La Salvación Viene del Señor
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Introducción
Introducción
El día de ayer murió La Honorable Ruth Bader Ginsburg, juez asociado, de la Corte Suprema de los EEUU.
Era una mujer brillante con un intelecto incomparable.
Venció muchas barreras para entrar en la profesión legal, que por mucho tiempo era una carrera solo para hombres.
Desafortunadamente fue una de los jueces que apoyaron la legalización de personas del mismo genero y estuvo en contra de leyes que pretendían poner barreras / restricciones al aborto.
Al escuchar la noticia acerca de su muerte, vimos muchas reacciones distintas.
Muchas personas con inclinaciones liberales están llorando su muerte pues han perdido una aliada que pelearía para proteger sus derechos (muchos de los cuales la palabra de Dios condena como ofensa contra Dios).
Otras personas con inclinaciones conservadoras se alegraron por su fallecimiento porque ahora tienen la oportunidad del actual Presidente de nominar un juez conservador para proteger los derechos de los que aun no han nacido.
Unos se alegran por su muerte y otros lloran de manera desconsolada.
Es interesante ver estas reacciones tan distintas ante el mismo evento.
El mismo evento produce en diferentes personas reacciones tan diferentes.
Pero, deberíamos detenernos un poco y considerar este evento - no desde la perspectiva de un partido político - sino desde la perspectiva de sus familiares / amigos que han perdido una madre, una abuela, o una amiga.
Si vemos su deceso desde la perspectiva de aquellos que la amaban nos damos cuenta el profundo dolor que ellos estarán sintiendo al ver que ya no pueden llamarle por teléfono, platicar con ella, mirarla sonreír.
Ellos ya no tienen la esperanza de volverla a ver. Para ellos - Ruth no era la gran juez de Corte Suprema, sino era uno de los seres humanos más amados en sus vidas que han perdido para siempre.
En la capacitación de los sábados nos hemos estado considerando el libro del profeta Jonás.
De hecho, la mayoría de los alumnos ni siquiera han salido del capítulo 1 de tal manera que sus biblias se abren solas al libro de Jonás.
Es un libro que muchos catalogan como una historia para niños.
Es cierto, el libro de Jonás es una historia que cautiva la imaginación de los niños cuando escuchan acerca del gran pez que se tragó a aquel rebelde profeta cuando fue echado al mar.
Sin embargo, el libro tiene mucho más que ver con la misión de Dios en salvar a la humanidad a pesar de la rebelión / desobediencia de sus profetas / seguidores.
Hoy consideraremos:
El mundo, según Jonás
El mundo, según Dios
El mundo, según Jonás
El mundo, según Jonás
El capítulo 1 de Jonás inicia con el llamado de Dios a su profeta.
Siendo Jonás un profeta de Dios su misión en esta vida era estar atento a la Palabra de Dios y cumplir con la orden divina.
En algunos casos Dios enviaba a sus profetas ante los reyes de la nación y exhortarlos a que se arrepintieran.
En otras ocasiones, Dios enviaba a sus profetas a animar a una nación devastada / destruida para que pusieran su esperanza en Dios - Dios los restauraría por su gran amor a su pueblo.
En el caso de Jonás, Dios envía a su profeta a Nínive, la gran ciudad.
La palabra del Señor vino a Jonás, hijo de Amitai:
“Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta Mí.”
La maldad de la nación había llegado ante la presencia de Dios.
Cuando Jonás recibe el llamado divino en este ocasión, no se registra el mensaje que Jonás habría de proclamar.
Jonás solo sabe que debe ir a esta nación y proclamar porque su pecado había llegando ante la presencia de Dios.
Es muy probable que Jonás estuviera consciente de la maldad de Nínive, la cual había subido ante la presencia de Dios.
Nínive era la última capital del imperio Asirio.
Israel había sido vencido / destruido por varios imperios - el imperio de Babilonia, Medo-Persa, y ahora por el imperio de los Asirios.
Los Nínivitas eran personas sanguinarías que no mostraban misericordia a sus enemigos.
Es como si Dios enviara a uno de nosotros a predicar a Afghanistan a el grupo Taliban - personas que han tratado sin misericordia a aquellos que no profesan su fe estricta del Islam.
Jonás al recibir el llamado divino sabe que Dios está completamente justificado en enviar a su profeta y a causa de la gran maldad de Nínive.
Nosotros sabemos la historia de como Jonás sale huyendo de la presencia de Dios para no cumplir con la comisión que ha recibido de parte de Dios.
