EL CIEGO DEL ALMA
Notes
Transcript
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Texto Juan 9:1-7
DESARROLLO
DESARROLLO
La enfermedad es un efecto universal de la caída.Aflige a todos los seres humanos y nos recuerda a todos de tanto en tanto que :
“somos polvo” Sal. 103:14 “y al polvo volverás” (Gn. 3:19)
No importa cuán cuidadosas o conscientes de su salud intenten ser las personas, la enfermedad a la larga es inevitable.
Los avances científicos de los tiempos recientes son de verdad impresionantes, pero lo máximo que pueden hacer es retrasar la muerte. Por otro lado, Dios no tiene ninguna limitación en su capacidad para sanar. Como con todas las cosas en la vida, Él es soberano sobre la enfermedad y la sanidad:
Deuteronomio 32:39 “Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.”
Dios tiene el poder para hacer lo que quiera:
Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho.
1.EL PROBLEMA
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
a.Acción de Jesús de fondo: “Al pasar”
b.Experiencia “vio a un hombre ciego de nacimiento”.
Se relaciona la frase AL PASAR con la narración previa y ubica este acontecimiento a continuación de que Jesús saliera del templo:
Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
Sin embargo, la redacción es lo suficientemente general como para determinar el tiempo y la ubicación de la sanidad. El incidente debió haber ocurrido en Jerusalén porque Jesús envió al ciego a lavarse en el estanque de Siloé (v. 7).
El templo era la ubicación principal de los mendigos:
Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó.
El templo era el lugar más probable que les dieran limosnas quienes iban a adorar a allí. El templo también era el lugar donde se reunían las multitudes. Entonces, posiblemente, el Señor se encontró con este hombre en las cercanías del templo.
La ceguera era también algo muy frecuente en el mundo antiguo.Los ciegos a quienes nadie cuidaba quedaban reducidos a la mendicidad.(Por cierto,la ceguera es una de las cosas que le van asuceder a los que terminarán en el infierno,podrán sentir,más no ver)
Como predijo Isaías 42:7 que haría el Mesías:
para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
2.
Juan 9:2-5 “Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.”
El texto no dice cómo supieron los discípulos que este hombre había nacido ciego (v. 2). Se supone que era alguien muy conocido y su historia era de conocimiento público. O tal vez se la había explicado el ciego. En cualquier caso, esta es la única vez en que los Evangelios registran la sanidad de alguien con una enfermedad congénita.
Enfermedad congénita:Es aquella que se manifiesta desde antes del nacimiento.
Que el hombre fuera ciego de nacimiento subraya que probablemente había perdido toda esperanza de sanar. Este hecho ilustra la ceguera espiritual del hombre desde que nace:
Juan 9:39-41 “Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.”
“los que ven”Se refiere en sentido irónico a los que piensan que están en la luz mas no lo están.
2 Co 4:4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio “
Todos fuimos ciegos:
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Juan 9:2-5 “Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.”
La condición del ciego creó un dilema teológico en la mente de los discípulos. Plantearon una pregunta que suponía la doctrina popular judía según la cual el sufrimiento físico de una persona es resultado directo del pecado personal: “Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?”. Por lo tanto, veían dos explicaciones posibles para esta condición: la ceguera había sido provocada por los pecados de este hombre o los de sus padres.
Pero este hombre, siendo ciego de nacimiento, no podría ser responsable a menos que hubiera pecado antes de nacer,algo que no enseña la Biblia.Por otro lado, si los padres eran los responsables, es muy poco justo que su hijo recibiera el castigo por su pecado.
Ciertamente, es verdad que el sufrimiento en general es a la larga resultado del pecado. También es cierto que una enfermedad específica puede ser consecuencia directa de un pecado específico. Por ejemplo, María se enfermó de lepra por rebelarse contra la autoridad de Moisés:
Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
Jesús antes le había advertido al que sanó en el pozo de Betesda:
“Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor” Jn. 5:14
Trágicamente, también hay ocasiones en que los hijos se ven forzados a sufrir las consecuencias naturales de los pecados de los padres. Por ejemplo, los ojos de los bebés de madres con gonorrea se pueden infectar cuando están naciendo. Si no hay un tratamiento médico después del nacimiento, el resultado puede ser la ceguera. La salud de un bebé también puede afectarse por las madres fumadoras, y por el abuso de drogas y alcohol durante el embarazo.
Los discípulos también podrían estar pensando en ciertos pasajes del Antiguo Testamento en que Dios parece prometer castigo sobre los hijos de los padres pecadores. En Éxodo 20:5 Dios le dijo a Israel:
Éxodo 34:7 “Visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”.
Tales pasajes deben entenderse en un contexto nacional o de su sociedad. El asunto es que el efecto corruptor de una generación impía se filtra en las generaciones siguientes.
La idea de que un niño reciba el castigo por los pecados de sus padres es un concepto ajeno a las Escrituras.
Deuteronomio 24:16 : “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado”
Ezequiel añade:
El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.
