LA ESPADA DEL ESPÍRITU

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LA ESPADA DEL ESPÍRITU
Introducción
En Efesios 6:17 hay una declaración que nos revela mucho acerca de la obra del Espíritu Santo. La Escritura dice: "Y tomad el yelmo de la salvación, y LA ESPADA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS" (Efesios 6:17). La Palabra de Dios (la Biblia misma) es LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO. Es Su instrumento, Su arma de guerra. Esto quiere decir que MUCHAS de las actividades del Espíritu Santo se llevan a cabo a través de la Biblia, o sea el mensaje de Dios. No todas las actividades del Espíritu son directas. Algunas de ellas son POR MEDIO de la Palabra. Esto NO quiere decir que la Palabra sea el Espíritu Santo NI que toda Su obra esté restringida a lo que hace por medio de la Palabra, pero sí explica MUCHO acerca de la obra del Espíritu del Señor. No debemos pensar en esa obra como un misterio que mejor se siente y no se explica. Si llegamos a entender cómo la palabra de Dios funciona como LA ESPADA DEL ESPÍRITU, habremos entendido gran parte de la obra del Espíritu Santo hoy día.
El Autor De La Biblia
Aunque la Biblia fue escrita por más de treinta individuos, ella tiene solamente UN AUTOR. El Espíritu Santo de Dios reveló el mensaje de la Biblia y luego inspiró a diferentes hombres a escribir ese mismo mensaje. El fruto de esa obra del Espíritu Santo es la Biblia. Originalmente escrita en hebreo y griego en su mayoría, ahora la Biblia ha sido traducida a muchos idiomas, incluyendo varias versiones en el español.
En cuanto a la revelación de la voluntad divina al ser humano en el tiempo del Antiguo Testamento por medio del Espíritu Santo, tenemos el testimonio del apóstol Pedro en II Pedro 1:19-21: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron SIENDO INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU SANTO." Y Cristo declara lo mismo en cuanto al mensaje de sus apóstoles y los profetas del Nuevo Testamento: "Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Por que no sois vosotros los que habláis, SINO EL ESPÍRITU DE VUESTRO PADRE QUE HABLA EN VOSOTROS" (Mateo 10:19,20). Lea también con mucho cuidado Juan 14:26; 16:12,13. Y el apóstol Pedro confirma otra vez la inspiración de los profetas del Antiguo Testamento y los del Nuevo por el Espíritu de Cristo: "Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio POR EL ESPÍRITU SANTO enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles" (I Pedro 1:10-12). De estos versículos aprendemos que Dios reveló Su mensaje a la mente de hombres que El escogió. Lo hizo POR MEDIO DEL ESPÍRITU SANTO. El no permitió que ellos pudieran entender mal Su Voluntad. No dejó a la ciencia y el estudio de ellos el descubrimiento de Su Verdad. Dios obró milagrosamente en ellos por medio del Espíritu Santo para REVELARLES DIRECTAMENTE Su Palabra. "Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana." No fue el hombre quien decidió recibir el mensaje de Dios, sino que Dios decidió dárselo por medio de la obra del Espíritu Santo. Esta revelación que comenzó en tiempos antiguos, antes de la venida de Jesucristo, se cumplió perfectamente con la revelación de TODA LA VERDAD a los apóstoles de Jesucristo por medio del Espíritu Santo (Juan 16:13). Pero además de la revelación de la verdad a estos hombres, el Espíritu Santo hizo algo más. Una vez revelado el mensaje divino a los profetas y apóstoles, el Espíritu Santo también obró en ellos para que la comunicación o sea la predicación de ese mensaje no tuviera error alguno. Esta obra del Espíritu se llama LA INSPIRACIÓN. Es decir, que no hablaron los hombres basándose en su propio entendimiento de la voluntad de Dios en sus propias palabras sino que el Espíritu Santo les dirigió en la predicación de la Palabra de Dios para evitar cualquier error. "Hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo." No hablaron sus propias palabras sino palabras del Espíritu Santo. "Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros." "Os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo." Lea también I Corintios 2:6-13. Fíjese bien en los versículos 10,12,13. "Pero Dios nos las reveló a nosotros POR EL ESPÍRITU; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios... Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu acomodando lo espiritual a lo espiritual" (I Corintios 2:10,12,13). Así que los apóstoles no solamente recibieron su conocimiento del Espíritu Santo sino que el Mismo Espíritu también les enseñó las palabras que debían de usar en su predicación del mensaje de Dios. Esto es LA INSPIRACIÓN. Y esta obra del Espíritu Santo se extendió a la escritura de estos mensajes inspirados. El Espíritu de Dios también inspiró a los mismos hombres, profetas y apóstoles, para que escribieran LAS SAGRADAS ESCRITURAS, o sea LA BIBLIA, LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO. Así que el AUTOR VERDADERO de la Biblia es el ESPÍRITU SANTO. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (II Timoteo 3:16,17).
Siendo el Espíritu Santo el AUTOR DE LA BIBLIA, no es maravilla que la Biblia sea llamada LA ESPADA DEL ESPÍRITU. Es evidente que esta obra del Espíritu Santo YA SE CONCLUYO. La obra de revelación del mensaje divino que comenzó cientos de años antes de la venida de Cristo se CUMPLIÓ totalmente durante las vidas de los apóstoles de Cristo. Ellos recibieron LA VERDAD COMPLETA que el Espíritu Santo había venido revelando poco a poco a través de los siglos. Ellos fueron los últimos hombres que recibieron revelaciones de Dios y que fueron inspirados por el Espíritu Santo para predicar y escribir el mensaje divino. La Biblia es el fruto de esta obra CUMPLIDA del Espíritu Santo. Ahora LA ESCRITURA es el instrumento del Espíritu Santo para enseñar, redargüir, corregir, instruir en justicia para preparar enteramente al siervo de Dios. Predicadores hoy día no predican con el poder o la inspiración del Espíritu Santo. Predicamos Su Palabra INSPIRADA, la Palabra REVELADA directamente por el Espíritu Santo a los hombres, la Palabra que contiene TODA LA VERDAD. Esta Palabra ESCRITA que predicamos es ahora LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO. El Espíritu Santo ha terminado la obra de REVELAR la Palabra de Dios PERO no ha terminado Su obra de USAR este mensaje divino. Y esto es lo que debemos considerar ahora: la obra del Espíritu Santo POR MEDIO DE LA ESPADA DEL ESPÍRITU, la Palabra de Dios. ¿Para qué usa el Espíritu Santo Su Espada? Es evidente que un instrumento preparado durante tanto tiempo y con tanto cuidado debe tener funciones muy especiales. ¿Cuáles son?
