EL FRUTO DEL ESPÍRITU

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EL FRUTO DEL ESPÍRITU
Introducción
En la última lección aprendimos que el cuerpo del cristiano es algo muy especial. Es el templo del Espíritu Santo. Esta verdad tiene mucha aplicación en la vida del discípulo de Cristo. Ya que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, la vida del cristiano debe manifestar aquellas cualidades que están de acuerdo con el carácter y la voluntad del Espíritu. Estas cualidades son lo que el apóstol Pablo llama EL FRUTO DEL ESPÍRITU en Gálatas 5:22,23
El Proceso
La producción de cualquier fruto es un proceso bien conocido:
(1) Hay que sembrar la semilla deseada en buena tierra.
(2) La semilla germina.
(3) Al cuidar esta semilla germinada nace la planta.
(4) Con el cuidado adecuado la planta crece.
(5) Finalmente lleva fruto.
Este mismo proceso es el que se tiene que llevar a cabo para la producción del fruto del Espíritu en la vida del cristiano.
La Semilla
Una de las diferencias principales entre el cristiano fiel y el resto del mundo es la simiente (semilla) que está en él. Es la SIMIENTE DE DIOS. La influencia de esta simiente en la vida cotidiana del siervo de Dios es maravillosa. "Todo aquel que es nacido de Dios, NO PRACTICA EL PECADO, PORQUE la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (I Juan 3:9). Todos cometemos pecado (I Juan 1:8-10), pero si permitimos que la simiente de Dios produzca su fruto en nosotros NO VAMOS A PRACTICAR EL PECADO (o sea permanecer en el pecado). El poder de esta semilla es tan grande que puede eliminar por completo la PRÁCTICA del pecado. Nunca en esta vida podremos decir que no hemos cometido pecado, pero sí podemos dejar de PRACTICARLO.
La semilla en el reino de Dios es LA PALABRA DE DIOS (lea Lucas 8:11; Juan 6:63). Mediante la influencia de la Palabra creemos, obedecemos y nacemos de nuevo en la familia de Dios y mediante esta misma influencia producimos el fruto del Espíritu. Esta Palabra es LA ESPADA DEL ESPÍRITU SANTO (Efesios 6:17). Vea la lección sobre este tema para más información. La Palabra de Dios es el instrumento del Espíritu Santo para Su obra en el cristiano, especialmente en contra de la influencia del diablo y sus siervos.
Pero NO OLVIDE que el Espíritu Santo NO ES UN PODER, NI UNA enseñanza sino UN SER INTELIGENTE Y PODEROSO que vive y obra a favor del cristiano. El es nuestro AYUDANTE permanente en esta vida (Juan 14:16,17). EL produce este fruto en nosotros. El hecho que hace Su obra principalmente a través de la Palabra NO significa que El no esté activando. La espada sin el soldado NO HACE NADA.
Guiado Por El Espíritu - Andar En El Espíritu
Llevar el fruto del Espíritu en su vida es el resultado directo de SER GUIADO POR EL ESPÍRITU SANTO (Gálatas 5:18-25; Romanos 8:4,12-14; vea Colosenses 3:1-14). Cada uno de estos textos presenta el contraste entre andar según la carne /o/ andar según el Espíritu. Léalos con cuidado.
Esta es la decisión fundamental que el cristiano tiene que hacer. Tiene que decidir si va a cumplir la voluntad y los deseos de la carne o el deseo del Espíritu Santo revelado en Su Palabra. La vida de cada cristiano está bajo el dominio de la carne (se manifiesta en hacer las obras de la carne) o está bajo el dominio del Espíritu Santo (manifestado en producir el fruto del Espíritu en su vida).
El fruto del Espíritu en la vida del cristiano es EVIDENCIA que éste anda en el Espíritu, o sea que es guiado por el Espíritu Santo en su vida.
Hay mucha confusión sobre este asunto de ser guiado por el Espíritu Santo o sea de andar en el Espíritu. Realmente es una verdad muy sencilla. El Espíritu Santo nos guía a través de las INSTRUCCIONES QUE NOS DA. Ya hemos aprendido que estas instrucciones completas y perfectas se encuentran EN EL NUEVO TESTAMENTO. Cuando nosotros seguimos estas instrucciones, el Espíritu Santo nos está guiando y PRODUCE EN NOSOTROS como resultado natural de seguir Sus instrucciones: EL FRUTO DEL ESPÍRITU. Según Gálatas 5:16, nosotros tenemos que escoger entre "ANDAR, EN EL ESPÍRITU y "SATISFACER LOS DESEOS DE LA CARNE". Si decidimos satisfacer los deseos de la carne, esta decisión se manifestará en las obras que hacemos: obras de la carne. Pero si decidimos satisfacer los deseos del Espíritu Santo, seremos guiados por el Espíritu (Gálatas 5:16-18) y el resultado en nuestra vida será EL FRUTO DEL ESPÍRITU (Gálatas 5:22,23).
