Clase n°4 - Nuestra Obra

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Cómo desarrollamos la obra que el Señor nos encomendó:

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CLASE DE INTEGRACIÓN 3 - NUESTRA OBRA

Cómo desarrollamos la obra que el Señor nos encomendó:

Para descubrir cómo desarrollar la obra que Dios nos encargó debemos tener en claro qué es la iglesia.

¿Qué es la iglesia?

La iglesia, no es una organización, si bien está organizada; no es una institución humanitaria, aunque trabaja muy de cerca con las necesidades humanas; no es una asociación, aunque sus miembros se asocian unos con otros; tampoco es una empresa, si bien ésta lleva adelante el más grande emprendimiento en todo el mundo, no es un edificio, aunque los usa. Y aunque está formada por seres humanos no es humana; la iglesia de Cristo, por naturaleza, es sobrenatural, divina, espiritual y por sobre todo es el Cuerpo de Cristo y por lo tanto un “Organismo Vivo”. Compuesto por personas regeneradas, o sea que han vuelto a nacer y están llenas del Espíritu Santo, que es el que le da vida al cuerpo.
Efesios 1.22–23 RVR60
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
En la Biblia encontramos varias analogías para hacer referencia a la iglesia; un redil, el pueblo de Dios, la familia de Dios, un cuerpo, un edificio, etc.
A nosotros no gusta más identificarnos con estos dos últimos, un CUERPO y un EDIFICIO.
El mismo Jesús dijo:
Mateo 16.18–19 RVR60
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Así como un edificio, el cuerpo de Cristo que es la iglesia debe ir desarrollándose y creciendo continuamente, a esto se le dice “EDIFICACIÓN”. El apóstol Pablo, escribiéndole a los Corintios dice:
1 Corintios 3.9–12 RVR60
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
Este pasaje denota y deja bien en claro que el proceso de edificación o desarrollo del cuerpo de Cristo que es la iglesia, consta de tres etapas básicas: “FUNDAMENTACIÓN, EDIFICACIÓN Y SOBREEDIFICACIÓN”.
Y esta construcción Jesús la hace a través de sus ministros, si bien él dijo, que iba a edificar su iglesia, lo hace de manera personal a través de aquellos, que él mismo constituyo para esta tarea, como bien dice el apóstol Pablo en el pasaje anterior, “ustedes son el edificio de Dios, y nosotros somos colaboradores de Dios.
Veamos un poco cada etapa:

1) Fundamentación.

1 Corintios 3.11 RVR60
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Como toda construcción, el edificio será tan fuerte como lo es su base, de la misma manera pasa en la vida de los creyentes.
Cuando uno se arrepiente y se entrega, CRISTO pasa a ser el fundamento de la vida, pero esto no es instantáneo.
Las enseñanzas antiguas, que fueron transmitidas y que recibimos, principalmente de nuestros padres, familiares, maestros, amistades etc. como también lo que aprendimos de las experiencias de la vida, todo esto y mucho más ha formado el FUNDAMENTO ANTIGUO de nuestra vida.
Todo esto formó nuestra personalidad, nuestro carácter, y a través de este fundamento interpretamos la vida, el mundo, lo espiritual, Dios, etc. Pueden ser cosas buenas como malas, pero independientemente de eso, Dios tiene un mejor fundamento para nuestras vidas que debe suplantar todo el otro fundamento y no es nada más ni nada menos que su Hijo Jesucristo.
El apóstol Pedro habla claramente de esto en su primera carta.
1 Pedro 1.18 NTV
Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata
El fundamento vacío (sin Cristo) que heredamos de nuestros padres, y del cual fuimos rescatados por la sangre de Jesús, tiene que ir siendo DESTRUIDO, a medida que el fundamento de Cristo va siendo CONSTRUIDO. Y esas cosas que destruimos, no deben volver a ser construidas. Si el fundamento no es Cristo, debe ser destruido.
Gálatas 2.18 RVR60
Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Pablo, le explica a los Gálatas que si destruyeron el fundamento antiguo y comenzaron a edificar en Cristo, no pueden volver a construir lo que destruyeron porque se convertirían en transgresores.
Mateo 7.24–25 RVR60
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
En este pasaje vemos claramente a Jesús decir que el que oye sus PALABRAS y las hace está edificando sobre la roca, que es Cristo, que es el Fundamento.
Por ejemplo: Mis padres me enseñaron que no debo dejarme pasar por encima y que debo tomar cartas en cualquier asunto que me perjudique y debo hacer justicia a toda costa.
Sin embargo Cristo dice que debemos perdonar a todos, que no debemos vengarnos, y que aún si mi enemigo tuviere hambre le tengo que dar de comer.
Es muy importante entender, que no se puede poner un fundamento sobre otro fundamento.
Uno de los dos debe ser desestimado o destruido, por más buenas cosas que nos hayan enseñado nuestros padres, la enseñanza de Cristo es mucho mejor, y yo debo elegir sobre cuál fundamento voy a edificar, edificar mis relaciones, mi familia, mi trabajo, mi servicio al Señor, etc.
Por otra parte, el Señor a través del ministerio de su iglesia, comienza un proceso de RESTAURACIÓN, sanidad y liberación en nuestra vida, que comienza al arrepentirnos y poner nuestra fe o confianza en Jesucristo. Isaías describe claramente este proceso.
Isaías 61.1–3 RVR60
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Este proceso de sanidad, liberación y restauración comienza al recibir las buenas nuevas, y a causa de eso se desata la sanidad, “vendar a los quebrantados de corazón”, la liberación “publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de la cárcel”, y la restauración “Reedificarán las ruinas antiguas… y restaurarán”.

