¿El Fruto Del Espíritu En Los Inconversos?
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· 1,824 viewsEl fruto del Espíritu es el beneficio, o sea EL RESULTADO, el fruto de la redención. Uno no es salvo por tener paciencia, por ejemplo. Esto es cierto, a pesar de que la paciencia es fruto del Espíritu (parte del carácter del Espíritu de Dios)
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¿El Fruto Del Espíritu En Los Inconversos?
Hemos aprendido que la más clara evidencia de ser guiado por el Espíritu es llevar el fruto del Espíritu en su vida. Pero no es raro observar ALGUNOS de estos atributos en ciertas personas INCONVERSAS.
¿Cómo podemos explicar esta aparente contradicción?
En primer lugar, hay que tomar en cuenta que estos atributos (el fruto del Espíritu nombrado en Gálatas 5:22,23) NO SON la manera de recibir la salvación. Esto sería la salvación por obras. El fruto del Espíritu es el beneficio, o sea EL RESULTADO, el fruto de la redención. Uno no es salvo por tener paciencia, por ejemplo. Esto es cierto, a pesar de que la paciencia es fruto del Espíritu (parte del carácter del Espíritu de Dios).
Es cierto que este fruto a veces se manifiesta en parte en aquellos que no han sido redimidos. La verdad de Dios es tan poderosa que, al grado que uno sigue las enseñanzas del Espíritu Santo (si lo sabe o no) al mismo grado se manifiesta en su vida el fruto del Espíritu Santo. Por ejemplo, si uno aprende del amor de Dios manifestado en el sacrificio de Su Hijo por nosotros, este amor divino va a tener su efecto en la vida de uno. Especialmente si uno luego abre su corazón a este amor, se va a manifestar en la actitud de uno hacia los demás. EL AMOR PRODUCE AMOR. Esto resultará aún en aquella persona que no conoce con exactitud el plan de salvación que Dios ofrece al hombre.
También es muy importante recordar que estos atributos (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, etcétera) NO SON LA ÚNICA NI CONCLUSIVA PRUEBA de tener el Espíritu Santo en nosotros. Si realmente andamos en el Espíritu seremos obedientes en TODO cuanto el Espíritu Santo enseña y manda (incluyendo los aspectos doctrínales de Su enseñanza; vea 1 Juan 4:1,6). Una persona que manifiesta cierto gozo, paciencia y amor definitivamente refleja la INFLUENCIA de Dios en su vida. PERO si esta misma persona NO OBEDECE el mandamiento del Espíritu Santo en cuanto al arrepentimiento y el bautismo para perdón de pecados, NO TIENE EL ESPÍRITU SANTO. Esta obediencia es la única manera de recibir el Espíritu (Hechos 2:38; 5:32).
El Fruto
Debemos entender que los frutos del Espíritu NO SON MANDAMIENTOS sino RESULTADOS. Son los productos naturales de la influencia del Espíritu Santo en la vida del hombre. Si andamos en el Espíritu o somos guiados por el Espíritu el resultado en nuestra vida será: amor, gozo, paz, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22,23).
La importancia de que se produzca este fruto en nuestra vida debe ser evidente. Si no se produce este fruto en nosotros, esta ausencia es evidencia que realmente NO ESTAMOS BAJO LA INFLUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO. Además si no hay fruto en nuestra vida, estamos en peligro de ser rechazados por el Padre celestial (lea Juan 15:1-8).
El Amor
El primer fruto mencionado en Gálatas 5:22,23 es EL AMOR. Uno de los resultados positivos e inconfundibles de la influencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano es EL AMOR. Pero este amor es muy especial.
Nosotros usamos la palabra "amor" con referencia a muchas diferentes emociones y sentimientos. Hablamos del amor sensual o sea la pasión carnal, el amor de amigos o sea la amistad, el amor entre parientes, el amor a Dios, el amor que tenemos para algún animal, y hasta el amor para ciertas comidas. En todo esto usamos la misma palabra: AMOR. Pero los griegos usaban diferentes palabras para las diferentes clases de amor. La palabra que el Nuevo Testamento emplea en Gálatas 5:22 y en todos los textos que hablan del amor de Dios para con nosotros y el amor que nosotros debemos tener para El y para los hombres es ÁGAPE.
