Riqueza sin limite
Sermon • Submitted
0 ratings
· 102 viewsNotes
Transcript
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo.
Inescrutable significa “que no puede saberse ni averiguarse” También se traduce por “inimaginable, insondable”
Las riquezas de Cristo son inescrutables, o mejor dicho “el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo”, es lo que Pablo predicaba.
A medida que descubría más y más riquezas en Cristo, más y más se daba cuenta de cuánto le faltaba.
Su evangelio no era simplista, pobre o limitado, sino de una riqueza inimaginable. Muchas veces hemos leído y oído de algunos que supuestamente tienen riquezas incalculables, pero que al final fueron calculadas, pero eso nunca ocurrirá con Cristo.
Porque sus riquezas en verdad no se pueden medir, ni estimar, ni calcular.
El término que emplea aquí para referirse a esta riqueza de Cristo es (ploutos) y significa no solo riqueza, sino también “fortuna, abundancia, bendición y prosperidad”.
La palabra «inescrutables» habla de un evangelio que no alcanzamos a comprender en su totalidad. Es un depósito profundo que no tiene límite. Que el Señor nos ayude a entenderlo.
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.
No lo podemos entender humanamente por eso debemos orar para que el Espíritu Santo nos traiga una mayor revelación.
puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.
Esto debería también darnos confianza plena en el Señor porque, si el evangelio habla de riquezas inescrutables, entonces, sin duda, en él hallaremos todo lo que necesitamos.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
El evangelio es suficiente. Todas las respuestas a todas las interrogantes del hombre están en el evangelio – en Cristo mismo.
Por lo tanto, ahondar en este tema y tratar de buscar en estas profundidades, es algo que debería estar siempre en nuestro corazón.
Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Leer las Escrituras, inquirir en ellas, investigar lo que el Señor nos quiere decir, es algo que tienen que hacer no solo quienes predican la palabra, sino todos nosotros, porque allí están las riquezas inescrutables del Señor.
Las enseñanzas del Señor son perfectas, reavivan el alma. Los decretos del Señor son confiables, hacen sabio al sencillo.
Los mandamientos del Señor son rectos, traen alegría al corazón. Los mandatos del Señor son claros, dan buena percepción para vivir.
La reverencia al Señor es pura, permanece para siempre. Las leyes del Señor son verdaderas, cada una de ellas es imparcial.
Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal.
¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!
«¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?»
«¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?»
Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.