¿Cuánto debe de durar un mensaje?

En este programa vamos a romper ESQUEMAS Y PARADIGMAS

En nuestro libro “La Palabra en tus palabras” ofrecemos a manera de debate algunos temas que tienen como intención CUESTIONAR el

pensar, el sentir y el hacer de los predicadores.

“Bueno aquí siempre se ha hecho así”

Yo le digo:

Por tradición,

Por imitación,

¿Así lo hacia el ultimo pastor?

¿Así lo hace la denominación?

¿Así me enseñaron en el seminario?

Cualquiera que sea su respuesta

Le planteo la pregunta del debate:

¿Cuánto tiempo debe de durar

su mensaje?

¡Quédese con nosotros!

En mi investigación tuve la oportunidad de experimentar y observar una variedad de cultos, pero a manera de análisis con relación a nuestro tema que es la predicación y en respuesta a la pregunta planteada,

Los clasificamos en tres tipos:

1.- La que se basa en NEHEMÍAS capítulo 8 en especial el versículo 2 y 3 donde dice:

Que ESDRAS leyó las escrituras ante la congregación desde el alba hasta el mediodía,

y como respuesta todos estaban atentos al libro de la ley.

Para este tipo de congregaciones El domingo es el Dia del Señor.

Son reuniones que empiezan con una escuela dominical.

El servicio tradicional incluye la cena del señor cada domingo.

Al terminar el servicio le sigue una comida convivencia y en la tarde otro tiempo de adoración y enseñanza.

Generalmente en este tipo de reuniones el sermón tiene como duración entre 60 y 80 minutos.

2.- Una segunda reunión es la tradicional.

Que consiste en una primera parte opcional como escuela dominical.

Generalmente tiene que ver con discipulados o cursos de membresía de la iglesia.

Como el Bautismo.

En estos cultos,

la predicación tiene una duración de 60 minutos.

Este tipo de predicación está basado en la estructura de puntos y subpuntos.

3.- La tercera es un servicio contemporáneo.

Muy parecido al servicio tradicional,

En estos cultos la predicación tiene una duración de 35 – 40 minutos.

Tiempo suficiente para proponer, desarrollar y concretar una idea central.

Así tenemos una:

· Una respuesta teológica

· Una respuesta eclesiástica

· Y una respuesta congregacional.

¿Pero que nos dice la teoría de la comunicación?

El estar en un pulpito nos hace EMBAJADORES DE DIOS, pero no dejamos de ser comunicadores.

¿Cuándo es un buen tiempo para concluir nuestro mensaje tomado en cuenta, la condiciones físicas y naturales del evento y de la gente?

Condiciones físicas como el calor, la hora del día.

Cuestiones naturales como la edad, preparación académica,

La capacidad de concentración.

La capacidad de distracción.

El interés y preparación previa de las personas sobre el tema.

La disposición hacia el expositor y su mensaje.

¿Se fija?

Tanto las razones teológicas como las de comunicación son importantes.

En la Metodología Apolos le llamamos a las consideraciones para terminar tu mensaje:

ATERRIZAR EL MENSAJE.

¿Qué queremos decir con aterrizar el mensaje?

Un mensaje es como un avión.

Con tu introducción despegas el avión del suelo, le das movimiento, inercia.

Lo llevas a su punto más alto,

el clímax del sermón.

Y lo haces descender y preparas para aterrizar.

El aterrizaje debe de ser limpio, contundente.

Cuando han oído decir a un pasajero:

Ya aterrizamos o todavía estamos en vuelo.

¿No verdad?

Un aterrizaje es evidente.

Se experimenta con todos los sentidos y todas tus capacidades.

Ya llegamos. Esto ya se acabó.

Pero qué hay de aquel predicador que aterriza el avión y ya en la pista decide volver a tomar el vuelo.

Con frases como: “Se me olvido decirles”

Si tienes acostumbrada a tu congregación que dure un tiempo determinado,

volver a despegar el avión seria como decirles:

“Solo estos cinco puntos más y termino”

Y aquí, hago alusión de una contribución de la reconocida autora afroamericana MAYA ANGELOU, muy cierta en el ámbito de la comunicación verbal

“La gente no se acuerda de lo que dijiste,

pero si como les hiciste sentir”

Créeme que, si se van sin lo que se te olvido decir,

o los cinco puntos que te faltaron,

no los van a extrañar.

Eso solo tú lo sabes

Pero si se van a acordar de que te pasaste.

Vale recordar este otro de los principios APOLOS:

Ofrece una EXPERIENCIA

no una CONFERENCIA.

Escuchar un sermón no es una HOJA DE WORLD en donde tu escribes y escribes sin llegar al fin.

Escuchar un sermón es una experiencia física.

Condicionada a un reflejo físico.

· Así como cuando hueles un rico Guisado,

te da hambre.

· Así como cuando ves a alguien que quieres, sonríes.

En un sermón el cuerpo de quienes te escuchan, se dicen a sí mismos:

Ya llegamos a la hora o el tiempo que está acostumbrado a ponerte atención y pasando el segundero ese minuto AUTOMATICAMENTE se desconecta y se pone en MODO YA ME QUIERO IR.

Es un reflejo físico y natural.

En lo personal cual es mi semáforo para saber cuándo ya se me están quemando los frijoles.

Cuando la gente empieza a moverse del asiento.

No porque más le diga a su amable audiencia,

su mensaje va a ser más efectivo.

No porque más tiempo usted extienda su mensaje,

va a ser más convincente.

Al contrario,

Confórmese de ofrecer con claridad una idea.

Recuerde,

La predicación es un medio para modificar la conducta de los demás,

es un recurso transformacional.

Y no la clase de un profesor.

No para ver que tan ben manejas tus notas,

O interesante es un tema.

Si la información no suma para que la gente comprensa y cambie.

Considérala información académica.

Una mirada una breve expresión una pequeña conversación es suficiente para hacernos reflexionar,

No es necesario ser extensivo.

Y lo mismo es en nuestras oraciones pensamos que entre mas duren y decimos mas efectiva son, no es cierto.

Y cuando escuchamos a Jesus el solo decía tres o cuatro palabras:

-“Quiero, se limpio” (le dijo al leproso)

-“Joven, a ti te digo, levántate”

-“Lázaro, ven fuera”

Los dejo con la siguiente frase:

Un sermón no termina

hasta que se ponga en práctica.