Jesús es superior a Moisés.

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Leer Heb 3
Para los Hebreos, Moisés era el personaje más admirado, el héroe, el maestro, el guía, aquel cuyas palabras eran enseñadas en todas las sinagogas. Pero el escritor de Hebreos les está hablando de alguien superior a Moisés, de Jesús a quien describe como el Apóstol (el Enviado) y Sumo Sacerdote de nuestra fe.
La reacción de los Judíos a la carta podría haber sido: “¿Cómo nos hablas de otro Sumo Sacerdote si el que tenemos no ha muerto?
Aunque la fecha exacta de la carta a los Hebreos no es segura, los erúditos calculan que fue alrededor del 68 DC. Si esa fecha fuera correcta, el sumo sacerdote de los Judíos era Fanías Ben Samuel. Si fue escrita dos años antes, era Matatías Ben Teófilo.
Pero el escritor les invita a “considerar a Jesús” (Katanoew: considerar o pensar con mucho cuidado en Jesús). Si lo hacen se darán cuenta que Él es superior a Moisés. En este cap., el escritor les da dos razones.

Jesús es digno de más gloria.

Él ha sido considerad digno de más gloria que Moisés.” 3:3a
El constructor (Creador) tiene más honra que la casa (lo creado). Eso es algo que ya había sido dejado claro en los cap. 1-2.
Aquí vemos una comparación de la fidelidad de ambos:

Moisés fue fiel siervo.

Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde;” 3:5
Como siervo, recibió la orden de sacar al pueblo de Egipto y comunicarles la Ley, los mandamiento de Dios. Moisés fue fiel a su Dios, cumplió la misión encomendada.
Hay que recordar que Moisés dejó al pueblo a la entrada de la Tierra Prometida. Él no podía entrarlos al reposo, solamente Dios podía hacerlo. Pero todo los que les enseñó, la Ley era “testimonio de lo que se iba a decir más tarde”.
¿Qué es lo que iba a decir más tarde? ¡El evangelio! Que la salvación es por fe en Cristo:
Galatians 3:24 LBLA
De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por fe.
Como ayo o tutor, la Ley nos hace ver nuestro pecado y nuestra necesidad de Cristo:
Galatians 3:22 LBLA
Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen.

Jesús fue fiel Hijo.

pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros,” 3:6a
La misión que el Padre encomendó al Hijo era más difícil de cumplir que la encomendada a Moisés. Moisés solamente tenía que dejar su tienda en el desiertoy no se esperaba que muriera por Israel; pero en cambio Jesús, para cumplirla Su misión, era necesario que dejara su trono y majestad, se hiciera hombre y siervo, y entregara Su vida en la cruz pagando por algo que no debía, el pecado de otros.
Al cumplir Su misión, expresó aquellas palabras “¡Consumado es!” y entregó el espíritu. Esas palabras eran un “misión cumplida, Padre”.
La “casa de Dios, cuya casa somos nosotros” es la Iglesia, los creyentes.
¡Jesús es fiel cuidando a la Iglesia! ¡Nunca la abandona! A Sus discípulos les prometió “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Y “él mismo ha dicho: Nunca te dejaré ni te desampararé.” (Heb 13:5).

Jesús salva en base a fe.

Vemos, pues, que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.” 19
Los judíos, basados en la enseñanza de Moisés, insistían en las buenas obras como medio de salvación. ¡Ese fue su error! No pudieron cumplir la Ley.
Romans 9:30–33 LBLA
¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe; pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, tal como está escrito: He aqui, pongo en Sion una piedra de tropiezo y roca de escandalo; y el que crea en El no sera avergonzado.
Pero aparece Jesús predicando salvación por fe en Él y muchos no le creyeron; tropezaron en la piedra de tropiezo.
¡Ni Moisés ni las buenas obras pueden salvar a nadie!
Quizás pensaron como muchos todavía lo hacen: “¿Así de fácil? ¡No puede ser!
La Ley de Moisés condena:
Galatians 3:10–12 LBLA
Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque El justo vivira por la fe. Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, El que las hace, vivira por ellas.
Si observas los cap. 27-28 de Deuteronomio, te darás cuenta que todo el contenido de maldición tras maldición.
pero la gracia de Jesús es superior y nos libró de toda maldición:
Galatians 3:13–14 LBLA
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
Jesús no solamente nos libra de maldición sino que nos salva cuando ponemos nuestra fe en Él:
Romans 4:14–16 LBLA
Porque si los que son de la ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa; porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda la posteridad, no sólo a los que son de la ley, sino también a los que son de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros

La incredulidad nos aparta de Dios.

Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo.” 3:12
Hace pocos días pregunté por una persona que creció en la iglesia, se alejó por un buen tiempo, luego regreso por corto tiempo, y se volvió a alejar. La respuesta que recibí de la persona a quien le pregunté fue: ¡Anda en el mundo!
¿Habrá creído realmente? ¿Será que solamente tenía religión y no relación personal con el Salvador? ¡Un árbol se conoce por sus frutos!
El pecado endurece el corazón del hombre. 13
Todos estamos propensos a ser engañados, pero entre más conocemos y vivimos en la verdad, menor será la probabilidad de que el engañador nos engañe. Ejemplo: Los cajeros son entrenados para reconocer billetes falsos, pero ¿¿Cómo los entrenan? Observando y conociendo los billetes verdaderos.

La fe resulta en obediencia.

¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a los que fueron desobedientes?” 3:18
Las buenas obras no resultan o producen en fe, pero la fe resulta en buenas obras. En este caso, el orden de los factores, sí altera el producto.
Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, somos hechos nuevas criaturas. Somos hechos nuevos para hacer buenas obras.
Ephesians 2:10 LBLA
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Aunque el precio que Jesús tuvo que pagar para obedecer totalmente fue muy doloroso, el Hijo nos dio ejemplo de obediencia, algo que Moisés no pudo darnos.
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