dios —o, peor aún, al público— con expresiones rimbombantes y superespirituales?
c) A quien debemos orar
No vale a cualquiera, como hacen las otras religiones, ya dijimos que la oración deben ser dirigidas al Jaldre por medio del Hijo y dirigidas por el E,S
Vemos que aunque oramos al Padre, el Dios Trino forma parte activa en la oración.
Obviamente sabiendo esto, desechamos toda clase de oración a otra entidad, santos, muertos, ángeles, etc etc.
Sólo al Padre, por Sólo Cristo en Sólo el Espíritu Santo.
Queda en claro inmediatamente que no todos tienen el privilegio de dirigirse a Dios de esta manera. Esa es la prerrogativa exclusiva de los que están “en Cristo”
Por lo cual, debemos orar…

2. AL PADRE (SU IDENTIDAD)

La primera frase declara a quién tenemos que orar: “Padre nuestro que estás en los cielos”. No debemos orar a santos ni a ángeles, sino al Padre eterno, el Padre de los espíritus, el Señor de Cielo y Tierra. Le llamamos “Padre” en su sentido más simple, como nuestro Creador; como S. Pablo les dijo a los atenienses: “en él vivimos, y nos movemos, y somos; […] linaje suyo somos” (Hechos 17:28).
Ya hemos visto que es al Padre, pero este no es el Padre de todos, es creador, y en un sentido bíblico y soterológico de su igleisa, por lo tanto…
a) Nuestro (adopción)
Aquí vemos la profundidad de nuestra nueva relación con Dios por medio de Cristo.
Romanos 8.15 LBLA
15 Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Gálatas 4.6 LBLA
6 Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!
Le llamamos “Padre” en su sentido más elevado, como Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos reconcilia consigo por medio de la muerte de su Hijo (Colosenses 1:20–22)
Colosenses 1.20–22 LBLA
20 y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. 21 Y aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, 22 sin embargo, ahora El os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de El,
Esto habla de a comunión que tenemos ahora con nuestro Dios y Padre, por lo tanto sólo aquellos que han nacido de nuevo pueden llamar legítimamente a Dios, Padre.
b) Como a un padre, con reverencia y sumo respeto.
C.Menor

P.100. ¿Qué nos enseña el prefacio de la oración del Señor?

R. El prefacio de la oración del Senor que dice: «Padre nuestro, que estás en los cielos» nos ensena que nos acerquemos a Dios con toda santa reverencia y confianza,216 como hijos a un padre que puede y que está dispuesto a ayudarnos; y que debemos orar con otros y por otros.218

Esto, como dijimos, aunque bien Dios es nuestro Padre, pero si respetamos a nuestro padre terrenal, mayor respeto, lugar y reverencia, debemos a nuestro Padre Celestial, soberano Dios y Señor.
Por lo tanto, esta oración debe ser como sumo respeto, adoración y humildad. No como aquel que habla a su amigo o a su hermano, mayor debe ser.
Hay quien se toma muchas licencias con Dios, hablanole como si fuera un siervo o un colega, no, no no. O dandole ordenes. Ya sabemos que debemos tener claro…
c) Quien es Dios y quienes somos nosotros.
Hermanos no se nos tiene que olvidar esto, no se nos tiene que olvidar, que Dios es el Señor soberano y nosotros somos sus hijos, siervos, esclavos.
Dios está en su trono. Y esto lo vemos en el siguiente punto.

3. SOBERANO (SU POSICIÓN)

«Que estás en los cielos»
a) Denota soberanía y poder.
Mateo 23.9 LBLA
9 Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Esto quiere decir, que Dios es sobernao y todopoderoso, y no hay nadie igual a su Nombre, ni en la tierra ni en los cielos, por lo tanto no podemos aplicar la posición de Dios a ninguna criatura.
Dios es el creador y Señor.
Salmo 115.1–3 LBLA
1 No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad. 2 ¿Por qué han de decir las naciones: ¿Dónde está ahora su Dios? 3 Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place.
b) Donde el está, su trono
En los cielos, un lugar inalcanzable por nuestros propios medios, el trono de la gracia, es accesible sólo para aquellos que son dirigidos por Dios. Sólo Dios es el que está sentado y sujeta todo.
Cuando afirmamos estás palabras, estamos afirmando que Dios es soberano, que el gobierna todo y debe ser quien guíe nuestra vida, nos estamos humillando para que el sea glorificado.
Cuando decimos estas palabras, estamos dando honra y gloria a Dios y declarando que no hay nadie como Él.
Isaías 66.1 LBLA
1 Así dice el Señor: El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. ¿Dónde, pues, está la casa que podríais edificarme? ¿Dónde está el lugar de mi reposo?
Isaías 57.15 LBLA
15 Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.
Ese lugar, al cual no podemos acceder por nuestras fueras o meritos, pero que sin duda tenemos al fe y la esperanza, que es ....
c) Donde Cristo nos dirige.
Juan 14.6 LBLA
6 Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Cristo no sólo nos enseña a orar, sino que nos muestra el camino para llegar al cielo, donde está el Padre, el camino es Él, es La Vedad que debemos tener para ir y es el que por Él nos da vida.
Hoy puede que vemos alejado en el tiempo este acontecimiento, pero vamos camino de ello.
El hijo de Dios, se hizo hijo de los hombres, para que los hijos de los hombres sean hijos de Dios. Y hacia allá nos dirigimos.
Peor esta Palabra, que estás en los cielos, también nos habla de la omnipresencia de Dios, nada queda oculto, el ve hasta en lo secreto, todo lo ve, todo lo sabe. Sólo él es así. Ni ángeles, no demonios, ni muertos, tienen este atributo, por mucho que algunos lo piensen.
Al que es santo…

