Pasadlo Bien Corriendo de las pasiones juveniles
La vida es una carrera:
Mientras tengamos vida tenemos una carrera por delante:
Cada quien decide hacia donde correr:
Pablo exhorta a Timoteo a correr en la dirección correcta:
¡HUYE! de las pasiones Juveniles:
Feugo (huye) significa literalmente «buscar seguridad por medio de la huida» o «escape». Se utiliza al hablar de escapar de peligros físicos, como cuando Moisés huyó de la ira de Faraón y la familia sagrada huyó de Herodes
A todos los creyentes se les manda que huyan de la idolatría, de la inmoralidad, del espíritu materialista, del amor al dinero y, en esta ocasión, de las pasiones juveniles
debemos reconocer en el pecado algo peligroso para el alma. No hemos de entretenerlo ni negociar con él ni detenernos en su presencia como Lot en Sodoma (Gn. 19:15, 16)
Por el contrario, debemos alejarnos de él lo más lejos y lo más pronto posible. Así como José, cuando la esposa de Potifar procuró seducirlo, debemos nosotros también echar a correr (Gn. 39:12).
«Las pasiones de la juventud, en este contexto, son más bien las que dimanan de la naturaleza impulsiva e irreflexiva de la juventud, como son la impaciencia, la violencia, la tendencia a discutir, la efervescencia un poco alocada en el afán de novedades».
¿como huyo? tienes que seguir corriendo, pero cambiar la direccion:
¡sigue!
El verbo dioko (sigue) es precisamente lo opuesto. Así como feugo significa «huir de», dioko significa «correr detrás de» o «perseguir»,
El uso literal y reiterado de la palabra en el Nuevo Testamento (se utiliza aproximadamente 30 veces) es el de persecución. Pablo mismo la utiliza cuando habla de sus actividades antes de convertirse, de la manera en que perseguía a la iglesia (Gá. 1:13) y de su furia contra los creyentes, castigándolos en las sinagogas y persiguiéndolos hasta ciudades extranjeras (Hch. 26:11)
En forma de metáfora, este verbo es utilizado para ilustrar la búsqueda de la voluntad de Dios por parte del cristiano. Usando la ilustración de una carrera de carruajes romanos, Pablo se describe a sí mismo como esforzándose con determinación, y agrega «prosigo» y nuevamente «prosigo a la meta» (Flp. 3:12, 14