LA MISIÓN DE LA IGLESIA

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LA MISIÓN DE LA IGLESIA
I. ¿Cuál es la misión de la iglesia?
II. ¿Qué significa misión?
III. El cristianismo es misionero por naturaleza
A. El cristianismo afirma ser la única religión verdadera
B. Desde la perspectiva del cristianismo, toda la humanidad ha pecado y necesita la salvación que ofrece Cristo
C. Cristo, la cabeza de la iglesia, fue el misionero más grande del mundo
IV. Los motivos para las misiones
A. Una comprensión total de lo que tenemos en Cristo y de la necesidad que el mundo tiene de él
B. El mandamiento de Cristo
C. Gratitud por la salvación
V. ¿Quién es el responsable de llevar a cabo la misión de la iglesia?
VI. Métodos para las misiones
A. Selección de lugares para predicar
B. Predicación y oración
C. Pablo estableció iglesias nativas (indígenas)
I. ¿Cuál es la misión de la iglesia?
El propósito de la iglesia se halla expresado clara y brevemente en Mateo 28:19, 20. Tiene dos facetas. Primero, la iglesia va a enseñar a la gente lo relativo a Cristo, crear en ellos la fe salvadora en él y bautizarlos en Cristo (v. 19). Segundo, la iglesia continuará enseñando a estos creyentes hasta que sean fuertes y confirmados en Jesús (v. 20). Esta es la única tarea de la iglesia; la única razón de su existencia. Su misión es traer a los hombres a Cristo e imprimir en ellos la imagen de él. Este programa es mundial, y continuará mientras haya almas perdidas. Podemos decir, entonces, que la misión de la iglesia es la evangelización del mundo.
II. ¿Qué significa misión?
El término más comúnmente usado para el evangelismo es “misiones”. ¿Qué queremos dar a entender con “misiones”? El diccionario define al sustantivo “mision” como: Acción de enviar, encargo, peregrinación que hacen los religiosos predicando el evangelio, comisión otorgada a un diplomático.
La palabra “misiones” no se halla en el Nuevo Testamento, sino que viene del latín “missio” que significa “yo envío”. Un misionero es “uno enviado en misión” y es sinónimo de “apóstol”, del griego “apostello” (yo envío). La palabra “misiones” es el término moderno aplicado al propósito de la iglesia: El evangelismo mundial.
III. El cristianismo es misionero por naturaleza
Las preguntas que más continuamente se hacen son: ¿Por qué mandar misioneros a otros lugares donde ya tienen una religión? ¿Con qué se justifica el hecho de enviar millones en dinero y miles de misioneros para convertir a otros al cristianismo? ¿No sería mejor dejarlos como están y no perturbarlos con una enseñanza nueva? Si el cristianismo es solamente otra religión entre muchas religiones, y si Cristo es un salvador entre muchos salvadores, entonces no hay porque predicar el evangelio. Siendo así, entonces debe haber otros medios de salvación disponibles para ellos.
La justificación para las misiones se basa en la naturaleza del cristianismo. Hay, por lo menos, dos cosas que hacen que el cristianismo sea misionero: Sus afirmaciones y la opinión que tiene de la humanidad.
A. El cristianismo afirma ser la única religión verdadera. Esta pretensión lo puso en conflicto con los romanos del primer siglo, y todavía sigue creando resentimiento entre los incrédulos actuales. Los romanos, quizá, se alegraron de dar al cristianismo un lugar entre las muchas religiones del imperio. Resintieron la exclusividad de la fe cristiana y su indicación de que todas las demás religiones eran falsas.
No hay duda de que el Nuevo Testamento reclama la exclusividad de su mensaje. Jehová no es un dios, sino el unico Dios. Pablo dice en 1 Corintios 8:4: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios”. Jesucristo no es un salvador, sino el único salvador de los hombres. Pedro, hablando de Jesús, dijo en Hechos 4:12: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. De aquí el porqué el cristianismo es misionero.
Si el evangelio es el único mensaje que ofrece vida eterna, ¿por qué, pues, estoy inactivo? ¿puedo gozar mi salvación sabiendo que otros mueren sin esa salvación? ¿no debiera sentir como el apóstol Pablo, cuando escribió a los romanos? “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el envagelio también a vosotros que estáis en Roma” (Romanos 1:14, 15).
