Navidad es Confiar 1
Navidad es Confiar • Sermon • Submitted
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· 24 viewsEl conflicto en Israel, Dios promete a Acaz la llegada del Mesías, y el cumplimiento narrado en Mateo
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Navidad es Confiar 1
Al nacer Jesús se cumplen profecías escritas cientos de años antes, esto nos enseña que puedes confiar en Dios, quien actúa en la historia y lo hace en tu historia.
A veces parece que Dios no está en nuestra vida, porque ¡no vemos cambios! Especialmente este 2020 ¿qué pasó Dios? ¡me fallaste! Se te salió de control la pandemia. Este año era para consolidar el negocio y fue lo contrario, este año me casaba y ni novia conseguí; mi matrimonio se deshizo, etc. No entendemos ¿qué fue lo que pasó? Al mismo tiempo, en esos momentos que no podemos hacer nada, deseamos seguir confiando y que Dios tenga el control y la navidad nos recuerda eso.
Mateo narra cuando un ángel visitó a María y le dijo: tendrás un bebé, será un niño especial. María estaba comprometida con José, en esa cultura estar comprometido, para fines legales era un matrimonio, pero no había contacto físico. Mateo dice que José era un hombre justo y al saber que María está embarazada, la quiso dejar sin hacer escándalo, porque el castigo por infidelidad era la muerte. Un ángel se aparece a José y le dice que el bebé es engendrado por el Espíritu Santo y que no abandone a María, sino que se case con ella.
“Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta:” (Mateo 1:21–22, NTV)
Con el nacimiento de este niño se cumple la promesa hecha 735 años antes; quienes escucharon la escucharon no la entendieron y no tuvo mucho impacto. El reino de Israel estaba dividido en 2 partes: Norte y Sur, Israel y Judá, la capital de ambas naciones estaba en Judá: Jerusalén.
El rey de Israel y la nación vecina deciden atacar a Siria el gran imperio de la época. Acaz, rey de Judá no quería porque sabía que aun uniéndose con Israel no le ganarían a Siria. Acaz había abandonado a Dios y era un rey malo, tenía ídolos por toda la nación, sacrificó a sus propios hijos en fuego. Al morir lo enterraron fuera de Jerusalén, pues no querían que fuera considerado como uno de ellos. Los reyes anteriores, en tiempos de problemas buscaban a Dios, pero Acaz ¡no lo haría! Lo que sí hizo fue enviar un mensajero al rey de Israel, llamado Pecaj diciéndole: “¡no iré a combatir con ustedes!”
El tiempo pasó, Israel se alió con Siria y rodeó Judá, atacó Jerusalén, y Acaz pudo detenerlos. Israel acampa fuera de Jerusalén, Acaz se entera que avanzan hacia su territorio, sabe que su ejército no podrá resistir por mucho tiempo. Todo el pueblo tiene miedo, él también, y Dios manda al profeta Isaías con un mensaje para Acaz y todo el pueblo.
“A la corte real de Judá había llegado la siguiente noticia: «¡Siria se ha aliado con Israel en contra de nosotros!». Por eso, el corazón del rey y el de su pueblo temblaron de miedo, como tiemblan los árboles en medio de una tormenta. Entonces el Señor dijo a Isaías: «Toma a tu hijo Sear-jasub y ve al encuentro del rey Acaz. Lo encontrarás al final del acueducto que conduce el agua al estanque superior, cerca del camino que lleva al campo donde se lavan las telas. Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son Rezín, rey de Siria y Peka, hijo de Remalías.” (Isaías 7:2–4, NTV)
“Es verdad que los reyes de Siria y de Israel han conspirado contra él diciendo: “Atacaremos a Judá y lo conquistaremos y pertenecerá a nosotros. Después pondremos en el trono de Judá al hijo de Tabeel”. Pero esto dice el Señor Soberano: »“Esta invasión nunca sucederá, nunca se llevará a cabo; pues Siria no es más fuerte que Damasco, su capital, y Damasco no es más fuerte que Rezín, su rey. En cuanto a Israel, dentro de sesenta y cinco años será aplastado y destruido por completo. Israel no es más fuerte que Samaria, su capital, y Samaria no es más fuerte que Peka, hijo de Remalías, su rey. A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer que permanezcan firmes”».” (Isaías 7:5–9, NTV)
En resumen dice: desde mi punto de vista, esos 2 reinos ya fueron ¡no tengas miedo! Dios le habla a Acaz, que ha sido un rey malo y le ha dado la espalda, pero le dice: ¡te estoy dando otra oportunidad! Y te lo dice a ti, estás a punto de terminar el año, este año no ha sido como pensabas y ¡ni así me has buscado! ¡no te has rendido a mí! Pues ¿sabes qué? Te daré otra oportunidad para que regreses a mí.
Sabes que fui fiel con Abraham, David, los protegí, sabes que hice una promesa de amor incondicional a tu nación ¡regresa! Vuelve a tu fe y observa cómo los protejo. Por alguna razón ¡Acaz lo rechaza! Isaías dice:
“«Acaz, pídele al Señor tu Dios una señal de confirmación. Hazla tan difícil como quieras: tan alta como los cielos o tan profunda como el lugar de los muertos».” (Isaías 7:11, NTV)
El profeta le dice: antes que le des la espalda, entiende que ¡Dios quiere ayudarte! Si no me crees, Dios dice que pidas lo que sea, algo inusual, loco, de forma que cuando lo veas te convenzas que ¡Dios lo hizo! Acaz tenía ejemplos en la historia de Israel de cosas sorprendentes, el mar abierto, la alimentación con maná, ejércitos confundidos. Con todo y lo malo que ha sido, que ha rechazado a Dios, le da otra oportunidad.
“Pero el rey se negó. —No —dijo el rey—. No pondré a prueba al Señor así.” (Isaías 7:12, NTV)
Podrías pensar que es por respeto, pero en realidad es porque ya había decidido, hacer algo por sus propias fuerzas. Esta misma historia está en otro libro, ahí vemos que sabía que no podía enfrentar a esos 2 ejércitos, y va al templo de Jerusalén, saca los tesoros, los pone en caravana, cruza el Jordán, cruza la tierra de Efraín, llega a Asiria y quiso comprar al rey de Asiria para que los defendiera. Veamos la narración:
“El rey Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, con este mensaje: «Yo soy tu siervo y tu vasallo. Sube a rescatarme de los ejércitos de Aram e Israel, que me atacan».” (2º Reyes 16:7, NTV)
A cambio de protección, ofrece pagar impuestos y jura lealtad. Lo que dice es: confío en ti para mi protección ¡Acaz decide depender del rey de Asiria en lugar de depender de Dios! Isaías sigue:
“Entonces Isaías le dijo: —¡Escuchen bien, ustedes de la familia real de David! ¿Acaso no les basta con agotar la paciencia humana? ¿También tienen que agotar la paciencia de mi Dios?” (Isaías 7:13, NTV)
Acaz, Dios te da otra oportunidad, quiere pelear por ti y ¡lo rechazas! Dios quiere intervenir en tu ayuda, y para que estés seguro te da la oportunidad de pedir algo grande y aún así ¡lo rechazaste!
“Muy bien, el Señor mismo les dará la señal…” (Isaías 7:14, NTV)
¿No quieres pedir una señal? ¡Dios te dará una! ¿no quieres probar a Dios? ¡ÉL se probará a si mismo! ¿no quieres involucrarlo? ¡ÉL se auto involucra! Dios te está diciendo ¿no quieres depender de mí? De todas maneras, te voy a defender ¿sabes por qué? ¡porque tengo planes para ti!
Si quieres saber más de Dios o no sabes qué tanto puedes confiar en ÉL, es importante que sepas porqué Dios hace eso: es porque años atrás hizo una promesa, tenía un pacto con ellos. Dios dijo que los defendería y los protegería. Yo seré su Dios, aunque ustedes no quieran.
