Sermón sin título (5)

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Introducción

¿Qué necesitamos para ingresar a una casa? ¿Por donde ingresas para entrar a una casa?
La llave que abre la bendición a una familia / iglesia/ empresa/ institución/ nación es la cabeza de esa familia/ iglesia/empresa/institución/nación;
Viceversa, la llave que propicia que una familia/iglesia/ empresa/ institución/ nación esté bajo juicio es también la cabeza.
Hoy vamos a ver cuán importante es el rol que juegan los que están en autoridad.
1º Crónicas 21.1–7 NVI
Satanás conspiró contra Israel e indujo a David a hacer un censo del pueblo. Por eso David les dijo a Joab y a los jefes del pueblo: —Vayan y hagan un censo militar que abarque desde Berseba hasta Dan, y tráiganme el informe para que yo sepa cuántos pueden servir en el ejército. Joab le respondió: —¡Que el Señor multiplique cien veces a su pueblo! Pero ¿acaso no son todos ellos servidores suyos? ¿Para qué quiere hacer esto Su Majestad? ¿Por qué ha de hacer algo que traiga la desgracia sobre Israel? Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre la opinión de Joab, de modo que éste salió a recorrer todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén y le entregó a David los resultados del censo militar: En Israel había un millón cien mil que podían servir en el ejército, y en Judá, cuatrocientos setenta mil. Pero Joab no contó a los de las tribus de Leví ni de Benjamín, porque para él era detestable la orden del rey. Dios también la consideró como algo malo, por lo cual castigó a Israel.
¿Por qué Dios está enojado con Israel, al punto que tiene que castigar a todo el pueblo? ¿Por qué Dios castiga a Israel si el pecado lo cometió David?
Parece injusto que por el pecado de un hombre, tenga que venir el juicio de Dios sobre todo el pueblo de Israel.
No sabemos que fue lo que motivó a David para hacer tal cosa, podemos enumerar algunas:
El censo era posible si Dios lo autorizaba Ex 30.12 tenían que pagar un rescate por cada miembro.
Con el censo quizá David estaba mostrando que confiaba en su ejército más que en Dios, y quizá una manera de orgullo para mostrar su poder y así manipular cobrando impuestos.
El hecho es que murieron setenta mil personas del pueblo de Dios.
¿Cual es la razón?
David gobernaba y porque era un hombre conforme al corazón de Dios, a causa de eso la nación era protegida, bendecida o favorecido a causa de una persona.
Esto es un principio, veamos algunos casos en la Palabra de Dios:
En Gn 12.3 vemos que gracias a Abraham el mundo entero iba a ser bendecido y es una bendición que hasta el día de hoy está vigente.
Ez 22.30 la oración de una sola persona, puede proteger.
Is 37.35 Y en el caso de David su nación fue bendecida y no solo su nación sino también las generaciones venideras.
En el registro bíblico de la historia de Israel vemos que fue bendecida, prosperada, por el rey. Pero también hay otra ocasiones en que la nación estuvo bajo juicio por el rey (había plagas, guerras, etc.)
¿Por qué todo esto? Porque el rey es la llave para la bendición.

Aplicación

Nosotros los papás somos las puertas a la bendición de su casa, si nosotros como papás hacemos bien, nuestra familia/empresa le irá bien y lo contrario si haces lo malo.
Lo mismo sucede en la iglesia.
Por eso hay que orar por los pastores, Entonces los que estamos en autoridad, o traemos la bendición o somos el tope que impide el avance de la iglesia.
Por eso los que somos cabeza necesitamos ser confrontados con el Señor y ser renovados, purificados continuamente.
Nuestra vida debe cambiar continuamente, pues somos la puerta de la bendición a la familia/ iglesia/ empresa/nación.
Así vemos que David era la puerta de bendición y abrió la puerta.
Sin embargo, cuando David se da cuenta que había pecado entonces se arrepiente:
1º Crónicas 21.8–10 NVI
Entonces David le dijo a Dios: «He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo.» El Señor le dijo a Gad, el vidente de David: «Anda y dile a David que así dice el Señor: “Te doy a escoger entre estos tres castigos: dime cuál de ellos quieres que te imponga.” »
A primera vista parece que Dios no había perdonado el pecado de David. Lo cierto es que cuando uno se arrepiente Dios perdona el pecado, pero existe circunstancias que se llaman consecuencias por el pecado.
Vemos que David se había arrepentido, y veremos Dios perdonó su pecado, pero había una consecuencia por el pecado.
Dios si perdonó, pero había consecuencias.