B. Desde la perspectiva del cristianismo toda la humanidad ha pecado y necesita la salvación que ofrece Cristo. Salvación significa ser salvado del pecado y sus resultados. Hay la creencia de que el pecado alejó al mundo entero de Dios, corrompió la naturaleza del hombre y trajo condenación y muerte (todos han pecado, Romanos 3:23); y nadie puede salvarse a sí mismo del pecado. Solamente en Cristo puede encontrarse la salvación. Esta convicción fue la fuerza motriz que llevó a los primeros cristianos fuera de su casa y su familia para encararse a la penuria, la persecución y la muerte a fin de llevar este mensaje salvador a los que estaban muriendo en pecado. Estas dos creencias de la iglesia obligan al cristianismo ser misionero.
C. Cristo, la cabeza de la iglesia, fue el misionero más grande de la historia. La tercera razón para las misiones es el ejemplo de Cristo, pues no sólo enseñó y ordenó que hubiera misiones, sino que él mismo fue un misionero, y el más grande. Juan escribió: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4:9). Jesús fue, entonces, un misionero. Fue enviado de los Cielos a la Tierra con un propósito definido. El Señor Jesús dijo: “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Otra vez vuelve a decir: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38). El propósito de Jesús fue el mismo que el de cualquier misionero hoy en día: Fue enviado para salvar a los que estaban perdidos, muertos en delitos y pecados (Efesios 2:1). Cuando hacemos trabajo misionero, continuamos el gran programa que nuestro Señor empezó cuando dejó los Cielos y vino a la Tierra para que la salvación de los hombres fuera una realidad.
IV. Motivos para las misiones
Un motivo es algo que le hace a uno actuar. Es una fuerza que mueve o impele a uno a hacer algo. ¿Cuáles son los motivos naturales para que uno vaya como misionero o envíe a alguien? Hay muchos motivos que impelen al corazón del creyente, pero sólo mencionaremos unos cuantos:
A. Una comprensión total de lo que tenemos en Cristo y de la necesidad que el mundo tiene de él. Cuando un hombre ve a Cristo y comprende verdaderamente lo que él ha hecho, no será feliz sino hasta que haya compartido a Cristo con otros. Cuando uno comprende que no puede vivir sin Cristo, no se podrá tolerar el pensamiento de que hay otros que viven sin él. Después de haber probado el agua de vida, no se puede uno quedar ocioso, viendo a otros morir por falta de esa misma agua. Este es uno de los más grandes motivos para el evangelismo mundial.
Si un cristiano mirará a la cruz del Calvario hasta que se le aclare el sinificado verdadero de lo que hizo Cristo ahi, entonces jamás podría ser egoista con este mesaje de amor.
Este es el mensaje de Juan 3:16: de tal manera amó Dios, que dio a su Hijo para salvar al hombre perdido. Jesús amó y dio su vida en rescate por muchos (Romanos 5:6–8). Nosotros, como hijos de Dios, debemos continuar esta búsqueda hasta que todos nuestros hermanos perdidos sean hallados y llevados salvos a su Padre celestial.
B. El mandamiento de Cristo. Jesús, al mismo tiempo que practicó y enseñó las misiones, también las ordenó. Los cuatro evangelios y el libro de los Hechos de los Apóstoles dan, de una manera u otra, la gran comisión. Mateo 28:18–20 dice:
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Marcos registró esto de una manera más corta: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15, 16). Lucas lo narra así:
Y les dijo: Asi está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto (Lucas 24:46–49).
Juan dice estas palabras: “… Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan 20:21). Y en Hechos 1:8 tenemos esta declaración: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Para uno que nunca ha reconocido la soberanía de Cristo, tal mandato no tiene validez. Sin embargo para el que se ha entregado de todo corazón a la voluntad de Cristo, encontrará el más grande placer en hacer su voluntad. Se regocijará de tener el honor de ser un embajador de Cristo que busca reconciliar al hombre con Dios (2 Corintios 5:18–20).
