¿Cómo conocer a Dios?
Notes
Transcript
En los estudios anteriores de esta serie “Conozcamos más a Dios”, hemos respondido a las preguntas: ¿Existe Dios? ¿Quién es Dios? ¿Cómo es Dios? y ¿Qué hace Dios?.
Las respuestas a esas preguntas no tendrían mucho valor si no contestamos a las preguntas ¿Es posible conocerle? y ¿Cómo conocer a Dios?
Generalmente, cuando le hablo a personas acerca de Dios y conocerle, me preguntan: ¿De cuál religión es usted? Otros me dicen, “ya tengo mi religión”; pero...
Conocer a Dios no es asunto de religión.
Conocer a Dios no es asunto de religión.
Mucha gente piensa que por que tienen una religión ya conocen a Dios, pero Dios no está interesado en que la persona tenga una religión sino una relación personal con Él.
“Ser hijo de Dios no es asunto de religión y conveniencia sino de relación y obediencia.” (Hugo García)
Hay grandes diferencias entre religión y relación:
Religión Relación
Impuesta a la persona Escogida por la persona
Por obligación Por decisión personal
Por temor Por amor
A menudo desde el nacim. Desde el entendimiento
Lleva a perdición Resulta en salvación
Creada por el hombre Creada por Dios
El Griego, el lenguage en que fue escrito el NT, usa palabras diferentes que a menudo son traducidas como “conocer” en español (to know en Inglés). Una cosa es saber de alguien o algo,
οἶδαb: to have the knowledge as to how to perform a particular activity or to accomplish some goal
“ to possess information about”, to know about”.
Otra es conocer a ese alguien. La palabra usada para eso, es diferente:
γινώσκωc: to learn to know a person through direct personal experience, implying a continuity of relationship
Dios se revela en la persona de Jesús.
Dios se revela en la persona de Jesús.
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer.
Jesús vino a darnos a conocer al Padre.
Conociendo a Jesús conocemos a Dios.
Conociendo a Jesús conocemos a Dios.
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
¿Cuál crees que es la palabra griega usada en este versículo? Ginosko!
Un conocimiento relacional, directo, y personal de Dios.
Tengo un conocimiento informacional sobre el presidente del país: yo sé cómo se llama, cómo luce, donde vive, y quien es su esposa; pero no tengo un conocimiento relacional, personal, y directo de él porque no es mi amigo, no hablo con él, no paso tiempo con él, y no conozco su corazón. No tenemos una relación personal!
Observando la Creación podemos obtener un conocimiento cognitivo de Dios, información acerca de Dios, pero el conocimiento relación solamente es posible conociendo a Jesús.
Conocemos a Jesús por las Escrituras.
Conocemos a Jesús por las Escrituras.
Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
Cuando leemos las Escrituras, estamos “oyendo” a Dios hablar. La Biblia es la Palabra de Dios.
Las Escrituras nos hablan de Dios. Los Evangelios son los registros históricos que nos describen la encarnación de Dios como Jesús, el Hijo. Describen lo que Jesús hizo, enseñó, y prometió. Conocemos a Jesús a través de los Evangelios, y conociendole a Él, conocemos a Dios.
Es importante recalcar que tu puedes tener un conocimiento cognitivo o informacional (oidamen) leyendo los Evangelios (saber de Jesús), y no necesariamente un conocimiento relacional y directo (ginosko) de Dios (conocer a Dios).
Para conocer a Dios es necesaria la intervención del Espíritu Santo, porque:
Sin el Espíritu Santo es imposible conocer a Dios.
Sin el Espíritu Santo es imposible conocer a Dios.
Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí,
Dios es la verdad, Jesús es la verdad:
Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
La religión enseña que podemos llegar a Dios por medio de algún santo o una virgen, pero aquí dice que la única manera de llegar al Padre es por medio de Jesús.
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,
El Espíritu Santo es quien trae convicción al corazón.
El Espíritu Santo es quien trae convicción al corazón.
La primera parte de la obra del Espíritu en la vida de alguien que quiere conocer a Dios es traerle q convicción de su pecado y las consecuencias de ello, del regreso de Jesús a su reino, y del juicio al diablo:
Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio;
El Espíritu habla a la conciencia del hombre para hacerle ver su pecado y llamarle al arrepentimiento.
En el momento de convicción, el hombre tiene la opción de aceptar el llamado al arrepentimiento o de rechazarlo, como fue el caso de un joven rico...
Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de El, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. Tú sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre”. Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
Su pecado era el amor al dinero. El joven prefirió no recibir vida eterna que arrepintirse de su pecado.
Pero si el hombre acepta el llamado del Espíritu al arrepentimiento, entonces comienza la relación o el conocimiento de Dios:
La relación comienza recibiendo el Espíritu.
La relación comienza recibiendo el Espíritu.
Regularmente hablamos de recibir a Cristo en el corazón, pero en realidad es el recibimiento del Espíritu Santo, porque no es Cristo en carne y hueso, sino en Espíritu.
El Espíritu toca la puerta, pero entra solamente si es invitado a pasar. Eso puede ser hecho con un “ven a mi vida”, “entra en mi corazón”, “quiero recibirte”, etc. Lo importante no es la forma de las palabras sino creer y la disposición a recibirle.
En ese momento, la persona es “sellada” por el Espíritu; el sello de propiedad por el cual Dios dice “este es mío”.
En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa,
Muchas personas han leído porciones de la Biblia y no la ha entendido. ¿Por qué? Porque están en tinieblas, no pueden ver ni entender las verdades espirituales:
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
El hombre natural es el que no ha recibido el Espíritu de Dios.
La segunda parte de la obra del Espíritu es hecha en aquellos que respondieron positivamente a la convicción de pecado, y es parte es ayudarle a conocer a Dios iluminándole para que conozca la verdad:
Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.
¿Quieres conocer a Dios o tener una relación personal con Él? Responde al llamado del Espíritu, pasa tiempo conociendo a Jesús por medio de leer las Escrituras, y habla con Él todos los días.