La respuesta de Jesús expuso el error de interpretación de los discípilos:
Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Se acuerdan de los supuestos consejeros de Job,que decía que sufrían por un pecado oculto
En otra ocación,Jesús enseñó que los que habían muerto cuando la torre de Siloé les cayó encima fue por castigo:
O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
En su lugar, el Señor usó este incidente para advertir que todos los pecadores, incluyéndolos a ellos, enfrentan la muerte, y cuando esta venga, ellos perecerán, a menos que se arrepientan y confíen en Él.
La verdad era que, como Job, el ciego sufrió aflicción para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Esto no quiere decir que Dios deliberadamente provoque que los niños nazcan ciegos para que, después de muchos años, su gloria se manifieste al eliminar la ceguera; pensar así volvería a ser una difamación del carácter de Dios. Quiere decir que Dios invalidó el desastre de la ceguera del niño de forma tal que, cuando se hiciera adulto, al recuperar la visión, pudiera ver la gloria de Dios en la cara de Cristo, y que otros, al ver esta obra de Dios, se volvieran a la verdadera luz del mundo.Dios escogió en su soberanía usar la aflicción de este hombre para su gloria.
Después de aclarar la interpretación errónea de sus discípulos y de presentar el asunto de la obra de Dios, Jesús afirmó que esa era la prioridad, diciéndoles:
Juan 9:4 “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.”
El enfoque de ellos estaba en el pasado, en analizar cómo el ciego llegó a serlo; la preocupación del Señor era hacia el futuro, en mostrar el poder de Dios para beneficio de este hombre.
La frase entre tanto que el día dura conlleva un sentido de urgencia. Se refiere al tiempo breve (solo unos meses antes de la crucifixión) que Jesús estaría presente físicamente con los discípulos. Después de eso dijo: “La noche viene, cuando nadie puede trabajar”; una referencia a separarse de sus discípulos en la muerte. Entonces la oscuridad los alcanzaría y no podrían trabajar hasta la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, cuando Él les volvería a dar poder para ministrar.
Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Pero entre tanto Jesús estaba en el mundo, Él era la luz en el mundo. Por supuesto, el Señor no dejó de ser luz en el mundo después de su muerte, pues Él realizó su ministerio a través de sus discípulos (Mt. 28:18–20).Lo que Jesús dijo a sus discípulos, se aplica a todos los creyentes. Deben servir a Dios con sentido de urgencia:
Efesios 5:16 “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”
3.
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
Aquel que es la luz espiritual del mundo también proporcionaría luz física a este hombre que había vivido siempre en la oscuridad.
Después de haber terminado su diálogo con los discípulos, el Señor escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: “Ve a lavarte en el estanque de Siloé”. Antes Jesús ya había usado su saliva para sanar a un sordomudo (Mr. 7:33) y un ciego (8:23), pero solo aquí hizo lodo con la saliva. En ese caso, el lodo simbolizaría que el Señor creaba un par de ojos nuevos y útiles para remplazar los anteriores.
Juan llama la atención sobre la importancia del nombre Siloé, cuya traducción es “Enviado. Tristemente, tal como sus ancestros “[desecharon] las aguas de Siloé” (Is. 8:6), sus padres también rechazaron a Jesús, el Siloé verdadero, aquel enviado de Dios para salvar a los pecadores perdidos
El ciego hizo en obediencia lo que Jesús le instruyó: fue y se lavó en el estanque y regresó viendo. Su respuesta a la orden del Señor simboliza la obediencia que marca la fe salvadora genuina:
Romanos 1:5 “y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;”
Hebreos 5:9 “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;”
¿Quieres reconocer a un creyente?
Este o esta obedecen a la Palabra.
“le obedecen” le obedecen. La salvación verdadera se hace evidente en la obediencia a Cristo, desde la obediencia inicial al mandato del evangelio para arrepentirse y creer.
Todos obedemos a alguien;
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
Todas las personas eligen un maestro y este lo moldea. Sin Jesús, no tendríamos opción; aprenderíamos a pecar y los resultados serían culpa, sufrimiento y separación de Dios. Gracias a Jesús, sin embargo, podemos ahora escoger a Dios como nuestro Maestro. Siguiéndole, disfrutaremos la nueva vida y aprenderemos los caminos del Reino. ¿Continúa con su primer maestro, el pecado? ¿O es aprendiz de Dios?
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Cristo utilizó el sufrimiento de este hombre para enseñar acerca de la fe y glorificar a Dios. Vivimos en un mundo caído donde la buena conducta no recibe siempre una recompensa y la mala conducta no recibe siempre un castigo. Por lo tanto, los inocentes a veces sufren. Si Dios quitase el sufrimiento cada vez que lo pidiésemos, lo seguiríamos por comodidad y conveniencia, no por amor y devoción. Sean cuales fueren las razones de nuestro sufrimiento, Jesús tiene poder para ayudarnos a lidiar con él. Cuando sufra debido a una enfermedad, una tragedia o una incapacidad, trate de no preguntar: «¿Por qué me sucedió esto?» ni «¿En qué me equivoqué?» Más bien pida a Dios que le dé fortaleza para la prueba y una perspectiva más clara de lo que está sucediendo.