El creyente debiera obedecer el mandato de Cristo, simplemente porque él es la cabeza de la iglesia, el Señor de los señores y Rey de reyes y debiera considerar un privilegio el obedecerle. Mucha gente cree que el cristianismo puede existir con o sin misiones. Muchos líderes cristianos, simplemente echarán tierra al asunto, diciendo: “No creo en las misiones”. Otros viven como si Cristo nunca hubiera tocado el tema o dado un mandato.
Muchos cristianos se espantan con la sola idea de que alguien quite el bautismo de la gran comisión; mas ignoran a propósito la parte donde Jesús dijo: “Id a todo el mundo” (Marcos 16:15). El mismo Señor que mandó el bautismo, ordenó también que el evangelio fuera llevado a todo el mundo. El hombre no ha recibido el privilegio de obedecer sólo lo que quiera y rechazar lo que no le convenga; y si lo hace, será bajo su propio riesgo.
En su segunda carta a los corintios Pablo habla de la presencia nuestra ante el tribunal de Cristo para dar cuenta de nuestra vida y dice: “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras consciencias” (2 Corintios 5:11). Para Pablo, la predicación del evangelio no fue cuestión de escoger; el Señor lo seleccionó para eso. Conociendo la ira de Dios sobre el desobediente, Pablo temía no obedecer, y así lo manifiesta en 1 Corintios 9:16, diciendo: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” Los cristianos actuales deberían recobrar ese santo temor de Dios y evangelizar el mundo; o enfrentarse a su cólera el día del juicio.
C. Gratitud por la salvación. Los periódicos narraron la historia de un hombre que fue sanado de una terrible enfermedad por cierto médico; y, el antes enfermo, en un esfuerzo por expresar su amor y gratitud hacia aquel médico, alquiló un anuncio grande, a orilla de una carretera principal, y con grandes letras expuso la historia de su sanidad y el nombre del médico.
El pecador, que ha sido sanado de la enfermedad del pecado por la gracia de Dios, debiera decir siempre al mundo que la gracia salvadora se encuentra en Cristo, nuestro gran médico. Este motivo debe ser suficiente como para que se dé impulso a las misiones. Somos salvos para salvar a otros. Pablo dice en Romanos 1:14, 15: “… soy deudor … en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio” (Romanos 1:14–15).
V.¿Quién es el responsable de la misión?
¿Quién es el responsable de llevar a cabo la misión de la iglesia? Jesús dio la gran comisión a los apóstoles; sin embargo no es de ellos, solamente, la obligación. La iglesia primitiva comprendió claramente, que ésta era la tarea de cada cristiano.
Felipe fue uno de los primeros diáconos y llegó a ser excelente predicador, que más tarde recibió el nombre de Felipe el evangelista (Hechos 21:8). Cuando la iglesia fue dispersada fuera de Jerusalén, después de la muerte de Esteban, Hechos 8:4 nos dice: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”. Estos no fueron los apóstoles, ya que ellos permanecieron en Jerusalén (Hechos 8:1), sino miembros de la iglesia. Cada creyente es un predicador, en el sentido real de la palabra. En Apocalipsis se menciona la última gran comisión de Cristo para sus discípulos: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17). Todos los que oyen, en el sentido de creer y aceptar, empiecen a llamar a otros para que vengan al agua de vida.
¿Quién, pues, va a hacer el trabajo misionero? Cada cristiano, como individuo y la iglesia como cuerpo. Todo cristiano debiera darse cuenta de la misión divina, de ir y enviar — debe ir primero a sus vecinos. Tal vez, el Señor lo llame a ir a lugares lejanos. Tal vez no. En este caso, hacer hasta lo imposible por enviar a otros. El Señor, en el día del juicio, no nos preguntará: ¿Qué hizo tu iglesia por las misiones?, sino ¿Qué hiciste tú? Hasta que cada creyente sienta que esto es su responsabilidad personal, el mundo no será ganado para Cristo.
VI. Métodos para efectuar las misiones
Al decir métodos misioneros, nos viene a la mente el libro de los Hechos de los Apóstoles. Con este libro, Dios ha concedido a la iglesia el mejor texto de estudio que existe sobre misiones. Un misionero habla de Hechos como “el manual misionero autorizado de la iglesia”. De todos los libros publicados que se basan en el libro de Hechos, vamos a ver unos pocos métodos mencionados:
A. Selección del lugar. Aparentemente, Pablo no planeó todo el itinerario de sus viajes, sino que dejó que el Espíritu Santo lo guiara; sin embargo, hay una forma de elegir los lugares para la predicación.