Esta clase de amor es muy especial porque no depende de lo que otra persona es ni de lo que hace. No es un afecto natural. No es lo que sentimos hacia un amigo que nos agrada o nos atrae. Es algo basado en nosotros mismos, no en el objeto de nuestro amor. Decidimos amar a una persona, pero no porque sea amable. Al contrario, es posible que sea muy desagradable en su trato de nosotros. Este es el amor que debemos expresar al ENEMIGO (Mateo 5:44-48).
El amor (ÁGAPE) tiene su origen en DIOS Mismo. "El amor es DE Dios" (I Juan 4:7). Si nosotros vamos a tener esta clase de amor en nuestra vida, tendrá que ser por medio de la INFLUENCIA de Dios en nosotros. Por esto es FRUTO del Espíritu Santo. En cuanto a nuestro amor a Dios la Biblia dice: "Nosotros le amamos a él, PORQUE EL NOS AMÓ PRIMERO" (I Juan 4:19).
Nuestro conocimiento de esta clase de amor depende de conocer el amor de Dios manifestado en la vida y muerte de Jesucristo. "En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros" (I Juan 3:16). Y el poder de este ejemplo es también la verdadera causa de nuestro amor hacia otras personas que necesitan nuestra ayuda: "En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos" (I Juan 3:16). Nuevamente vemos el principio que el amor produce el amor. Cuando sembramos el verdadero amor, el fruto será el mismo. Cuando permitimos que el amor de Dios sea sembrado y cultivado en nuestros corazones, se producirá en nosotros como fruto este mismo amor. Este amor divino es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que Dios nos da (Romanos 5:5).
El verdadero amor resulta de (1) haber nacido de Dios (I Juan 4:7) y (2) conocer a Dios (I Juan 4:7,8). Ya hemos aprendido acerca de la importante obra del Espíritu Santo en nuestro nuevo nacimiento (de agua y del Espíritu) (vea las páginas 28 - 30 del estudio). También hemos aprendido que la revelación de Dios en la Biblia es obra del Espíritu Santo (vea páginas 24-26). Así que la obra del Espíritu Santo en producir este fruto: el amor verdadero en el cristiano es muy evidente en las Escrituras.
No debemos olvidar que este amor no es un mero sentimiento o emoción. Es algo muy práctico. Manifestamos el amor a Dios por nuestra obediencia a Sus mandamientos (II Juan 6; 1 Juan 5:2,3; Juan 14:21-24). Manifestamos el amor a nuestros hermanos por ayudarles en sus necesidades (I Juan 3:17,18). Manifestamos nuestro amor al enemigo cuando hablamos bien de aquel que habla mal de nosotros, cuando hacemos bien al que nos aborrece, cuando oramos por los que nos ultrajan o persiguen y cuando los saludamos con amor (Mateo 5:44-47). 1 Corintios 13:4-7 también nos revela mucho en cuanto a la reacción del amor en diferentes circunstancias. LEA este texto con mucho cuidado y verá que es muy fácil comparar en forma práctica esta descripción del amor en acción con SU vida. Para amar así, necesitamos la ayuda de Dios. Producir esta clase de amor en nosotros es parte de la obra del Espíritu Santo porque el amor es FRUTO DEL ESPÍRITU.
El Gozo
El segundo atributo mencionado como fruto del Espíritu es EL GOZO (CHARA en griego). El gozo, el deleite, el regocijo : todo esto describe uno de los atributos de DIOS MISMO. Es lamentable que casi nunca pensamos de nuestro Dios en estos términos. Cuando pensamos en Dios, casi siempre pensamos en Su gran poder o Su majestad o en términos MUY SERIOS. Pero la Biblia nos revela que Dios siente verdadero GOZO. Aún cuando se habla del Hijo de Dios casi nunca pensamos en Su gozo. Para muchas personas sería casi blasfemia pensar de Jesucristo riéndose. Son muy pocos los cuadros que lo representan riéndose o aún con una sonrisa en los labios. Quizá por esto muchas personas creen que el ser discípulo de Cristo y gozar de la vida sean CONTRADICTORIOS. Pero se equivocan gravemente. EL GOZO verdadero es posible ÚNICAMENTE como resultado de ser guiado por el Espíritu Santo de Dios.
