Dios no cambia
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Transcript
Dios no cambia
• “Porque yo Jehová no cambio” (Malaquías 3:6).
• “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta” (Números 23:19).
• “Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta” (1 Samuel 15:29).
• “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).
• “Toda buena dádiva y todo don perfecto des ciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (San tiago 1:17).
Verdad #2
Los planes de Dios no han cambiado
• “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria” (1 Corintios 2:7).
• “y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:9–11).
• “… la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9).
• “en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos” (Tito 1:2).
• “sabiendo que fuisteis rescatados de nuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1:18–20).
Conclusión
Como Dios no cambia y los planes de Dios no cambian, Dios siempre ha querido la misma cosa.
Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano (1 Juan 3:11–12).
La necesidad de amar no es sólo una doctrina cristiana. Comenzó antes de la ley de Moisés, en el mismo principio de la creación. Caín trató de amar a Dios. Por lo menos, trajo una ofrenda al Señor. No obstante, era obvio que no amaba a su hermano porque lo asesinó. Por inspiración divina, el apóstol Juan dijo que es imposible amar a Dios sin amar a su hermano. “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso” (1 Juan 4:20).