Respondiendo a la Palabra de Dios
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Respondiendo a la Palabra de Dios.
Respondiendo a la Palabra de Dios.
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Es nuestro compromiso con la Palabra de Dios en Jezreel, es el corazón y el alma de nuestro ministerio.
El salmista dijo: “Bienaventurados los sin mancha en el camino que andan en la ley del Señor”,
1 Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
En el mismo salmo, el salmista expresó su deseo más profundo Salmo 119:10 : "Oh, no me dejes extrañar de tus mandamientos".
Expresó su más profundo afecto: Salmo 119:97 "¡Cuánto amo yo tu ley!" Expresó su mayor felicidad: Salmo 119:14 "Me he regocijado tanto en el camino de tus testimonios como en todas las riquezas". En otras palabras, el salmista encontró todo en la Palabra de Dios. Y por eso dice en el versículo Salmo 119:30 : "He elegido el camino de la verdad". De hecho, en el versículo Salmo 119:161 de ese mismo Salmo dice: "Mi corazón está asombrado por tu palabra".
La Palabra es el corazón y el alma de nuestra experiencia cristiana.
Dios habla a través de ella. En el mismo Salmo 119:128 , el salmista volvió a decir: "Considero rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas". Todo en él es verdad. Y lo resumió con este compromiso : Salmo 119:112 "He inclinado mi corazón a cumplir tus estatutos siempre hasta el fin".
Su compromiso fue con la Palabra de Dios; escucharlo, amarlo, creerlo, aplicarlo.
Los piadosos se describen en el Salmo 1:2 con palabras familiares, como aquellos que "se deleitan en la ley del Señor y en esa ley meditan día y noche".
Y francamente, la actitud o postura de una persona hacia la Palabra de Dios y su respuesta a ella, es el centro mismo de su cristianismo.
Santiago aclara 2 temas principales que nos ayuda a comprender la actitud y la respuesta hacia la Biblia.
En primer lugar, habla de una recepción adecuada de la Palabra
y, en segundo lugar, de una respuesta adecuada a la Palabra.
Versículo 21 la pequeña frase: " 21Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.". Recibid la palabra.
Los versículos 19 al 21, se refiere a esta recepción de la Palabra.
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Y hay una serie de cosas que debe acompañar a una recepción adecuada.
Jesús dijo en San Marcos 4:24-25 , " 24 Luego agregó: «Presten mucha atención a lo que oyen. Cuanto más atentamente escuchen, tanto más entendimiento les será dado, y se les dará aún más. 25 A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento, pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo poco que entiendan" (NTV).
Y en Lucas 8:18, dijo: "Presta atención a cómo oyes".
No es solo lo que escuchamos, sino cómo lo escuchamos.
Jesús señaló en la parábola del sembrador en Mateo 13 , señala que la misma gente escucha la misma palabra. La semilla es la Palabra de Dios pero tienen respuestas muy diferentes a ella.
No se trata que tanto escuchas la Palabra sino cómo la recibes.
La Palabra, la verdad, cae sobre terreno duro, no logra nada;
cae en terreno pedregoso, finalmente no logra nada;
cae en un suelo lleno de maleza, finalmente no logra nada.
Cae en buena tierra y produce una respuesta de treinta, sesenta y cien veces.
Es la misma verdad que reciben. El cómo la reciben es lo que marcará la diferencia.
¿cómo vamos a recibir la Palabra?
Número uno, debemos recibir la Palabra con mansedumbre ó humildad . Versículo Santiago 1:19 , “ 19Por esto, mis amados hermanos”. ¿Qué quiere decir él con eso? Bueno, realmente se conecta tanto con lo que se acaba de decir como con lo que se va a decir.
Esto debemos saber del poder de su Palabra, Santiago1:18 “ 18El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas”. “Él nos hizo nacer” - “Él nos regeneró, Él nos resucitó de los muertos, Él nos dio vida, Él nos salvó, Él nos redimió” por la Palabra de verdad.
Este es el poder de la Palabra hacernos nacer de nuevo. Hebreos 4:12 Ya sabes que la Palabra es viva, poderosa y más cortante que cualquier espada de dos filos.
