ODRES NUEVOS - NUEVAS FORMAS DE RELACIONARNOS
ODRES NUEVOS • Sermon • Submitted
0 ratings
· 309 viewsNuestra forma de pensar se convierte en un odre, en una estructura de pensamiento que contiene ciertas ideas, verdades, principios, valores, etc. que tiene que ser cambiado por un odre nuevo, o sea una nueva forma de pensar y ver las cosas.
Notes
Transcript
ODRES NUEVOS - NUEVAS FORMAS DE RELACIONARNOS
ODRES NUEVOS - NUEVAS FORMAS DE RELACIONARNOS
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Ya dijimos que el vino es lo del Señor, y los odres somos nosotros, nuestras estructuras mentales y espirituales.
Una nueva iglesia, que no tiene limites ni un lugar limitante.
Una iglesia construida sobre relaciones sanas y fuertes y no sobre un sistema de multiplicación y crecimiento institucional.
Una iglesia virtual, y a la vez presencial que se reúne en todos lados, sin importar el lugar.
Una iglesia que se relaciona intencionalmente para que Jesús se manifieste en medio nuestro para ser testimonio al mundo.
Debemos sanarnos y liberarnos de las viejas estructuras que nos condicionan.
Esto no es perfecto todavía pero es el camino.
Nuestra forma de pensar se convierte en un odre, en una estructura de pensamiento que contiene ciertas ideas, verdades, principios, valores, etc. que tiene que ser cambiado por un odre nuevo, o sea una nueva forma de pensar y ver las cosas.
DESARROLLO:
DESARROLLO:
EL NUEVO MANDAMIENTO
EL NUEVO MANDAMIENTO
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
UNA NUEVA FORMA DE PENSAR
UNA NUEVA FORMA DE PENSAR
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
UNA NUEVA FORMA DE TRABAJAR
UNA NUEVA FORMA DE TRABAJAR
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo,