DESEADO O REQUERIDO
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Para comprender esta sección, debemos reconocer la diferencia entre lo que se desea frente a lo que se requiere. Comienza por el deseo de las cosas. La palabra que aparece en la mayoría de las traducciones de 4:11 es escasez, y está en contraste con otra palabra griega en 4:16 que también se traduce como necesidad. ¿En qué se diferencian estas palabras? La primera palabra se refiere a algo que es generalmente cuantificable: no hay suficiente de algo. Podría estar quedándome escaso de algo sin necesariamente haber llegado al fondo, por ejemplo, puedo estar escaso de harina, o leche o dinero, pero no significa que no tengo absolutamente nada de esos elementos. El segundo término generalmente se refiere a algo que es un requerimiento o una necesidad y está ausente. Por ejemplo, si necesito un destornillador para armar algo y no lo tengo, el proyecto se paralizará hasta que resuelva esa necesidad.
¿Deseado o requerido? En el Nuevo Testamento hay dos términos que con frecuencia se traducen como necesidad, pero hay una importante diferencia entre los términos en el griego, y Pablo es bien específico en este pasaje. Es similar a la diferencia entre carencia/escasez y necesidad. Las primeras son cuantificables y no significan la ausencia total de algo. La última es cuestión de tener o no tener; se trata de haber o no haber. ¿Por qué es importante esa distinción aquí? Cuando Pablo habla de aprender contentamiento en 4:10, está hablando de una carencia o escasez. Cuando habla de que Dios satisface las necesidades, se está refiriendo a eso que es imprescindible tener, lo que hace falta tener para cumplir cierta meta. Los términos carencia/escasez se pueden pensar en relación a algo que se desea, no que se requiere. El otro término la mayoría de las veces se refiere a cosas que son necesarias o requeridas.
En 4:10–14, Pablo establece claramente la relación entre lo que tenemos/experimentamos y nuestro contentamiento, con un énfasis en esto último en 4:11. No está hablando aquí de algo necesario, sino de algo deseado. Habiendo experimentado el tener poco y tener mucho, pasar hambre y estar satisfecho, escasez y abundancia, Pablo ha aprendido una lección importante. El contentamiento no depende de tener todo lo que se desea, sino de estar agradecido y satisfecho con lo que se tiene. El problema es que cuanto más tenemos, más queremos tener. Si nuestro gozo, o contentamiento depende de que nuestros deseos sean cumplidos, entonces estamos destinados a sentirnos insatisfechos.