JESÚS ALABA AL PADRE
¿Quién es este Jesús? • Sermon • Submitted
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Por la gracia del Señor el día de hoy llegamos al sermón #24 de la serie ¿Quién es este Jesús? una serie en la cual vimos y veremos los testimonios de las personas que convivieron con el Señor Jesús, pero de la misma forma, el testimonio que el mismo Señor nos dejó para que sigamos sus pisadas.
La anterior semana meditamos en la seriedad de ser seguidores de Cristo, con el sermón: CON JESÚS ES TODO O NADA. analizamos bíblicamente la preeminencia de Cristo en la vida de fe de un creyente, analizamos también que la frase “la familia es primero” no es acorde a las enseñanzas del maestro. Ya que el nos enseñaba en el texto:
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Hoy con la ayuda del Señor meditaremos sobre el testimonio que el mismo Señor Jesús presentó ante el retorno de los 70 que envió a predicar el mensaje del reino. El texto nos dice que en esa misma hora nuestro Señor se regocijó, se alegró en gran manera. El varón de dolores estaba muy feliz.
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Introducción Contextual
Introducción Contextual
Antes de comenzar debemos ubicar nuestro pasaje en su debido contexto.
En el capítulo 10, se nos relata la comisión departe del Señor Jesús a 70 hombres que fueron a predicar el mensaje del reino.
Estos pueden ser considerados como los primeros misioneros que comenzaron a predicar del reino de Dios antes de la muerte del Señor. Tenían la responsabilidad de orar por más obreros para la obra del Señor. (principio de orar)
Tenían mandamientos específicos para su tarea misionera (vs 4-11).
En el mismo contexto, el Señor Jesús pronuncia “ayes” sobre ciudades donde se hicieron milagros pero continuaron impenitentes, dentro de una de ellas está la ciudad donde él mismo centró su ministerio, Capernaum. Finalmente señaló que aquellos que predicaban el Reino de Dios hablaban las palabras de Cristo y que si estos habitantes desechaban las palabras de estos primeros misioneros, entonces ellos desechaban a Cristo mismo y no sólo a Él sino también al que le envió, esto es al Padre.
Después de esas palabras del Señor, en el transcurrir del tiempo acordado por la providencia del Señor, volvieron los 70. Muy gozosos por las señales que hicieron en le nombre del Señor, pero el siempre bondadoso Jesús les recuerda que ese no es el verdadero gozo, sino que el verdadero gozo es que el nombre de estos esté escrito en el libro de la vida, enseñándoles así dónde debía estar puesto el gozo de servir al Señor, esto es: en la salvación de sus almas en Cristo Jesús.
Exposición del Texto
Exposición del Texto
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Es importante mencionar el motivo por el cual el Señor Jesucristo se regocijó, esto fue por las noticias traídas por los 70, por la obra del Señor en las ciudades donde fueron a predicar estos hombres.
En ese sentido, dividiremos el pasaje en 2 encabezados:
La alabanza de Jesús al Padre
El motivo de la alabanza de Jesús al Padre
Consideración inicial
Consideración inicial
Ahora bien, es necesario que definamos bíblicamente la relación de Jesús y el Padre. ¿Y esto por que? primeramente porque en nuestro texto nos lo menciona y encontramos esta relación entre el Hijo y el Padre, y segundo porque la iglesia a largo de su historia fue atacada por ministros de satanás, como los docetas (decían que Jesús no existió y que los relatos de su vida eran simples ilusiones, Arrio (enseñó que Jesús fue creado por el Padre). Estos ejemplos no demuestran lo delicado que es este asunto. Comprobemos entonces bíblicamente, La unidad en la trinidad y la trinidad en la unidad
La Trinidad en el Antiguo Testamento
El Ángel de Jehová (Josué 5:14) (acepta honores divinos) El Ángel de Jehová es el LOGOS de Dios.
Hablando más de una persona (Salmos 110:1)
El espíritu de Dios como una persona que está frente a Dios (Isaías 48:16)
La Trinidad en el Nuevo Testamento
El bautismo del Señor Jesús (Lucas 3:21-22)
Pedro hablando sobre la obra trinitaria en los creyentes (1 Pedro 1:2)
En la historia de la Iglesia, nos encontramos con el Credo Niceno el cual es formulado para confesar la Naturaleza divina de Jesús por encima de la herejía arriana. el cual dice:
Teología Propia Capítulo 3: La Trinidad
Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles;
y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; Unigénito nacido del Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza (homoousios) que el Padre; por quien todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día, y subió a los cielos, y que vendrá a juzgar a vivos y muertos;
Por estos conceptos presentados desde la escritura y desde la historia y dogmática cristiana concluimos esta consideración inicial diciendo que: Jesús es uno con el Padre en sustancia pero diferenciado en sus personas.
Ahora con esta breve aclaración de la sustancia y persona de Jesús vayamos a nuestro texto.
1. LA ALABANZA DE JESÚS AL PADRE
1. LA ALABANZA DE JESÚS AL PADRE
El texto dice: En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu...
Es decir en ese mismo momento en que el Señor se encontraba con los 70 que regresaron.
El motivo de su gozo, alegría, regocijo fue por las noticias que trajeron estos primeros misioneros a su maestro. Su regocijo fue “en el espíritu” aquel en el cual fue ungido por Dios mismo.