Convence Al Mundo De Pecado
Una de las obras del Espíritu Santo que ha confundido a muchas personas y acerca de la cual hay muchas enseñanzas falsas es la de CONVENCER AL HOMBRE DE PECADO. Cristo, cuando prometió la venida del Espíritu Santo, dijo que el Espíritu convencería al mundo de pecado. "Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8). Pero lo que Cristo no explicó (y lo que muchas veces no se entiende) es cómo el Espíritu iba a llevar a cabo esa obra de tanta importancia. Pero si nosotros investigamos y observamos en las Escrituras cómo los hombres fueron convencidos de sus pecados por el Espíritu de Dios, lo podemos entender.
Sabemos que el Espíritu Santo vino en el día de Pentecostés que siguió la resurrección y ascensión de Cristo. En Hechos 2 encontramos este acontecimiento en el día de Pentecostés. En aquel día el Espíritu Santo vino y empezó a convencer al mundo de pecado. "Y fueron todos" (es decir los 12 apóstoles) "llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2:4). Así que el Espíritu Santo HABLO en aquel día POR MEDIO DE los apóstoles. Y fue por inspiración del mismo Espíritu que Pedro predicó el primer sermón sobre el evangelio de Cristo a aquellos hombres pecadores (lea Hechos 2:14-36). El resultado fue que ellos se convencieron que eran pecadores. "Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37). Pedro NO logró convencer a estos hombres. El Espíritu Santo había empezado a convencer al mundo de pecado. Estos hombres del mundo fueron convencidos de pecado POR el Espíritu Santo en cumplimiento directo de la promesa de Cristo en Juan 16:8. Pero ¿cómo fue efectuada esta obra maravillosa? POR MEDIO DE la predicación de la Palabra de Dios - LA ESPADA DEL ESPÍRITU. El Espíritu Santo obró en aquellos corazones y el resultado fue que se compungieron de corazón. Entonces estaban dispuestos a escuchar las instrucciones de Dios. Pero esta obra del Espíritu Santo en el corazón del pecador no es algo misterioso ni místico. No lo hace directamente sino POR MEDIO DE LA PALABRA PREDICADA. Muchas personas creen y enseñan que el Espíritu Santo le tiene que tocar el corazón de alguna manera que no se puede explicar para que uno se humille. Es cierto que el Espíritu tiene que obrar en uno para que se humille PERO lo hace sencillamente por medio de SU ESPADA - SU INSTRUMENTO - SU PALABRA enseñada por los hombres que son siervos de Dios. En el día de Pentecostés el Espíritu Santo actuó sobre los corazones de todos para convencerles de pecado, pero lo hizo POR MEDIO DE LA PALABRA PREDICADA. Bien dice la Escritura que "se compungieron de corazón". ¿Por qué? Porque reconocieron que eran culpables de pecado. ¿Cómo fueron convencidos de pecado? POR LO QUE OYERON. "AL OÍR ESTO, se compungieron de corazón", dice la Biblia. El Espíritu Santo no hizo NADA en el corazón de ninguno de ellos sino POR MEDIO DE LA VERDAD DE DIOS QUE LES FUE ENSEÑADA en aquel día. Así obró el Espíritu en aquel día y así obra hoy día. Convence al mundo de pecado por medio de SU ESPADA: LA PALABRA DE DIOS. Por tanto, si el mensaje de Cristo no es suficiente para convencer a una persona de pecado, que no esté esperando que el Espíritu Santo vaya a obrar milagrosamente en él para que se sienta compungido y llamado, porque NO LO VA A HACER. Las personas (y hay muchas) que están esperando que el Espíritu les toque el corazón antes de obedecer el evangelio de Cristo. EN VANO ESPERAN. Ya les está tocando por medio de la Palabra del Señor. Lo único que falta es que abran el corazón a esta Palabra para creer y obedecer a Dios en humildad - COMPUNGIDOS DE CORAZÓN POR LO QUE HAN OÍDO DE LA PALABRA DE DIOS -- LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO.
Aprendemos lo mismo al estudiar el discurso de Esteban a algunas personas que no fueron tan receptivas. El les explica que cuando resistieron la predicación de los profetas de Dios, estaban resistiendo al ESPÍRITU SANTO. Es decir que al no ser convencidos por la predicación de la palabra de Dios, no podían ser convencidos por el Espíritu Santo y por tanto iban a perder sus almas. "¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre AL ESPÍRITU SANTO; como vuestros padres, así también vosotros. ¿A cuál de los PROFETAS no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis. Oyendo estas cosas se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él" (Hechos 7:51-54). Ellos como sus padres estaban resistiendo al Espíritu Santo por rechazar el consejo de Dios cuando "OYENDO ESTAS COSAS SE ENFURECÍAN". Fíjese bien que en ese caso el Espíritu Santo NO LOGRÓ que estos hombres se convirtieran. Trató de obrar en sus corazones EXACTAMENTE como había hecho en el día de Pentecostés. Pero en este caso, "AL OÍR ESTO", en vez de compungirse de corazón, se ENFURECÍAN en sus corazones. Cuando ellos resistieron la predicación de Esteban ESTABAN RESISTIENDO AL ESPÍRITU SANTO. No había más que el Espíritu podía hacer. No les iba a obligar a humillarse. Cuando la Espada del Espíritu no logra convencer al pecador, no es posible la salvación.
Y es así que el Espíritu hace uso de Su espada, la Palabra de Dios, para llegar a lo más profundo del corazón de todo hombre y así convencerle de pecado. Y con esa espada, el Espíritu eficazmente lleva a cabo su tarea de convencer al mundo de pecado. "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12). ¿Qué instrumento más poderoso y más eficaz podría usar el Espíritu Santo? NO HAY NINGUNO.
El Nuevo Nacimiento
Para ser salvo no basta estar convencido de pecado. Es necesario CREER y SER CONVERTIDO o sea NACER DE NUEVO. Una vida nueva tiene que comenzar. El pecador está muerto, separado de la vida de Dios, por causa de sus pecados. Aunque parece tener vida, el hombre interior - el espíritu del hombre está muerto. Necesita nacer de nuevo. "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados", escribió el apóstol Pablo a los cristianos en Efeso (Efesios 2:1). Este nuevo nacimiento es también OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. Jesús dijo a Nicodemo en Juan 3:5,6: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." El espíritu del hombre tiene que NACER DEL ESPÍRITU SANTO para ser de Dios, para ser salvo.
Tanto en lo material como también en lo espiritual, para que uno nazca, primeramente tiene que ser ENGENDRADO. Es decir que LA SIMIENTE de la vida tiene que ser sembrada. En Juan 1:12,13 aprendemos que para NACER DE DIOS, primeramente hay que ser ENGENDRADO DE DIOS. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" (Juan 1:12,13). El elemento esencial en este proceso es la fe. A los que tienen fe en Jesucristo, Dios da POTESTAD, o sea LA CAPACIDAD, de NACER DE NUEVO como hijos de Dios. NO SON hijos de Dios todavía al no más tener fe, sino que reciben entonces la POTESTAD necesaria para NACER DE NUEVO. El requisito para PODER nacer de Dios es LA FE.
¿Cómo somos engendrados? El apóstol Pablo responde: "Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os ENGENDRE POR MEDIO DEL EVANGELIO" (I Corintios 4:15). No somos engendrados en alguna manera misteriosa, sino sencillamente por medio de LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO: el evangelio de Cristo Jesús. Santiago lo confirma en Santiago 1:18, "Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas." Nuevamente vemos que el Espíritu de Dios obra POR MEDIO DE SU ESPADA, LA PALABRA DE VERDAD, para producir en nosotros UNA VIDA NUEVA. Notamos en Juan 1:12,13 que para ser engendrados de Dios tenemos que creer. ¿De dónde viene esta fe y cómo? "Así que la fe es por el oír, y el oír, POR LA PALABRA DE DIOS" (Romanos 10:17). "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?" (Romanos 10:13,14). Queda bien claro que LA ÚNICA MANERA que las Escrituras conocen para producir una verdadera FE en el ser humano es POR ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS. El Espíritu Santo obra POR MEDIO DE SU ESPADA, LA PALABRA DE DIOS, para producir FE en nosotros. Es por medio de la predicación de la Palabra, NO por acción directa ni misteriosa que el Espíritu Santo produce fe en nuestros corazones. El hombre no puede ser convertido en hijo de Dios por escuchar testimonios personales. El evangelio de Cristo es PODER de Dios para nuestra salvación porque produce en nosotros FE. El hombre no puede nacer de nuevo por medio de la oración. El nuevo nacimiento es la obra del Espíritu Santo por medio del evangelio de Cristo que el hombre pecador debe escuchar, entender, creer y obedecer. Los testimonios, por muchos que sean, de un nuevo nacimiento que se lleva a cabo misteriosamente en lo más profundo del corazón del hombre a través de alguna experiencia emocional NO TIENEN BASE BÍBLICA. El nuevo nacimiento sí es obra del Espíritu Santo, pero NO ES nada misterioso que se hace en secreto. Es posible ÚNICAMENTE por OÍR y OBEDECER el evangelio de Cristo que es LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO. Somos engendrados de Dios cuando SU SIMIENTE: LA PALABRA DE VERDAD es sembrada en nosotros mediante la predicación del evangelio. El apóstol Pedro lo dice claramente: "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, POR LA PALABRA DE DIOS que vive y permanece para siempre" (I Pedro 1:22,23). La simiente incorruptible sembrada en nosotros es LA PALABRA DE DIOS. Cuando nosotros obedecemos esta palabra de verdad RENACEMOS - nacemos de agua y del Espíritu.
En resumen, el Espíritu Santo obra POR MEDIO DE LA PALABRA DEL EVANGELIO para producir en nosotros FE y OBEDIENCIA, un cambio INTERNO, un cambio en nuestra actitud, un cambio en nuestro hombre interior, nuestro espíritu. "Lo que es nacido del Espíritu es espíritu". Y el Espíritu Santo logra este cambio POR MEDIO DE SU ESPADA, LA PALABRA DE DIOS, la simiente INCORRUPTIBLE.
Nacer de agua y del Espíritu (el nuevo nacimiento) claramente se refiere al bautismo en agua. La humilde obediencia de corazón al evangelio de Cristo en el bautismo es el resultado del cambio interno obrado por el Espíritu Santo en nosotros POR MEDIO DE LA PALABRA. Creemos y nos arrepentimos y como resultado OBEDECEMOS de corazón, siendo sumergidos en agua para comenzar una VIDA NUEVA. "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros ANDEMOS EN VIDA NUEVA" (Romanos 6:3,4). La VIDA NUEVA - el resultado del nuevo nacimiento - comienza desde el momento de nuestro bautismo en Cristo. Esta vida nueva es la culminación del proceso que comenzó cuando escuchamos la Palabra del evangelio. Esta Palabra (LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO) produjo FE en nuestro hombre interior. Decidimos CAMBIAR en nuestro espíritu y obedecimos a Cristo en el bautismo en agua. Entonces Dios nos perdonó y nos dio vida nueva, una vida que depende de Dios. Nacimos de nuevo de agua y del Espíritu. Recibimos el don del Espíritu Santo en este mismo momento. "Arrepentios y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" mandó el apóstol Pedro (Hechos 2:38). Los que fueron obedientes nacieron de nuevo aquel día y entraron en la familia de Dios en el mismo día. Sus pecados fueron perdonados. Recibieron el don del Espíritu Santo. Habían nacido de agua y del Espíritu como resultado de la OBRA DEL ESPÍRITU SANTO por medio de SU ESPADA, la predicación de la Palabra de Dios por el apóstol Pedro. Se convencieron de pecado POR LO QUE OYERON. Y nacieron de nuevo, al ser bautizados en Cristo, porque RECIBIERON SU PALABRA (Hechos 2:41). Fueron engendrados por la simiente divina y nacieron de Dios. "Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:41). Eran parte de la iglesia por la cual Cristo se entregó a sí mismo "para santificarla, habiéndola purificado EN EL LAVAMIENTO DEL AGUA POR LA PALABRA" (Efesios 5:26). En este texto tenemos otra referencia al nuevo nacimiento de agua y del Espíritu, logrado POR LA PALABRA DE DIOS. Lea también Tito 3:4-6. Es un solo nacimiento de DOS elementos: el agua y el Espíritu, "el lavamiento de la regeneración y... la renovación en el Espíritu Santo" (Tito 3:5). Estos NO SON SÍMBOLOS. El agua es el agua del bautismo y el Espíritu es simplemente el Espíritu Santo de Dios. Los textos que ya estudiamos lo confirman. Sin estos dos elementos NO HAY NUEVO NACIMIENTO Y NO HAY SALVACIÓN. Sin la obra del Espíritu Santo a través de LA PALABRA (SU ESPADA) no puede haber fe. Sin la obra de fe (el bautismo en agua según Colosenses 2:11-13) no hay vida nueva para nosotros.
Como puede ver, el nuevo nacimiento no es algo misterioso. Es obra del Espíritu Santo en el corazón del hombre a través de la Palabra de Dios. Al oír la Palabra de Cristo la fe nace en el corazón del hombre. Basándose en esta fe, el hombre obedece a Cristo y es bautizado. Sus pecados son perdonados y NACE DE NUEVO. Recibe el don del Espíritu Santo y, con Él, VIDA NUEVA. El hombre no puede ser convertido por escuchar testimonios personales. No puede nacer de nuevo por medio de la oración. El nuevo nacimiento es la obra del Espíritu Santo por medio de Su Espada: la Palabra de Dios a la cual el hombre debe escuchar, entender, creer y obedecer.
La Santificación
La santificación es otra obra importantísima del Espíritu Santo. La palabra "santificar" significa "apartar" o "poner aparte" para algún servicio especial. La santificación del creyente en Cristo Jesús es el proceso por el cual uno es apartado del mundo y su iniquidad y dedicado al servicio de Dios en la iglesia de Cristo Jesús. La santidad de Dios expresa Su separación total de todo pecado. Nuestra santificación es nuestra separación del mundo, del pecado, del hombre viejo con toda su iniquidad. Pero esta separación DEL mundo es para que seamos dedicados A DIOS - apartados para un propósito especial, un propósito SANTO. Somos dedicados, consagrados, apartados para la adoración y el servicio de Dios.
El concepto de la santificación de algo (su separación para un propósito sagrado) viene del Antiguo Testamento. En Éxodo 13:2 Jehová dijo a Moisés: "Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es." La consagración, o sea la santificación, es el proceso por el cual algo o alguien llega a PERTENECER A DIOS. El cristiano YA NO ES DEL MUNDO sino DE DIOS (vea Tito 2:11-14; I Pedro 2:9, 10). Compare el pueblo de Israel según el propósito de Dios (Éxodo 19:5,6). El santuario (de la misma raíz hebrea que "santo" y "santificar") era un LUGAR APARTADO, o sea SEPARADO de otros usos y dedicado exclusivamente AL SERVICIO DE DIOS. Ahora el cristiano es este TEMPLO DE DIOS (vea I Corintios 6:19,20; I Corintios 3:16,17; Efesios 2:19-22) dedicado a Su servicio divino. El día de reposo (el sábado) era santo (Éxodo 20:8) o sea SANTIFICADO. El significado de santificar al día de reposo o sea el séptimo día de cada semana era para SEPARAR este día de los demás como un día especial, un día dedicado a Dios. El día de reposo fue un día separado (santificado) de todo negocio material del mundo (Nehemías 13:19-22). Ya no era un día COMÚN sino un día ESPECIAL, un día SANTO, un día dedicado a Dios. Para el cristiano, su vida entera está santificada a Dios (vea Romanos 12:1,2).
La santificación del cristiano no es algo opcional. Es esencial que todo hijo de Dios sea santificado. "Seguid la paz con todos, y LA SANTIDAD, sin la cual NADIE verá al Señor" (Hebreos 12:14). Aquel que no sigue LA SANTIDAD puede estar seguro que no verá al Señor, no tendrá el gozo de la comunión eterna con el Señor. Por tanto, todo cristiano debe entender el proceso de la santificación y estar seguro que se cumple en su vida.
La obra de la santificación, de principio a fin, es obra DEL ESPÍRITU SANTO. El apóstol Pedro nos revela que somos "elegidos según la presciencia de Dios Padre en SANTIFICACIÓN DEL ESPÍRITU, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo" (I Pedro 1:2). El apóstol Pablo les dice a los Tesalonicenses que debemos dar gracias a Dios que El "os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU y la fe en la verdad" (II Tesalonicenses 2:13). Y nuevamente en I Corintios 6:11 nos explica que el lavamiento del pecado, la santificación y la justificación del hombre - todo - es POR EL ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS. "Y esto erais algunos; Mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y POR EL ESPÍRITU de nuestro Dios" (I Corintios 6:11).
Pero el hecho que sea obra del Espíritu Santo NO quiere decir que la santificación sea algo producido en base a la recepción del Espíritu Santo. Algunas sectas enseñan que uno es santificado automáticamente o sea instantáneamente al recibir el Espíritu Santo (lo que algunos llaman la "segunda obra de gracia"). La santificación del cristiano es obra del Espíritu PERO la BASE para esta obra NO ES la recepción del Espíritu SINO LA SANGRE o sea EL SACRIFICIO de Jesucristo. La Biblia enseña claramente que Cristo Jesús hizo POSIBLE nuestra santificación de la misma manera que hizo posible nuestra redención o sea el perdón de pecados: POR MEDIO DE SU SACRIFICIO. "Por lo cual también Jesús, PARA SANTIFICAR AL PUEBLO MEDIANTE SU PROPIA SANGRE, padeció fuera de la puerta" (Hebreos 13:12). Claramente EL MEDIO o sea EL ELEMENTO que logra nuestra santificación es LA SANGRE DE JESUCRISTO. "En esa voluntad somos SANTIFICADOS MEDIANTE LA OFRENDA DEL CUERPO DE JESUCRISTO hecha una vez para siempre" (Hebreos 10:10). Es por este motivo que el apóstol Pablo insiste que Cristo Jesús es para nosotros SANTIFICACIÓN (I Corintios 1:30). Si no fuera por el sacrificio de la sangre del Hijo de Dios, El Espíritu NO podría lograr nuestra santificación porque no habría NINGUNA BASE PARA separarnos del pecado y dedicarnos al servicio de Dios.
Además la Biblia también nos revela que el Espíritu Santo OBRA POR MEDIO DE SU ESPADA, LA PALABRA DE DIOS, para santificarnos. NO ES algo que sucede instantánea NI milagrosamente. NO estamos diciendo que LA PALABRA nos santifica SINO que el Espíritu Santo NOS SANTIFICA POR MEDIO DE LA PALABRA. Jesucristo en Su oración al Padre pidió: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad... Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados EN LA VERDAD" (Juan 17:17,19). Cristo no estaba bajo la ilusión falsa que al venir el Espíritu Santo en el día de Pentecostés y caer sobre los apóstoles que ellos iban a ser santificados milagrosa ni instantáneamente. Sabía que aún los apóstoles tenían que ser santificados POR MEDIO de la palabra de verdad. Y es así con TODO hombre hoy día. Por demasiado tiempo se ha imaginado que por ser la santificación una de las obras del Espíritu Santo, tenía que ser algo que el Espíritu hiciera directamente sobre el corazón del individuo. El Espíritu lo hace pero como es el caso en muchas de Sus obras, lo hace POR MEDIO DE LA PALABRA: SU ESPADA. La santificación no es un sentimiento extraño ni un calor sensacional en el cuerpo por haber recibido el Espíritu Santo. No es un cambio forzado de la voluntad del hombre que de repente se hace posible y hasta FÁCIL por obra directa del Espíritu. Es un cambio de vida que se lleva a cabo por haber entendido y creído la palabra de Dios. Cuando el hombre pecador escucha el evangelio de Cristo y su llamamiento a una vida nueva y luego obedece este mensaje de verdad, empieza a ser santificado o sea apartado del mundo para el servicio de Dios. En cuanto vaya aprendiendo y practicando todas las cosas que Cristo mandó se va progresando hacia la santificación perfecta en el Señor. En todo esto el Espíritu Santo está obrando en uno. Cada vez que lee o escucha la verdad de Dios, el Espíritu está obrando en su corazón por medio de este instrumento divino (la espada del Espíritu) para fortalecerlo y ayudarle a apartarse cada vez más del pecado. Para ver claramente que el Espíritu Santo obra para lograr nuestra santificación POR MEDIO DE LA PALABRA, le invito a considerar el testimonio de los siguientes pasaje bíblicos que claramente señalan la eficacia de la Palabra escrita como instrumento del Espíritu para nuestra santificación o sea nuestro crecimiento en Cristo hasta reflejar la imagen de Dios Mismo en nuestra vida: "Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que POR ELLA crezcáis para salvación" (esta leche claramente es la Palabra) (I Pedro 2:1,2). "Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a LA PALABRA DE SU GRACIA, QUE TIENE PODER para sobreedificaros y daros herencia con todos los SANTIFICADOS" (Hechos 20:32). "Toda la ESCRITURA es inspirada por Dios, y ÚTIL para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, A FIN DE QUE el hombre de Dios sea PERFECTO, ENTERAMENTE PREPARADO PARA TODA BUENA OBRA" (II Timoteo 3:16,17). "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, PARA SANTIFICARLA, habiéndola PURIFICADO en el lavamiento del agua POR LA PALABRA, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese SANTA Y SIN MANCHA" (Efesios 5:25-27). Es de mucha importancia notar que en todos estos versículos se habla de la MANERA en que el Espíritu Santo nos perfecciona, y siempre se aclara que es POR MEDIO DE LA PALABRA. Por ella crecemos para salvación. Por ella recibimos la herencia eterna que pertenece a los santificados. Por ella llegamos a ser perfectos, enteramente preparados para toda buena obra. Por ella somos purificados hasta ser gloriosos, santos y completamente sin mancha. ¿Qué más deseamos? La santificación es otra obra que el Espíritu Santo cumple perfectamente por medio de SU ESPADA, LA PALABRA DE DIOS.
Hay al menos DOS aspectos de la santificación por el Espíritu Santo que debemos tomar en cuenta y entender claramente. (1) Un acto o sea un evento en el cual somos separados del pecado pasado, apartados del mundo que está bajo el dominio del diablo y dedicados al servicio de Dios en el reino de Cristo; (2) un proceso en el cual perfeccionamos la santidad. Por el Espíritu hacemos morir las obras de la carne. Así que la santificación del cristiano es en cierto sentido un evento CUMPLIDO YA desde el momento de su bautismo para perdón de pecados y, al mismo tiempo, en otro sentido es un proceso que dura toda la vida. Parece que esto es lo que el apóstol Pablo tiene en mente cuando escribe "a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los SANTIFICADOS en Cristo Jesús, LLAMADOS A SER SANTOS con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro" (I Corintios 1:2). Los hermanos en Corinto ya habían sido SANTIFICADOS, pero al mismo tiempo Dios les había llamado a SER SANTOS o sea a seguir SANTIFICANDOSE. Encontramos lo mismo en Romanos 6:19-22. Los cristianos en Roma YA habían sido LIBERTADOS DEL PECADO - separados de él cuando fueron bautizados. Pero luego el apóstol Pablo les exhorta a presentar su cuerpo en servicio a la justicia para SANTIFICACIÓN, o sea para tener por fruto LA SANTIFICACIÓN. "Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia" Romanos 6:19). Ya habían sido libertados del pecado, pero todavía su SANTIFICACIÓN dependía de su manera de vivir o sea de presentar sus miembros (su cuerpo) para servir a la justicia. "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto LA SANTIFICACIÓN, y como fin, la vida eterna" (Romanos 6:22).
¿Cómo es santificado el hombre? Claramente POR EL ESPÍRITU SANTO. En el primer sentido el Espíritu Santo logra la santificación del hombre (su separación del pecado y el reino del diablo) cuando respondemos al llamamiento de Dios por medio del evangelio de Cristo. En este sentido los gentiles fueron santificados cuando obedecieron por fe al evangelio de Cristo que el apóstol Pablo les predicó. "Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, SANTIFICADA POR EL ESPÍRITU SANTO" (Romanos 15:15,16). Aprendemos lo mismo en II Tesalonicenses 2:13,14: "Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, MEDIANTE LA SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU y la fe en la verdad, a lo cual os LLAMO MEDIANTE NUESTRO EVANGELIO, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo." Somos llamados POR MEDIO DEL EVANGELIO de Cristo. El Espíritu Santo obra POR MEDIO DE LA PALABRA DEL EVANGELIO. En este caso está obrando para llamarnos DEL MUNDO A LA GLORIA DE DIOS. Nos quiere APARTAR de la corrupción que hay en este mundo PARA el servicio a Dios (o sea LA SANTIFICACIÓN). Así que ESCAPAMOS del mundo POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO POR MEDIO DEL EVANGELIO. Este es el primer aspecto de la SANTIFICACIÓN POR EL ESPÍRITU. El apóstol Pedro confirma que esto se logra POR MEDIO de la Palabra en II Pedro 2:20, "Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, POR EL CONOCIMIENTO DEL SEÑOR y Salvador Jesucristo..." No creo que haya mejor descripción de la santificación que ESCAPAR DE LAS CONTAMINACIONES DEL MUNDO. Y esto se logra POR EL CONOCIMIENTO DEL SEÑOR. Por tanto el hombre pecador es santificado POR EL ESPÍRITU SANTO cuando oye, entiende, cree y obedece LA PALABRA DEL EVANGELIO -- LA ESPADA DEL ESPÍRITU. En EL INSTANTE DE LA OBEDIENCIA el hombre escapa del mundo y es apartado para el servicio de Dios (Romanos 6:17,18).
Pero la santificación lograda en el momento del bautismo y la recepción del don del Espíritu Santo NO ES LA OBRA COMPLETA DE LA SANTIFICACIÓN. Fíjese bien en la exhortación del apóstol Pablo a los "SANTOS" en Corinto: "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de TODA contaminación de carne y de espíritu, PERFECCIONANDO LA SANTIDAD en el temor de Dios" (II Corintios 7:1). Aunque ya habían sido SANTIFICADOS por el Espíritu, les faltaba todavía PERFECCIONAR o sea COMPLETAR SU SANTIDAD PERSONAL, limpiándose de TODA contaminación mundana EXTERNA e INTERNA - de carne y de espíritu. En este sentido la santificación es un proceso que continúa durante toda la vida del cristiano fiel como obra del Espíritu Santo. A esto se refiere el apóstol Pablo en Romanos 8:12,13: "Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis." La santificación por el Espíritu en este sentido es sencillamente HACER MORIR LAS OBRAS DE LA CARNE POR EL ESPÍRITU.