En esta etapa nuestro trabajo como iglesia, es como la de un HOSPITAL.

Y se enfoca, principalmente, en sanar, liberar y restaurar las vidas de las personas, compartiendo el evangelio, bautizándolos e integrándolos al cuerpo de Cristo, enseñándoles y discipulándoles.
Esto lo hacemos a través de relaciones discipulares, o sea, nos relacionamos intencionalmente, no simplemente para desarrollar una amistad, sino para fundamentar a los creyentes con las enseñanzas y la vida de Cristo en nosotros.

2) Edificación.

Apenas comienza la fundamentación y Cristo es establecido en nuestra vida como la base sobre la cuál vamos a construir, comienza también la etapa de EDIFICACIÓN, en donde las enseñanzas de Cristo, ya establecidas, comienzan a dar fruto y con la ayuda de otros hermanos vamos descubriendo cómo vivir la nueva vida en Cristo.
1 Corintios 3.10 RVR60
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
El fundamento ya fue echado cuando creímos en Cristo y se va a afirmando cada día. Sobre ese fundamento comienza la etapa de edificación con la ayuda de otros hermanos, quienes nos van enseñando, guiando y ministrando para que la vida sea construida con los materiales más preciosos.
1 Corintios 3.12–13 RVR60
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
En su mayoría, las personas construyen sus vidas con madera, heno, hojarasca, que son, como dijimos anteriormente, las enseñanzas de nuestros antepasados, las experiencias de la vida, etc. éstos son materiales que no resisten la prueba, por lo tanto, las personas vienen a Cristo con graves problemas estructurales en sus vidas que terminan por derrumbarse.
Y el trabajo, tanto de la iglesia, como de las personas que vienen a Cristo, es comenzar a reedificar.
Isaías 61.4 RVR60
Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.
Esta reedificación tiene que ver con empezar a aprender y poner en práctica las enseñanzas de Cristo.
Que no son para filosofar, sino para la vida misma, para la vida practica y cotidiana, y para esto hay que trabajar mucho, pero sabemos y lo hemos comprobado, que una vida construida sobre las enseñanzas de Cristo es como una casa construida sobre una roca.
Lucas 6.48 RVR60
Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
Otra de las facetas de esta edificación, tiene que ver con el empezar a interactuar en el cuerpo de Cristo con los demás miembros.
Yo soy edificado por otros, y otros son edificados por mí.
Efesios 4.16 RVR60
de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Y es aquí donde se empieza a desarrollar el servicio , la actividad propia de cada miembro produce crecimiento, personal y al cuerpo.
Pero no es un activismo sin sentido, sino la actividad de un miembro que comienza a funcionar como parte de un todo, descubriendo y desarrollando sus dones.
La vida de servicio no es solamente realizar alguna tarea u ocupar algún cargo en la iglesia, sino, que es una vida entregada completamente para servir a Dios en todas las áreas de su vida, y esto se llama adoración.
1 Pedro 2.5 RVR60
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

El ministerio de la iglesia en esta etapa es más parecido al trabajo de una ESCUELA.

Lo del hospital ya lo dejamos atrás, las heridas están siendo sanadas, la vida va siendo reconstruida y ahora empiezo a funcionar para servir a Dios y a los demás. La enseñanza y el aprendizaje son fundamentales en esta etapa.
De la misma manera que mencionamos anteriormente, esto lo hacemos a través de las RELACIONES, con la intención de ayudar y colaborar con Dios en lo que él está haciendo en la vida de mi hermano.

3) Sobre-edificación.

