Aniversario de boda

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MATRIMONIO. Institución divina, establecida desde la creación. Mediante el matrimonio, Dios impide que la humanidad venga a ser una confusa multitud de individuos dispersos; queda así organizada sobre la base de la familia, de la que la célula es la pareja, unida según su voluntad.

Proverbios 18:22 RVR60
22 El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.
Halla el bien. Salomón se refiere, sin duda, a la esposa ideal, a la mujer virtuosa y prudente, que con toda lealtad apoya a su marido en sus esfuerzos por servir al Señor (caps. 12:4; 19:14; 31:10; cf. MC 276). El que bajo la dirección divina se ha unido con una mujer tal, ha sido favorecido por el Señor. Los comentarios del sabio acerca de la mujer rencillosa e iracunda (caps. 21:9, 19; 25:24; 27:15) demuestran que no todas las esposas están en esta categoría.
Proverbios 12:4 RVR60
4 La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

Haya el bien

Aquí presenta a la esposa ideal
La esposa virtuosa
La esposa prudente
Aquella esposa que apoya a su marido, especialmente en sus esfuerzos por servir al Señor
300 citas para predicadores de la iglesia temprana Maridos, no regañen a sus esposas

Maridos, no regañen a sus esposas

Efesios 5:25–33; Colosenses 3:19; 1 Pedro 3:7

Temas de Predicación: Familia: Esposos, Familia: Esposas

Un esclavo, ciertamente uno, quizá, puede esclavizarse por temor, pero ni siquiera él, porque con el tiempo comenzará a distanciarse y se terminará yendo. Pero la compañera de su vida, la que es la madre de su hijo y fundamento de su alegría, no podría estar unida a él por miedo o por amenaza sino por amor y con gusto. Porque ¿qué clase de unión es aquella en que la esposa tiembla ante su esposo? Y ¿qué clase de gozo es el del esposo que tiene a su esposa en la casa como esclava y no como una mujer libre? En efecto, si estás dispuesto a sufrir cualquier cosa por ella no la regañes, porque ni Cristo lo hace.

JUAN CRISÓSTOMO

CASADO PARA PROTEGER

Colosenses 3:19 RVR60
19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Colosenses 3.19 RVR6019 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Al hombre casado Dios le ordena que ame a sus esposa, que le demuestre afecto, que tome placer en mostrar este el amor que se da sacrificialmente sin esperar nada a cambio
y que no las provoquen,
exasperen,
enojen,
irriten o les causen dolor.
Al contrario el amor que sacrifica es paciente, bondadoso, no es envidioso, jactancioso, orgulloso, no se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente ni guarda rencor, no se deleita con lo malo sino se goza con la verdad, todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4-7).
1 Corintios 13:4–7 RVR60
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Así que el hombre no debe ser un tirano con su esposa a la que manda sino alguien que las cuida y protege con mucho cuidado ya que no quiere lastimarla y las ama sin esperar nada a cambio de la misma forma en que Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25).
Efesios 5:25 RVR60
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

Pedro

UN CASADO SABIO

1 Pedro 3:7 RVR60
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Todo hombre al leer esto en forma superficial puede tomar esto como una excusa para subyugar a su esposa y hacerla menos, pues qué equivocados están.
Mientras que Pedro escribe muchas palabras para las mujeres, escribe poco para los hombres quizás porque como tales necesitamos que nos hablen directo para poder poner atención. Lo primero en ser establecido por Pedro es que el esposo debe de actuar de la misma forma que las esposas.
A la esposa se le ordenó obedecer a Dios, dar testimonio a su esposo a través de una vida sin pecado, enfocarse en una vida adornada por la bondad, el respeto y la armonía, al hombre de la misma forma debe de comportarse al vivir con su esposa bajo un mismo techo (Efesios 5:21).
La forma de vivir de un esposo con su cónyuge es con sabiduría, poniendo en práctica todo lo establecido por Dios en su Palabra.
El esposo debe de amar a la mujer de la misma forma en que Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25).
El hombre fue llamado a respetar a la mujer dándole un gran valor y aprecio, al ser más frágiles merecen un trato más delicado y especial, se debe tratarla con cariño, dando un cuidado meticuloso(1 Tesalonicenses 4:4) .
1 Tesalonicenses 4:4 RVR60
4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
El hecho de que sean más frágiles no las hace menos, esto queda muy claro ya que ellas en igualdad al hombre tendrán la vida eterna para vivir todos juntos (Gálatas 3:28).
El hombre y la mujer son pecadores, Cristo murió por los dos y las promesas de perdón y salvación son idénticas para ambos.
El beneficio de respetar a la mujer tal como Dios lo demanda del hombre es para que las oraciones del esposo no tengan obstáculo ni trabas.
Si el hombre maltrata, no respeta, ama o protege a su esposa, sus oraciones no serán oídas y por lo tanto no tendrán respuesta,
además si la esposa no es cristiana no se convertirá por el mal testimonio de su esposo.
El esposo fue llamado a amar, a proteger, a respetar, a cuidar a sus esposas dando con ello un poderoso testimonio de cómo Dios ha establecido la interacción entre los matrimonios.
El hombre no es su amo ni su tirano y ellas no son sus sirvientas ni esclavas.
Ambos deben de respetarse como Dios lo ordena.
Proverbios 19:14 RVR60
14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.

Dios como un esposo

Is 54:5 Ver también Jr 3:14; 31:32; Ez 16:8

Dios como esposo
Isaías 54:4 RVR60
4 No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
Isaías 54:5 RVR60
5 Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Nos llama a una verdadera conversion
Jeremías 3:14 RVR60
14 Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion;
La meta de nuestro esposo es llevarnos a la patria celestial
Apocalipsis 21:2 RVR60
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
En el verano y otoño* de 1844 se hizo esta proclama: “¡Ahí viene el Novio!” Se conocieron entonces las dos clases de personas representadas por las vírgenes prudentes y las fatuas: la una esperaba con regocijo la aparición del Señor y se había estado preparando diligentemente para ir a su encuentro; la otra, presa del temor y obrando por impulso, se había dado por satisfecha con una teoría de la verdad pero estaba destituida de la gracia de Dios.
En la parábola, cuando vino el Novio, “las que estaban preparadas entraron con él a las bodas”.
La venida del Novio, presentada aquí, se verifica antes de la boda.
La boda representa la recepción por parte de Cristo de su reino.
La ciudad santa, la nueva Jerusalén, que es la capital del reino y lo representa, se llama “la novia, la esposa del Cordero”.
El ángel dijo a Juan: “Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero”. El profeta agrega: “Me llevó en el Espíritu... y me mostró la ciudad, Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios”. Apocalipsis 21:9, 10, NVI.
Entonces, claramente, la Novia representa la ciudad santa y las vírgenes que van al encuentro del novio son un símbolo de la iglesia. En el Apocalipsis se dice que el pueblo de Dios son los invitados a la cena de las bodas. Apocalipsis 19:9.
Si son los invitados, no pueden representar también a la novia.
Cristo, según lo consigna el profeta Daniel, recibirá del Anciano de días en el cielo “dominio, gloria y reino”; recibirá la nueva Jerusalén, la capital de su reino, “preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido”. Daniel 7:14; Apocalipsis 21:2, NVI. Después de recibir el reino, vendrá en su gloria, como Rey de reyes y Señor de señores, para redimir a los suyos, quienes “se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob” a la mesa en su reino (Mateo 8:11; Lucas 22:30), para participar de la cena de las bodas del Cordero. Cristo en su Santuario 102.1
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