La obediencia de Abraham

Génesis 12:1–3 (RVR60)

1Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Introducción

Después del diluvio, la gente fue esparcida por Dios a causa de su idolatría al intentar construir la torre de Babel (Génesis 11:1–9), la cual era simbolo de adoración a su ambición y orgullo.

Incluso la familia de Taré padre de Abram era gente que adoraba idolos (Josué 24:2),

El llamado

El Señor dió la orden de salir de su tierra y parentela. Había vinculos familiares, amigos, herencias, negocios que Abram debía abandornar.

Dios hoy hace llamado a la humanidad:

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20.

Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Isaías 55:7.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28.

Aquel que esté dispuesto a dejar atras su pasado de pecado, y renunciar al mundo para tomar el camino que lleva a la vida eterna, alcanzará la recomensa la salvación de su alma. ...Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10 .

Las dificultades

Abraham se enfrentó a dificultes en el camino, incluso cometió errores.

Estando en Canaán, experimentó la escazes y el hambre, debío buscar alimento en Egipto (Génesis 12:10).

Por temor a la muerte, negó 2 veces que Sara era su esposa, (Faraón y Abimelec) por lo que fue reprendido (Génesis 12:11-18. Génesis 20).

Habiendo recibido la promesa de un hijo con su esposa Sara, tuvo un hijo con la sierva de Sara Agar, algo que Dios no aprobaba. (Génesis 16:3-4). No fue paciente.

Debió enfrentar a cuatro ejercitos para rescatar a su sobrino Lot (Génesis 14)

Su fe se puso a prueba cuando Dios le pidió a su hijo (Génesis 22)

Pero en todos estos acontecimientos, ahi estaba El Señor para ayudarlo o corregirlo.

Así el Señor está con nosotros todos los días de nuestra vida para ayudarnos y corregirnos en nuestro camino. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; Hebreos 13:5”

La Esperanza

Abraham nos revela cual era el secreto de su fe, creyó en las promesas de Dios y afirmó ahí sus esperanzas, no en cosas materiales sino en las espirituales.

Abraham recibió una promesa de una herencia terrenal: Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Génesis 13:15. Pero Abraham murió sin recibir esta promesa, la recibieron sus descendientes 500 años después.

Abraham siguió esperando y confiando en Dios porque Él esperaba una herencia celestial: Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:9–10.

Así nuestro caminar en Cristo debe ir más allá de anhelar riquezas materiales, pues Él ha prometido tener cuidado de nosotros “29Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. Lucas 12:29–31”

Pongamos nuestra esperanza en Cristo, la vida eterna y nuestra herencia en la eternidad (Colosenses 3:1)

Conclusión

Abraham es conocido como el padre de la fe porque lo único que hizo fue creerle a Dios y confiar en Él sin tener la rebelación y todas las promesas que tenemos ahora en la Biblia.

En la vida cristiana se presentarán dudas y desanimos, no desmayemos ni nos acomodemos.

Sigamos luchando, avanzando, creyendole a Dios y su Palabra, quizá ahora llararemos, pero llegará el día en que recibiremos la recompensa de nuestra perseverancia.

“y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Mateo 24:12–13”