EL ESPÍRITU SANTO ANTES DE PENTECOSTES

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EL ESPÍRITU SANTO ANTES DE PENTECOSTES
Introducción
En el día de Pentecostés (Hechos 2) Dios inició un gran cambio en la obra del Espíritu Santo. Hacía pocos días que Cristo había cumplido toda la ley antigua y así había ratificado el nuevo pacto o sea el nuevo testamento. Había sido glorificado a la diestra del Padre y en aquel día de Pentecostés mandó al Espíritu Santo que durante tanto tiempo se había esperado de acuerdo con las profecías y promesas de Dios. Las nuevas actividades del Espíritu Santo en la iglesia o sea bajo el nuevo pacto pueden entenderse solamente si entendemos primeramente Sus actividades antes del día de Pentecostés. Así que el propósito de esta lección es repasar las actividades del Espíritu desde la creación hasta el día de Pentecostés. En la Biblia esto abarca desde Génesis 1:1 hasta Hechos 1:26. Al final del estudio haremos un breve análisis de las diferencias principales entre las obras del Espíritu antes de Pentecostés y las que haría desde aquel día en adelante en la iglesia del Señor Jesucristo.
En La Creación
El Espíritu Santo no ha empezado a ser activo solamente en los tiempos del Nuevo Testamento. Desde la creación ha tenido Sus actividades muy importantes en el plan divino. Según Génesis 1:2 el Espíritu de Dios estaba presente y activo en la creación del mundo. Toda la vida depende del poder del Espíritu (Salmos 104:30). Aún la belleza de los cielos es parte de la obra del Espíritu Santo (Job 26:13). El Espíritu está presente y activo en todas partes de la creación de Dios y así ha sido siempre (Salmos 139:7-10).
En Los Dirigentes De Israel
Pero no sólo la creación sino también el pueblo de Dios en tiempos antiguos, la nación de Israel, recibió los beneficios de la obra del Espíritu Santo. Los dirigentes de Israel fueron escogidos, instruidos, investidos de poder y guiados por el Espíritu de Dios. Desde Moisés que les libró de la esclavitud en Egipto por el poder de Dios hasta Ezequiel que consoló al pueblo cuando había vuelto a ser esclavo de los babilonios cientos de años más tarde por su rebeldía, la Biblia declara la actividad del Espíritu en todos los dirigentes fieles de la nación de Israel.
Cuando el pueblo fue sujetado por el rey de Mesopotamia, Dios levantó a un libertador o juez llamado Otoniel, y éste por el poder del Espíritu Santo los libró de la sujeción a Mesopotamia. "Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim" (Jueces 3:10). Vea también Su actividad en Jefté (Jueces 11:29), Sansón (Jueces 13:24,25; 14:6,19; 15:14; 16:20), Saúl (I Samuel 10:6,10; 11:6) y David (I Samuel 16:13). Así que los que recibieron el mando del pueblo de Dios en gran parte fueron hombres escogidos y preparados por el Espíritu de Dios para la gran tarea de guiar a la nación de Israel y llevarla a la victoria sobre sus enemigos.
En Revelaciones
Además tenemos un ejemplo de la revelación de sueños como obra del Espíritu de Dios en José, varón dedicado al servicio de Dios. Debido a una serie de circunstancias (Génesis 37-39), José estaba en la cárcel en Egipto. Estando allí interpretó los sueños de dos de los siervos del rey de Egipto, el Faraón (Génesis 40). Después de unos dos años el propio rey tuvo un sueño. Le contaron al rey cómo José había interpretado correctamente los sueños de sus siervos y él mandó sacarlo de la cárcel. Cuando José vino a Faraón, éste le dijo: "Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; DIOS será El que dé respuesta propicia a Faraón" (Génesis 41:15,16). Y luego de oír el sueño, José, POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO (Génesis 41:38) le interpretó el sueño.
Y así en muchas ocasiones y con muchos siervos de Dios, el Espíritu del Señor les revelaba la voluntad de Dios, a veces en sueños, a veces en señales y a veces simplemente por llenar su mente con el mensaje de Dios. En realidad todo el Antiguo Testamento es el fruto de la obra del Espíritu Santo guiando a hombres escogidos por Dios para escribir sin error la historia, la poesía y las profecías que Dios les daba a conocer. Hablando de estas revelaciones en el Antiguo Testamento, el apóstol Pedro declara: "porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU SANTO" (II Pedro 1:21). Miqueas declara: "Mas yo estoy lleno de poder del ESPÍRITU de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión y a Israel su pecado" (Miqueas 3:8). Sí, TODOS los profetas de la antigüedad recibieron sus mensajes por medio de la inspiración del Espíritu Santo. La obra de la revelación NO es algo NUEVO en el plan de Dios comenzando en el día de Pentecostés. Es obra que el Espíritu Santo ha desempeñado desde tiempos antiguos. Usted mismo puede leer como inspiró a los setenta ancianos (Números 11:25-29), Balaam (Números 24:2), David (II Samuel 23:2), Isaías (Isaías 48:16), Zacarías (Zacarías 7:8-14), Ezequiel (Ezequiel 2:2) y muchos otros profetas de Dios ANTES del establecimiento de la iglesia del Señor y la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Por medio de revelaciones que el Espíritu Santo les dio, los israelitas fueron instruídos (Nehemías 9:20) y fueron advertidos de las calamidades venideras por su desobediencia (Nehemías 9:30).