Aplicación

Muchos creen que el no tener que pagar las consecuencias por nuestras acciones, es lo que Dios va hacer por perdonar. Pero esto no es así, Dios perdona, pero no te libra de las consecuencias, ejemplos:
Dios va a perdonar a un asesino, pero no la exime de ir a la cárcel.
Dios perdona el adulterio, fornicación, pero no va a evitar que tengas hijos fuera del matrimonio.
En fin fracaso financiero, la infidelidad a su esposa, o golpear en casa, etc. van a tener consecuencias.
En todo pecado que cometemos, Dios va a perdonar si nos arrepentimos, pero eso no significa que nos vamos a librar de las consecuencias.
Ahora alguien preguntará, entonces, ¿para qué pedir perdón?
Debemos saber que el pecado ocasiona varias cosas:
El pecado es una ofensa a Dios, causamos tristeza a Dios.
El pecado trae daño a otras personas, causó algo malo en otros.
El pecado rompe la relación con Dios
**(Al desobedecer y pecar contra Dios, quizá no pierdes la salvación, pero tu relación está afectada, es necesario restaurarla, esto es para los creyentes, porque luego de pecar uno se siente distante de Dios).
Para que los demonios no tengan derecho de meterse a nuestra vida.
1º Crónicas 21.11–15 NVI
Gad fue adonde estaba David y le dijo: —Así dice el Señor: “Elige una de estas tres cosas: tres años de hambre, o tres meses de persecución y derrota por la espada de tus enemigos, o tres días en los cuales el Señor castigará con peste el país, y su ángel causará estragos en todos los rincones de Israel.” Piénsalo bien y dime qué debo responderle al que me ha enviado. —¡Estoy entre la espada y la pared!—respondió David—. Pero es mejor que yo caiga en las manos del Señor, porque su amor es muy grande, y no que caiga en las manos de los hombres. Por lo tanto, el Señor mandó contra Israel una peste, y murieron setenta mil israelitas. Luego envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Y al ver el Señor que el ángel la destruía, se arrepintió del castigo y le dijo al ángel destructor: «¡Basta! ¡Detén tu mano!» En ese momento, el ángel del Señor se hallaba junto a la parcela de Ornán el jebuseo.
¿Por qué Dios mató a setenta mil personas?
Podemos ver que el pueblo también había pecado, ellos levantaban altares a dioses falsos, Moloc, Asarte, Astarot. y por tanto con su idolatría y paganismo pecaban contra Dios.
Y al haber pecado, éste avanzaba como un cáncer contaminando al pueblo, no había el poder para detenerla.
Hoy día, gracias a Dios no es así:
Antes de la cruz, cuando el pecado entraba se esparcía porque no había el poder para detenerla. Entonces para salvar la vida del pueblo mataba a los que estaban contaminados.
La buena noticia es que desde la cruz a través de la sangre de Jesús, el trato de Dios ha cambiado.
Si tu te arrepientes de tu maldad, ahora la sangre de Jesús tiene poder para limpiar nuestra maldad y quitar la maldición del pecado.
Hoy hay gente que no conoce esto, que no acude a la sangre de Jesús.
Debemos ir a la cruz y arreglar cuentas con Dios, pero es necesario ARREPENTIRSE.
1º Crónicas 21.16–17 NVI
David alzó la vista y vio que el ángel del Señor estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano que apuntaba hacia Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de luto, se postraron sobre su rostro. Y David le dijo a Dios: «Señor y Dios mío, ¿acaso no fui yo el que dio la orden de censar al pueblo? ¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡He actuado muy mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no sigas hiriendo a tu pueblo!»
David y los ancianos se vistieron así para mostrar su arrepentimiento.
1º Crónicas 21.18–19 NVI
Entonces el ángel del Señor le dijo a Gad: «Dile a David que vaya y construya un altar para el Señor en la parcela de Ornán el jebuseo.» David se puso en camino, conforme a la palabra que Gad le dio en nombre del Señor.
Vemos a David, levantando un altar, un lugar de sacrificio para Dios.
1º Crónicas 21.22–26 NVI
David le dijo: —Véndeme una parte de esta parcela para construirle un altar al Señor, a fin de que se detenga la plaga que está afligiendo al pueblo. Véndemela por su verdadero precio. Ornán le contestó a David: —Su Majestad, yo se la regalo, para que haga usted en ella lo que mejor le parezca. Yo mismo le daré los bueyes para los holocaustos, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda de cereal. Todo se lo regalo. Pero el rey David le respondió a Ornán: —Eso no puede ser. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al Señor, ni le ofreceré un holocausto que nada me cueste. Te lo compraré todo por su verdadero precio. Fue así como David le dio a Ornán seiscientas monedas de oro por aquel lugar. Allí construyó un altar al Señor y le ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego oró al Señor, y en respuesta Dios envió fuego del cielo sobre el altar del holocausto.
Cuando David vio el fuego del cielo descender, entonces supo que Dios había perdonado su pecado.

Aplicación

Quizá ya estamos a cuentas con Dios, pero no dejemos de ser espectadores, debemos ofrecer un sacrificio, cada día levanta un altar a Dios, es algo que cueste.

Conclusión

Antes de la cruz los pecados se tapaban con la sangre de corderos, ahora no, la sangre de Jesus, limpia todo pecado.
Por eso dijo Jesús en el evangelio: Consumado es.
En la cruz todos nuestros pecados ya han sido perdonados, gracias por nuestra redención.
Nos damos cuenta que somos la puerta para traer bendición o maldición.
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