Si investigamos las Sagradas Escrituras encontramos nuevamente que el Espíritu Santo logra este aspecto de nuestra santificación también POR MEDIO DE SU ESPADA, LA PALABRA DE VERDAD. Uno de los pasajes bíblicos más claros con respecto a esta obra de santificación se encuentra en la oración del Señor Jesucristo al Padre celestial a favor de Sus discípulos en Juan 17:14-19. Favor de leer este texto antes de seguir. Fíjese bien que ellos YA NO ERAN DEL MUNDO. Ya habían sido santificados en este sentido. Sin embargo el Señor quería que fueran SANTIFICADOS todavía, es decir que las tentaciones y la maldad del mundo no volvieran a encontrar lugar en ellos. Y ¿cómo pensaba lograr su santificación? POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS. "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad", ruega Jesucristo. "Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean SANTIFICADOS EN LA VERDAD" (Juan 17:17,19). No iban a ser santificados automática ni milagrosamente al venir el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Si tal fuera el caso, Cristo no habría estado preocupado por la santificación de ellos. La santificación de los apóstoles del Señor como todo cristiano es POR MEDIO DE LA VERDAD DE DIOS, LA PALABRA DEL SEÑOR. Por este motivo el apóstol Pedro nos exhorta en I Pedro 2:2, "desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que POR ELLA CREZCÁIS PARA SALVACIÓN." Es por ella que el hombre de Dios es PERFECCIONADO, ENTERAMENTE PREPARADO PARA TODA BUENA OBRA (II Timoteo 3:16,17). Es por medio de la ENSEÑANZA DE LA VERDAD por apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros que los santos son perfeccionados y crece uno para ser varón perfecto (Efesios 4:11-16).
La diferencia entre el cristiano santificado que anda conforme al Espíritu y el pagano que se entrega a la lascivia para cometer toda clase de impureza es LA MENTE o sea EL ENTENDIMIENTO. El cristiano vive en SANTIDAD porque tiene UNA MENTE RENOVADA. Esta es la manera en que el Espíritu Santo influye en nosotros para que vivamos una vida santa. Renueva el espíritu de nuestra mente para que vivamos conforme a LA VERDAD en vez de andar en la vanidad de nuestra mente carnal. Lea con mucho cuidado Efesios 4:17-24; Romanos 12:1,2; I Corintios 2:14; Efesios 2:1-3; Romanos 8:4,5. Así hacemos morir en nuestra vida las obras de la carne POR EL ESPÍRITU (Romanos 8:12,13) por un pensamiento nuevo, una nueva mente instruida y guiada por el Espíritu de Dios POR MEDIO DE LA PALABRA. El Espíritu Santo produce en nosotros una vida santificada CUANDO nosotros somos GUIADOS POR EL ESPÍRITU, es decir cuando SEGUIMOS SUS INSTRUCCIONES (vea Gálatas 5:16-25).
Esto también nos señala que la santificación no es solamente OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. Es también NUESTRA OBRA. La santificación no se logra en el cristiano mientras éste se mantiene PASIVO. La santificación NO ES ALGO QUE NOS SUCEDE por obra del Espíritu. Es algo que LOGRAMOS CON LA AYUDA del Espíritu Santo. De otra manera la exhortación a perfeccionar la santidad (II Corintios 7:1) perdería su sentido natural (vea también I Tesalonicenses 4:3-8; Colosenses 1:21-23; Romanos 8:12,13). Creo que las palabras del apóstol Pablo en Filipenses 2:12,13 expresan claramente la parte humana y la parte divina en nuestra santificación y salvación eterna: "ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:12,13). Nosotros no tenemos en nosotros mismos la voluntad NI la capacidad adecuadas para vivir en santidad. Dios produce tanto el deseo como la fuerza espiritual en nosotros POR SU BUENA VOLUNTAD que aprendemos en el evangelio de Cristo. Pero luego queda en nosotros OCUPARNOS CON TEMOR Y TEMBLOR en obediencia voluntaria y práctica diligente de esta voluntad divina para que con la ayuda de Dios, la obra del Espíritu Santo por medio de la Palabra y el sacrificio de Jesucristo seamos presentados "santos y sin mancha e irreprensibles delante de él" (Colosenses 1:22).
Hay un punto más que debemos considerar brevemente con respecto a la santificación del cristiano. Ser santificado por el Espíritu NO SIGNIFICA que dejamos de cometer todo pecado. Es cierto que el cristiano santificado YA NO PRACTICA el pecado (I Juan 3:9). Pero en esta vida nunca podremos decir honestamente que no hemos pecado (lea I Juan 1:7-10). Fíjese que los cristianos en Corinto YA HABÍAN SIDO SANTIFICADOS (I Corintios 6:11; 1:2) pero muchos de ellos todavía eran cristianos CARNALES (I Corintios 3:1-3), claramente culpables de más que algún pecado. Los santos de Dios están limpios en la presencia de Dios, no porque no cometen ningún pecado, sino porque son limpios en la sangre del Cordero (I Juan 1:7) y así será en el día final (Efesios 5:25-27).
Las Conversiones Del Nuevo Testamento
Si el pecador va a ser convencido de su condición y llevado a la fe y el arrepentimiento, será por la obra del Espíritu Santo POR MEDIO DE LA PALABRA. Si el pecador va a nacer de nuevo por su fe en Cristo y su bautismo en Él, será por la obra del Espíritu Santo POR MEDIO DE LA PALABRA. Y si el hombre inmundo va a ser santificado para el servicio de Dios y la gloria de Cristo, será por la obra del Espíritu Santo POR MEDIO DE LA PALABRA. El Espíritu Santo no hace nada para convertir al hombre más que lo que hace POR MEDIO DE LA PALABRA DEL SEÑOR. No actúa directamente sobre el corazón del individuo SINO POR MEDIO DE LA PALABRA. Esto puede comprobarse si estudiamos todas las conversiones que encontramos en el libro de los Hechos.
En todas las conversiones del Nuevo Testamento, las cuales se encuentran en el libro de los Hechos de los Apóstoles, las personas habían oído la palabra del evangelio y por eso llegaron a tener fe y a obedecer los mandamientos de Cristo para así recibir la salvación de su alma. En ninguna de estas conversiones se nota que el individuo fuera tocado directamente por el Espíritu Santo para que fuera convertido. Pero sí el escritor inspirado nos relata en palabras claras que de una u otra manera TODOS escucharon el mensaje de Dios para ser convertidos en cristianos. He aquí 17 pruebas bíblicas que la conversión del pecador es obra que el Espíritu Santo lleva a cabo SOLAMENTE POR MEDIO DE LA PALABRA DE CRISTO JESÚS. Son 17 casos de conversiones novotestamentarias.