En tercer lugar, y como parte del proceso de edificación, se da una tercer etapa muy importante; la SOBREEDIFICACIÓN.
1 Corintios 3.10 RVR60
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
Siendo fundamentados, a través de la predicación del evangelio, cuando creímos, y siendo edificados a través de la enseñanza, comienza naturalmente, a causa del crecimiento y la madurez, un nuevo desafío personal, la sobre edificación. Y digo, “personal”, ya que el apóstol deja bien en claro al decir “cada uno” que ahora en esta etapa todo depende de nuestra propia iniciativa, compromiso y responsabilidad.
En esta instancia, nuestra sobreedificación, depende de nuestra respuesta al llamado al servicio de parte del Señor y a poner en funcionamiento los dones que el Espíritu Santo nos da.
Es muy importante aclarar, que en Cristo, siempre estamos aprendiendo, siempre necesitamos ser enseñados, siempre somos discípulos. Pero el proyecto de Dios para nuestras vidas es que crezcamos y avancemos hasta llegar a ser como su Hijo Cristo, ministros y sacerdotes para nuestro Dios.
Isaías 61.6 RVR60
Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes.
Apocalipsis 1.6 RVR60
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Dios no quiere que nos quedemos en una eterna etapa de sanidad, si bien pueden haber siempre cosas que sanar; Dios no quiere que seamos eternamente alumnos, aunque siempre debemos estar aprendiendo.
Dios quiere que seamos sanados, liberados, y que aprendamos, para después convertirnos en personas que se desarrollan y avanzan para llegar a ser como Cristo, transformándonos en maestros, líderes, pastores, ministros, que fundamentan y edifican a otras personas.
Hebreos 6.1–3 RVR60
Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
Este pasaje de Hebreos deja bien en claro que la voluntad de Dios no es que nos quedemos dando vuelta en las primeras cosas que aprendimos, o sea en el fundamento, sino que avancemos hacia la madurez.
El versículo tres en la versión NTV dice: 'Así que, si Dios quiere, avanzaremos hacia un mayor entendimiento.'
Dios quiere que avancemos en el crecimiento y en la madurez de nuestra vida cristiana, y esto no es posible sin comprometernos con las cosas que Dios nos pone por delante.
No podemos crecer, ni madurar si no nos comprometemos a dar a los demás lo que hemos recibido.
Hebreos 5.12–14 RVR60
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Vemos en este pasaje la exhortación a aquellos que no quisieron comprometerse a seguir avanzando y se quedaron estancados en su vida espiritual; siendo adultos, en lugar de comer el alimento sólido, prefieren la leche de un bebé.
La leche espiritual es para un recién nacido en Cristo para que por ella se nutra y se alimente para “crecer…”
1 Pedro 2.2 RVR60
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
Pero una vez crecido, ya la leche no tiene los suficientes nutrientes para seguir creciendo y es necesario cambiar la alimentación y comenzar a comer alimento sólido.
El creyente maduro requiere alimento sólido, o sea, una formación firme, extensa y profunda en la Palabra de Dios, con la que se puede manejar él mismo y enseñar a otros con autoridad moral y espiritual viviendo lo que enseña.
2 Timoteo 2.15 RVR60
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Esta madurez, según el pasaje de Hebreos, requiere por lo menos tres cosas:

a) Tiempo, no hay que apresurar el proceso (v. 12).

b) Crecimiento en el conocimiento de la Palabra de Dios (v. 13).

c) Experiencia en el uso de la Palabra en discernir entre el bien y el mal (v. 14).

Todo este tiempo invertido, el estudio profundo de la palabra de Dios y experiencia en la vida cristiana, no es para otra cosa que para usarla en la fundamentación y en la edificación de la vida de otros creyentes.
1 Pedro 5.2–3 RVR60
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

El ministerio de la iglesia en esta etapa es más parecido al trabajo de un EJÉRCITO.

Ya no es como la de un hospital, ni como el de una escuela, sino, que más bien, es parecido al trabajo de un ejército preparado y listo para la batalla.
De la misma manera que mencionamos anteriormente, esto lo hacemos a través de las RELACIONES, ya no esperando recibir de los demás, sino, estando dispuesto a dar, relacionándonos con otros para fundamentarlos y edificarlos en Cristo.
Es por esto que nosotros vemos a la iglesia como un edificio en construcción y este edificio que es la iglesia no es otra cosa que las mismas personas que la componen. Al ser edificadas las personas, es edificada la iglesia.

1) La mano de obra: Los ministros y los santos.

Lo visto anteriormente, deja bien en claro que el proceso de edificación o desarrollo del cuerpo de Cristo que es la iglesia, consta de tres etapas básicas: “Fundamentación, edificación y sobre-edificación.
Esta construcción Jesús la hace a través de sus siervos u obreros, que vamos a llamar MINISTROS.
Si bien Él dijo que iba a edificar su iglesia, la mano de obra es de aquellos que Él mismo constituyó para esta tarea. Como bien dice el apóstol Pablo en el pasaje que usamos como base, “ustedes son el edificio de Dios, y nosotros somos colaboradores” (1 Corintios 3.10).
Efesios 4.11–12 RVR60
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
La tarea de este grupo de ministros es PERFECCIONAR a los SANTOS, para hacer la obra del ministerio, con el fin de edificar el cuerpo de Cristo, que es la iglesia.

CONCLUSIÓN:

En éste estudio respondimos básicamente dos preguntas: qué es la iglesia, y cómo es edificada.
Definimos que la iglesia es un organismo vivo que está en constante crecimiento y que es edificada como un edificio en construcción que consta de tres etapas.

1. Fundamentación.

Cristo es establecido en mi vida como fundamento – La iglesia funciona como un hospital.

2. Edificación.

Soy edificado con la ayuda de otros hermanos, descubriendo mis dones y disponiéndome a servir – La iglesia funciona como una escuela.

3. Sobreedificación.

Me comprometo a desarrollar un ministerio para fundamentar y edificar a otros – La iglesia funciona como un ejército.

4. La Mano de Obra.

La mano de obra de esta edificación es llevada adelante por todos los santos (creyentes) que son perfeccionados por los ministros, para la obra del ministerio, para edificación de la iglesia.
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