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
El texto continúa: y dijo: Yo te alabo, oh Padre...
En base a la consideración inicial planteada hace un momento, tratemos de entender de una forma más profunda la alabanza de Jesús al Padre.
Es única porque se dirige al Padre como: “oh Padre” no como padre nuestro, dándonos a entender que realmente Él es el unigénito Hijo.
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
La relación dentro del seno de la trinidad es incomprensible para nuestra finita mente, para nuestra mente limitada.
Señor del cielo y de la tierra...
El Señor Jesús, alabando al Padre confiesa primeramente La Soberanía de Dios, resaltando así que no hay nada que esté fuera de su control ni en el cielo ni en la tierra, ya que Él es Señor del cielo y de la tierra.
Ahora bien, sabemos que el concepto de Soberanía de Dios trasciende a todo lo creado visible e invisible, pero el Señor Jesucristo resaltará en qué contexto alaba esa Soberanía. Esto es: en el contexto de la revelación del evangelio.
El Sapientísimo Dios decretó que esconderá su evangelio de los impenitentes y lo revelará a sus escogidos. Revisemos algunos pasajes para sostener esta afirmación.
¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
2. EL MOTIVO DE LA ALABANZA DE JESÚS AL PADRE
2. EL MOTIVO DE LA ALABANZA DE JESÚS AL PADRE
¿Por qué alabó con tanta profundidad Jesús al Padre?
porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos...
El Señor en su soberanía escondió cosas a los sabios y entendidos, pero ¿Qué cosas?
Aquellas que los 70 pregonaron, estas son: El arrepentimiento y conocimiento del reino de Dios en medio de ellos, esto es: La revelación del evangelio
y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Este mensaje es oculto para aquellos que se nombran así mismos como sabios y entendidos.
Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
Pero estas cosas no están escondidas para un grupo específico de personas “los niños”
y las has revelado a los niños...
¿Quiénes son estos niños?
Esta palabra “niño” bien puede traducirse como uno que “no habla” “persona simple”
La credulidad de un niño ante las palabras de su padre o un adulto
Entonces, estos son los que con corazón manso y humilde claman misericordia al Señor, son aquellos que reconocen su estado de “bebé” débil e imposibilitado a sobrevivir sin la ayuda de alguien.
Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
El Señor a continuación confirma y alaba la razón por que cual esto sucede así.
Sí, Padre, porque así te agradó.
Es decir, que este designio de ocultar la verdad de los sabios y entendidos y revelarlo a los niños, procede sencillamente del agradó al padre. el hombre no puede objetar nada ante ese designio eterno.
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
En conclusión.
El Señor Jesús alaba al Padre Soberano porque sus designios son perfectos, pero también notamos que el mensaje del reino, el evangelio de salvación pertenece en su totalidad a Dios y siendo esto así, Él decidió esconderlo de los sabios y revelarlo a los niños, esto es: a sus elegidos.
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Aplicaciones
Aplicaciones
El Señor se goza cada vez que su iglesia ora y agradece por el evangelismo que le permitió hacer. Se goza en el esfuerzo de sus hijos para llevar a cabo la gran comisión
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Nuestras alabanzas deben contener la confesión de la Soberanía del Señor, ya que debemos reconocer quién es Él.
Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
La sabiduría del mundo es necedad por razones naturales
Está desprovista de lo eterno, concentrándose así en lo pasajero.
Es acuñada en una mente y corazón sin vida espiritual.
Pregona libertad, pero no es más que esclavitud a los deseos más perversos del corazón.
Proviene de una naturaleza caída.
¿Quieres saber si te consideras a ti mismo como sabio y entendido? déjame guiarte por las escrituras para que disciernas este asunto.
En primer lugar, de manera enfática afirmas que “no soy sabio y entendido, yo no soy así” Esta afirmación es orgullosa y necia ya que todos sin distinción tratamos de ser iguales que Dios, es nuestra naturaleza, la cual procede del pecado original.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
En segundo lugar, crees que ya lo sabes todo, que lo puedes explicar todo, y que no necesitas de Dios para hacerlo. Una vez más, esto es resultado de tu estado natural y caído, a lo cual la escritura enseña:
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
Entonces, ¿Cómo puedo dejar de ser sabio y entendido?
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
¡Se un Niño! deja de depender de ti mismo, deja de ser un necio, sabio y entendido. Clama al Señor por misericordia y reconoce quién es Él. Ya que el evangelio será revelado sólo a los niños.
¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Doctrina Principal
Doctrina Principal
El Señor Jesucristo se regocijó, y esto debido al trabajo misionero de los 70 que regresaron a el después de cumplir con su tarea, este suceso llevó a Jesús a alabar al Padre, considerando en esto que: Jesús es uno con el Padre en sustancia pero diferenciado en sus personas. El Señor Jesús exaltó la Soberanía de Dios en cuanto a la revelación del evangelio, la cual está oculta de los sabios y entendidos pero revelada a los niños y esto es así, porque así le agradó al Padre.
Hoy meditamos en el testimonio que el Señor Jesús presentó ante el regreso de los 70, las palabras de alabanza suyas al Padre por la soberanía en la revelación del evangelio a los hombres.
¡QUE EL BENDITO DIOS TRINO, SEA GLORIFICADO POR MEDIO DE LA PREDICACIÓN DE SU PALABRA!