Siempre que le era posible, Pablo seguía los caminos romanos. La razón es que sobre esos caminos fluían corrientes de comercio entre una ciudad importante y otra. Pablo escogía la ciudad por su posición estratégica para el comercio, la política y la educación. Antioquía de Siria, por ejemplo, tenía una población de medio millón de habitantes; era la tercera metrópoli del Mediterráneo, y era el asiento del legado imperial de Siria. Era un lugar ideal para que Pablo concentrara sus esfuerzos, y porque la gran influencia de esa ciudad podría llevar el evangelio al resto del mundo.
Chipre, a pesar de ser una isla pequeña, proveyó un excelente punto de partida para la evangelización, porque tiene fácil acceso a tres continentes, y era un centro conveniente para el comercio. Éfeso era la capital comercial y política de la provincia de Asia; aquí estuvo Pablo por tres años, más o menos. Establecía iglesias en puntos estratégicos naturales y centrales, entonces dejaba que las iglesias locales se encargaran de la evangelización de las áreas circunvecinas.
B. Predicación y oración. Cuando Pablo escogía un campo de trabajo, procedía a establecer una iglesia, con predicación y enseñanza (vv. Hechos 14:1; 17:1–3, 17; 18:5; 19:8, 9) y sabía que no había otra forma de que los perdidos fueran salvados, excepto, por medio de la predicación. Pablo dice a los corintios: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1:21). Esta predicación es esencial para producir fe, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). En Romanos 10:14 Pablo expresa la necesidad de predicar, “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Para él, la predicación fue el medio elegido por Dios para traer a los hombres a Cristo y establecer iglesias.
La oración fue otro de los métodos principales usados por Pablo. En todas sus cartas pide oraciones de sus amigos cristianos, y les dice que él también ora por ellos. Pide oraciones para que se extienda el evangelio (2 Tesalonicenses 3:1); por la liberación de los grandes peligros (2 Corintios 1:10, 11); porque los cristianos judíos de Jerusalén acepten las ofrendas de los gentiles (Romanos 15:30, 31); y para que se le dé la oportunidad de predicar el mensaje del evangelio (Colosenses 4:3). Asimismo, asegura a sus convertidos que él ora continuamente por ellos (Filipenses 1:3–5).
Pablo consideró su actividad personal de oración como la fuerza directriz de sus acciones durante su vida. Usó la oración como método; ya que produjo, infaliblemente, resultados positivos para el progreso del reino.
C. Pablo estableció iglesias nativas (indígenas). Por indígenas entiéndase que una iglesia se auto-gobierna, auto-sostiene y auto-propaga.
1. Auto-gobierno. Del estudio de Hechos sabemos que Pablo no estuvo vigilando a la iglesia siempre, sólo lo suficiente para que tuviera guías. Esto se ve en su primer viaje misionero; él y Bernabé establecieron iglesias en Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe; después regresaban confirmando y exhortando a las iglesias, “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hechos 14:23). En Hechos 20 notamos que había ancianos en la iglesia de Éfeso. Tito fue instruido para constituir ancianos en todas las iglesias de la isla de Creta (Tito 1:5). Estos líderes locales continuaron la enseñanza y supervisión de la iglesia, en tanto Pablo iba a otros lugares.
2. Auto-sostenimiento. Este fue el segundo principio seguido por Pablo. Por auto-sostenimiento se entiende que la iglesia local es capaz de hacer frente a sus necesidades económicas. Hay ejemplos de alguna iglesia que presta ayuda a otra cuando ésta está en necesidades; como en el caso de Antioquía, que envió ayuda a Jerusalén (Hechos 11:27–30). Pablo colectó regalos de Asia y Grecia para los pobres de Judea (1 Corintios 16:1, 2; Romanos 15:31); sin embargo, no hay evidencia de que una iglesia haya recibido constantemente dinero de los misioneros para sus gastos regulares.