Ya sabes lo que dijo 1 Pedro 1:23 : “ 23siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
Si Ya has experimentado en la conversión, en tu salvación, por el poder de la Palabra de Dios. Sabes que Salmo 19:7 . Tú lo sabes.
2 Timoteo 3:15 Las Escrituras pueden hacerte sabio bajo la salvación.
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Queremos que continúes recibiendo la Palabra porque es. Es nuestra comida. Es nuestra bebida. Es nuestra luz. Es nuestra lámpara. Es nuestro camino. Debemos comprometernos a escuchar la Palabra.
Debemos de tener un espíritu atento.
Debemos recibir la Palabra con sumisión y humildad. Debemos escuchar las Escrituras sin ninguna resistencia.
Algunas personas que escuchan la Palabra de Dios se vuelven hostiles hacia la verdad y hacia el predicador.
Se les presenta la verdad. No quieren escuchar la verdad. No les gusta la verdad.
Algunas personas comienzan a resentirse cuando escuchan algo que es diferente de lo que creen. Algunas personas se resienten cuando escuchan algo que los confronta. Son hostiles a la verdad porque son condenados por ella. “Nunca volveré allí de nuevo. Eso me ofende ". Y eso es un enojo, un resentimiento hacia la verdad.
¿Por qué?
20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
“Porque la ira del hombre no logra la justicia de Dios”.
“Porque la ira del hombre no logra la justicia de Dios”.
¿Y cuál es el propósito de enseñar la Palabra? ¿Para producir qué? La justicia de Dios.
¿Qué significa eso? Que seamos corregidos delante de Dios.
El propósito de enseñar la Palabra es reconciliarte con Dios.
Y no puede suceder esto si estás resentido la verdad.
Es por eso Proverbios 16:32 dice que “ Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad." (BLA)
Muchos no quieren escuchar la verdad por la maldad que hay en sus corazones y no quieren arrepentirse
19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Los incrédulos tienen una especie de mecanismo de autodefensa y se resisten a la verdad.
El verdadero creyente desea escuchar la Palabra, hablar la Palabra.
En segundo lugar, aquí se explica cómo recibir la Palabra. Recibes la Palabra con pureza.
En segundo lugar, aquí se explica cómo recibir la Palabra. Recibes la Palabra con pureza.
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
El pecado obstaculiza la obra de la Palabra.
Pablo escribe 1 Co 15:1–2 “ 1Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.".
1 Pedro 2:1-3 dice: " 1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3si es que habéis gustado la benignidad del Señor.".
Antes de que puedas asimilar la Palabra y crecer por ella, tendrás que lidiar con el pecado porque el pecado es una barrera.
Santiago 1:21 "DESECHANDO" que define cómo se recibe.
Debe leerse, "Habiendo ya apartado, recibe la palabra".
Antes de que la Palabra pueda ser recibida y produzca la justicia de Dios, el pecado tiene que ser tratado.
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Pablo dice: "Deshazte de las obras de las tinieblas y viste las armas de la luz".
Debemos quitar la suciedad de nuestra vida.
Cuando miro a alguien que no tiene un apetito por la Palabra de Dios, ningún anhelo particular de estar donde se enseña la Palabra de Dios, o no hay una gran pasión por estudiar las Escrituras, pedemos concluir dos cosas.
Uno, no son cristianos. Realmente no conocen al Señor porque no tienen el amor de la verdad.
O dos, sus oídos están tapados. No tienen ningún interés en oír y lo que los tapa es el pecado, el pecado.
Luego agrega, como si no fuera suficiente decir, dejando a un lado toda inmundicia, "Todo lo que queda de maldad". Esa frase
Se refiere a cualquier maldad que aún reside en nuestra humanidad.
Es un cáncer que hay que extirpar. Es una cera que tapa nuestros oídos. Es una prenda que está sucia y hay que tirarla.
Todo pecado debe ser confesado, arrepentirse y ser eliminado.
Así es como tienes que recibir la Palabra.
Y si no tienes interés en la Palabra es porque eres rebelde o pecador. Es porque no eres sumiso o no eres puro.