Acaz rechaza a Dios, lo ignora, prefiera confiar en Asiria, no quiere depender de Dios. Y Dios le dice: no me importa, de todas maneras, te voy a defender y para demostrarlo a la nación y el mundo, te daré una promesa, una señal y cuando la señal se cumpla, la nación, el mundo, sabrá que YO SOY el Dios de Israel y soy Dios que cumple Su promesa.
Si te has preguntado ¿por qué estoy aquí? En realidad, no quieres estar, pero Dios te trajo, porque tiene planes con tu hijo o tu nieto, aunque a regañadientes, estás aquí, Dios te trajo, para que tu hijo o nieto lo conozca y haga lo que ha planeado hacer.
Isaías le dice: Dios ha hecho señales súper locas, prepárate para escuchar, seguro será algo asombroso:
“…¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).” (Isaías 7:14, NTV)
Se quedan viendo ¿esa es la señal? ¿Que una joven tendrá un hijo? Acaz dice ¿eso es todo? ¡las jóvenes tienen hijos todo el tiempo! Acaz no quedó impactado, y por eso ¡no cambió de parecer! Ni parecía una señal de Dios, Acaz, no entendió.
Isaías le dice; escucha lo demás, para que cuando lo veas, sepas que Dios cumple Su promesa. Israel y Efraín, no tendrán éxito, porque he hecho una promesa, es más usaré a los Asirios para juzgar a Israel, pero no te confíes, porque después te juzgarán a ti; pero después YO mandaré otra nación que juzgue a Asiria. Puedes estar seguro, porque la joven tendrá un hijo. Isaías vuelve a hablar de la promesa en el capítulo 9. Recuerda que esto es 735 años antes que Jesús naciera.
“Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6, NTV)
Aquí, Acaz y el que escuche dice: ¡alto! Dices que es un bebé, pero no es cualquier bebé, y que es ¿Hijo de Dios! Se nos concede un Hijo Soberano.
Debes saber que antes de esa profecía, no había alguna que dijera que un bebé sería Dios mismo. Esto es nuevo, casi parece una blasfemia. Acaz da la espalda a la profecía, ignora a Isaías, va a los Asirios, ignorando a Dios.
Tal como Dios dijo: los Asirios pelearon y en 12 años Israel quedó devastado por la guerra. Israel se rinde. Los siguientes años, Asiria trajo esclavos de otras naciones, para cuando Jesús nace, esa región se conoce como: Samaria. Habitada por samaritanos, que no eran judíos puros, ni asirios puros, eran mestizos. Prácticamente esa zona dejó de ser judía.
Así como profetizó Isaías; 20 años después Asiria marchó a Jerusalén, el rey ya no era Acaz, sino Ezequías, quien tomó los tesoros del templo y se los dio al rey de Asiria.
Pero 90 años después, como lo profetizó Isaías, los babilonios atacaron el imperio Asirio y lo dominaron. Bajo Nabucodonosor, el ejército marchó al sur y destruyó el templo, las murallas de Jerusalén, se llevó a los mejores jóvenes a Babilonia, entre ellos iba Daniel y sus amigos.
Después llegan los Persas y conquistan Babilonia y la ciudad, reinan cerca de 300 años.
Después llega Alejandro Magno (El grande) y conquista toda esa región para los griegos. El rey Darío era rey de Israel y perdió la batalla con Alejandro Magno. Toda Grecia se expande. Hasta que llegan los romanos y conquistan casi todo el mundo conocido.
Las personas ya se habían olvidado de Acaz, de Isaías, de la profecía, además, ¡no la entendieron! Los que vivían en Jerusalén se preguntaban si Dios los había olvidado ¡no había evidencia de Dios! No tienen historia reciente que pudieran recordar, no han visto la mano de Dios. Lo único que ven son ejércitos de otras naciones entrando y saliendo; Israel no era nación dominante, no tenían poder militar, económico, político ¿dónde está Dios! ¿dónde la promesa! ¿dónde la época dorada de Israel?
Hasta que, por alguna razón que sólo Dios sabe, 735 años después, Dios manda un ángel a María y le dice: ¡tú eres la elegida! Tú eres la joven de quien habló el profeta Isaías, hace muchos años.
¿Recuerdas el sueño de José? Dios le dijo: ella tendrá un Hijo y lo llamarás: Jesús, porque ÉL salvará a Su pueblo de sus pecados, todo esto es para que se cumpla lo que Dios dijo por medio de su profeta. José, la mujer que te ha causado dolor, que te ha avergonzado, que creó todo un escándalo en Nazaret, de ella habló el profeta Isaías hace 735 años, la profecía que parecía que no tenía sentido, la que nadie entendió.
Cuando José despertó, hizo lo que el Señor le había ordenado y tomó a María como esposa.
¡Puedes confiar en Dios! Porqué ¡Dios cumple Su promesa! Parecía que se había olvidado, pero Dios estuvo activo todo el tiempo, estaba preparando el escenario para el cumplimiento de SU promesa. La prueba que Acaz no pidió porque no confió; Dios la dio: “Les daré una señal, porque quiero que Israel y el mundo sepa que SOY Dios de las naciones, de la historia y cumplo mis promesas, ya sea que me invites o no.
A veces piensas que Dios no existe o no es real, sólo porque no te ha dado lo que quieres que te de. Entiendo que te preguntes: Dios ¿dónde estás? Algunas veces por el dolor, el temor, decimos ¿Dios estás conmigo? ¿estás haciendo algo? Y de repente llega diciembre, la navidad, en que recordamos que Dios habla en medio de la historia y lo hace de una manera que no se puede negar, por eso puedes confiar en ÉL.
Es Dios diciendo ¡aquí estoy! Tengo el control de todo, Soy Dios que cumple Su Palabra. Tal como lo prometí al rey Acaz, por medio del profeta Isaías, que la virgen daría un hijo y le llamarían Emanuel, y sería Hijo de Dios, así, de la misma manera, Puedes estar seguro que mantendré y cumpliré todas mis promesas.
Y aquí estamos, después de haberse cumplido una promesa, pero aún con otras por cumplir. Así como Jesús vino y murió por nuestros pecados, la promesa que nos dejó es: ¡regresaré por ustedes!
Mientras se cumple esa promesa, puedes confiar que te daré Gracia y Misericordia. Puedes confiar en mí para que tengas paz ¡confía! Porque Soy Dios que cumple Su promesa. Cuando no me puedas ver, sigue confiando y dependiendo de mí. Mientras tanto, podemos aceptar y tomar el mensaje del profeta Isaías:
“Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son Rezín, rey de Siria y Peka, hijo de Remalías.” (Isaías 7:4, NTV)
Deja de preocuparte, no pierdas la calma, no temas, no te desanimes, porque eso que te preocupa, ese problema, son como tizones humeantes. Lo que sea que causa problemas en tu vida, lo que te desanima, desde la perspectiva de Dios, ÉL ya hizo lo que tiene que hacer, para ÉL es un caso cerrado, asunto concluido.
Lo que sea que te da miedo, ya sea el futuro de tus hijos, tu conyugue, los negocios, todo lo que hace que te preguntes ¿Dónde está Dios? ÉL te dice: eso, son tizones humeantes, por eso ¡no tengas miedo! Soy Dios que mantiene Su Palabra y cumple Su promesa.
Y puedes estar seguro, porque la joven estuvo embarazada, dio a luz un Hijo y le llamaron Emanuel; ahora puedes tener esta seguridad cada día de tu vida ¡Dios con nosotros! ¡Dios contigo!
Por eso celebramos la navidad, es más que un bebé en la cuna, se trata de la historia, se trata de el Dios de la historia que mantiene Su Palabra y si cumplió en el pasado ¡cumplirá en estos días y cada día de tu vida! Hasta cuando regrese y quite el pecado, el dolor, el llanto y la muerte. Por eso: ¡Navidad es Confiar! ¡Sigue confiando en Dios!
Palabra de Dios
Oremos