Tres bendiciones de la obediencia a la palabra de Dios.

Introducción:

Cuando hablamos de hacer cumplir, guardar, la palabra de Dios, , en término más amplio; se refiere a la obediencia a la voluntad revelada por Dios, su mandato, su oráculo; en fin, es toda la revelación expresada por Dios.

Encontramos en los versículos del 1-8, del salmo 119, al salmista deleitándose de los resultados, que produce la obediencia a la palabra de Dios en el hombre.

El divide y nos presenta que hay tres BENEFICIOS que deben estar presente en cada hombre que obedece su palabra.

I. SON BIENAVENTURADOS (V. 1–3).

II. DESEA SER MÁS OBEDIENTE A LOS MANDAMIENTOS Y A SEGUIR LAS LEYES DIVINAS (V. 4–6).

III. DA GRACIAS A MEDIDA QUE APRENDÍA MÁS DE LOS ESTATUTOS DE DIOS (V. 7–8).

Ahora analicemos cada uno de esos beneficios.

I. SON BIENAVENTURADOS (V. 1–3).

Salmo 119.1–3 RVR60

1 Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová. 2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan; 3 Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.

Cuando el salmista dice. “Bienaventurado los perfectos de caminos”, él está diciendo, es doblemente bendecido, estamos hablando de la existencia en la vida del hombre de un gozo profundo y contentamiento en Dios.

Esa bendición es producto de andar, conducirse, vivir conforme a la ley de Dios.

Estamos hablando de alguien que goza del favor de Dios en sus vidas.

Estamos hablando de que aquellos, que al gozar del favor de Dios, viven una vida en integridad.

Dice el versículo 2, que “guardan sus testimonio y buscan a Dios de corazón”

El salmista está hablando de una persona, que es bendecida por andar conforme a la palabra de Dios, guardar sus testimonios y buscara a Dios en todos los aspectos de su vida: Con el intelecto, con la voluntad y con las emociones. y que tendrá como resultado una vida de integridad.

El verso 3, dice “ No hace iniquidad, los que andan en tu caminos”.

Otro resultado importante al ser doblemente bendecido por Dios, es que nos apartamos de todo aquello y aquellos que es malo o hacen lo malo delante de Dios, no vive en pecado.

Producto de esa forma de vida, hay otros beneficios de la obediencia a Dios.

II. DESEA SER MÁS OBEDIENTE A LOS MANDAMIENTOS Y A SEGUIR LAS LEYES DIVINAS (V. 4–6).

Salmos 119:4-6

Salmo 119.4–6 RVR60

4 Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos. 5 ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos! 6 Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.

Ahora este tipo de personas, entiende la ordenanza o precepto de Dios; él, dice: “Muy guardadas sean tus estatutos” y con esto recalca la actitud de obediencia activa, no distraída.

Lo que el salmista dice, es que no hemos de ser diligentes en hacer ordenanzas, como eran los fariseos, sino en guardar las que Dios dio, lo que Dios ha dicho.

Por eso él dice: “¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos!”

Él expresa un deseo fuerte que es una oración, el salmista sigue siendo humilde, reconoce que le falta más crecimiento, reconoce que al crecer en experiencia con el Señor, su capacidad de cumplir la voluntad de Dios también crece.

Y en ese crecimiento, también reconoce que una vida así, le guarda de la vergüenza.

No sería avergonzado (v. 6) habla de la confianza y firmeza de vida que viene de tomar en serio los mandamientos de Dios.

y de igual manera que el anterior, el salmista, llega al tercer beneficio:

III. DA GRACIAS A MEDIDA QUE APRENDÍA MÁS DE LOS ESTATUTOS DE DIOS (V. 7–8).

Salmos 119:7-8

Salmo 119.7–8 RVR60

7 Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios. 8 Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente.

Primero reconoce la bendición de vivir conforme a su palabra, luego dice, esa vida, anhelará más crecimiento, seguir guardando su palabra y por último, producirá agradecimiento.

De nuevo el salmista expresa su deseo de seguir creciendo en el conocimiento de tus justos juicios y en la santidad, rectitud de corazón, que a su vez, aumenta su capacidad de alabar a Dios.

Hermanos, el creyente que ama a Dios y a su Palabra sigue subiendo una espiral de más comunión, más servicio, más felicidad verdadera, más santidad y más alabanza.

En ese agradecimiento, el salmista dice: Tus leyes (estatutos) guardaré (v. 8); el reconoce que tiene que mantenerse en guardar la Palabra de Dios y siempre depende de Dios para guardarle a él; no queda lugar para el orgullo espiritual.

Hay un reconocimiento de la necesidad de guardar su palabra y dependencia de Dios, para lograrlo.

Conclusión:

Analicemonos nuestra condición espiritual, delante de la palabra de Dios, debemos verificar si estamos guardando la palabra de Dios, cómo el salmista expone, si estamos en obediencia a la palabra.

Pero también analicemos si estos beneficios que hoy hemos estudiado, están en nuestras vidas.

Sino es así, podemos comenzar hoy mismo a guardar, obedecer la palabra de Dios.

Si nos encontramos bendecido, anhelemos como el salmista seguirlo haciendo, seguir creciendo y seamos agradecidos con Dios.