En tercer lugar, Santiago dice que hay un tercer aspecto para recibir la Palabra. Tenemos que recibir la Palabra con humildad o mansedumbre. Versículo 21: "En humildad, recibe la palabra".
Otra razón por la que no quieres escuchar la Palabra de Dios es que eres orgulloso.
Tienes tu propio giro en la vida. Tienes tus propias respuestas. No lo necesitas. Un corazón sumiso, puro, con actitud humilde.
10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Es como los de Berea que tenían una mente tan preparada para escudriñar las Escrituras.
Debemos Recibir la Palabra de Dios. Es este orden. recíbela con pureza, sumisión y humildad.
Recíbela con mansedumbre, y espíritu dispuesto. Esto es ser susceptible de ser enseñado.
La palabra "implantada", la palabra implantada.
Ahora mire, tengo un implante y usted también tiene un implante si eres cristiano. Y ese implante es LA PALABRA DE DIOS
¿Cuando fue implantada? cuando fuimos salvos. La Palabra se implantó. Está alli.
El autor residente de las Escrituras vive en mí. ¿No es cierto eso?
Y tengo la Palabra y tengo el autor en mí para interpretar la Palabra.
El poder y el efecto de esta Palabra implantada dependen de mi voluntad constante de recibirla, ¿verdad?
Quiero decir, supongo que la tragedia de todas las tragedias es tener la Palabra implantada y ser indiferente a ella.
¿Y qué nos impulsa a recibirla? El final del verso. La certidumbre que por ella podemos salvar nuestra alma o mi vida.
¿Y qué nos impulsa a recibirla? El final del verso. La certidumbre que por ella podemos salvar nuestra alma o mi vida.
¿Qué quiere decir él con eso? Es la fuente de salvación pasada, presente y futura.
LA ESCRITURA QUE ES LA PALABRA DE DIOS Y ES:
La fuente de mi justificación,
La fuente de mi santificación,
La fuente de mi glorificación.
Es la palabra que continuamente me libra del pecado,
Me salva de mí mismo, de mi pecado,
Me conforma a la imagen de Jesucristo. Eso es lo que quiere decir.
1 Corintios 1:18, "Estamos siendo salvados por el poder de Dios". Y es la Palabra la que hace eso.
Es la Palabra que nos santifica, nutre y edifica.
Como dijo Pablo a los ancianos de Efesios en Hechos 20:32 : "Es la palabra la que nos edifica y nos da herencia".
No está hablando de salvación aquí. Él está hablando con creyentes que ya son salvos y les está diciendo que la Palabra ya ha sido implantada y ahora, si la recibe, continuará en el camino de la salvación hasta la glorificación.
La Palabra tiene poder para librarnos continuamente del pecado y para llevarnos a la misma presencia de Dios.
Entonces, toda la sección en los versículos 19 al 21 es un llamado al cristiano a una recepción correcta de toda la verdad de la Palabra de Dios que debe escuchar con un corazón sumiso (Humilde).
Tienes que escucharla desechando todo pecado y humillarte en obediencia.
Cuando haces eso, te distingues como un verdadero creyente y abres las puertas de la bendición.
Deberíamos ser como María. Lucas 10:39 dice: "Se sentó a los pies de Jesús y escuchó su palabra".
No queremos ser como la multitud. ¿Recuerda la multitud que apedreó a Esteban en Hechos 7:57 Decía: "Gritaron a gran voz y se taparon los oídos".
Queremos ser como Cornelio, quien le dijo a Pedro: "Todos estamos aquí presentes ante Dios para escuchar todas las cosas que Dios te ha mandado". Hechos 10:33. Debemos ser como los nobles bereanos que recibieron la Palabra con toda disposición mental.
No como aquellos de quienes Pablo habló en 2 Timoteo 4: 3, "Quienes apartan sus oídos de la verdad". Santiago hace un gran énfasis en la recepción adecuada de la Palabra.
En segundo lugar, una reacción ó actuamos al escuchar la Palabra.
Y ahora que lo hemos recibido, ¿cómo respondemos o actuamos?
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Está bien recibirla con humildad. Pero al final lo que realmente importa es hacerla o ponerla en practica.
