Dios Es Nuestro Juez
James • Sermon • Submitted
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· 28 viewsNo hableis mal de tu hermano, No te jactes del dia de manana.
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I. NO MURMURAR DEL
HERMANO
I. NO MURMURAR DEL
HERMANO
II. NO JUZGEMOS AL HERMANO
II. NO JUZGEMOS AL HERMANO
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 4
11Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
Murmurar: Hablar mal de alguien
Pablo le esta hablando a los efesios de la nueva vida en Cristo y su comportamiento.
Ephesians 4:31 (RVR60)
31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
JUZGAR: Condenar a alguien por su actos
No juzguéis, para que no seáis juzgados.Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará a Dios.
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
LA LEY: Dada por Dios es santa y pura, y llega a su alto nivel cuando amas a Dios y a tu progimo como a ti mismo.
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Santiago nos venia hablando anteriormente de ser hacederos de la palabra.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
III. NO NOS GLORIEMOS DEL DIA DE MANANA
III. NO NOS GLORIEMOS DEL DIA DE MANANA
Reina Valera Revisada (1960) Capítulo 4
13¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece