El Perdón Verdadero

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Dios nos capacita e inspira a perdonar genuinamente al igual que él lo hizo con nosotros por medio de la cruz. Veamos cómo esto se refleja en su iglesia.

Notes
Transcript

Introducción

Historia de Katherine Wounds that Heal pp. 130-131 (hasta cita 2).
Una de los habilidades que otros más esperan ver de un cristiano es a la vez uno de los procesos más dolorosos que podemos experimentar: el perdón.
Quisiera tomar un tiempo para repasar lo que vemos en algunas partes de la Biblia donde Dios nos enseña acerca del perdón que le agrada a Dios.

En Jesús

Sus palabras

Jesús, nuestro Salvador y perfeccionador de la fe es nuestro maestro y ejemplo perfecto y no es diferente en el tópico del perdón. Este tema fue uno que él trató en varias ocasiones. Miremos sus palabras.
Mateo 6.9–13 NTV
9 Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. 10 Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo. 11 Danos hoy el alimento que necesitamos, 12 y perdona nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. 13 No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno.
Mateo 6.14–15 NTV
14 »Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; 15 pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.
Versos 12, 14 y 15 son enseñanzas claves que Jesús nos deja y es resaltado en otro evangelio:
Marcos 11.25 NTV
25 Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.
Más adelante comienza a profundizar en esta enseñanza cuando le es preguntado por sus discípulos acerca del mismo tema.
Mateo 18.21–35 NTV
21 Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces? 22 —No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete. 23 »Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero. 24 En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata. 25 No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda. 26 »El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”. 27 Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda. 28 »Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata. Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato. 29 »El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó. 30 Pero el acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso en prisión hasta que pagara toda la deuda. 31 »Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho. Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido. 32 Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. 33 ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. 34 Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda. 35 »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos.

Su práctica

Muchas veces podemos decir en manera de broma “has como digo no como ando”… pero para Jesús no fue así. El practicó lo que nos enseñó. Aún más, el lo practicó en su momento más difícil.
Lucas 23.13–35 NTV
13 Entonces Pilato llamó a los principales sacerdotes y a los otros líderes religiosos, junto con el pueblo, 14 y anunció su veredicto: «Me trajeron a este hombre porque lo acusan de encabezar una revuelta. Detenidamente lo he examinado al respecto en presencia de ustedes y lo encuentro inocente. 15 Herodes llegó a la misma conclusión y me lo devolvió. Este hombre no ha hecho nada que merezca la pena de muerte. 16 Así que lo haré azotar y luego lo pondré en libertad». 18 Pero un gran clamor surgió de la multitud, y a una voz la gente gritó: «¡Mátalo y suéltanos a Barrabás!». 19 (Barrabás estaba en prisión por haber participado en un levantamiento contra el gobierno en Jerusalén, y por asesinato). 20 Pilato discutió con ellos porque quería poner en libertad a Jesús, 21 pero la multitud seguía gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». 22 Por tercera vez insistió Pilato: «¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? No encuentro ninguna razón para condenarlo a muerte. Lo haré azotar y luego lo soltaré». 23 Pero la turba gritó cada vez más fuerte, exigiendo que Jesús fuera crucificado, y sus voces prevalecieron. 24 Entonces Pilato sentenció a Jesús a muerte como la gente reclamaba. 25 Como habían pedido, puso en libertad a Barrabás, el que estaba preso por levantamiento y asesinato. Y les entregó a Jesús para que hicieran con él como quisieran. 26 Cuando ellos se llevaban a Jesús, sucedió que un hombre llamado Simón, que era de Cirene, venía del campo. Los soldados lo agarraron, pusieron la cruz sobre él y lo obligaron a cargarla detrás de Jesús. 27 Una gran multitud lo seguía, incluidas muchas mujeres que lloraban desconsoladas. 28 Entonces Jesús se dio la vuelta y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. 29 Pues vienen días cuando dirán: “¡Dichosas las mujeres que no tienen hijos, los vientres que no dieron a luz y los pechos que no amamantaron!”. 30 La gente suplicará a los montes: “¡Caigan sobre nosotros!” y rogará a las colinas: “¡Entiérrennos!”. 31 Pues, si estas cosas suceden cuando el árbol está verde, ¿qué pasará cuando esté seco?». 32 Llevaron a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados con Jesús. 33 Cuando llegaron a un lugar llamado «La Calavera», lo clavaron en la cruz y a los criminales también, uno a su derecha y otro a su izquierda. 34 Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados. 35 La multitud observaba, y los líderes se burlaban. «Salvó a otros —decían—, que se salve a sí mismo si de verdad es el Mesías de Dios, el Elegido».
Lucas 23.32–34 NTV
32 Llevaron a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados con Jesús. 33 Cuando llegaron a un lugar llamado «La Calavera», lo clavaron en la cruz y a los criminales también, uno a su derecha y otro a su izquierda. 34 Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados.
The Cross of Jesus not only teaches us to forgive others, even in extremis, but it inspires and enables us to do so. Nothing else will.
La Cruz de Jesús no solo nos enseña a perdonar a los demás, incluso in extremis, sino que nos inspira y nos capacita para hacerlo. Nada más lo hará.
- Douglas Webster
Durante el desarrollo del Cuerpo de Cristo, su Iglesia, vemos momentos donde aprendemos acerca del perdón verdadero.

En Su Iglesia

Hubo una situación donde alguien en la congregación de Corinto hizo algo que trajo profundo dolor a todos ellos, incluso a Pablo. Teniendo esto en mente, Pablo les exhorta de la siguiente manera.
2 Corintios 2.5–11 NTV
5 No exagero cuando digo que el hombre que causó todos los problemas los lastimó más a todos ustedes que a mí. 6 La mayoría de ustedes se le opusieron, y eso ya fue suficiente castigo. 7 No obstante, ahora es tiempo de perdonarlo y consolarlo; de otro modo, podría ser vencido por el desaliento. 8 Así que ahora les ruego que reafirmen su amor por él. 9 Les escribí como lo hice para probarlos y ver si cumplirían mis instrucciones al pie de la letra. 10 Si ustedes perdonan a este hombre, yo también lo perdono. Cuando yo perdono lo que necesita ser perdonado, lo hago con la autoridad de Cristo en beneficio de ustedes, 11 para que Satanás no se aproveche de nosotros. Pues ya conocemos sus maquinaciones malignas.
Cuando no permitimos que el perdón haga su obra puede ser que nos dejemos abiertos a las artimañas de Satanás en medio de nuestra iglesia. Es esencial que perdonemos y lo hagamos en el poder del Señor tal como lo hizo Jesús, Pablo en esta instancia y Katherine en la historia del principio.

Conclusión

Resumen

Dios nos inspira y capacita su iglesia a perdonar verdaderamente por medio de Jesús.

Aplicación

No dejes que el veneno de la falta del perdón infecte tu vida. Estamos en medio de COVID pero la falta de perdón puede afectarte por el resto de la eternidad. Mira a la cruz y pídele al Señor que te ayude a perdonar tal y como él lo hizo. Solo así abriremos puertas que permanecen cerradas a causa de nuestra falta de perdón.

Tiempo de reflexión

¿Alguien ha pecado contra ti? ¿Ha traído el Señor alguien a tu mente? ¿Estás dispuesto(a) a perder el perdón de Dios por no perdonar a otro? Compara tu dolor con el que Jesucristo cargó por nosotros.
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