Pero muchas personas, al leer acerca de esto de SER GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO, confunden esta decisión de seguir las instrucciones del Espíritu con LA PROMESA que Cristo dio a los apóstoles en Juan 14:26; 16:13. Pero ser guiado por el Espíritu Santo es algo que NOSOTROS decidimos hacer según Gálatas 5:16-26 y Romanos 8:1-14. Cuando Cristo habló a los apóstoles de LA BENDICIÓN de ser guiados a toda la verdad por el Espíritu, no se trataba de ninguna decisión sino de una promesa que iban a recibir, algo muy distinto. La promesa que Cristo les dio fue sencillamente que el Espíritu Santo les iba a REVELAR TODA LA VERDAD.
Nosotros beneficiamos del cumplimiento de esta promesa PERO no somos los recipientes de ella. Considere, por favor, la siguiente evidencia:
(1) Esta promesa fue dada durante la Cena con los apóstoles. Se dirigió directamente a ELLOS (Juan 13:1-2; Mateo 26:20-25).
(2) El Espíritu Santo les iba a recordar de lo que Jesús les había dicho personalmente. ¿Estuvo usted con El? (Juan 14:26)
(3) ¿Tiene usted alguna memoria inspirada y, por tanto, PERFECTA de lo que Jesús dijo? Esta es la bendición que los apóstoles recibieron. Si alguno realmente recibe esta promesa, la tiene que recibir tal como se dio. ¡Vamos con la prueba¡
(4) Se trata de aquellos que estuvieron con Cristo desde el principio de Su ministerio. Estos pudieron dar testimonio (Juan 15:26,27; vea Hechos 1:21,22,26).
(5) Si los apóstoles recibieron TODA la verdad, nosotros NO PODEMOS recibir NUEVAS verdades hoy día por obra del Espíritu Santo (Juan 16:13).
(6) Incluyó predicciones futuras (Juan 16:13). Si alguno realmente recibiera esta promesa, tendría la capacidad de conocer de antemano eventos futuros (sin equivocarse).
Nosotros somos guiados por el Espíritu Santo CUANDO ESCUCHAMOS SU VOZ = Su verdad perfecta = LA PALABRA DE DIOS.
Ser guiado por el Espíritu significa PENSAR EN LAS COSAS DEL ESPÍRITU (Romanos 8:5), andar conforme a las cosas del Espíritu (Romanos 8:4), ocuparse de las cosas del Espíritu (Romanos 8:6), vivir según las cosas del Espíritu (Romanos 8:9), hacer morir en su vida las obras de la carne (Romanos 8:13). ¿Cómo conocemos estas “COSAS" del Espíritu Santo? Sencillamente POR LA REVELACIÓN QUE EL DIO POR MEDIO DE LOS APÓSTOLES Y PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO (lea con cuidado I Corintios 2:10-16).
Fíjese en la confusión que resulta de la falsa interpretación de la guía del Espíritu Santo: En Septiembre de 1948 una joven de 23 años relató cómo su hermana de 18 años caminó en el río hasta que el agua le cubrió casi toda la cabeza PORQUE “FUE GUIADA POR EL ESPÍRITU SANTO”. Cuando el juez le preguntó si ella trató de ayudar a su hermana, ella respondió: "Di un paso y fui rechazada por el Espíritu." Su hermana murió ahogada. ¿Fue guiada por el Espíritu Santo? Si no, ¿cómo podemos saber que no fue el Espíritu Santo que le guió a su muerte? Ella definitivamente así pensaba. A menos que la Palabra revelada por el Espíritu Santo en la Biblia, en vez de las impresiones de uno mismo, sea la autoridad final, no podemos saber que ella no fue guiada por el Espíritu de Dios.
Muchas personas piden que el Espíritu Santo les guíe y luego esperan algún impulso interno. Sienten ALGO y lo INTERPRETAN como la guía del Espíritu Santo. En realidad están siguiendo sus propias inclinaciones porque DIOS NO HA PROMETIDO TAL COSA. Estas personas son controladas totalmente por sus emociones y las circunstancias que imperan en el momento en vez del Espíritu Santo. El tiene una voluntad BIEN ESTABLECIDA que no cambia día tras día y la ha revelado EN LA BIBLIA.
Las emociones son contagiosas. Muchas personas confunden la emoción del momento con el Espíritu Santo. Algunas personas que no comprenden sus propias emociones se confunden al encontrarse en una reunión religiosa en la cual tocan música animada, la gente grita y alega estar recibiendo el Espíritu Santo. Si el visitante conoce poca Biblia, es probable que sienta alguna emoción y crea que el Espíritu Santo está obrando en él. El predicador alega que el Espíritu Santo está entre ellos. Ya que el visitante siente el deseo de hacer lo que los demás hacen, quiere la aprobación de Dios y quizá de los demás congregados, y siendo que el predicador le insta a no resistir el Espíritu, EL RESULTADO ES el engaño.
Por supuesto la clave para evitar todos estos problemas se encuentra en 1 Corintios 14:37. "Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo SON MANDAMIENTOS DEL SEÑOR.“ No podemos seguir nuestras inclinaciones ni nuestras emociones. La verdadera espiritualidad se ve cuando reconocemos y obedecemos LO ESCRITO EN LA BIBLIA: LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR. Lea también I Juan 4:1,6. Compare la lección sobre "Probando Los Espíritus.
