El amor produce obediencia.
Afirmados en el amor • Sermon • Submitted
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Introducción:
Introducción:
El obedecer a Dios es para nuestro beneficios.
La obediencia puede mantenernos libres de enfermedades.
La obediencia es la clave para tener una vida de éxito.
Seremos evaluados de acuerdo a nuestra obediencia a los mandamientos de Dios.
La obediencia es el resultado de amar a Dios.
Juan dice que o obedecemos los mandatos de Jesús por puro amor (Juan 14.21 ).
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
El que tiene mis mandamientos y los guarda(obedece), ese es el que me ama, dice el Señor.
Note que nosotros podemos decir a boca llena que amamos a Dios, pero sólo será algo real en nuestras vidas, si lo demostramos guardando, u obedeciendo los mandamientos de Dios que están en su palabra.
Ahora, si estamos en esa condición, podemos ver también resultados en nuestras vidas.
¿Cuál es el resultado de tal obediencia?
I. El amor del Padre y del Hijo se hacen reales para nosotros (21b).
I. El amor del Padre y del Hijo se hacen reales para nosotros (21b).
Jesús dijo: “ ------y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”
Cuando amamos al Señor de veraz, seremos amados por él y por el padre.
Jesús dijo: “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió y el que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece” (Jn. 15:23)”
Ninguna persona que rechace al Señor Jesucristo puede conocer, amar u honrar verdaderamente a Dios.
Una persona manifiesta su rechazo al Señor en la medida que no obedece su palabra, en la medida en que no la practica, ni la vive, aunque sea religioso o religiosa, aunque vaya a la iglesia, aunque haga grandes demostraciones de su fe.
Es la obediencia a la palabra de Dios, la vida vivida conforme al evangelio de Salvación, la que muestra nuestro a mor a Cristo, y por consiguiente Jesucristo nos ama y Dios nos ama.
Y él Señor dice, me manifestaré a él.
La pregunta del discípulo Judas (22)—y Juan deja bien en claro que no se trataba de Judas Iscariote—es una nueva ilustración de la falta de comprensión al igual que Felipe en el versículo 8.
Judas no entendía cómo y por qué el Señor se manifestaría a los suyos y no al mundo.
Seguramente su interpretación de las palabras de Jesús fue que los condenados nunca oirían la voz del Señor.
“Manifestar” aquí se refiere a revelarse al mundo en persona, morando en ellos.
No quiere decir que el Señor Jesús no hable ni comunique su mensaje al mundo, sino que no mora en el mundo( la vida del mundano) en sí.
Cuando el Señor dice: “ Y me manifestaré a él”, esto no es una alusión a la venida del Señor, sino a ver la mano del Señor todos los día de nuestras vidas.
II. Nos transformamos en moradas de Dios (23).
II. Nos transformamos en moradas de Dios (23).
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Hermanos ahora Jesús dice, que el amor produce obediencia, además produce el amor del padre en esa persona, pero algo más grande dice el señor,
Haremos morada en él.
Hermanos, la verdadera convicción de ser Cristianos, es sentir la presencia de Dios en nuestras vidas.
Cuando venimos a Cristo, comenzamos una nueva vida, esta vida de obediencia a su palabra, produce un amor genuino hacia Dios, podemos manifestar el amor de Dios en nuestras vidas, hacia otras personas y eso hermanos, es una buena Señal, de que realmente hemos nacido de nuevo y que el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros.
Toda esta enseñanza proviene de Dios Padre (Juan 14: 24).
24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Esta declaración del Señor vuelve a enfatizar, esta vez en sentido negativo, la relación inseparable entre amor por Él y obediencia a Él.
Tales personas tampoco conocen al Padre, pues el mensaje de Jesús no era suyo, sino del Padre que lo envió.
Por lo tanto, rechazar a Jesús es también rechazar al Padre Tener a Jesús es tener al Padre.
Conclusión.
Conclusión.
La obediencia y el amor a Jesús, están interrelacionadas, se convierten en una doble condición doble:
Si me aman, obedecen mi palabra, si obedecen mi palabra, muestran que me aman.
Si me aman, yo les amo y mi padre les ama también.
Ahora, nos resta analizar nuestras vidas y ver, si realmente amamos a Dios, si encontramos que amamos a Dios, el resultado, será que somos hombres y mujeres que obedecemos, practicamos su palabra.