El apóstol Pablo menciona la fe, la esperanza y el amor como tres grandes atributos en la vida cristiana (I Corintios 13:13). Sin duda si hubiera agregado un cuarto atributo, habría sido EL GOZO. El gozo del siervo de Dios es un tema que surge y resurge muchas veces en la Palabra de Dios. Considere las siguientes ocasiones o causas de gozo para el cristiano:
(1) El Señor Mismo (Filipenses 3:1; 4:4; Salmos 35:9; 43:4; Isaías 61:10).
(2) La encarnación de Cristo (Lucas 1:14).
(3) El poder del Señor (Lucas 13:17).
(4) Que Cristo ascendió al Padre (Juan 14:28).
(5) El triunfo de Cristo (Juan 8:56).
(6) Escuchar el evangelio (Hechos 13:48).
(7) La salvación (Hechos 8:39).
(8) Que su nombre está inscrito en los cielos (Lucas 10:20).
(9) Su libertad en Cristo (Hechos 15:31).
(10) Su esperanza (Romanos 12:12; 5:2; Apocalipsis 19:7).
(11) El galardón celestial (Mateo 5:12).
(12) La obediencia y conducta de otros cristianos (Romanos16:19; II Corintios 7:7,9; 13:9; Colosenses 2:5; 1 Tesalonicenses 3:8,9; II Juan 4; III Juan 3).
(13) La proclamación de Cristo (Filipenses 1:18).
(14) La siega del evangelio (Juan 4:36).
(15) Sufrir con Cristo (Hechos 5:41; 1 Pedro 4:13).
(16) Sufrir en la causa del evangelio (II Corintios 13:9; Filipenses 2:17; Colosenses 1:24).
(17) En persecución, pruebas y aflicciones (Mateo 5:12; Lucas 6:23; 11 Corintios 6:10; 1 Pedro 1:6,8).
(18) La manifestación de la gracia (Hechos 11:23).
(19) La reunión con otros cristianos (I Corintios 16:17; Filipenses 2:28).
(20) Recibir manifestaciones de amor y comunión cristiana (Filipenses 4:10).
(21) El gozo de otras personas (Romanos 12:15; 11 Corintios 7:13,16).
(22) La fe produce gozo (Romanos 15:13; Filipenses 1:25).
Como puede ver, no se trata de un gozo superficial que depende de las circunstancias de la vida, sino de algo que es parte del carácter de uno. El gozo del cristiano no se encuentra en cosas materiales y pasajeras que cambian de un momento para otro. Su fuente es Cristo Jesús. El gozo verdadero es fruto del Espíritu Santo.
La Paz
La base fundamental para tener paz en su vida es estar seguro que Dios nunca le va a abandonar. Esta fue la base de la paz de Cristo Jesús cuando fue abandonado por Sus apóstoles, negado por uno de ellos, traicionado por otro, falsamente acusado por los jefes de la nación que vino a salvar. "He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis SOLO; mas NO ESTOY SOLO, porque EL PADRE ESTÁ CONMIGO" (Juan 16:32). Luego nos promete que nosotros podemos tener esta misma confianza EN ÉL. "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). Esta es la paz que Cristo nos ofrece (Juan 14:27). No está basada en las circunstancias de la vida sino en nuestra relación con Dios por medio de Cristo y la confianza que tenemos por causa de esta relación.
Para los malos (los que desobedecen a Dios) NO HAY PAZ (Isaías 48:22). Aún para los hombres que viven en obediencia a Dios, la paz no es tan fácil lograr. Pero en cuanto aumenta nuestra fe en las promesas de Dios - especialmente la promesa de no abandonarnos nunca - también aumenta la paz. El Espíritu Santo es parte integral de esta promesa, puesto que Dios está con Sus hijos siempre en la persona del Espíritu Santo, nuestro CONSOLADOR (Juan 14:16).
Nuestra paz comienza cuando somos justificados por medio del evangelio de Cristo (Romanos 5:1). Esto sucede en el momento de nuestro bautismo (Romanos 6:3-7). En este momento somos justificados (declarados inocentes) porque nuestros pecados son perdonados. De esta manera - por medio del sacrificio de Cristo - somos reconciliados con Dios y logramos entrada al Padre (lea Efesios 2:14-18). Al mismo tiempo el Consolador, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros (Hechos 2:38; 1 Corintios 6:19,20). Luego cuando crecemos espiritualmente y aumenta nuestra fe y nuestra sabiduría espiritual, aumenta también en nuestros corazones LA PAZ ( Filipenses 4:6,7; Santiago 3:17,18; Colosenses 3:15; Isaías 26:3; Salmos 119:165).
