Un nuevo pacto

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Introducción

Hay una declaración muy importante y que nos servirá conexión esta mañana y esta es que según el verso 5
Hebreos 8.5 NTV
5 Ellos sirven dentro de un sistema de adoración que es sólo una copia, una sombra del verdadero, que está en el cielo. Pues cuando Moisés estaba por construir el tabernáculo, Dios le advirtió lo siguiente: «Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña».
Dejando en claro que todo el sistema de sacerdotes y sacrificios era solamente una sombra de lo que habría de venir, de una realidad perfecta que vino a remplazar esa sombra. Como hemos visto hasta aquí esa realidad es Cristo, Él es ahora nuestro Sumo Sacerdote, Él es ahora el sacrificio eterno y perfecto, Él es ahora nuestro libre acceso al Padre. En Él somos ahora un mismo pueblo de reyes y sacerdotes para Dios.
Cristo es la perfecta realidad que ha venido a reemplazar el anterior pacto imperfecto, defectuoso. Es aquí donde comienza nuestra porción de esta mañana.
Hebreos 8.7–8 NTV
7 Si el primer pacto no hubiera tenido defectos, no habría sido necesario reemplazarlo con un segundo pacto. 8 Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo: «Llegará el día, dice el Señor, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá.
¡Ojo aquí! Cuando el autor de la carta a los hebreos se adentra en el tema del defecto del pacto deja muy en claro que el fallo no estaba en el pacto mismo, no es que Dios hubiese fallado en diseñar el anterior pacto, eso haría a Dios imperfecto, susceptible a errores y por consecuencia dejaría de ser Dios, el error, el defecto no estaba en el pacto, estaba en el pueblo.
V8. Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo: Llegará el día en que haré un nuevo pacto.
Hebreos 8.8–9 NTV
8 Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo: «Llegará el día, dice el Señor, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá. 9 Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos no permanecieron fieles a mi pacto, por eso les di la espalda, dice el Señor.
¿Cuál fue el defecto del pueblo?
Según el verso 9 el defecto del pueblo fue la incredulidad. El texto aquí citado es Jeremías 31.31 en adelante y el pacto al que está haciendo referencia es la ley mosaica, una vez más, el defecto no estuvo en la ley mosaica, no era que los mandamientos fueran malos o errados, el verdadero problema y el fallo de este pacto fue el corazón endurecido del pueblo de israel que decidió dar la espalda al dador del pacto, decidió ser infiel e ir en contra de la ley, en pos de otros dioses, como consecuencia el Señor les dio la espalda y vagaron decenas de años por el desierto pagando las consecuencias de su desobediencia.
A pesar de eso el Señor constantemente les estaba llamando al arrepentimiento
Aún así el pueblo era duro, incrédulo, necio. ¿Le parece esta escena familiar? sinceramente creo que este es un patrón en la humanidad, fue un patrón en mi vida por casi 19 años, había escuchado de Dios, había escuchado su Palabra y aún así caminaba en un sentido contrario, buscaba inútilmente huir de su presencia abusando de su misericordia.
Moisés expresa este cuadro en una sola frase cuando en un momento de reflexión sobre los 40 años en el desierto relata:
Deuteronomio 29.4 NTV
4 ¡Pero hasta el día de hoy, el Señor no te ha dado mente para comprender ni ojos para ver ni oídos para oír!
El padre tenía lecciones aún por enseñar a su pueblo, el tiempo que viví lejano al Señor no fue un tiempo desperdiciado, fue un tiempo que el Señor ocupó para mostrarme que nada hay que supla su misericordia y perdón, fue un tiempo donde me mostró que ni el dinero, ni las propiedades, ni las fiestas ni los logros personales pueden brindar el perdón y la paz que solo Él pudo brindarnos a través de Cristo.
Esta misma fue la lección que dio al pueblo hebreo, fueron decenas de años andando de un lado a otro, rebeldes, necios, para que Dios les mostrara la necesidad de un nuevo pacto, un pacto perfecto.
¿Cómo ha vivido usted por el último tiempo? ¿Rebelde, obstinado, lejano a Dios? ¿Aún cree que haya un sacrificio personal u ofrenda que pueda superar lo que Cristo ya hizo por nosotros en la cruz?
Veamos más a detalle cuales son las implicaciones de este nuevo pacto:
Hebreos 8.10–12 NTV
10 Pero éste es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel en ese día, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 11 Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes, diciendo: “Deberías conocer al Señor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande. 12 Y perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».
Aquí hay 4 señales de cómo sería y es este nuevo pacto:
Su Palabra estará ahora escrita en la mente y el corazón de los que pertenecen a él.
El nuevo pacto establecerá una relación entre Dios y su pueblo.
El nuevo pacto establecerá una relación personal.
El nuevo pacto sella el perdón eterno de nuestras rebeliones, asegurando la paz para con Dios.
Hebreos 8.13 NTV
13 Cuando Dios habla de un «nuevo» pacto, quiere decir que ha hecho obsoleto al primero, el cual ha caducado y pronto desaparecerá.
Como veíamos hace unas semanas en cuanto al sacerdocio levítico llegó a su fin en el año 70 d.C. una muestra clara de que no podemos ni debemos más buscar atrás entre el oscuro mundo de las sombras porque ha venido a nosotros la Luz, la realidad que echó fuera las sombras, el Cristo mediador del nuevo pacto eterno sellado con la sangre del cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Así que podemos fijar nuestros ojos en el consumador de este pacto, podemos depositar nuestra fe en Él para el perdón de nuestros pecados, podemos arrepentirnos de nuestra maldad y caminar en pos de Él, el único Camino al Padre, podemos entrar por la puerta angosta que lleva a la vida eterna.
¿Cómo hemos de vivir entonces?
Si está usted arrepentido de vivir neciamente, lejano al Padre, de ser incrédulo en cuanto al sacrificio de Cristo, hoy es un buen momento para volver a Cristo y ser beneficiado de este nuevo pacto, arrepiéntase, pida perdón, deposite su fe en Cristo y camine en pos de aquél que dio su vida en el madero.
Si ya gozamos de este perdón:
Atesoremos su Palabra grabada en nuestra mente y corazón.
Gocemos de la relación directa y de paz que tenemos para con el Padre.
Fortalezcamos a través de la comunión nuestra relación personal con Cristo, con el Padre y con su Santo Espíritu.
Descansemos en la paz que gozamos ahora, la paz que el mundo no nos da, la paz que nos da el perdón eterno de nuestros pecados, no somos más extranjeros, ni desconocidos, somos hijos de Dios, embajadores de su reino, llamados a anunciar las virtudes de aquél que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
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