Estudio de Filipenses - Ganar a Cristo

Estudio de Filipenses  •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 1,176 views

En este estudio estaremos viendo cuál era la meta de la vida de Pablo, de la cual podemos tomar el ejemplo para nuestras vidas.

Notes
Transcript

Cuidarse de los perros, de los malos obreros y de los mutiladores.

Filipenses 3.1–3 RVR60
Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro. Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
Pablo repite las mismas cosas porque la iglesia necesita estar segura de lo que cree. La repetición sirve para asegurar y confirmar la enseñanza, diciendo “y para vosotros es seguro”.
Por eso, para remachar una verdad, uno debe repetir esa verdad, escribir esa verdad y volverla a escribir. “A mí no me es molesto escribiros las misas cosas, y para vosotros es seguro.”

Estos tres epítetos, son diferentes calificativos para describir a los judaizantes.

Perros

los llama «perros», que era un insulto judío para designar a los gentiles, era algo deshonroso, una metáfora para designar precisamente a «los malvados», a los «sin Ley». Y Pablo lo usa para defenestrar a los judaizantes.

Malos obreros

También les llama «malos obreros», no porque trabajaran poco, sino porque trabajaban para ellos mismos, para sacar ventajas personales a través de la religión.

Mutiladores

El tercer epíteto que les dirige es mutiladores, «la mutilación» (lit.). Como el término griego para circuncisión es peritomé (corte en derredor), Pablo juega con la palabra cambiándola en katatomé (corte total). Recuérdese lo que dice en Gálatas.
Gálatas 5.12 RVR60
¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
Cuando el apóstol Pablo escribió “nosotros somos la circuncisión” no se refirió a la primera circuncisión, sino a la segunda, es decir, a la del corazón, o del alma misma.
Es decir que lo interior es más necesario y vital que lo exterior. Dejándonos así un principio espiritual fundamental: Ningún rito externo tiene valor alguno sin un corazón obediente a Dios.
Mas aún, podemos afirmar que, si uno obedece a Dios todos los ritos externos pasan a un segundo plano. Para Pablo esta obediencia se traduce en servicio y en estar orgullosos de Jesucristo: “los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús”.
Filipenses 3.4–7 RVR60
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

Confiar en la carne.

Aquí la expresión “confiar en la carne” no se refiriere a lo negativo como el adulterio, los pleitos, las borracheras, etc., sino a algo positivo, elogiable, deseable, distintivo y de lo cual mucha gente se sentiría orgullosa y honrada.
“Confiar en la carne” en este contexto significa “confiar en el estatus social o en los antecedentes de su propia familia, en la herencia que recibió, el linaje del cual procede, es confiar en el grupo religioso que pertenece y también, confiar en la carne es confiar en los logros personales”.
Al decir “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más” se estaba refiriendo a los que se comparaban con él, pensando que Pablo no tenía el “pedigrí” que ellos tenían.
Y aquí podemos leer entre líneas que si muchos no sabían quien fue Pablo antes de conocer a Cristo, esto nos muestra que no hablaba de sí mismo, ni de sus logros, ni de sus títulos ni de su linaje. Solamente si se veía forzado, como en esta ocasión, hablaba de sí mismo.

Pablo menciona siete cosas que antes consideraba que eran una ganancia, pero ahora cree que son una pérdida

(1) Pablo fue circuncidado al octavo día.

De acuerdo a la Ley del Antiguo Testamento.

(2) Era del linaje de Israel.

Linaje significa “Conjunto de los antepasados o descendientes de una familia”.

(3) Además, era descendiente de una tribu famosa, la tribu de Benjamín.

Es decir, de la tribu del primer rey de Israel, por lo cual Pablo podía decir que tenía “sangre azul”, o sangre de reyes.

(4) Se enorgullecía de ser hebreo de hebreos.

Es decir, “hebreo de pura cepa” (NBE)

(5) En cuanto a la Ley, fariseo.

En aquel tiempo se pensaba que los fariseos eran los que mejor obedecían la ley de Dios, y eran, por lo tanto, grandemente estimados y respetados en el pueblo.

(6) En cuanto a celo, perseguidor de la iglesia.

La palabra “celo” aquí significa “cuidado, interés, espero que alguien pone para hacer algo”. Otras versiones traducen “mi fanatismo lo demostré persiguiendo a la iglesia” (LAT) “si se trata de intolerancia, fui perseguidor de la iglesia”.

(7) Por último, “en cuanto a la justicia que es por la Ley, irreprensible”.

Si había una persona que cumplía con toda fidelidad la Ley de Dios del Antiguo Testamento, ese hombre era Pablo. Sin embargo, Pablo arrancó esta “chapa” y la arrojó al suelo diciendo “Pero cuántas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo”.

Ganar a Cristo

Filipenses 3.8–11 NVI
Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos.
El mayor objetivo de Pablo fue lograr para sí mismo “la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús” y para lograrlo estaba dispuesto a sacrificarlo todo y a estimar todas las cosas como pérdida o daño.
Porque para lograr algo de mucho valor o alcanzar una meta extraordinaria siempre uno tiene que relegar cosas que son legítimas y buenas. Porque no se puede tener todo si uno anhela lo mejor.
Siempre debemos renunciar o rechazar algo que nos gusta para alcanzar nuestra meta suprema. Y la meta suprema de Pablo fue “la excelencia, la sublimidad, la superioridad del conocimiento de Cristo Jesús”.
En esta frase el apóstol Pablo emplea un término un poco fuerte al decir “todo…lo tengo por basura” o mejor dicho “por excremento” o “desperdicio” para ganar a Cristo, indicando de esta manera el enorme contraste entre su meta y cualquier gloria en el mundo.
Consideró de muy baja estima lo que perdió y de la más alta estima el hecho de “ganar a Cristo y ser hallado en él”. Por otra parte, nosotros acostumbramos emplear términos como “ganar almas” cuando nos referimos a la evangelización. Pero el mayor anhelo de Pablo no era “ganar almas” sino “ganar a Cristo”.

El apóstol Pablo se propuso lograr cuatro metas en relación a Jesucristo:

(1) Primero: Conocer a Cristo.

“lo he perdido todo…a fin de conocerle”

(2) Su segunda meta fue conocer el poder de la resurrección de Cristo.

“y el poder de su resurrección”. Jesús resucitó a varias personas que murieron y concedió ese poder a sus discípulos diciendo “sanad enfermos, resucitad muertos”.

(3) Su tercera meta fue tener comunión con los padecimientos de Cristo.

Aquí se refirió a lograr una “koinonía” o participación con los sufrimientos del Señor. Porque Cristo no está ajeno al sufrimiento de su iglesia, la cual es su cuerpo. Lo que sufre la iglesia, lo sufre Cristo; nuestros dolores son sus dolores.

(4) Por último, su meta fue morir como Cristo murió.

“llegando a ser semejante a él en su muerte”.

CONCLUSIÓN:

Estaría bueno que cada uno hagamos un repaso de las metas que ya hemos logrado en la vida y cuantas cosas tuvimos que dejar para lograrlo.
Y después de hacerlo estaría bueno, que hagamos lo mismo que Pablo y nos pongamos la gran meta de nuestras vidas, una sola, la más importante, por la cual estaríamos dispuestos a dejar todo lo que hemos logrado en el nivel de “basura”… CRISTO…!
Related Media
See more
Related Sermons
See more