EL DAR EN EL NUEVO TESTAMENTO
Sermon • Submitted
0 ratings
· 21 viewsNotes
Transcript
EL DAR EN EL NUEVO TESTAMENTO
I. La verdadera naturaleza del dar
A. Es una gracia
B. Es un acto de adoración
1. Responsabilidad definida
2. Adoración dirigida a Dios
C. Es un acto de amor
II. Razones para dar
A. Para incrementar el trabajo del reino
B. Para crear espiritualidad en el cristiano
1. Una actitud correcta hacia el dinero
2. Inculca la cualidad del desinterés
C. Una contabilidad futura
III. ¿Cuál es la medida de liberalidad cristiana?
A. Dios es el único que puede establecer el límite de la liberalidad
B. Se requiere más del cristiano que del judío
En el Nuevo Testamento, el tema del dar es prominente. Los escritores sagrados tienen más que decir en cuanto al uso correcto o incorrecto del dinero que sobre el bautismo y la Cena del Señor juntos. Una tercera parte de las parábolas del Señor se relacionan con el dinero. Uno de cada seis versos de los evangelios sinópticos tiene relación con el dinero.
I. La verdadera naturaleza del dar
Mucha gente fracasa en dar adecuadamente, porque no comprende su verdadero valor. Una vez que el cristiano sincero entiende cabalmente su actividad y responsabilidad de dar en su vida cristiana, entonces se convertirá en una bendición y un gozo.
A. Es una gracia. En la segunda carta a los Corintios 8:7, Pablo habla del dar como una gracia. “Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia”. El diccionario define “gracia” como “ayuda que nos concede Dios”; “don espiritual”. Hablamos del amor, del gozo y de la paz como dones cristianos; mas Pablo los llama “frutos del Espíritu” (Gálatas 5:22). Estos dones son características o atributos que el Espíritu produce en la vida cristiana.
Una gracia es una cualidad espiritual definida que no es parte inherente del hombre, pero que crece en su corazón motivada por el Espíritu Santo. El hombre, por naturaleza, es egoísta. La primera ley de la vida es la “autoconservación” o “instinto de conservación”. El hombre piensa en sí mismo, en su familia, en sus deseos y necesidades primero. Solamente cuando actúa como Dios quiere, comienza a poner a Dios y a los demás primero que él.
En otras palabras: el hombre aprende a ser desinteresado y a dar, tal como aprendió a hacer otras cosas de la vida cristiana. Cuando un individuo sabe que es incapaz de dar liberalmente, debe orar a Dios para que le ayude a adoptar una actitud correcta hacia su dinero, y poder manejarlo de una manera cristiana. La habilidad de dar amplia y liberalmente, y con la actitud adecuada es una adquisición espiritual, la cual, todos los cristianos debieran luchar por tener.
B. Es un acto de adoración. Muchos cristianos ven en la ofrenda una especie de “mal necesario” para estar al corriente en los pagos. Un predicador dijo un día: “si yo tuviera mi propia forma de ganarme la vida, jamás recogería la ofrenda”. Sin duda, que este predicador no comprendía el verdadero sentido del dar. En vez de ser una molestia, la ofrenda es una forma de adorar a Dios.
Dios exigió que todos los varones judíos asistieran a las tres festividades mayores que se celebraban cada año: Pentecostés, Pascua y los Tabernáculos. Cuando asistieran, dijo Dios: “Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado” (Deuteronomio 16:16b, 17). Estas fiestas fueron parte de su adoración a Jehová. Él esperaba que ellos trajeran una ofrenda proporcional a las bendiciones que hubieran recibido de Dios; la cual era un acto de adoración.
El Nuevo Testamento enseña el mismo concepto. En Hechos 2:42 Lucas narra la adoración de la iglesia primitiva. Junto con la enseñanza, la Cena del Señor y la oración añade “comunión”. Esta misma palabra es traducida “contribución” o “ofrenda” en Romanos 15:26. La palabra “comunión” quiere decir, básicamente, “compartir”. El compartir o dar de la iglesia del Nuevo Testamento es considerado por el Espíritu Santo una adoración a Dios.