Libre Albedrío
La obra del Espíritu Santo en uno NO pasa por alto el libre albedrío del cristiano. Uno mismo decide seguir la carne y hacer las obras de la carne /o/ seguir al Espíritu Santo y llevar el fruto del Espíritu Santo (vea Efesios 4:30; Gálatas 3:1; 5:7,13-25).
El concepto que tienen muchas personas que cuando uno recibe el Espíritu, Este se apodera de la vida y la voluntad de uno simplemente NO TIENE BASE BIBLIA. Hasta podemos entristecer al Espíritu por no seguir Sus instrucciones (Efesios 4:30). LEA CON MUCHO CUIDADO Gálatas 5:16,17,24,25. Como puede ver, uno hace la decisión de vivir conforme a la voluntad del Espíritu o de satisfacer los deseos egoístas de la carne. si hacemos la decisión de andar en el Espíritu, el Espíritu Santo NOS AYUDA pero NO A LA FUERZA.
Detalles Del Proceso
Hay varios pasajes en el Nuevo Testamento que nos presentan algunos detalles del proceso de crecimiento espiritual que produce el fruto del Espíritu en la vida del cristiano.
En JUAN 15:1-8 aprendemos que hay que permanecer en Cristo ( o sea EN SU PALABRA o Sus enseñanzas) para producir buen fruto.
En II PEDRO 1:2-11 aprendemos que: (1) Participamos de la naturaleza divina mediante el conocimiento que Dios nos da en Cristo (1:2-4). (2) El crecimiento espiritual requiere un esfuerzo diligente de nuestra parte (1:5). (3) No es algo que sucede instantáneamente sino en forma PAULATINA, paso por paso (1:5-7). (4) Es esencial crecer de esta manera si queremos participar en el reino eterno de Cristo (1:8-11).
En COLOSENSES 1:9-12 encontramos los siguientes detalles del proceso de crecimiento que produce el fruto del Espíritu: (1) Hay que ser lleno del conocimiento de la Voluntad de Dios - Su Palabra. Para esto hay que ESTUDIAR LA BIBLIA. (2) Este conocimiento tiene que ir acompañado de sabiduría e inteligencia espiritual. La única manera de recibir esta sabiduría espiritual es por medio de LA ORACIÓN DE FE (Santiago 1:5). (3) Hay que andar como es digno del Señor. Tenemos que PONER POR OBRA lo que hemos aprendido. (4) Tenemos que agradar a Dios en todo. Hay que ESCOGER continuamente entre la voluntad del Espíritu y los deseos de la carne. (5) El resultado es que LLEVAMOS FRUTO en toda buena obra. (6) Como resultado conocemos mejor a Dios y somos fortalecidos con poder para crecer aún más y el proceso continúa.
Finalmente en FILIPENSES 1:9-11, encontramos que: (1) Primero viene la ciencia y el conocimiento de la verdad. (2) Como resultado de este conocimiento bíblico tenemos la capacidad de escoger y aprobar lo mejor. (3) Así logramos una vida pura llena de frutos de justicia.
EN RESUMEN, podemos decir que el fruto del Espíritu Santo se produce en nosotros de la siguiente manera:
1. Cuando estudiamos la Biblia conocemos la voluntad del Espíritu (se siembra la semilla).
1. Cuando oramos por sabiduría recibimos entendimiento espiritual para discernir espiritualmente las enseñanzas del Espíritu.
1. Por medio de este conocimiento y entendimiento espiritual el Espíritu Santo nos fortalece y con un esfuerzo diligente de nuestra parte empezamos a practicar Sus enseñanzas. Decidimos ser guiados por el Espíritu.
1. Poco a poco nuestro carácter va cambiando y empezamos a manifestar el carácter del Espíritu que mora en nosotros.
1. Entre más aprendemos y más cedemos nuestra voluntad a la del Espíritu, se produce más perfectamente en nosotros el fruto del Espíritu. Y al mismo tiempo, al abrir más nuestro corazón a El, el Espíritu nos fortalece más para cumplir la voluntad de Dios.
Resumen
Volviendo a los pasos sencillos que propusimos al principio de esta lección, ahora podemos ver claramente su aplicación en la producción del fruto del Espíritu en el cristiano:
1. Hay que sembrar la semilla deseada (la Palabra de Dios) en buena tierra (el corazón sincero).
2. La semilla germina (la Palabra produce fe en el corazón).
1. Al cuidar esta semilla germinada (la fe) nace la planta (decidimos andar según el Espíritu y ya no según la carne. Somos guiados por el Espíritu.)
1. Con el cuidado adecuado (estudio de la Palabra y oración) la planta crece (el cristiano es fortalecido espiritualmente y empieza a practicar la voluntad del Espíritu).
1. Finalmente lleva fruto (poco a poco empieza a manifestar el resultado de la influencia del Espíritu en su vida por cambios de carácter).
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