La Paciencia
La palabra "paciencia" en el griego (makrothumia) viene de dos palabras: makros + thumos. Makros = largo. Thumos = temperamento o enojo. Así que makrothumia (paciencia) = de temperamento largo. La paciencia es la capacidad de SOPORTAR personas que nos maltratan. Es sufrir el maltrato o las acciones desagradables de otras personas por largo tiempo sin perder el dominio de su ira o indignación.
Tener paciencia con otras personas no es un atributo natural en el ser humano. Cuesta mucho desarrollar este atributo en su carácter. Podemos dar gracias a Dios que el cristiano tiene la ayuda divina para lograr este fruto en su vida como resultado de la influencia del Espíritu Santo: fruto del Espíritu.
La paciencia es una verdadera bendición de Dios. Si no somos pacientes con los demás en sus errores, flaquezas y su carácter desagradable, ellos robarán toda la felicidad de nuestras vidas. Es imposible evitar personas desagradables e imperfectas. Si nos provocan con facilidad, pasaremos toda la vida enojados, disgustados y quejándonos.
La paciencia se manifiesta claramente en la actitud de Dios hacia el pecador (Romanos 2:4). Esperó con mucha paciencia que los hombres hicieran caso a Su advertencia en el tiempo de Noé (I Pedro 3:20). Manifestó su paciencia en forma muy gráfica en el caso de Saulo de Tarso como ejemplo para todos nosotros de Su clemencia y deseo de perdonarnos (I Timoteo 1:16). El universo material no ha sido destruido todavía por solamente UNA razón: Dios es paciente - esperando que otras almas se arrepientan antes que sea demasiado tarde (II Pedro 3:9-15 )
En el cristiano, la paciencia es el fruto o resultado del crecimiento espiritual (lea con cuidado Colosenses 1:9-11 y vea páginas 105-107 de este estudio). No es opcional sino esencial para heredar las promesas de Dios (Hebreos 6:12). Además, si nosotros no tenemos paciencia para con los demás, Dios no la tendrá con nosotros tampoco según Mateo 18:23-35 ("ten paciencia conmigo"). Y sin la paciencia la iglesia del Señor nunca podrá gozar de la verdadera unidad que Dios desea ver en ella (Efesios 4:2,3). Es de especial importancia en las vidas de aquellos que enseñamos la Palabra (I Tesalonicenses 5:14; II Timoteo 4:2). La paciencia es fruto MUY IMPORTANTE y MUY BENEFICIOSO del Espíritu Santo en la vida del cristiano maduro.
La Benignidad
La palabra "benignidad" (chrestotes en griego) señala aquellos aspectos más tiernos que tenemos en mente al decir que cierto individuo es "buena personan. Se traduce bondad" en Romanos 11:22. En este texto está en contraste con LA SEVERIDAD de Dios. NO es aquella cualidad moral (lo bueno) que se opone a lo malo SINO ser bueno con otra persona en el sentido de ternura, compasión y gracia. En este sentido Dios es BUENO con nosotros cuando nos tiene misericordia en vez de castigarnos severamente (Efesios 2:7; Tito 3:4-7; Lucas 6:35). La benignidad se manifiesta en el cristiano cuando tiene compasión de otra persona y le trata con gentileza y ternura (Efesios 4:32; compare Lucas 6:35,36).
La Bondad
La "bondad" (agathosune en griego) es una cualidad moral: lo bueno en contraste con lo malo. Incluye también aquellas cualidades más estrictas y duras por las cuales el hacer bien a otra persona no es necesariamente por medios tan tiernos.
En este sentido somos buenos cuando no cometemos fornicación o sea cuando vivimos una vida pura. Pero también somos buenos cuando corregimos a un hermano que ha cometido la fornicación. Además somos buenos cuando lo tenemos que reprender y aún cuando nos vemos obligados a apartarnos de él porque no quiere arrepentirse.
Viene de la palabra "bueno" (agathos en griego) que es: aquello que, siendo BUENO EN SU CARÁCTER, también es BENEFICIOSO EN SU EFECTO (vea II Tesalonicenses 1:11; Efesios 5:9; Romanos 15:14).