HECHOS 2
"oíd estas palabras" (2:22)
"al oír esto" (2:37)
"Pedro les dijo" (2:38)
"Recibieron su palabra" (2:41)
HECHOS 3:11-4:4
"Pedro respondió al pueblo" (3:12 en adelante)
"hablando ellos al pueblo" (4:1)
"habían oído la palabra" (4:4)
HECHOS 6:7
"crecía la palabra"
"obedecían a la fe"
HECHOS 8:4-25
"les predicaba a Cristo" (8:5)
"escuchaba"(8:6)
"creyeron" (8:12)
"había recibido la palabra" (8:14)
HECHOS 8:26-40
"le anunció el evangelio" (8:35)
"creo" (8:37)
HECHOS 9:1-19
Cristo "le decía" (9:4,5)
"se te dirá lo que debes hacer" (9:6)
El mandamiento (22:16; compare 9:18)
HECHOS 10
"Pedro dijo" (10:34 en adelante)
"te hablará palabras por las cuales serás salvo" (11:14)
"mandó"(10:48)
"que oyesen y creyesen" (15:7)
HECHOS 13:5-12
"anunciaban la palabra de Dios" (13:5)
"deseaba oír la palabra de Dios" (13:7)
“creyó, maravillado de la doctrina del Señor" (13:12)
HECHOS 13:44-48
"para oír la palabra de Dios" (13:44)
"hablando con denuedo" (13:46)
"creyeron" (13:48)
HECHOS 16:13-16
"hablamos a las mujeres" (16:13)
"estaba oyendo y el Señor abrió el corazón de ella" (16:14)
"fue bautizada" (16:15)
HECHOS 16:25-34
"ellos dijeron" (16:31)
"le hablaron la palabra del Señor" (16:32)
"haber creído a Dios" (16:34)
HECHOS 17:10-12
"recibieron la palabra" (17:11)
"escudriñando cada día las escrituras" (17:11)
"creyeron muchos" (17:12)
HECHOS 17:22-34
"Pablo... dijo:" (17:22 en adelante)
"cuando oyeron" (17:32)
"algunos creyeron" (17:34)
HECHOS 18:1-8
"discutía" y "persuadía" (18:4)
"predicación de la palabra, testificando" (18:5)
"muchos... oyendo, creían y eran bautizados" (18:8)
HECHOS 19:1-7
"dijo Pablo" (19:4)
"cuando oyeron esto" (19:5)
HECHOS 19:8-20
"habló" "discutiendo" "persuadiendo" (19:8)
"discutiendo cada día" (19:9)
"Muchos... habían creído" (19:18)
Crecía y prevalecía "la palabra" (19:20)
HECHOS 28:23-29
"les declaraba y les testificaba" (28:23)
"algunos asentían a lo que se decía" (28:24)
"otros no creían" (28:24)
NUNCA DICE QUE EL ESPÍRITU SANTO HIZO ALGO PARA CONVERTIRLES A ESTAS PERSONAS MAS QUE LO QUE HIZO POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS.
Usted, yo y todo hombre que desea recibir la salvación de Dios, debemos ser convertidos a Cristo en la misma manera: por el Espíritu de Dios POR MEDIO DE la palabra, la ESPADA DEL ESPÍRITU.
Algunos dicen que no podemos entender la Biblia sin la ayuda especial del Espíritu Santo. Dicen que necesitamos que el Espíritu obre en nosotros para poder entender y creer lo que la Biblia dice. Pero, ¿es cierto? Un breve estudio del propósito de la Biblia nos mostrará que es por medio de la Espada que el Espíritu nos lleva a un entendimiento de la verdad.
El Propósito De La Biblia
El propósito de la Biblia es revelar a la mente humana en palabras claras, exactas y entendibles la verdad de Dios para que todos los hombres conozcan la voluntad de Dios para sus vidas. La doctrina presentada en la Biblia debe ser leída, interpretada correctamente, creída y defendida. Ella es el esfuerzo de Dios, por medio del Espíritu Santo, de revelar Su Voluntad a los hombres. Si ella no puede ser entendida correctamente, Dios fracasó y el Espíritu Santo es incapaz de iluminar la mente humana con la voluntad divina. Es ridículo decir que el Espíritu Santo no pudo comunicar la voluntad de Dios a los hombres por medio de la Biblia, pero que lo puede hacer por revelación directa. La Biblia ES LA REVELACIÓN DIRECTA DE LA VOLUNTAD DE DIOS EN SU FORMA PERFECTA. Tal es la declaración de las mismas Escrituras inspiradas en versículos que ya estudiamos sobre la inspiración de la Biblia y en otros que enseguida notaremos.
Muchas personas alegan que la división religiosa es prueba que la Biblia no puede ser entendida y especialmente no de igual manera por diferentes personas. Pero la falta no está en la Biblia sino en los hombres. No es que no podamos entender la Biblia, sino que NO QUEREMOS entenderla por diferentes debilidades y tentaciones espirituales que nos llenan de prejuicios y filosofías falsas.
¿Es posible entender el libro de reglamentos para el fútbol profesional? Claro que sí. Si no, todo juego de fútbol fuese un desastre. Y así es el caso con todo deporte. Además, para que se construya una casa, varios individuos tienen que entender cálculos, planos y tener mucho conocimiento técnico. Todo esto viene a través de instrucciones escritas y nadie está diciendo que no se puede entender, aunque es más complicado que el plan que Dios ha revelado en la Biblia para la salvación del hombre. Si vamos al correo para que nos pesen un paquete y nos den el precio del envío, estamos confiando que todos los empleados postales pueden leer y entender los reglamentos postales para darnos el precio correcto. Y si dos empleados nos dieran dos precios diferentes, estaríamos completamente disgustados con ellos porque sabemos que los reglamentos deben entenderse de igual manera por todos los empleados. Nuestro sistema educativo depende de poder entender información e instrucciones de igual manera. Cuando el profesor hace una pregunta objetiva en un examen, está seguro que si los alumnos han estudiado el material que les ha presentado, todos podrán contestar correctamente. Y en ninguna manera va a aceptar varias respuestas diferentes porque solamente una va a ser la correcta. Y así sucesivamente podemos considerar muchas ilustraciones de la vida cotidiana en las cuales se nota la necesidad y posibilidad de entender instrucciones, todos de la misma manera. ¿POR QUE NO VAMOS A PODER ENTENDER LA BIBLIA?
Si los hombres somos capaces de comunicar información de una manera bien entendible, ¿por qué no creemos que Dios puede hacer lo mismo? ¿Será posible que tengamos más fe en los hombres que en Dios? De ninguna manera. Dios tiene la capacidad de darnos un libro de instrucciones sobre la vida que Él quiere que vivamos. Él puede revelarnos en forma escrita Su voluntad para con los hombres de una manera que todos podemos entender. De esto no puede haber duda alguna. Así que el asunto no es preguntar si Dios PUEDE o no sino saber si FUE SU VOLUNTAD hacerlo o no.