Esto queda confirmado en 1 Corintios 16:2, donde Pablo instruye a la iglesia: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”. El mismo día que adoraban a Dios con la oración, el estudio bíblico y la Cena del Señor, lo adoraban también con sus ofrendas. Considerar el dar cristiano como un acto de adoración a Dios es sacarlo de un estado intrascendente al de:
1. Una responsabilidad definida. Muchísima gente ve el dar cristiano como una mínima parte de su responsabilidad cristiana. Los individuos dan según se sientan y cuando es conveniente (pocas veces la gente siente dar de corazón). Dios mandó a Israel que no se presentaran ante él con las manos vacías. El cristiano de hoy debería sentir la misma responsabilidad. Un poeta captó la siguiente idea en este verso:
¿Cómo? ¿Dar otra vez? pregunté con espanto,
¿Y debo mantenerme dando, dando y dando?
Viéndome de arriba abajo, el ángel dijo: Oh, no,
Sólo da hasta que cese de bendecirte el Señor.
2. Una adoración dirigida a Dios. El dar, como un acto de adoración, debe ir dirigido a Dios. Muchos dan para el sostenimiento del predicador, para construir un edificio u otras necesidades; esto sin embargo, es un concepto falso; pues la ofrenda de uno debe ser a Dios. Se puede usar para otros fines, pero en el corazón del oferente debe existir el pensamiento de que es un regalo a Dios.
Otro poeta ha expresado este pensamiento:
Da como puedas al maestro,
Si te topas con su dulce mirada;
Da según puedas de tu entrada,
Como si él mismo tomase tu dinero.
C. Es un acto de amor. El amor es la fuerza motriz más grande en el mundo. Todo servicio cristiano debiera ser motivado por el amor. El dar cristiano debe ser motivado por el amor. Pablo escribió a la iglesia en Corinto y le rogó: “Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos respecto de vosotros” (2 Corintios 8:24). A Dios, lo mismo que al hombre, le gusta una prueba tangible de amor; y el dar nuestro es una manera de demostrarlo. Juan dice: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18). A menudo, podemos hablar más de nuestro amor por Dios por medio de la ofrenda, que por el mero hecho de decir que lo amamos.
Tal vez, sería apropiado que los platillos de la ofrenda fuesen colocados en la misma mesa de la comunión, o sea de la Cena del Señor; ya que en los elementos de la misma podemos ver la más grande evidencia del inmenso amor de Dios por el hombre. Así que, para el cristiano esto debiera ser una mesa de amor.
En resumen: el dar cristiano es una gracia o adquisición que Dios perfecciona en nuestra vida por medio del Espíritu Santo. No es una parte accidental de nuestra experiencia cristiana, sino un acto definido de obediencia y adoración a Dios. Es un acto de amor provocado por el amor de Dios hacia nosotros; y como resultado del amor de Dios en nuestro corazón. Juan lo dijo claramente: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).
II. Razones para dar
A. Para incrementar el trabajo del reino. El hombre vive en un mundo material. Se necesita dinero o riqueza material para llevar a cabo el trabajo de Dios en el mundo. Se necesita dinero para sostener la predicación del evangelio. Pablo encomienda a la iglesia de los filipenses por su generoso sostenimiento a la predicación del evangelio. Ellos le habían enviado ofrendas durante su trabajo en Tesalónica (Filipenses 4:15, 16). Lo sostuvieron cuando predicó en Corinto (2 Corintios 11:9); y más tarde le enviaron un regalo cuando estuvo preso en Roma. Se requiere mucho dinero para cuidar de la viuda, el huérfano, construir templos, enviar misioneros e imprimir biblias y otros materiales literarios. Esto debiera ser una razón obvia para que todos los cristianos den.
B. Para crear espiritualidad en el cristiano. Este propósito es el principal. Alguien pregunta, ¿Por qué demanda Dios nuestro dar? La respuesta es obvia, porque tenemos que ser como él. Es cierto que todo es de Dios; y si él quisiera, podría proveer dinero milagrosamente para todo lo que la iglesia necesita; pero esto no crearía un carácter cristiano en sus hijos, ni éstos serían como él. Todos los requisitos y leyes de Dios son para nuestro provecho. Pablo, cuando insta a los corintios a que den, les recuerda que Dios aumentará los frutos de su justicia, “para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios” (2 Corintios 9:11). Pablo indica en este pasaje que Dios los bendecirá y enriquecerá porque dieron generosamente.