La Fe
La fe es el resultado directo de oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Vea también las páginas 36-40 de este estudio. Tener fe significa que uno CONFÍA en las promesas de Dios y OBEDECE los mandamientos de Dios (Hebreos 11:1-40). Si estudia este capítulo 11 de Hebreos con mucho cuidado encontrará estos tres principios fundamentales en cuanto a la fe. (1) Se basa en lo que Dios dice. (2) El hombre de fe confía en lo que Dios promete aunque no parezca razonable. (3) El hombre de fe obedece los mandamientos de Dios. No es posible separar la fe bíblica de las obras de obediencia (Santiago 2:14-26).
La Mansedumbre
La mansedumbre (prautes en griego) es esencialmente LA FUERZA BAJO CONTROL O DOMINIO. Un caballo manso es un caballo DOMADO. No es un caballo débil. El caballo manso todavía tiene su fuerza natural, pero esta fuerza se ejerce bajo el control del amo. La mansedumbre NO ES cobardía ni debilidad. Jesucristo dijo: “Soy MANSO" (Mateo 11:28,29).Cuando entró en Jerusalén pocos días antes de Su muerte la Biblia dice: "He aquí, tu Rey viene a ti, MANSO y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga" (Mateo 21:5). PERO luego este Rey MANSO entró "en el templo de Dios y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas" (Mateo 21:12). ¿Cuántos cobardes débiles conoce usted que harían tal cosa? NINGUNO, por supuesto. Cristo tenía fuerza pero la mantenía bajo el control o sea el dominio de la voluntad de Dios.
La actitud del manso hacia Dios es una de SUMISION. El manso acepta las instrucciones de Dios y las practica (lea Santiago 1:21). Para el cristiano, la mansedumbre se manifiesta aún en la forma de instruir a los demás como también en la manera en que corrige los errores doctrinales, morales y espirituales de otras personas, sean hermanos en Cristo o amigos nuestros. El manso nunca va a hablar a otra persona en un tono sarcástico y pésimo. Llega con ternura, con el deseo y el propósito de ayudar en vez de sencillamente criticar y dejar desanimado o peor encolerizado al otro. Se considera y sabe que él mismo pudiera cometer quizás los mismos errores o peores y por tanto, no juzga injusta ni duramente. "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que CON MANSEDUMBRE CORRIJA A LOS QUE SE OPONEN, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapar del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (II Timoteo 2:24-26). "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de MANSEDUMBRE, CONSIDERÁNDOTE A TI MISMO, no sea que tú también seas tentado" (Gálatas 6:1). El manso reconoce lo delicado que es tratar el problema del pecado en la vida de otro cristiano. Si nosotros no actuamos con mansedumbre, fácilmente podemos desanimar al hermano que estamos tratando de animar.
La mansedumbre es la fuerza de carácter bajo control. Es el dominio de los deseos, el ánimo, los intereses y todo impulso por la voluntad divina. Este control resulta en gentileza, ternura y la falta completo del egoísmo.
La Templanza
La templanza (enkrateia en griego) es la MODERACIÓN de los apetitos. Es lo que comúnmente llamamos el dominio propio. Viene de dos palabras griegas: en + kratos = en + poder. Se refiere al poder que ejercemos sobre todos los apetitos, anhelos y pasiones de la vida.
La templanza es parte del mensaje que el apóstol Pablo predicó a Félix (Hechos 24:25). Es uno de los atributos esenciales en el crecimiento espiritual - algo que tenemos que aprender y practicar para asegurar nuestra salvación eterna (II Pedro 1:6-11; vea también I Corintios 9:25-27). La falta de este fruto del Espíritu significa la destrucción inevitable de nuestras vidas (lea Proverbios 25:28).
Conclusión
¿Abunda el fruto del Espíritu en su vida? Cada cristiano debe hacer un examen cuidadoso del fruto que se está produciendo en su vida. Si su vida no se caracteriza por el fruto del Espíritu que hemos estudiado, puede estar seguro que no está permitiendo la debida influencia del Espíritu Santo en su vida. Si el fruto es malo, algo anda mal en el árbol - algo muy peligroso. "Todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego" (Mateo 7:17-19). Tenga cuidado con su vida. Siga las instrucciones del Espíritu en la Palabra. Abra su vida a la ayuda de Dios. Sométase al Señor y Dios le bendecirá con una vida llena del FRUTO DEL ESPÍRITU.
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