Pablo instruyó a las iglesias en Galacia a sostener a los que enseñan la Palabra; “el que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye” (Gálatas 6:6). Escribe a Timoteo: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar” (1 Timoteo 5:17). El principio de auto-sostenimiento debiera tener una atención especial hoy en día. Se inflige un daño considerable cuando se deja que la iglesia dependa del dinero de otros, que no sean sus propios asociados, para su supervivencia; no permite a los cristianos nativos que crezcan espiritualmente y que reciban las bendiciones que se derivan de una vida de fe; hace que la iglesia eluda su responsabilidad del trabajo local. Sin embargo, si están bien adoctrinados, y se les responsabiliza de sus propios negocios, van a responder de una manera encomiable. Si esto dio resultado en el primer siglo, puede dar resultado también en el siglo actual.
3. Auto-propagación. Este principio depende, en gran manera, de la práctica de los dos anteriores; porque, cuando una iglesia no se auto-gobierna, ni se auto-sostiene, rara vez se reproduce. Esto se hace notorio en el Nuevo Testamento, por ejemplo en los hermanos tesalonicenses, cuando Pablo les dice: “Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada” (1 Tesalonicenses 1:8). En la mayoría de los casos, los obreros nativos pueden ganar a su propia gente más rápido que los extranjeros. Otra cosa vital que debemos ver es que, cuando Pablo enseñó a las iglesias a evangelizar los poblados vecinos, estaba inmiscuyendo a todos los cristianos en la obra del ministerio, y no sólo a unos pocos obreros asalariados. Esto enseña a toda la iglesia a evangelizar: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11, 12). Y este principio es válido y hasta necesario hoy en día.
Preguntas – La misión de la iglesia
1. El cristianismo es por naturaleza una fe que evangeliza. ¿Por qué?
2. ¿Qué clase de ciudades escogió Pablo para establecer nuevas iglesias?
3. Para usted ¿cuál es el motivo más grande para hacer trabajo misionero?
4. Mencione las tres características positivas de una iglesia nativa:
A.
B.
C.
5. ¿Cómo respondería usted a esta objeción: “La gran comisión fue dada solamente a los apóstoles. Yo nada tengo que ver con ella.”?
6. Defina las siguientes palabras:
A. Misionero
B. Indígena
C. Misión
D. Motivo
E. Comisión
Preguntas de repaso.
1. ¿En qué pasaje bíblico se encuentra el propósito de la iglesia expresado claramente? Aprenda este pasaje de memoria.
2. ¿Qué es la doble misión de la iglesia?
3. ¿Qué es la única tarea de la iglesia — la única razón de su existencia?
4. ¿Qué está haciendo usted actualmente para cumplir la misión de la iglesia? ¿Qué quisiera hacer usted en el futuro?
5. ¿Qué es el término más comúnmente usado para “evangelismo mundial”? ¿Qué quiere decir este término?
6. El término “misiones” viene del latín . ¿Qué significa este término?
7. ¿Qué es un misionero?
8. La palabra “apóstol” viene de la palabra griega,, que significa .
9. ¿Cuáles son las dos cosas principales que hacen que el cristianismo sea misionero por naturaleza?
10. Explique el significado de algunos pasajes que respaldan esta declaración: “El cristianismo afirma ser la única religión verdadera”.
11. ¿Puede usted regocijarse en su salvación sabiendo que otros mueren sin ser salvos? Explique.
12. Aprenda de memoria Romanos 3:23 y 6:23. Explique lo que estos versículos enseñan acerca del pecado y sus consequencias, y la esperanza de salvación que hay en Jesús.
13. ¿Quién fue el misionero más grande de la historia? Escriba algunos pasajes que respaldan su respuesta y explíquelos.
14. Aprenda de memoria 1 Juan 4:9 y Lucas 19:10.
15. Mencione tres motivos para las misiones.
16. “Cuando un hombre ve a y comprende verdaderamente lo que éste por aquél, no será sino hasta que a Cristo con ”.
17. Escriba los nombres de algunas personas que usted quiere ver entregarse a Cristo, y ore que Dios use a usted para traerles a la salvación en Cristo.
18. “Cuando uno comprende que sin , no se podrá tolerar el de que hay otros que viven sin ”.