Vemos al profeta de Dios darle la espalda al Dios que lo ha llamado.
Cuando volvemos a ver a Jonás lo vemos en un barco en dirección a Tarsis (España) puesto que quiere estar lo más lejos posible del lugar donde Dios lo había enviado.
De repente comienza una gran tormenta que llena de miedo a la tripulación del gran barco.
Pero el Señor desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse.
Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente.
Estos hombres estaban tan atemorizados, a pesar que eran hombres que conocían el alta mar.
No era la primera vez que ellos estaban en medio de una tormenta.
Sin embargo, esta tenía que haber sido una tormenta tan grande / espantosa que el miedo se apoderó de ellos y comenzaron a clamar a sus dioses.
Lo único que sabemos en estos momentos de los marineros es que estaban llenos de miedo y que el miedo llevó a estos hombres a clamar a sus dioses falsos.
El capitán se acerca al profeta dormida para entender que es lo que está pasando.
Llega el momento en que Jonás se descubre ante ellos:
Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: “¿Qué es esto que has hecho?” Porque ellos sabían que él huía de la presencia del Señor, por lo que él les había declarado.
Ellos le preguntaron: “¿Qué haremos contigo para que el mar se calme alrededor nuestro?” Pues el mar se embravecía más y más.
Y él les respondió: “Tómenme y láncenme al mar, y el mar se calmará alrededor de ustedes, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre ustedes.”
El profeta de Dios tiene una oportunidad que vale oro.
Tiene una tripulación atemorizada con corazones abiertos que han recurrido a sus dioses falsos.
Jonás tiene una audiencia atenta dispuesta a escucharlo.
Notemos lo que hace Jonás - les dice que lo lancen al mar, pero en ningún momento comparte la oportunidad de fijar sus ojos en el único Dios verdadero.
De hecho, cuando finalmente estos hombres lanzan al profeta al mar, son ellos que comienzan a clamar a Dios y vemos un gran cambio en ellos.
Entonces invocaron al Señor, y dijeron: “Te rogamos, oh Señor, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque Tú, Señor, has hecho como has deseado.”
Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia.
Jonás es vomitado por el gran pez en la costa cerca de Nínive y nuevamente viene la palabra de Dios a su profeta.
La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás:
“Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que Yo te diré.”
Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad muy grande, de un recorrido de tres días.
Entonces Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba: “Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.”
Jonás comienza a proclamar el juicio de Dios que vendrá contra la ciudad.
La Biblia no nos dice que lo que Jonás dice en el versículo 4 es exactamente el mensaje que Dios le da a su profeta.
Asumimos que este fue el mensaje que Dios le dio a su profeta.
Pero, no puedo dejar de imaginar que el profeta estaba tal vez contento al anunciar el juicio de Dios que vendría sobre Nínive.
Sin embargo, en Jonás 4 vemos el desenlace final y se abre la cortina del corazón de Jonás.
En Jonás 4 la Biblia revela lo que realmente había en el corazón de Jonás.
En Jonás 4 vemos lo que estaba sucediendo en la vida de Jonás y la razón por su rebelión y resistencia al llamado de Dios.
En Jonás 4 es donde vemos exactamente como es que Jonás miraba al mundo:
Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó.
Y oró al Señor: “¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que Te arrepientes del mal anunciado.
“Y ahora, oh Señor, Te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida.”
Jonás estaba molesto con Dios.
Jonás estaba quejándose ante el Todopoderoso.
Jonás estaba levantando una demanda ante Dios diciendo que la razón por la cual había huído a Tarsis era porque él sabía que Dios es un Dios que es “lento para la ira y rico en misericordia, y que se arrepiente del mal que ha anunciado”.
El gran temor de Jonás de ir a Nínive era que el no quería huír porque sabía que tarde o temprano Dios obraría en medio de los Nínivitas y serían alcanzados por el amor y la misericordia de Dios.
Por tanto, vemos a un Jonás que creía:
…que los hebreos eran el pueblo de Dios, eran el pueblo elegido de Dios que habían sido destruido por los Asirios.
…que los Asirios merecían el castigo de Dios por causa de su gran maldad.
…que él no iba a ser responsable de predicar a aquellos malvados Asirios que si escuchaban el mensaje de Dios, Dios los perdonaría y ya no vendría el juicio de Dios que Dios mismo había prometido.
Jonás era el profeta de Dios que quería ver la destrucción de aquellos que habían causado estragos en Israel - ellos no merecían la gracia y misericordia de Dios.
Ellos no merecían el perdón de Dios.
Ellos no merecían que Dios restaurara sus vidas.