Hay solamente dos alternativas. [1] Dios no quiso dar a los hombres un libro de instrucciones que todos podemos entender correctamente. [2] Dios dio a los hombres un libro de instrucciones que todos podemos entender correctamente, pero muchos hombres dejan que sus deseos pecaminosos, su propia voluntad, su orgullo y sus prejuicios cieguen su entendimiento. Y el resultado es el que observamos hoy día: la confusión acerca de la voluntad de Dios. ¿CUÁL DE ESTAS DOS ALTERNATIVAS ES LA VERDADERA? Solamente Dios puede darnos la respuesta, y lo hace en la Biblia Misma.
Según la Biblia, hay 4 cosas que Dios quiere que hagamos con ella. Primero, Dios quiere que leamos la Biblia (lea Efesios 3:3,4; I Corintios 14:37; II Tesalonicenses 2:14,15; Colosenses 4:16). El apóstol Pablo dice, "que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, LEYENDO lo cual PODÉIS ENTENDER cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo" (Efesios 3:3,4). Fíjese que Pablo entendía, POR REVELACIÓN DIRECTA, hasta el misterio de Dios. Y si nosotros leemos su explicación en la Biblia, nosotros podemos tener EL MISMO CONOCIMIENTO que él tenía por revelación. LEYENDO LA BIBLIA, el hombre sincero y sin prejuicios puede entenderla. ES LA VOLUNTAD DE DIOS QUE LEAMOS LA BIBLIA.
Además de ser la responsabilidad del ser humano leer la Biblia, para darse cuenta de la revelación de Dios y su plan para el hombre, es también su deber INTERPRETAR LA BIBLIA CORRECTAMENTE. Ya notamos que PODEMOS ENTENDER LO QUE LA BIBLIA DICE. Y si no la interpretamos correctamente, vamos a ser castigados. Dios no nos va a excusar ni va a mandar una revelación para enseñarnos nuestro error. Si nos equivocamos, no es culpa de la Biblia, sino de nosotros mismos o de los guías ciegos que ciegamente seguimos. El apóstol Pedro escribe en II Pedro 3:15-17 : "Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales LOS INDOCTOS E INCONSTANTES tuerce, como también las otras Escrituras, para su propia PERDICIÓN. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de ante mano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza." Aunque el texto nos declara que hay algunos versículos en la Biblia que son difíciles de entender, no dice que sean imposibles de entender. Además, nos aclara que la causa de la mala interpretación de ellos y de las otras Escrituras es que personas indoctas e inconstantes las tuercen. Claro que un individuo que no es diligente en su estudio de la Palabra de Dios (indocto) o una persona que es inconstante en su vida personal, no puede entender correctamente las Escrituras. Al contrario lo que va a hacer es TORCER sus enseñanzas. El individuo debe ser recto y diligente en su estudio de la Biblia para entenderla correctamente. Pero para los que no son así y como consecuencia tuercen las Escrituras, el resultado es su propia PERDICIÓN. Y los que se dejan engañar por las falsas interpretaciones de ellos serán arrastrados por el error del inicuo a la perdición también. Así que podemos ver claramente que el PROPOSITO DE DIOS es que los hombres INTERPRETEMOS CORRECTAMENTE LA BIBLIA.
Dios también quiere que la Biblia PRODUZCA EN NOSOTROS UNA FE VERDADERA Y CONVICCIONES CORRECTAS DE LA VERDAD DEL SEÑOR. Ella es todo lo que necesitamos y todo lo que Dios nos ofrece para crecer hacia la perfección y la salvación eterna. Según el propósito de Dios, si el hombre hoy día va a creer en Cristo y ser salvo, va a ser por medio de leer o escuchar y entender correctamente la Biblia. Es la única manera que Dios ha proveído. El apóstol Pablo recordó al joven cristiano y predicador Timoteo de esto en II Timoteo 3:14-17: "Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, LAS CUALES te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." Fíjese que el texto nos enseña que la fe, la salvación, las buenas obras del cristiano, la sabiduría, la corrección de los errores de uno, la preparación y la perfección del hijo de Dios todos son posibles POR MEDIO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS. Tal es el propósito de la Biblia. Lea también Romanos 10:17; Juan 20:30,31; II Tesalonicenses 2:15.
El último propósito que Dios tiene en mente para la Biblia y nuestro uso de ella que queremos notar en esta lección es que Dios espera que nosotros DEFENDAMOS las convicciones que hemos formado por medio de la Palabra y específicamente que DEFENDAMOS la doctrina de ella. Esto significa, otra vez, que el ser humano puede entender las enseñanzas de la Biblia y que al no hacerlo, Dios no le bendecirá. Si no fuera así, Dios no podría exigir que defendamos lo que ella enseña. Pero Judas declara: "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3). El apóstol Pablo también nos advierte de la posibilidad de que nos vengan enseñando nuevas enseñanzas y dice que no las debemos permitir (Gálatas 1:6-10; I Timoteo 1:3,4; Romanos 16:17).
Repito que el propósito de la Biblia es revelar a la mente humana en palabras claras, exactas y entendibles la verdad de Dios para que todos los hombres, por medio de ella, conozcan la voluntad de Dios para sus vidas. Si nosotros exigimos una señal o una manifestación más y alegamos que las Escrituras no bastan o que no podemos estar seguros de entenderlas correctamente insultamos la dignidad, el poder y la autoridad de Dios. Para los que siguen en su necedad que no es así, presentamos dos respuesta bíblicas que todos podrán entender fácilmente: [1] El caso de Zacarías cuando recibió el mensaje del ángel de Dios. Hablando del hijo que nacería por el poder de Dios (Juan el Bautista), el ángel dijo: "E ir delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas Y AHORA QUEDARAS MUDO Y NO PODRÁS HABLAR, HASTA EL DÍA EN QUE ESTO SE HAGA, POR CUANTO NO CREÍSTE MIS PALABRAS, las cuales se cumplirán a su tiempo" (Lucas 1:17-20). [2] El caso del rico en el Hades que quiso mandar a advertir a sus hermanos todavía vivos: "Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos" (Lucas 16:29-31).
NO MENOSPRECIEMOS LA PALABRA ESCRITA PORQUE ELLA ES LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO Y EL PODER DE DIOS PARA SALVARNOS DEL PECADO Y PREPARARNOS PARA LA GLORIA ETERNA.
ANTES DE SEGUIR ESTUDIANDO
DEBE CONTESTAR LAS PREGUNTAS SOBRE ESTA SECCIÓN
"LA ESPADA DEL ESPÍRITU"
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