Jesús dice: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). Siempre que un individuo dé para algo, tendrá más interés en ello; porque su dinero representa una parte de su vida. Cuando invierte en algo, entonces, se interesa más por eso. Jesús comprendió el principio de que si un hombre quiere invertir su dinero en el reino de Dios, significa que se ha alcanzado también su corazón para el reino.
Dios quiere al hombre, no su dinero, pero usa el dinero para alcanzar al hombre. En Lucas 16:10–12 Jesús enseña que el dinero es una prueba o método, con el cual Dios determina si el hombre es digno de las bendiciones espirituales o no:
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
En este pasaje el dinero (las riquezas materiales) es representado por las palabras “poco”, “riquezas injustas”, “en lo ajeno”. Las riquezas esprituales son representadas por las palabras “en lo más”, “verdadero”, “vuestro”. Jesús dice que si no hemos sido fieles con nuestra riqueza material, si no la hemos manejado bien, no recibiremos las riquezas verdaderas, que son las espirituales. En otras palabras, cuando aprendamos a manejar correctamente nuestro dinero, Dios nos confiará las más grandes riquezas espirituales que tiene almacenadas para nosotros. De la misma manera, si un cristiano reprueba el examen del manejo de su dinero, Jesús indica que no recibirá las bendiciones celestiales. He aquí un dicho verdadero: usted nunca verá a un hombre espiritual que sea tacaño. La avaricia es el obstáculo que impide que Dios llene nuestra vida de justicia verdadera.
Dios quiere que ofrendemos con la intención de inculcar en nosotros:
1. Una actitud correcta hacia el dinero. El Señor quiere que descubramos el concepto de que el dinero es nuestro esclavo y no nuestro amo. El poeta dijo:
De las profundidades sacado,
De impurezas lavado.
O soy el amo,
O esclavo del humano.
Cuando un cristiano comprende que Dios le da las bendiciones materiales para usarlas para Dios y hacer el bien, entonces, el dinero es su esclavo. El dinero como bendición, puede ser usado de mil maneras, y cuando esto sucede, es esclavo del cristiano; pero cuando el dinero se convierte en el amo, puede resultar en una tragedia. Como ejemplo baste el caso del joven rico de Marcos 10.
2. Inculca la cualidad del desinterés. No hay, quizá, característica más extraña a la naturaleza de Dios que el egoísmo y la mezquindad. Dios nos amó de tal manera que dio a su Hijo. Dios, que nos da ricamente de todo para nuestra alegría, no tiene rastros de egoísmo. Él nos pide que demos para crear ese mismo espíritu en nosotros.
Los ancianos de una iglesia pidieron al predicador que escribiera una carta oficial, diciendo que la iglesia ya no estaba cumpliendo con su presupuesto, y que urgiera a los miembros a dar más generosamente. Así lo hizo y uno de los miembros, en gran manera molesto al recibir la carta, contestó al predicador con una carta muy dura, la que concluyó con estas palabras: “me parece que el todo del cristianismo está basado en solamente dar, dar, dar y dar”.
El predicador, actuando sabiamente, no contestó de inmediato esa carta, sino después de algún tiempo, y después de meditar mucho, escribió a este miembro una nota, diciendo así: “Estimado hermano, gracias por escribirme y darme la mejor definición del cristianismo que he oído — dar, dar, dar y dar”.
Lo más que una persona estudia el cristianismo, tanto mejor comprende que las palabras “amor” y “dar” son inseparables y forman la verdadera base del vivir cristiano.
C. Una contabilidad futura. Jesús dijo: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 16:27). Pablo, haciendo eco a las palabras del Maestro, escribió, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10). El escritor de Hebreos nos recuerda: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Cuando las escrituras dicen que daremos cuenta de todo lo que hayamos hecho en la Tierra, es evidente que Dios examinará nuestro ofrendar junto con los demás actos de adoración cristiana. Dios reprendió a los judíos por su codicia y los acusó de robarle. Cuando ellos le preguntaron en qué habían robado, él les contestó: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas … vosotros, la nación toda, me habéis robado” (Malaquías 3:8, 9).
Pablo, en Colosenses 3:5 habla de la avaricia como idolatría, un pecado muy grave. Es tan serio este pecado que, probablemente, le costó la salvación al joven rico. Es inconcebible que un cristiano que ha recibido de Dios todas las bendiciones imaginables, se vuelva contra él y le robe, restringiendo así las bendiciones materiales que pertenecen a Dios. Eso sería una ingratitud y un robo. Debemos aprender a dar tanto en la proporción como en la actitud y motivo correctos para que no seamos condenados por Dios en el día del juicio.
