La anunciación del anunciado

Advenimiento 2020  •  Sermon  •  Submitted
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En anunciado por los profetas desde las edades, es anunciado a una adolescente, quien lo llevaría en su vientre y sería su madre.

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Introducción:

Interrupciones.
¿Te gusta que te interrumpan? Por lo general es bastante incómodo ser interrumpido, y puede producir reacciones de enojo en algunos.
Tengo un amigo que le llama “usurpadora” a su esposa, porque interrumpe sus conversaciones.
¿Te han interrumpido alguna vez? Seguramente que lo han hecho. Es incómodo, ¿verdad?
Bueno, será mejor que te acostumbres a ello, porque eso es exactamente lo que Dios hace en las vidas de las personas: interrumpe.
Lo vas a ver una y otra vez, en la Biblia y en la historia.
2. Personas comunes y corrientes.
Los cristianos leemos la Biblia y estamos acostumbrados a sus personajes. Si les menciono a David, Abraham, Isaías, Pedro, Pablo, casi todos saben de quienes estamos hablando.
¿Quiénes fueron?
Fueron personas que se relacionaron con Dios y tuvieron experiencias muy especiales.
Pero nosotros los consideramos superhéroes. El mundo los considera fábulas y seres de ficción; los cristianos, por su parte, los consideran personajes elevados, diferentes, parte de una excelsa minoría que pueden vivir a ese nivel.
Eso no es cierto. Fueron personas como tú y yo, nacidos de mujer, que respiraban aire y tomaban agua, y que sin embargo experimentaron lo imposible.
Aprovechemos la historia de la anunciación para hacernos una idea de esto, porque Dios quiere obrar en nosotros.
Lucas 1:26–38 RVR60
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;37 porque nada hay imposible para Dios.38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Lucas 1:26–38 NVI
26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, 27 a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. 28 El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. 29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. 30 —No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor—le dijo el ángel—. 31 Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin. 34 —¿Cómo podrá suceder esto—le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? 35 —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible. 38 —Aquí tienes a la sierva del Señor—contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó.
Lucas 1:26–38 NTV
26 Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, 27 a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. 28 Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!». 29 Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. 30 —No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. 33 Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin! 34 —¿Pero cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel—. Soy virgen. 35 El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su sexto mes de embarazo. 37 Pues nada es imposible para Dios. 38 María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó.

1. La primera interrupción. (Lucas 1.26-27)

Lucas 1:26–27 RVR60
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
Lucas 1:26–27 NVI
26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, 27 a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María.
Lucas 1:26–27 NTV
26 Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, 27 a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David.
a. “Al sexto mes...” se refiere al relato anterior. Lucas primero nos hace saber acerca de la experiencia de Zacarías y Elizabeth, los padres de Juan el Bautista. Su nacimiento también fue milagroso. Sin embargo, Juan fue hijo de humanos, Zacarías y Elizabeth.
b. Este es uno de esos casos en los que Dios interrumpe la vida de alguien. En ninguna parte se nos dice que María hiciera alguna cosa, aunque sin duda cultivaría una relación con Dios acorde a la fe judía. No se nos habla de méritos suyos ni de su vida anterior a esta experiencia.
c. Como siempre, Lucas es muy explícito en cuanto a lugares y ocasiones. Nos detalla que Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea”. No hay lugar a equivocaciones. La Palabra no tiene nada que ocultar. María no tuvo que viajar a ninguna parte para “tener un encuentro con Dios”. Dios la alcanzó justo donde ella estaba.
d. Esto es lo que Dios hace con nosotros también, se cruza en nuestro camino, viene a tocar nuestro corazón justo donde estamos, en nuestra casa, nuestro trabajo, nuestro lugar.
e. ¿Quién era María hasta entonces? No era nadie, no era conocida, era una anónima más. Era simplemente “una virgen comprometida para casarse”, y se nos expresa que su prometido era descendiente del rey David.
f. Así de anónimos como María somos nosotros. Dios se ha cruzado y se cruza en nuestro camino para invitarnos a vivir lo imposible.

2. Un saludo muy especial. (Lucas 1.28-29)

Lucas 1:28–29 RVR60
28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
Lucas 1:28–29 NVI
28 El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. 29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
Lucas 1:28–29 NTV
28 Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!». 29 Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir.
a. ¿Qué sucede cuando una persona tiene un encuentro con Dios? A lo largo de la Biblia (y de la historia) vamos a encontrar diferentes tipos de experiencias, no todas explicadas al detalle.
b. No se nos dice qué es lo que María estaba haciendo en aquel momento. Simplemente estaría “en lo suyo”, haciendo lo que hacía corrientemente, y entonces el ángel entra y la saluda.
c. ¿Distinguió María inmediatamente que era un ángel? ¿Cómo lo distinguió? ¿Brillaba? ¿Vestía de blanco? ¿Tenía alas? No se nos dice nada de eso.
d. Lo que perturba a María es el saludo del ángel “Salve, muy favorecida”. Vale observar que esta frase es utilizada por la iglesia católica en la oración (a María) conocida como el Avemaría.
e. María se queda perturbada por aquel saludo. ¿Qué le dijo?
(1) Muy favorecida.
(2) El Señor es contigo (El Señor está contigo)
(3) Bendita tú entre las mujeres.
f. Vamos a encontrar que esto sucede muchas veces en los encuentros entre Dios y sus hijos: Dios ve algo en ellos que tal vez ellos no han percibido. ¿Se sentiría María “muy favorecida” o “Bendita entre las mujeres”? Probablemente no.
g. ¿Qué ve el Señor en ti? ¿Te das cuenta de que es probable que Dios te vea como tú no te ves a ti mismo?