Es importante escucharla, pero NO es suficiente escucharla.
La Palabra puede transformar totalmente a la persona en su totalidad, es poderosa para santificarlo, PERO para que esto suceda la Palabra debe ser obedecida.
No solo tienes que asimilarlo, tienes que ponerla en practica en tu vida.
Ser literalmente hacedores de la Palabra.
Los constructores construyen y los maestros enseñan y los cristianos verdaderos deberían ser hacedores lo hacen y actúan.
Debería ser conocido como un hacedor de la Palabra porque ese es su hábito de vida.
Hay muchos como pasa en algunas escuelas que solo quieren se oyentes..
Bueno, ¿sabes que hay cristianos que solo escuchan la Biblia? Escuchan, escuchan. Pero no se han comprometido a hacerlo.
Bueno, ¿sabes que hay cristianos que solo escuchan la Biblia? Escuchan, escuchan. Pero no se han comprometido a hacerlo.
Se están engañando. Pueden estar tan engañados que piensan que son salvos y no es así.
Debes de ser un hacedor de la Palabra, no simplemente un oyente; de lo contrario, te habrás engañado a ti mismo.
Por cierto, la palabra "engañar" se usa en matemáticas para referirse a un error de cálculo.
Se equivocaron.
Lo consideraron mal.
Ellos calcularon mal.
Se engañaron a sí mismos mediante un razonamiento falaz.
Creen que están bien cuando el hecho es que no lo están.
James toma una analogía
23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
Y aquí está su analogía para explicar su punto.
No solo tienes que recibirla, sino que tienes que reaccionar, responder a ella. "Cualquiera, si alguien es oidor de la Palabra, no hacedor", aquí está su pequeña parábola, su pequeña analogía, "es como un hombre que mira su rostro natural en un espejo".
Lo que la gente hace hoy en día es mirarse al espejo para asegurarse de no salir y asustar al mundo.
Entonces él dice que una persona que es un oyente y no un hacedor es como alguien que se mira en un espejo. Y así, una vez que se miró a sí mismo y se fue, inmediatamente olvidó qué tipo de persona era. Ahora todos hemos experimentado eso.
25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
“El que mira atentamente en la ley perfecta”, esa es la Escritura.
Quiere recordarnos que no es una ley como otras leyes. Entonces él dice, "la ley de la libertad". Es una ley liberadora.
El que mira atentamente la Escritura "y la obedece", no es "un oyente olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será". - "bendecido en lo que hace". “El que mira atentamente”, note eso en el versículo 25. Es una palabra diferente a la palabra para mirar, en el versículo 24. Significa agacharse y mirar muy de cerca con precisión y cuidado.
Y cuando miras la Palabra de Dios con cuidado, precisamente, de cerca, implica agacharte intensamente con un esfuerzo entusiasta por ver la verdad de Dios. Para discernirte o poseer la cara para ver cómo eres realmente.
Mirando "la ley perfecta".
El espejo es la Biblia. El espejo es la Escritura. Es la Palabra de Dios.
Y cuando miras atentamente la Palabra de Dios ves la revelación de Dios y Cristo y el Espíritu y la verdad y también ves la revelación de tu fealdad pecaminosa, y ves cuán feo eres.
Ves cuánta limpieza necesitas y cuánto arrepentimiento necesitas y cómo necesitas deshacerte de las vestiduras sucias que te sigues poniendo a pesar de que eres un creyente, y necesitas adornarte con las hermosas túnicas de justicia.
Cuando miras atentamente la Palabra de Dios, eso es exactamente lo que vas a ver y lo vas a reflejar en tu forma de vivir.
El oyente solo escucha, mira brevemente, se aleja, olvida su apariencia, sigue su camino y pierde la bendición de Dios. Fue una impresión momentánea y no transformadora.
Pero, por otro lado, alguien que mira larga e intensamente las Escrituras definitivamente comprenderá su vida.
Aquel hombre que aplique la Palabra de Dios a su vida este hombre será bendecido en lo que hace. Dios es tan práctico.
¿Quieres ser bendecido o no ser bendecido? Preferiría ser bendecido, ¿no? Prefiero ser feliz. Prefiero hacer mi camino próspero y tener buen éxito. Que hacer mi camino miserable y fracasar.