Por otro lado, al morir, Dios nos confiará las verdaderas riquezas de la eternidad, si hemos sido fieles en el uso de nuestro dinero en la Tierra; entonces oiremos el “bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23).
III. ¿Cuál es la medida de la liberalidad cristiana
Después de haber visto que el dar es una gracia cristiana, y también parte de nuestra adoración a Dios, surgen estas preguntas: ¿Qué tanto debo dar? ¿qué es dar liberalmente?
Se entiende que el hombre es incapaz de establecer el límite de la liberalidad, porque los que dan uno por ciento de sus entradas, piensan que son generosos. Otros dan el veinte por ciento y sienten que están actuando razonablemente hacia Dios. Claro que ambos están equivocados. Esto podría provocar en la iglesia una situación similar a la del Israel antiguo, donde “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 17:6).
A. Dios es el único que puede establecer el límite de la liberalidad. En las Escrituras no existe una cantidad máxima que el cristiano pueda dar. Cuando él se pregunta, “¿qué tanto puedo dar?” el cielo es el límite. Sin embargo, sí nos declara cuánto es lo mínimo que el cristiano debe dar. En la lección diez vimos que el judío, en el Antiguo Testamento daba un primer diezmo para sostener el trabajo del Señor (Levítico 27:30–32; Números 18:21–28). Además dio un segundo diezmo en adoración a Dios (Deuteronomio 12:17–19). El judío justo daba también sus ofrendas aparte del diezmo (Malaquías 3:8).
B. Se requiere más del cristiano que del judío. El Nuevo Testamento invita al cristiano a dar liberalmente (Romanos 12:8); a dar generosa y alegremente (2 Corintios 9:6, 7). Jesús dijo a sus discípulos: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).
Ciertamente Dios no pide menos del cristiano que lo que pidió al judío. Sin duda, el cristiano tiene que empezar con el diezmo y sobrepasarlo, tanto como le dicte su amor hacia Dios, o las necesidades de la vida lo permitan.
Alguien escribió:
“Decir que el principio del diezmo fue abolido en Cristo, es como decir que, mientras en las demás cosas, Cristo fue engrandecido sobre Moisés, en este aspecto fue degradado. Esto suena a un retroceso espiritual del evangelio. Se podría intuir que el evangelio redujo el nivel de liberalidad del hombre hacia Dios: El cristiano con más y mejores bendiciones que el judío, quiera dar menos para beneficio del mundo que el judío dando para Palestina solamente. Es igual que decir que el judío hizo más bajo la ley sin amor, que el cristiano bajo la ley del amor.
Esa adoración sin amor llama mejor sacrificio al hecho bajo la ley, que el de gratitud hecho en el evangelio. Es como si dijéramos que el Sinaí es más fuerte que el Calvario, que el fin es mejor cuando arrea Moisés que cuando Cristo llama amorosamente; y que para beneficio del mundo, con sus idolatrías y pecados, debemos regresar al ‘yugo de esclavitud’ del Antiguo Testamento. Tales pensamientos no podrían sostenerse a la luz de la razón, aunque no hubiera revelación de la Escritura” (John G. Alber, The Principle of the Tithe [El Principio del Diezmo], Lincoln, NE: Reporter Publishing Co., p. 23).
El cristiano tiene un mejor pacto con Dios y le da mayores bendiciones (Hebreos 8:6; 2 Pedro 1:4). Tiene la gran comisión de llevar el evangelio a todo el mundo (Mateo 28:18–20; Marcos 16:15, 16). Las necesidades de la iglesia son grandes y, para satisfacerlas, el cristiano debe dar más que el judío para agradar a Cristo y llevar el evangelio al mundo perdido.
Preguntas – El dar en el Nuevo Testamento
Complete las aseveraciones.
1. 2 Corintios 9:6, 7 “Pero esto digo: el que siembra también segará y el que siembra , generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su : no con ni por porque Dios ama al ”.
2. 1 Corintios 16:2 “Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya guardándolo, para que cuando yo llegue no se entonces ”.
3. Mateo 5:20 “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere que la de los y no entraréis en el de los cielos”.
