De la adoración religiosa y del día de reposo, 5º Parte.

La Adoración. Estudio de la confesión de fe.   •  Sermon  •  Submitted
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Explicación del lugar que tiene la oración en la adoración.

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Introducción:

Repaso:

La adoración es importante porque es un reflejo de lo que entendemos de Dios
Adorarle implica que estamos disfrutando de él. (De modo que el que no adora no está disfrutando de él)
Dios debe y quiere ser alabado.
Dios ha instituido la forma de adorarle claramente en su Palabra. No debe ser adorado conforme a la imaginación del hombre. 
El significado de la palabra adoración está relacionado con postrarnos, inclinarnos, lo cual implica sometimiento, humillación.
Se debe adorar solo al Dios trino y no a los ángeles, ni a los santos ni a ninguna otra criatura.
Debemos adorarle por medio de un mediador que es Cristo el Señor.
No toda adoración es aceptada por Dios, él rechaza algunas formas de adoración que no se conforman con su Palabra.
Desde ahora consideraremos los elementos que tienen que estar presentes en la adoración. La primera que estudiaremos será la oración.
Escuche atentamente estas palabras:
(Oración de Nehemías)
Nehemías 1.5–6 RVR60
5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
(Oración de Moisés)
Salmo 90.1–4 RVR60
1 Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. 2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3 Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4 Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
(Oración del Señor)
Mateo 6.9–10 RVR60
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Ahora compárelas con esta palabras:
“Papito Dios te damos gracias por este día y te pedimos que nos protejas de todo mal y nos des el pan necesario.. amén”
“Gracias Dios, por cuidarnos Dios, te pido Dios que me vaya bien Dios, ayudame en los estudios Dios… amén”
¿Cuál es la diferencia?
Estas últimas oraciones reflejan nuestra forma de orar, al compararlas con las primeras que leí demuestran que no compendemos lo que es orar, ni la grandeza de la persona a la que nos dirijimos.
Las primeras oraciones que leí, las de la Palabra, nos dicen que los que las hicieron entendían que se estaban dirigiendo a alguien mucho más grande que ellos, al Todopoderoso, ellos comprendieron que eran muy pequeños ante el gran Dios al que se dirgía, y esa grandesade Dios que comprendieron y esa pequeñéz de ellos los llevó a temer pero también a confiar solo en él.
Por esta razón debemos pedir como los discípulos: “Señor, enséñanos a orar”

Lo que dice nuestra confesión:

Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veintiuno: De la adoración religiosa y del día de reposo

XXI.3 Siendo la oración, con acción de gracias, una parte especial de la adoración religiosa, Dios la demanda de parte de todos los seres humanos.411 Pero para que sea aceptada debe hacerse en el nombre del Hijo, con la ayuda de su Espíritu,413 conforme a su voluntad, con entendimiento, reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia;415 y cuando la oración se hace en forma oral, debe ser en un idioma conocido.

XXI.4 La oración debe hacerse por cosas lícitas, y por toda clase de personas que están con vida y por quienes vivirán más adelante,418 pero no por los muertos, ni por aquellos de quienes se sepa que han cometido el pecado de muerte.420

Verdades importantes acerca de la Oración 1º Parte.

1. La oración, con acción de gracias, es una parte importante de la adoración religiosa.

Filipenses 4.6–7 RVR60
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Colosenses 4.2–4 RVR60
2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; 3 orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, 4 para que lo manifieste como debo hablar.
1 Timoteo 2.5–8 RVR60
5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. 8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.

2. Dios demanda la oración de todos los seres humanos.

Salmo 65.1–2 RVR60
1 Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos. 2 Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne.
Salmo 95.1–7 RVR60
1 Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. 2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. 3 Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. 4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. 5 Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca. 6 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,
Salmo 100 RVR60
Salmo de alabanza. 1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. 2 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo. 3 Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. 4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. 5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.

3. Para que la oración sea aceptada debe hacerse en el nombre del Señor Jesús.

Juan 14.12–14 RVR60
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
1 Pedro 2.4–5 RVR60
4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Preguntas par ala aplicación personal:

Queridos hermanos, ¿realmente estas seguro que tu oración es escuchada? ¿Has comprendido que cuando oras te diriges al Dios Santo y Justo? ¿Estas seguro o segura que relamente estas unido a Cristo de modo puedas entrar a la presencia de Dios?

Coclusión:

Amados hermanos, es necesario que comprendamos el valor y la grandeza del Dios al que nos dirigimos en oración, entendamos que orar no es como hablarle a un amigo, ni aún a algún familiar, es dirigirnos al Eterno, al Todopoderoso, al Infinito, al que todo lo Sabe, al Perfecto Justo y Santo Dios. Tengamos temor pero a la vez asegurémonos que estamos unidos a risto y con gozo gozo acerquémonos a él, recordando lo que nos dice la Palabra:
Hebreos 4.14–16 RVR60
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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