19. Verdadero o Falso: “Los cuatro evangelios y Hechos dan, de una manera u otra, la gran comisión”.
20. Aprenda de memoria Mateo 28:18–20 y haga un resumen de su mensaje.
21. Aprenda de memoria Marcos 16:15–16 y explique qué enseñan estos versículos acerca de las misiones mundiales.
22. Aprenda de memoria Lucas 24:46–47 y comparta el mensaje que se debe proclamar a todo el mundo.
23. Aprenda de memoria Juan 20:21 y explique cómo este versículo se aplica a usted.
24. Aprenda de memoria Hechos 1:8 y mencione los lugares donde se debe predicar las buenas nuevas.
25. Según 2 Corintios 5:18–20, ¿qué es el “ministerio de la reconciliación”? ¿Cómo es que somos “embajadores de Cristo”?
26. “El creyente debiera obedecer el mandato de Cristo, simplemente porque él es la de la ; el de y de ”.
27. ¿Se puede separar las misiones del cristianismo? Explique.
28. ¿Cómo puede el juicio venidero animar a los cristianos para que obedezcan el mandato de Cristo de proclamar las buenas nuevas por todo el mundo?
29. ¿Sería la gratitud por la salvación un motivo suficiente para proclamar el mensaje de Jesús por todo el mundo?
30. Según Romanos 1:14–15, ¿por qué fue Pablo ansioso a anunciar el evangelio? ¿Tiene usted el mismo deseo de Pablo de anunciar a Jesús a otros?
31. Verdadero o Falso: “La gran comisión se aplica solamente a los apóstoles”.
32. Explique algunos pasajes del libro de los Hechos que comprueban que habían otros además de los doce apóstoles involucrados en predicar las buenas nuevas.
33. ¿Dónde podemos encontrar en las Escrituras la última gran comisión de Cristo a sus discípulos? ¿Cómo se aplica este versículo a usted?
34. ¿Quién es el responsable de llevar a cabo la misión de la iglesia?
35. “Es solamente cuando creyente sienta responsabilidad, es que el va a ser para Cristo”.
36. ¿Cómo convencerá usted a otro cristiano que él es responsable por contarles a otros la historia de Jesús?
37. ¿En qué sentido es el libro de los Hechos “El manual misionero autorizado” de la iglesia?
38. ¿Cuáles son los tres métodos misioneros mencionados en Hechos que se tratan en esta lección?
39. Explique la manera en que el apóstol Pablo escogió lugares en qué predicar durante sus viajes misioneros.
40. ¿Por qué es el predicar el evangelio esencial para establecer nuevas iglesias?
41. Aprenda de memoria Romanos 10:17 y explique cómo el predicar la Palabra de Dios se relaciona con la creencia/fe.
42. Aprenda de memoria Romanos 10:14–15 y explique por qué es esencial enviar a predicadores por todo el mundo para proclamar las buenas nuevas.
43. Verdadero o Falso: “Para Pablo, la predicación fue el medio elegido por Dios para traer a los hombres a Cristo, y establecer iglesias”.
44. Explique el papel que la oración hacía en el ministerio de Pablo.
45. ¿Qué es la diferencia entre una iglesia indígena y una misión sostenida y dirigida por extranjeros?
46. ¿Qué significa el término “auto-gobierno”?
47. ¿Qué evidencia hay en el libro de los Hechos que muestra que Pablo esperaba que todas las iglesias nuevas serían autónomas?
48. Explique el significado del término “auto-sostenimiento”.
49. ¿Cuáles son algunos de los peligros de formar iglesias nativas dependientes de los misioneros extranjeros y su dinero para subsistir?
50. ¿Qué quiere decir el término “auto-propagación”?
51. “Porque, cuando una iglesia no , ni , rara vez ”.
52. Escriba algunos versículos que enseñan que las iglesias del Nuevo Testamento practicaban la auto-propagación y explique el significado de este hecho.
53. Según Efesios 4:11–12, ¿por qué constituyó Dios ministros en las iglesias?
54. ¿Qué es la lección más importante que usted haya aprendido acerca de la misión de la iglesia y cómo puede usted ser más diligente en la obra de la iglesia?
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