Capacidades Artísticas
Un aspecto de la obra del Espíritu ANTES de Pentecostés es algo extraño y muy interesante. Dios, por medio del Espíritu, dio capacidades artísticas a ciertas personas en la nación de Israel. En aquel tiempo Israel había estado en esclavitud en Egipto por cientos de años; así que no había obreros profesionales ni con capacidades de artesanía. Por tanto fue necesario dar estas capacidades milagrosamente para la construcción del tabernáculo, el lugar del culto del pueblo en aquel tiempo. En Exodo 31:1-5 encontramos la historia de esta obra del Espíritu Santo: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y LO HE LLENADO DEL ESPÍRITU DE DIOS, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor" (Éxodo 31:1-5). Vea también Éxodo 35:31; Zacarías 4:6. Es importante notar que esta obra del Espíritu no fue una que todo el tiempo llevaba a cabo, aunque siempre tenía el poder para hacerlo. Pero sólo cuando hubo necesidad en el plan de Dios, el Espíritu dio esas capacidades artísticas a ciertos hombres en el pueblo de Dios. Cuando su propósito se cumplió ya no siguió dándoles estos poderes.
El Pastor Del Pueblo
No de menor importancia fue la obra del Espíritu Santo como el Pastor del pueblo de Dios en tiempos antiguos. Los guió, los protegió de sus enemigos y los pastoreó para la gloria de Jehová. Lea Salmos 143:10; Isaías 59:19; 34:16; Zacarías 6:8. "El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso" (Isaías 63:14).
En Juan El Bautista
Ya en los escritos del Nuevo Testamento, pero todavía antes del establecimiento del nuevo pacto y también ANTES de la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés encontramos a Juan el bautizador. Aunque Juan no hizo ningún milagro o sea ninguna señal (Juan 10:41), el ángel de Dios profetizó de él a su padre Zacarías diciendo: "Será lleno del Espíritu Santo, aún desde el vientre de su madre" (Lucas 1:15). Y seguramente, no solamente Juan sino también su madre y su padre fueron llenos del Espíritu Santo (Lucas 1:41,67). Y fue así que Juan dio fiel testimonio de Cristo (Juan 10:41) aún cuando los demás lo rechazaban. Y así fue que desde el principio del mundo hasta la venida de Cristo Jesús al mundo, Dios escogía en quien poner Su Espíritu y así fue preparando al mundo para la venida de Su Hijo Amado.
En Cristo Jesús
Pero la obra del Espíritu no fue solamente para preparar al mundo para recibir al Cristo sino también acompañarlo en Su vida terrenal. Aún en las profecías de la venida del Salvador, Dios había revelado que el Cristo iba a recibir el Espíritu Santo. "Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová" clamó Isaías (Isaías 11:2; lea también Isaías 42:1; 61:1; Lucas 4:18,19). Y el Espíritu Santo estuvo presente y activo en el nacimiento, la vida, la muerte, y la resurrección de Cristo Jesús. En su nacimiento: "El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes que se juntasen, se halló que HABIA CONCEBIDO DEL ESPÍRITU SANTO" (Mateo 1:18). En su bautismo: "Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al ESPÍRITU DE DIOS QUE DESCENDIA COMO PALOMA, y venía sobre él" (Mateo 3:16). "También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo" (Juan 1:32,33). En su tentación: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo" (Mateo 4:1). "Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto" (Lucas 4:1). "Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor" (Lucas 4:14). En su predicación: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lucas 4:18,19). En sus milagros: "Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios" (Mateo 12:28). En su regocijo y alabanza del Padre: "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó" (Lucas 10:21). En su muerte: "Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual MEDIANTE EL ESPÍRITU ETERNO SE OFRECIO a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?" (Hebreos 9:13,14). En su resurrección: "Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu santidad, por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:4; compare Romanos 8:11).
Resumen
Así que la inteligencia, la presencia y el poder del Espíritu Santo fueron muy importantes en toda la historia de la redención desde la creación del mundo hasta la resurrección y glorificación del Hijo de Dios pocos días antes del día de Pentecostés. El Espíritu obró muchos milagros, mostró Su poder en muchas maneras, enseñó a los profetas de Dios el mensaje divino y aún acompañó al Hijo de Dios desde su nacimiento hasta su resurrección para el cumplimiento del evangelio que del día de Pentecostés en adelante se está predicando a toda criatura.
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