Hasta aquí nos ha ayudado el Señor

Introducción:

El pueblo estaba en una reunión solemne, con el profeta Samuel, mientras los israelitas estaban en su celebración solemne, los filisteos, preocupados por perder su dominio sobre los israelitas atacaron al pueblo Desprevenidos para una resistencia,

Ellos imploraron a Samuel que suplicara la interposición divina para salvarlos de sus enemigos.

Las oraciones y sacrificio del profeta fueron contestados con una tormenta de truenos y relámpagos tan tremenda, que los atacantes, aterrados, fueron confundidos y huyeron.

Reconociendo los israelitas la mano de Dios, se arrojaron valerosamente sobre el enemigo que tanto habían temido, e hicieron tan inmenso estrago, que las filisteos por mucho tiempo no se restablecieron de este desastroso golpe.

Esta brillante victoria aseguró la paz e independencia a Israel durante veinte años, como también la restitución del territorio dominado.

Dice el texto: tomó luego Samuel una piedra, y la puso entre Mizpa y Sen—en un lugar abierto entre la ciudad y “el peñasco” (alguna roca, o peñasco bien conocido en la región). Un pilar grande de piedra se levanto como monumento de su victoria (Levítico 26:1). Se cree que el nombre—Ebenezer—“piedra de ayuda”—fue escrito sobre ella.

Y ahí Samuel dijo hasta aquí nos ayudó el Señor.

Ahora estimados todos.

Hoy cada uno de nosotros al igual que el pueblo de Israel hemos enfrentado un ataque, imprevisto de un un enemigo, que no esperamos, la pandemia, la muerte, el desempleo, pero de todo hemos salido victorioso.

Hoy podemos decir: Hasta aquí nos ayudó el Señor.

Hoy después de tantas cosas, podemos cantar victoria, porque Dios ha estado con nosotros, y nuestra victoria proviene de él.

Hay dos razones por las que hemos llegado hasta aquí.

1. En Cristo somos más que vencedores. Romano 8:37

Romanos 8:37 RVR60

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Todo ha sido para bien, para los que aman a Dios, y somos en todas las cosas,en todo los problemas vencedores en Cristo.

No es nuestras fuerzas, no es nuestra victoria, es en el Señor que somos victoriosos.

y la segunda razón, es que:

2. Dios ha prometido estar con nosotros.

Mateo 28:20 RVR60

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Nuestra victoria, nuestros triunfos, no son posible, si no es porque él Señor ha estado con nosotros, nosotros solos no podríamos lograr nada.

Él no nos ha dejado solos, él ha prometido y siempre cumple lo que promete.

Conclusión:

Hoy podemos decir Ebenezer, hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Padres, hoy pueden decir hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Estudiantes, hoy pueden decir hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Colegio, hoy podemos decir, hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Como Samuel puso una piedra por testigo, así hoy nosotros somos testigos vivos de lo que el Señor ha hecho por nosotros.

Pero también podemos decir, el Señor, nos seguirá apoyando, no importa lo que venga, no sabemos, pero podemos confiar que en él somos más que vencedores, y además que él está con nosotros, todos los día.

Adelante, que hasta aquí nos a ayudado el Señor.

Bendiciones.