DANIEL, COMO PROFETA DEL SEÑOR
Mostrar que la Escritura habla de Daniel tanto como persona como Profeta del Señor.
Daniel, como el Profeta del Señor.
DANIEL
EL TRIUNFO DE LOS FIELES
REVELACION PROFETICA 7–12
ACERCA DE LAS NACIONES PAGANAS 7–8
ACERCA DE ISRAEL 9–12
Panorama General 7
Detalles Específicos 8
Panorama General 9
Detalles Específicos 10–12
HISTORIA: EL TRIUNFO DE LOS FIELES
EN EL PASADO 1–6
PROFECIA: EL TRIUNFO E LOS FIELES
EN EL FUTURO 7–12
12
El Triunfo de los Fieles
Daniel 11:36–12:13
Cuando nos toca pasar por horas de aflicción a causa de nuestra fe en el Señor Jesucristo, es difícil pensar en las implicaciones del sufrimiento, la guerra espiritual en la cual participamos, la importancia de la fidelidad a Dios, y la victoria final. Sólo pensamos en la realidad del dolor presente; como nos afecta, queremos librarnos de él.
A través de todos los tiempos, el pueblo de Dios ha tenido que enfrentar este conflicto interno. Era tan real para el pueblo de Dios en los días de Daniel como lo es para nostros hoy.
Nunca ha sido fácil sufrir por el nombre del Señor, ni lo buscamos. Así que los creyentes de todas las generaciones necesitan este recordatorio y conocer la perspectiva correcta en cuanto al plan de Dios y su participación en él. Una verdad perenne es que los que se mantienen fieles al Dios verdadero del universo, al final triunfarán juntamente con él.
EL TIEMPO DE AFLICCION 11:36–12:3
Se describe al rey irresistible 11:36–39
Después de enumerar los movimientos políticos que afectarían al pueblo de Dios durante las primeras sesenta y nueve semanas que representan el período entre los dos Testamentos de la Biblia (10:2–11:35), Daniel pasa a hablar de la última semana, la semana setenta que todavía no se ha cumplido (11:36–12:3).
Como resultado del movimiento de resistencia a Antíoco, hubo purificación y arrepentimiento en el pueblo, pero fue temporal, porque el tiempo indicado no había llegado todavía (11:33–35; 1 Macabeos 2:15–27). Los propósitos de Antíoco tampoco se realizaron porque aún no era el momento. Al final de los tiempos, Dios salvará a su pueblo de su aflicción, pero esto no se cumplirá cabalmente hasta el momento que Dios ha determinado.
Daniel inserta una transición entre Antíoco Epífanes, tipo del anticristo a quien representa, y éste último, para completar la profecía del futuro. Daniel 11:35b–36 literalmente dice: “… hasta el tiempo del fin, porque aún está por delante el tiempo determinado. Y el rey [de los últimos tiempos] hará su voluntad”. En otras palabras, todavía vendría otro rey que “hará su voluntad” y, éste sí, los llevará al final del tiempo indicado por Dios.
La descripción que se nos da de este último rey que hace su voluntad se refiere a un gobernante soberbio al que nadie puede oponerse (11:36–39). Más bíen se parece a la explicación que da del cuerno pequeño en Daniel 7, del príncipe que ha de venir en Daniel 9, del hombre de pecado en 2 Tesalonicenses 2, y de la primera bestia en Apocalipsis 13. Así que concuerda con lo que sabemos en cuanto al anticristo de los últimos días.
Este rey se deleita en exaltarse a sí mismo (11:36; 2 Tesalonicenses 2:3–4). Habla contra Dios y niega el derecho divino a reinar sobre él. Seguirá prosperando “hasta que sea consumada la ira”. Esto debe referirse al fin de la semana setenta. Es el fin del período de la indignación divina contra Israel y los incrédulos.
El rey instituye su propia religión, centrada en sí mismo. No acepta ningún otro dios anterior. El niega al dios, o mejor dicho, a “los dioses de sus padres” (Biblia de las Américas”). El uso del plural aquí, en contraste con el singular que se usa en el contexto, parece indicar que habla de los dioses paganos griegos. Así que niega al Dios verdadero (11:36), pero tambián a todos los otros dioses (11:37), y se autonombra dios (11:37b; 2 Tesalonicenses 2:3–4).
Los miembros de los pueblos vencidos que le honren serán recompensados si son sumisos a su autoridad. El repartirá la tierra a los que “paguen el precio“, es decir, a quienes se someten a él y le adoren. El precio indicado podría referirse a sobornos. Sea cual fuere, el punto principal aquí es que los que lo reconozean y lo sigan prosperarán y recibirán beneficios personales de su mano
La salvación de Israel 12:1–3
El profeta describe el final que tendrá el gran conflicto político y espiritual. La gran tribulación vendrá “en aquel tiempo”, después de que el rey establezca su palacio en Jerusalén (12:1a). Luego, romperá el pacto y se constituirá en dictador (9:27), exigiendo la adoración de todos (11:36–39; 2 Tesalonicenses 2:3–4) para inaugurar la gran tribulación (Mateo 24:21–22; Jeremías 30:4–9).
Entonces, Dios enviará a su mensajero celestial, Miguel, quien logrará la salvación del pueblo de Dios (12:1b–3). Apocalipsis 7 indica que 144,000 van a ser sellados para protegerlos de los juicios de la tribulación. Aunque sufrirán tremendamente, no morirán, sino que Dios los protegerá y al final serán salvos.
Ahora, por fin, se ve lo que el pueblo en medio del sufrimiento no pudo ver: el resultado final; el climax de este gran drama. el fin del tiempo de los gentiles. Algunos serán resucitados para recibir la vida eterna; otros para eastigo futuro (12:2–3). En realidad, pasará tiempo entre los dos eventos mencrionados aquí (Apocalipsis 20). Sin embargo, el autor no se interesa tanto en la cronología de los sucesos, sino en el final del conflicto.
Según Daniel 11, aún no era el tiempo de recibir el premio. La victoria no era final, sino parcial y temporal. Todavía les esperaba más aflicción. Pero ahora en Daniel 12:3, se menciona que habrá una victoria al final. Los sabios mencionados antes, quienes comprenden el significado de los eventos y responden adecuadamente, reciben la exaltación prometida (11:33; 12:3). Al final, los fieles triunfarán y su victoria será permanente. Puede ser que el pueblo de Dios haya perdido muchas batallas, pero al fin vencerá en la que realmente importa.