Apocalipsis 2: Una Revelación Que Nos Da Confianza

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Juan es bien conocido entre sus lectores, pero en lugar de presentarse como apóstol, prefiere presentarse como hermano y compañero, poniéndose en el mismo nivel que sus hermanos en Cristo. En el día del Señor, Juan oyó una voz como de trompeta detrás de él ¡Era el Cristo resucitado que le estaba hablando! El Señor le dice a Juan que escriba el mensaje a las siete iglesias que están en la provincia de Asia.

Notes
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Apocalipsis 1:9–20 NTV
9 Yo, Juan, soy hermano de ustedes, y su compañero en el sufrimiento, en el reino de Dios y en la paciente perseverancia a la que Jesús nos llama. Me exiliaron a la isla de Patmos por predicar la palabra de Dios y por mi testimonio acerca de Jesús. 10 Era el día del Señor, y yo estaba adorando en el Espíritu. De repente, oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta, 11 que decía: «Escribe en un libro todo lo que veas y envíalo a las siete iglesias que están en las ciudades de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea». 12 Cuando me di vuelta para ver quién me hablaba, vi siete candelabros de oro. 13 Y de pie en medio de los candelabros había alguien semejante al Hijo del Hombre. Vestía una túnica larga con una banda de oro que cruzaba el pecho. 14 La cabeza y el cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve, y los ojos eran como llamas de fuego. 15 Los pies eran como bronce pulido refinado en un horno, y su voz tronaba como potentes olas del mar. 16 Tenía siete estrellas en la mano derecha, y una espada aguda de doble filo salía de su boca. Y la cara era semejante al sol cuando brilla en todo su esplendor. 17 Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No tengas miedo! Yo soy el Primero y el Último. 18 Yo soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy vivo por siempre y para siempre! Y tengo en mi poder las llaves de la muerte y de la tumba. 19 »Escribe lo que has visto, tanto las cosas que suceden ahora, como las que van a suceder. 20 Este es el significado del misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.

Introducción:

El domingo pasado mencionábamos que la palabra apocalipsis se ha usado como sinónimo de miedo y de un angustiante futuro fatalístico. Pero aclarábamos que Apocalipsis significa revelación o recorrer el velo, y fue escrito no para infundir terror, sino para dar esperanza a los creyentes que sufren por causa del testimonio de Jesús, recordándonos que nuestra salvación está cerca.
Juan es bien conocido entre sus lectores, pero en lugar de presentarse como apóstol, prefiere presentarse como hermano y compañero, poniéndose en el mismo nivel que sus hermanos en Cristo. En el día del Señor, Juan oyó una voz como de trompeta detrás de él ¡Era el Cristo resucitado que le estaba hablando! El Señor le dice a Juan que escriba el mensaje a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Son iglesias en las que Juan había servido antes de ser desterrado a la Isla de Patmos; pero estas iglesias tienen que saber que en su exilio ha sucedido algo de extraordinaria importancia: ha visto al Señor Jesucristo y ha recibido mensajes de Él que tiene que entregar a las iglesias.
Hay dos personajes en esta primera visión. Cada cual nos dejará algunas enseñanzas que nos dan confianza.

I. JUAN: UN HERMANO Y COMPAÑERO QUE ENTIENDE MIS PROBLEMAS

(vv. 9-11). Como tal, comparte el sufrimiento que la Iglesia tiene que soportar, en tres esferas:
1. En La Tribulación.
a. Jesús dijo a sus discípulos que experimentarían gran aflicción Mt. 24:21; Jn. 16:33).
Mateo 24:21 LBLA
21 porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás.
Juan 16:33 RVR60
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
b. Pablo dijo: «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios» (Hch. 14:22). Estas dificultades deben ocurrir inevitablemente por razón de la venida del reino de Dios.
Para los cristianos, las dificultades forman parte necesaria del mundo en el que Dios los ha colocado como pueblo suyo, va junto con la fidelidad a los principios y doctrinas cristianas. Los creyentes en Cristo deben recordar que la tribulación es parte de la vida cristiana. Jesús les advirtió a los discípulos: “En el mundo tendréis aflicción”
2. En El Reino De Dios.
a. Como ciudadanos del reino de Dios, los cristianos experimentan presión constante de parte de quienes son enemigos de Dios, de su palabra, de su pueblo.
b. Apocalipsis relata de manera especial cómo se intensifica la tribulación a medida que el reino se acerca a la consumación.
Sin aflicción, no se es cristiano; No hay reino sin tribulación. Pero los creyentes a pesar de sufrir tribulación tienen la mirada puesta en el reino al que finalmente entrarán por la salvación y por su fe en Cristo Jesús.
3. Resistiendo Pacientemente. Juan la menciona con frecuencia en Apocalipsis como uno de los rasgos característicos del que sigue a Cristo.
Los miembros del reino debemos resistir la tribulación que nos viene por ser parte de este reino; por el otro, se les dice que resistan con paciencia de modo que el reino puede venir por medio de su fidelidad a Cristo. Cuando vemos el reino entre tribulación y resistencia paciente, se calma cualquier tensión.

II. JESÚS: EL ESPÍRITU QUE ESTÁ CONMIGO Y ME ACOMPAÑA (Vv. 12–20).

1. El panorama que vio (vv. 12, 13).
a. Las siete iglesias (comp. v. 20).
b. Jesús en medio de su iglesia.
2. La visión en detalle (vv. 14–16).
a. No tratemos de “dibujar” la visión.
b. Semejante al Hijo del Hombre: así se definió Jesús. Un cuerpo diferente al que tenía. No lo reconocieron en Emaús.
c. Tenemos que entenderla en su totalidad.
d. No busquemos simbolismos, es lo que él veía.
e. La espada puede tener un significado, posiblemente esa Palabra que es cortante.
3. La presencia que me alienta (vv. 17–20).
a. Debemos guardar reverencia (comp. con Isaías en su visión en el templo).
b. Su mano de cariño: No temas. Fue la manera como se acercó a su discípulos.
c. El que me acompaña. El Yo soy. El primero y el último. Igual como se presenta el Padre (comp. v. 8). El que vive: nos lleva a la obra salvífica. El que tiene control de todo (Rom. 8).

Conclusión:

¡Cayó a los pies del Señor como si estuviera muerto! Una visión del Cristo exaltado puede producir sólo asombro y temor Daniel 10:7-9
Daniel 10:7–9 NTV
7 Sólo yo, Daniel, vi esta visión. Los hombres que estaban conmigo no vieron nada, pero de pronto tuvieron mucho miedo y corrieron a esconderse. 8 De modo que quedé allí solo para contemplar tan sorprendente visión. Las fuerzas me abandonaron, mi rostro se volvió mortalmente pálido y me sentí muy débil. 9 Entonces oí que el hombre hablaba y cuando oí el sonido de su voz, me desmayé y quedé tendido, con el rostro contra el suelo.
Necesitamos esta actitud de respeto y reverencia hoy. La Palabra no es un libro para religiosos, es un libro para usted y para mí. Un libro que nos enseña a vivir cada día. Escrito por personas que son nuestros compañeros. Nos habla de la vida aquí, Jesús se preocupa por nosotros y nos vuelve a decir: NO TEMAS. ¡No temas! es un gran estímulo para todo hijo de Dios. No tenemos que temer la vida, porque él es “el que vive”. No tenemos que temer la muerte, porque él ha muerto, venció la muerte y está vivo. Y no tenemos que temer la eternidad porque él tiene las llaves del Hades y de la muerte. El que tiene las llaves es el que tiene autoridad.
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