4. SANTO (SU CARÁCTER)

¿Qué entendemos por esto?
Santo: qadós en Hebreo, hagio en griego, significa apartado, consagrado, de lo común de lo inmundo.
a) Sólo Dios es santo
Aplicado a Dios: Significa (a) su separación de toda la creación y de su trascendencia sobre ella; en resumen, su supremacía, majestad y reverencial gloria, como en Ex. 3:4, 5; y (b) el carácter inmaculado de su carácter como en Lv. 11:44, repetido en 1 P. 1:16.
Levítico 11.44 LBLA
44 “Porque yo soy el Señor vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra.
1 Pedro 1.16 LBLA
16 porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy santo.
b) Lo que significa cuando dirigimos estás palabras
La segunda frase es una petición respecto al nombre de Dios: “Santificado sea tu nombre”. Al hablar del “nombre” de Dios nos referimos a todos aquellos atributos bajo los cuales Él se ha revelado a nosotros: su poder, sabiduría, santidad, justicia, misericordia y verdad.
Al pedir que sean “santificados” nos referimos a que se den a conocer y sean glorificados.
Catecismo mayor de Wetsminster

P.190. ¿Qué es lo que pedimos en la primera petición?

R. En la primera petición que dice: «santificado sea tu nombre», reconociendo en nosotros y en todo hombre, una total incapacidad y disposición para honrar a Dios correctamente,1206 pedimos que por su gracia, Dios nos capacite y nos dirija, a nosotros y a los demás, a reconocer y a estimarle grandemente a Él, sus títulos,1208 atributos, ordenanzas, Palabra,1210 obras y todo aquello por medio de lo cual a Él le place darse a conocer; y glorificarlo en pensamiento, palabra1212 y obra, para que Él prevenga y elimine el ateísmo,1214 ignorancia, idolatría,1216 profanación y todo aquello que le es deshonroso;1218 y que mediante su providencia, que todo lo gobierna, dirija y disponga todas las cosas para su gloria.

c) Nuestra esperanza.
Este es nuestro deseo y esperanza.
C.Menor

P. 101. ¿Qué es lo que rogamos en la primera petición?

R. En la primera petición que dice: «santificado sea tu nombre», rogamos que Dios nos capacite a nosotros y a los demás para glorificarle en todo aquello por lo cual se da a conocer a sí mismo; y que él disponga todas las cosas para su propia gloria.220

Este debe ser nuestro principal deseo, que su nombre sea santificado, por lo que es lo mismo, glorificado, y por eso necesitamos perdirselo, para que con su E.S nos dirija en esta acción, pues en nuestra carne es imposible. Pero gracia que tenemos esta comunión.
Nuestra esperanza, ver la gloria manifestada de Dios, como la veremos el Día del Señor, de su venida.
CONCLUSIÓN
Hemos visto el comienzo de esta oración, y ya vemos que es de gran profunidad, vemos, que no es digano de ser orada a la ligera, y como digimos no es necesario orarla al pie de la letra, sino que es un modelo, una guía para hacer una oración que realmente glorifique a Dios.
Y esto empieza, alabando a Dios, identificando sus atributos y carácter, y así reconociendo nuestra pecaminosidad e incapacidad ignata.
Como vemos hemos sido llamado para glorificar el Nombre d eDIos.
“Padre, glorifica tu nombre” (Juan 12:28). Es el propósito con que fue creado el mundo; es el fin con que se llama y se convierte a los santos; es lo que debiera ser nuestra meta primordial: “Que en todo sea Dios glorificado” (1 Pedro 4:11). Para santificar su nombre
Santificar el nombre de Dios significa tenerle reverencia; por eso, reverenciar a Dios, honrarlo, glorificarlo y exaltarlo. Para hacer esto, se necesita más que un conocimiento puramente intelectual del sentido de los nombres divinos. Ciertamente significa humildad de espíritu, gratitud del corazón, estudio fervoroso de las obras de Dios hasta que la observación se convierte en un rapto de asombro y adoración.
¿Realmente lo estás haciendo? ¿Tu vida se ve reflejada en esta oración? es difcil. Pero no te aflijas, sino que esto te sirva para glorificar más a Dios, para tener más comunióm y mejor con Dios, y tomar en serio los tiempos de oración.
Para que juntos con los angéles cantemos al Señor.
Lucas 2.14 LBLA
14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace.
Pues Él es
1 Timoteo 6.16 LBLA
16 el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.
Apocalipsis 4.11 LBLA
11 Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Apocalipsis 5.12 LBLA
12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.
Cada vez que tomamos una actitud correcta siguiendo este modelo, estamos alabando, glorificando a Dios.
¡Quien tenga oídos para oír, oiga lo que el Señor dice a su Iglesia!
¡En todo, sólo a Dios y gloria!
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