3. Una interrupción para siempre. (Lucas 1.30-33)

Lucas 1:30–33 RVR60
30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Lucas 1:30–33 NVI
30 —No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor—le dijo el ángel—. 31 Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
Lucas 1:30–33 NTV
30 —No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. 33 Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!
a. El ángel anima a María para que no tema.
b. Entonces, lanza sobre ella “la bomba”, la noticia de que su vida nunca más será la misma.
c. Un embarazo le cambia la via radical y definitivamente a cualquier mujer, especialmente si es una adolescente como lo era María en aquel momento.
d. El ángel le anuncia que ha hallado el favor de Dios (repitiendo en cierto sentido lo del saludo). Especifica que lo que está por decir la hace muy especial. Más adelante María canta que todas las generaciones la llamarán “Bienaventurada”. Entre todas las mujeres fue escogida para llevar en su vientre al Hijo de Dios. El simple hecho de ser madre hace especial a una mujer, pero llevar en el vientre al propio Hijo de Dios, la convierte en una mujer favorecida por Dios. ¿Por qué? ¿Se lo ganó? No, solo por gracia.
e. “María, vas a quedar embarazada...”. Suficiente como para que María ya se sintiera impactada por la noticia, pero había más:
(1) Llamarás su nombre Jesús. Ni María ni José tuvieron oportunidad de elegir el nombre de su primogénito. El nombre le fue dado desde el cielo, y su nombre significa “Salvador”.
(2) Será grande. No iba a ser “otro más”, “uno de la multitud”: iba a sobresalir. ¡Vaya si lo hizo!
(3) Será llamado Hijo del Altísimo. ¿Te imaginas no solamente dar a luz un hijo sino que sea llamado así? Sin duda que aquel era un momento muy especial.
(4) El Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin. Punto. El corazón y la mente de María asociaron ya todo: aquel niño era el Mesías. ¡María daría a luz a su propio Salvador!
f. Cuando Dios interrumpe tu vida, lo hace para hacer obras a su nivel, conforme a su tamaño y a sus planes. María podía sentirse insignificante, pero tendría un Hijo que traería salvación para todos.
g. Dios puede interrumpir tu vida, ahora mismo, para hacer algo muy grande que afecte la vida de otros.

4. Una explicación que deja sin aliento. (Lucas 1.34-37)

Lucas 1:34–37 RVR60
34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;37 porque nada hay imposible para Dios.
Lucas 1:34–37 NVI
34 —¿Cómo podrá suceder esto—le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? 35 —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible.
Lucas 1:34–37 NTV
34 —¿Pero cómo podrá suceder esto? —le preguntó María al ángel—. Soy virgen. 35 El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su sexto mes de embarazo. 37 Pues nada es imposible para Dios.
a. María interpone sus dudas. “¿Cómo? ¿Que voy a quedar embarazada? ¿Cómo es posible? ¡Yo no he estado con ningún hombre!”. Está bien claro que María había entendido cómo se hacen los bebés. No nacen de los repollos.
b. Es bien interesante la respuesta que recibe. Zacarías, seis meses antes, había interpuesto el mismo tipo de duda y se le había dicho que quedaría mudo por no haber creído, y así fue. Dios edifica la fe en cada uno de nosotros como Él quiere y como sabe que necesitamos.
c. “A ver, entiende María, al niño se le llamará Hijo de Dios porque Dios va a hacer la obra de ponerlo en tu vientre”, algo así le dijo el ángel.
d. La herramienta de fe que Gabriel utilizó para que María creyera es lo que había pasado con su parienta Elizabeth, que había quedado embarazada siendo estéril y ya mayor.
e. …porque nada hay imposible para Dios.

5. La respuesta correcta ante Dios: consagración. (Lucas 1.38)

Lucas 1:38 RVR60
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Lucas 1:38 NVI
38 —Aquí tienes a la sierva del Señor—contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó.
Lucas 1:38 NTV
38 María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó.
a. ¿Qué se le dice a Dios cuando interrumpe tu vida y te anuncia que ya nunca será la misma? María es un ejemplo: se responde con consagración.
b. Esta respuesta implica que María entendió perfectamente quién le estaba hablando, de dónde venía este anuncio. Esto venía de Dios.
c. Dios va a obrar así también en nosotros, revelándonos lo que evidentemente solo puede venir de Él. Cuando recibas una propuesta, cuando se presente una nueva oportunidad, cuando surja la posibilidad de que haya un cambio en tu vida, asegúrate que todo el proyecto proviene de Dios.
d. He aquí la sierva del Señor. No creo que esto fuera nuevo para María. Ya era una sierva del Señor, aunque no hubiera sobresalido.
e. hágase conmigo conforme a tu palabra. “Sí, está bien; cambia mi vida, Señor, como quieras”.
f. “No sé cómo lo harás, ni lo que vendrá después, ni si recibiré la visita de más ángeles, pastores con visiones o magos de oriente, si tendré que salir huyendo a Egipto, si tendré o no más hijos, … Lo que sé es que quiero vivir en tu voluntad”. Que sea esta tu actitud.
Conclusión:
La pregunta no es si Dios interrumpirá tu vida también sino cuándo. Que cuando lo haga encuentre a su siervo, esperando y listo para dejar que Él haga su voluntad, cueste lo que cueste.
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