Las ofrendas (Levitico 1-7)

Las Ofrendas

Introducción:

sacrificios y las ofrendas son los medios por los que los israelitas se acercan a Dios y disfrutan así de comunión con Él. (Diccionario del Antiguo Testamento: Pentateuco (p. 516)).

Veremos el holocausto, la ofrenda de grano, la ofrenda de paz y la ofrenda por el pecado y la culpa.

Levítico 1:1–4 (RVR60) 1Llamó Jehová a Moisés, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda a Jehová, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda. 3Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. 4Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.

Las Ofrendas:

Las ofrendas tenía un significado poco claro para nosotros, (Las ofrendas eran voluntarias)

el holocausto: una ofrenda quemada en el altar;

la ofrenda de grano: presentaban un puñado de harina mezclada con aceite e incienso,

la ofrenda de paz: presentaban un sacrificio, el cual quemaban solo la grasa y la carne la consumía el ofrendante,

la ofrenda por el pecado: era consumido el animal si el sumo sacerdote o el pueblo pecó, pero si fue un lider o persona particular, se quemaba la grasa pero la carne la consumían los sacerdotes.

Los Israelitas estaban enseñados a no presentarse delante de Dios con las manos vacías, debían presentarle algo al Señor por muy pobres que fueren Éxodo 23:15 ...y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.

El sacrificio de Cristo:

Los sacrificios por el pecado no eran perfectos, pues debían realizarse continuamente, y no limpiaban el pecado: Hebreos 10:1-3. Por esa razón era necesario un sacrificio perfecto que solamente Cristo podía hacer, este sacrificio es único y suficiente (Hebreos 10:12).

Nuestras ofrendas:

Aunque no necesitamos presentar ofrendas de sacrificio para alcanzar el favor y misericordia de Dios, si podemos presentar ofrendas voluntarias en agradecimiento. Presentemos nuestras vidas continuamente como ofrendas agradables a Dios (Romanos 12:1). Que nuestra vida glorifique a Dios, el buen testimonio, las misericordia, la dadiva, la adoración y la alabanza (Hebreos 13:15). Con nuestros bienes (Proverbios 3:9).

Conclusión:

Vivimos en la mejor época para acercarse a Dios, los Israelitas a pesar de sus ofrendas de sacrificio, solo podían llegar a la puerta del tabernáculo, ahora nosotros podemos llegar al lugar santísimo por la sangre de Cristo (Hebreos 10:19–22).