…según Jonás, lo único que ellos merecían era la muerte y destrucción.
El mundo, según Dios
El mundo, según Dios
La última escena de este libro nos enseña una gran lección que es el mensaje central de este libro y de toda la Biblia.
Vemos a un Jonás molesto, con ideaciones de suicidio.
Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad.
Y el Señor Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta.
Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó.
Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: “Mejor me es la muerte que la vida.”
Jonás salió fuera de la ciudad esperando aun que había la posibilidad que Dios hiciera, tal vez, llover fuego y azufre como lo hizo con Sodoma y Gomorra.
Durante el día Jonás estuvo bajo la cobertura de una planta que lo protegió de los rayos del sol.
Durante la noche Dios hizo que la planta se secara y ya no pudiera proteger a Jonás del calor del desierto - esto lo llevo a una desesperación tan grande que quería morirse.
Es en este momento en que Dios confronta al profeta renuente.
Entonces Dios le preguntó a Jonás: “¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?” “Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte,” le respondió.
Entonces el Señor le dijo: “Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una noche y en una noche pereció,
¿y no he de apiadarme Yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de 120,000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, y también muchos animales?”
Dios confronta a su profeta para que vea como él tuvo más piedad por la planta que se secó.
Solo fue una planta que creció sola. Jonás ni siquiera la había cultivado. Por lo menos nos causa dolor una planta que hemos cultivado a lo largo de semanas y luego se marchita.
Dios está armando su argumento para que Jonás entienda:
El profeta de Dios se apiada por una planta pero no puedo encontrar dentro de sí mismo suficiente misericordia por:
Nínive, la gran ciudad
Nínive, la gran ciudad de cerca de 120,000 personas
Nínive la gran ciudad en la cual hay tantas personas que no saben “distinguir entre su derecha y su izquierda” - este término no se refiere a los niños sino a personas que desde su infancia no han sido enseñadas para distinguir entre lo malo y lo bueno.
Nínive la gran ciudad en la cual ha tantos animales - si Jonás no pueda encontrar dentro de si mismo misericordia por sus archienemigos (los asirios) - por lo menos podría apiadarse de la gran cantidad de animales en este lugar.
Desde el principio, cuando Dios habló a su siervo a Abram, para que saliera de Ur de los Caldeos le dijo:
Y el Señor dijo a Abram:
“Vete de tu tierra,
De entre tus parientes
Y de la casa de tu padre,
A la tierra que Yo te mostraré.
“Haré de ti una nación grande,
Y te bendeciré,
Engrandeceré tu nombre,
Y serás bendición.
“Bendeciré a los que te bendigan,
Y al que te maldiga, maldeciré.
En ti serán benditas todas las familias de la tierra.”
Desde el principio Dios ha querido alcanzar a las naciones por medio de su pueblo.
Dios alcanzó a Rahab la ramera mediante los espías hebreos.
Dios alcanzó a Rut la moabita mediante su suegra - la viuda Noemí.
Dios tiene la intención de alcanzar al mundo entero mediante aquellos que ya le conocen.
Jonás tenía la oportunidad de ser bendición para las naciones.
Jonás podría haber sido bendición para los marineros.
Jonás podría haber sido bendición para el rey y los miles habitantes de Nínive.
…pero para que Jonás pudiera ser bendición para ellos, primero tenía que verlos desde la perspectiva de Dios.
Desde el punto de vista de Dios:
…los marineros eran unos idolatras ciegos / hombres pecadores necesitados de la gracia y misericordia de Dios.
…los Nínivitas eran personas violentas, malvadas, sanguinarías, que de ser tocados por la gracia divina serían cautivados por el resplandor de la gloria de Dios y sus vidas serían transformadas.
A final de cuentas, por muy malvados que hayan sido los Nínivitas, ellos eran parte de la creación de Dios y el Dios soberano, el Dios del universo estaba determinado a salvar esa planta que estaba marchita, lista para ser arrancada y ser echada al fuego.
…pero lejos de hacer esto - Dios estaba determinado en alcanzarla mediante aun su profeta renuente y traería uno de los avivamientos más grandes de la historia humana.
Entonces los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayuno y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.
Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
Y mandó proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes: “Ni hombre ni animales, ni buey ni oveja prueben cosa alguna. No dejen que pasten o beban agua.
“Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos.
“¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamos.”
Cuando Dios vio sus acciones, que se habían apartado de su mal camino, entonces Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
¡Veamos a nuestros seres amados con el amor que los ve su creador y creamos que Dios es suficiente para salvar!