Entonces eso significa que tengo que mirar atentamente la ley, la Palabra. Por cierto, es una yema fácil y una carga ligera.
Algunos al escuchar la Palabra dirán fue un mensaje maravilloso. Pero ese no es el punto, el punteo es, ¿qué vas a hacer al respecto?"
POR ULTIMO QUIERES SER ALGUIEN PRACTICO. ESCUCHA LA PARTE FINAL DEL PASAJE.
26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
No tenemos tiempo para profundizar en ellos.
Esta es la primera forma práctica en que te haz convertido en un hacedor de la Palabra.
No refrena su boca
Escuche su conversación. Escuche sus palabras. Escuche sus bromas. Escuche sus réplicas. Escuche sus conversaciones.
¿Qué sale de tu boca? Cosas sublimes, cosas piadosas, cosas que exaltan, ensalzan, honran a Cristo.
¿Están tus palabras sazonadas con gracia?
Porque cuando eres un creyente obediente y no solo estás aceptando la Palabra, sino que la estás poniendo en practica. Tu palabras honraran a Dios.
2. En segundo lugar, se mostrará en su relación con los demás.
Esta es "religión pura y sin mancha" - Santiago 1:27 - "a los ojos de nuestro Dios y Padre, para visitar a los huérfanos y a las viudas en sus angustias".
Si quiere saber si una persona es un hacedor de la Palabra de Dios:,
escuche lo que dice
y observe cómo trata con las personas necesitadas.
Un hacedor de la Palabra:
Verás el amor de Cristo en un hacedor de la Palabra.
Verás sacrificio en un hacedor de la Palabra,
Verás en un hacedor de la Palabra compasión,
Verás en un hacedor de la Palabra bondad,
verás ternura,
verás misericordia,
verás gracia.
Y luego, por último, al final del Santiago 1:27 , "Guárdese sin mancha del mundo".
¿Que es eso? Vida santa. Vida piadosa.
¿Eres un hacedor?
¿Eres un hacedor?
Se reflejara en Hablar en pureza, cuidado amoroso por los necesitados y, vida santa.
Se reflejara en Hablar en pureza, cuidado amoroso por los necesitados y, vida santa.
Si la Palabra está entrando y la está escuchando bien y realmente la está haciendo, esas tres áreas lo demostrarán.
Lo que dices, lo que haces hacia los demás y cómo vives para con Dios.
Esa es la creencia que practica la verdad de las Escrituras. Esa es la respuesta correcta a la Palabra.
Y supongo que yo - yo sería honesto y diría que yo - yo tengo el temor de que cuanto más escuchas la Palabra y más no la apliques, más te entrenes a la impiedad porque simplemente se desliza como agua en la espalda de un pato.
Hay una manera de recibir la Palabra, con sumisión, pureza y humildad. Y hay una manera de responder a ello siendo un hacedor de la Palabra. Se mostrará en su discurso, sus relaciones y su piedad. Por eso hacemos lo que hacemos para que seas bendecido.
Padre, gracias por nuestro tiempo esta mañana. Gracias nuevamente por recordarnos la centralidad de Tu Palabra y la necesidad de ser oyentes y hacedores, no solo oyentes. Te agradezco por esta congregación, este gran, gran grupo de personas que - que te aman y que responden a la Palabra tan maravillosamente. Te agradezco por esos fieles. Oro por los que no lo son. Y oro para que todos estemos descontentos, no importa cuán fieles seamos. con el hecho de que debemos ser más fieles, más diligentes.
Pero, Señor, no soy ingrato con una congregación de personas que aman la Palabra y aman vivirla y te agradezco por eso. Y te recomiendo a estas personas para que bendigas a quienes son verdaderamente obedientes. Pero Señor, haznos aún más así. Perdónanos por esos momentos en los que no lo estamos y seguimos aumentando nuestro amor por escuchar la Palabra porque en ella hablas y por ella bendices. Y qué tonto no elegiría ser tan bendecido. Te encomendamos esta palabra, estos corazones. En el nombre de Cristo, Amén.