Oídos para oir
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· 1,614 viewsDebemos asegurarnos de recibir claramente el mensaje de Dios. No alcanza con simplemente escuchar.
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¿Tienes oídos para oír?
¿Tienes oídos para oír?
Seguramente te ha ocurrido en varias ocasiones: has escuchado algo varias veces, y pensabas que lo entendías, pero un día descubres que nunca lo habías comprendido bien.
¿Puede ocurrir?
Hay cosas que es muy importante comprender bien. En especial lo que Dios nos dice.
1. Lo que Jesús repite.
1. Lo que Jesús repite.
Hay una frase que Jesús citó varias veces.
Es lo que a veces nos ocurre con las frases conocidas y repetidas: podemos perder su sentido verdadero. Esta es su frase:
El que tiene oídos para oír, oiga.
El que tenga oídos, que oiga.»
»¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten mucha atención!»
¿Qué quiso decir Jesús con esta frase?
Tomándolo personalmente, ¿tienes oídos?
¿Qué debemos entender con esta frase reiterada de Jesús?
2. La explicación del Maestro
2. La explicación del Maestro
Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no percibiréis.
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
—¿Por qué enseñas a la gente por medio de ejemplos?
Jesús les dijo:
«A ustedes yo les permito conocer los secretos del reino de Dios, pero no a los demás. Porque a los que saben algo acerca de los secretos del reino, se les permite saber mucho más. Pero a los que no saben mucho de los secretos del reino, Dios les hará que olviden aun lo poquito que saben. Yo enseño a la gente por medio de ejemplos; así, por más que miren, no verán nada, y por más que oigan, tampoco entenderán nada. Así se cumple en ellos lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías:
“Esta gente,
por más que escuche,
nunca entenderá;
y por más que mire,
nunca verá.
Pues no aprende ni piensa,
sino que cierra los ojos para no ver,
y se tapa los oídos para no oír.
Si hiciera lo contrario,
entendería mi mensaje,
cambiaría su manera de vivir,
¡y yo la salvaría!”
»Pero a ustedes, mis discípulos, Dios los ha bendecido, porque ven y escuchan mi mensaje. Muchos profetas y mucha gente buena hubieran querido ver lo que ustedes ven y oyen, pero no pudieron.
Jesús explica que hay personas que, por más que escuchan, no entienden.
En la parábola de los terrenos (Mateo 13.1-8), cuando la persona no entiende el diablo arrebata el resultado que podría producirse de la Palabra sembrada (Mateo 13.19).
Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Ésta es la semilla sembrada junto al camino.
Por eso, necesitamos realmente meditar en la Palabra.
Es lo que Dios le enseñó a Josué que tenía que hacer para poder participar de la obra de Dios.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.
3. ¿Tienes oídos para entender esta parábola?
3. ¿Tienes oídos para entender esta parábola?
Creo que esta es una invitación que Dios no hace para que volvamos a visitar su Palabra, para realmente meditar en ella y dejar que su mensaje llegue a despertar nuestro entendimiento.
Jesús enseñó algunas de sus parábolas en “paquetes” o “bloques”.
En Mateo 13, Jesús enseña parábolas referidas al fruto que produce su Palabra al llegar al corazón de las personas.
En Lucas 25, el Maestro enseña acerca de la iniciativa de Dios de buscar a los que se habían perdido.
En Mateo 25 Jesús enseña las parábolas del tiempo del fin.
Analicemos una de ellas.
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. Y como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando.” “No—respondieron éstas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite, y compren para ustedes mismas.” Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta. Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor!—suplicaban—. ¡Ábrenos la puerta!” “¡No, no las conozco!”, respondió él.
»Por tanto—agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.
¿Entiendes la parábola?
¿Qué te enseña Dios con ella?
Un 50% de quienes saben que Jesús regresará en su segunda venida se irán realmente con Él. Hay quienes saben que regresará pero no se preparan
entregándole su confianza.
poniendo en práctica sus enseñanzas.
cultivando realmente una relación profunda con Él.
Jesús vuelve a enseñar que nadie conoce el momento exacto de la Segunda Venida sino solamente el Padre.
No sabes cuándo Jesús regresará, pero tienes que estar preparado. El momento para prepararse es ahora.
Conclusión:
Recupera tus oídos. Medita en las enseñanzas de la Palabra de Dios. No permitas que te gane la negligencia (“Ya me prepararé después; todavía no llega...”).
El que tenga oídos, que oiga.