4. El don es una gracia que .
5. Mencione tres razones del porqué el cristiano debe dar.
A.
B.
C.
6. Hay dos ideas que expresan que dar es un acto de adoración. ¿Cuáles son?
7. Diga todo lo que sepa para demostrar que un cristiano debe dar más bajo la gracia que el judío bajo la ley.
Preguntas de repaso.
1. ¿Por qué fracasa muchagente en dar adecuada mente a la obra del Señor? ¿Ha sido usted culpable de esto?
2. Haga un repaso de 2 Corintios 8:7 y explique cómo el dar es una “gracia”.
3. Cuando una persona sabe que es incapaz de dar liberalmente a Dios, ¿qué debe hacer?
4. “La habilidad de dar y y con la adecuada, es una adquisición espiritual, la cual, todos los cristianos debieran por ”.
5. Explique como el ofrendar es “una forma de adorar a Dios”.
6. Mencione tres fiestas mayores de los judíos.
7. Compare Hechos 2:42 y Romanos 15:26, y explique cómo estos versículos enseñan que el dar o compartir es un acto de adoración a Dios.
8. ¿Cuáles son las instrucciones encontradas en 1 Corintios 16:2?
9. Explique si el ofrendar es una opción o una responsabilidad definitiva para el cristiano.
10. ¿Las ofrendas van dirigidas a la iglesia, a una misión, al predicador o a Dios? Explique.
11. ¿En qué sentido es el ofrendar “un acto de amor”?
12. Aprenda de memoria 1 Juan 3:18 y explique el significado del comentario del libro de texto, “A menudo, podemos hablar más de nuestro amor por Dios por medio de la ofrenda, que por el mero hecho de decir que lo amamos”.
13. Verdadero o Falso: “El dar cristiano es una gracia o adquisición que Dios perfecciona en nuestra vida por medio del Espíritu Santo”.
14. Verdadero o Falso: “El dar cristiano es un acto de adoración a Dios”.
15. Verdadero o Falso: “El dar no es una parte accidental de nuestra experiencia cristiana, sino un acto definido de obediencia y adoración a Dios”.
16. ¿Cómo querría ver las ofrendas suyas incrementar el trabajo del reino?
17. ¿Por qué requiere Dios que ofrendemos?
18. Explique cómo el ofrendar ayudará a crear espiritualidad en el cristiano.
19. ¿Qué es la promesa encontrada en 2 Corintios 9:11 para los que dan con liberalidad?
20. Aprenda de memoria Mateo 6:21 y explique qué enseña este versículo.
21. Explique qué significa el comentario del autor: “Dios quiere al hombre, no su dinero, pero usa el dinero para alcanzar al hombre”.
22. ¿Es el dinero una prueba o método con el cual Dios determina si el hombre es digno de las bendiciones o no? Explique.
23. ¿Cuáles son las verdades espirituales encontradas en Lucas 16:10–12?
24. ¿Qué quiere decir la afirmación, “Dios quiere que ofrendemos con la intención de inculcar en nosotros una actitud correcta hacia el dinero”?
25. ¿En qué manera puede el ofrendar ser una ayuda en inculcar en uno la calidad divina de generosidad?
26. “Lo más que una persona estudia el cristianismo, tanto mejor comprende que las palabras “” y “” son inseparables y forman la verdadera base del vivir cristiano”.
27. Explique el signicado de algunos versículos que enseñan que habrá un juicio futuro.
28. Haga un repaso de Colosenses 3:5 y Marcos 10:17–31 y explique cómo es la relación entre la avaricia y la idolatría, y cuáles son los peligros de estos pecados.
29. Según la Biblia, ¿hay una cantidad máxima que un cristiano puede dar a Dios?
30. Haga un resumen de lo que el judío fue requerido a dar/diezmar en el Antiguo Testamento.
31. Explique el significado de algunos versículos que instan que nosotros los cristianos demos con liberalidad.
32. ¿Por qué se requiere más del cristiano que del judío del Antiguo Testamento?
33. ¿Qué efecto ha tenido esta lección en cambiar la actitud suya en cuanto al ofrendar para avanzar el Reino de Dios?[1]
[1] Sizemore, D. (2002). Lecciones de doctrina bíblica (Vol. 1, pp. 74–80). Joplin, MO: Literatura Alcanzando a Todo el Mundo.