Viviendo en tiempos difíciles.
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Leer Mat 7:15-28
Es casi seguro que muy pronto estaremos entrando en un período en el cual se sabrá de que madera estamos hechos. Nuestra fe será puesta a prueba y se esperará a que aceptemos o nos sometamos a cosas con las cuales estamos en total desacuerdo.
¡Estaremos cosechando de acuerdo a lo que sembramos! En gran manera, la perdición de este mundo es culpa de la iglesia.
¿Por qué? Porque solamente Dios puede cambiar a las personas. Pero ¿cómo lo hace? A través del poder transformador del evangelio. Pero si no sembramos la semilla, ¿Cómo podrán ser cambiados?
porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor sera salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien!
¡La Iglesia en América ha dejado de sembrar y por eso estamos como estamos!
¿Que debemos hacer para enfrentar ese tiempo que se aproxima?
Tengamos cuidado de a quién escuchamos.
Tengamos cuidado de a quién escuchamos.
15-20
No te guíes por su apariencia.
No te guíes por su apariencia.
“disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces.” 15 (NTV)
Así como el cura se reconoce por su sotana, en los tiempos de Cristo, cualquiera podía reconocer a los Fariseos por su manera de vestir: manto, filacterias anchas, y flecos largos.
La manera de vestir pomposa era parte del show:
»Todo lo que hacen es para aparentar. En los brazos se ponen anchas cajas de oración con versículos de la Escritura, y usan túnicas con flecos muy largos.
Los falsos maestros y líderes son precisamente eso: show, apariencia, pero ¡no acción!
¡Que no te apantallen! Siempre pregúntate: ¿Quién está detrás del disfraz?
Identifícalos por sus frutos.
Identifícalos por sus frutos.
“Por sus frutos los conoceréis.”16, “Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir buenos frutos.” 18 “Así que por sus frutos los conoceréis.” 20
“El apóstol”, con cinco millones de seguidores en 58 países, fue arrestado en Junio del 2019 y acusado de 26 delitos graves de pornografía infantil, abuso sexual contra menores, tráfico y trata de personas. Inicialmente se le impuso fianza de 40 millones y después el juez la aumentó a 90 millones, una cifra record.
Aunque todas las pruebas están en su contra, sus seguidores, ciegos guíados por un ciego, se empeñan en defenderlo diciendo que son mentiras o que Dios quiere que predique en la cárcel.
¡La hipocresía de los falsos maestros, tarde o temprano, se da a conocer!
Jesús advirtió a sus discípulos:
De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
Decir y no hacer tiene un nombre: hipocresía. ¿No crees que en la Iglesia hay hipócritas así también?
Asegurémonos de ser Sus discípulos.
Asegurémonos de ser Sus discípulos.
21-23
Cualquiera puede clamar conocer a Dios.
Cualquiera puede clamar conocer a Dios.
En este tiempo muchos se ponen el sobrenombre de “Cristiano”: Católicos, Testigos, Mormones, Luz del Mundo. Los ves entrando a la misa o los servicios religiosos, pero no conocen a Dios.
“No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos.” 21a
“Jamás os conocí;” 23a
No tienen una relación, no ha experimentado un conocimiento personal de Cristo (ginosko); solamente tienen el conocimiento intelectual (oida), saben de Él, pero no le conocen.
¡Sus frutos niegan lo que sus labios aseveran!
¿Qué de ti? ¿Realmente le conoces? ¿Con el intelecto o con el corazón?
La obediencia a Dios es lo que nos identifica.
La obediencia a Dios es lo que nos identifica.
Entrará “el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” 21b
“Apartaos de mi, los que practicáis la iniquidad” 23 (LBLA)
“Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios.” 23 (NTV)
“Apartaos de mí, hacedores de maldad.” 23 (RVR60)
Un verdadero discípulo de Cristo se reconoce por su obediencia a los mandamientos de Dios.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
¡El que clama conocerle, debe obedecerle!
¿Y por qué me llamáis: “Señor, Señor”, y no hacéis lo que yo digo?
Vendrán momentos en que tu confesión de fe será probada, en lo que tendrás que decidir entre obedecer a Dios o al hombre. En ese momento, con tu obediencia, tendrás que demostrar si eres discípulo o no.
¿Qué podemos hacer para que no nos lleve tormenta o la marejada de liberalismo y perdición?
Edifiquemos sobre la roca.
Edifiquemos sobre la roca.
El que es discípulo verdadero actúa sobre lo que oye del Señor.
Oír y hacer es muestra de sabiduría.
Oír y hacer es muestra de sabiduría.
“Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida.” 24 (NTV)
¿Sabes cuál es el problema de muchos creyentes? Son oídores pero no hacedores. ¿A quién engañan? ¿A Dios o a si mismos?
Por eso es necesaria la advertencia de Santiago:
Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.
¡Seamos sabios! Que otro te engañe es triste, pero más triste es que te engañes a ti mismo.
El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad,
El sabio de corazón aceptará mandatos, mas el necio charlatán será derribado.
Pon atención a la advertencia:
Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo».
Oír y hacer nos prepara para tiempos difíciles.
Oír y hacer nos prepara para tiempos difíciles.
Oír y hacer es como el ejercicio físico que cada día va fortaleciendo tus músculos espirituales. Cuando tengas que usarlos estarán preparados para soportar el peso y la presión.
La obediencia nos hace soportar los embates del enemigo(s):
“Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca.” 25 (NTV)
Sabemos que, por lo menos en los próximos cuatro años, enfrentaremos tempestades políticas que irán en contra de nuestros principios espirituales y morales.
Enfrentaremos mayor promoción a favor del homosexualismo, en las escuelas ya se enseña como algo normal; se defenderá la falta de respeto a la autoridad y al patriotismo, con la excusa de que es libertad de expresión. Seremos perseguidos en nuestros empleos cuando expresemos nuestra desaprobación de ello.