Afanes, turbaciones y la Buena Parte

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Mis amados hermanos damos gracias al Señor por su palabra y por su bondad que nos permitió seguir con esta serie, hoy llegamos al sermón #25 de la serie, recordemos brevemente lo que vimos hasta hoy. Anunciación, cánticos de alabanza y proféticos, llamado de los discípulos, milagros, ejemplo de Cristo (oración y alabanza).
Con la ayuda del Señor hoy veremos el testimonio de dos mujeres las cuales eran creyentes pero con diferentes prioridades. Meditemos acerca de Marta y María.
Lucas 10:38–42 RVR60
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Introducción Contextual

Consideremos que el pasaje en el cual meditamos la semana pasada nos dará luz para poder discernir sobre nuestro pasaje del día de hoy, ya que en resumidas cuentas vimos que un niño es al que se le revela el reino de los cielos y que consecuentemente el hombre desprendido de si mismo es aquel misericordioso que da todo por su prójimo. ¿qué encontramos acá? un patrón de enseñanza sobre la humildad y misericordia el cual nos ayudará a entender (como ya se ha dicho) mejor nuestro pasaje del día de hoy.
Lucas 10:38–42 RVR60
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Dividiremos el pasaje en:
Sentarse, humillarse y escuchar.
Preocupación queja y alejamiento.
Afanes, turbaciones y la Buen Parte
Antes de comenzar a desarrollar nuestro primer encabezado, debemos conocer algunos datos:
La “aldea” de la cual habla en versículo 38 es Betania, la ciudad de estas dos mujeres y su hermano Lázaro el cual el Señor resucitó (Juan 11).
Se cree que la hermana mayor era Marta ya que es ella la quien recibe al Señor.

1. Sentarse, humillarse y escuchar

Esta mujer de la cual habla nuestro texto era la hermana de Marta, esta procedió de una manera poco común en la época en la que es desarrollado este suceso, ya que no se acostumbraba que una mujer esté presente en las enseñanzas de un rabino, pero María obro de una forma de la cual podemos aprender 3 cosas:
Ella se sentó para prestar toda la atención, una posición que denota la importancia que le dio al orador, en este caso el mismísimo Señor Jesús.
Se ubicó a los pies del Señor, el lugar más cercano y propicio para aprender como un verdadero discípulo.
Se concentró en oír sólo las palabras del maestro.
¿Por qué ella obró así?
Porque estaba consciente que el Señor Jesús no siempre estaba con ellos y que ese tiempo que él estuviera en su casa debería pasar todo el tiempo con él.

Aplicaciones

El creyente debe saber que cada vez que La Palabra es leída o predicada debe estar atento, debe sentarse y disponer su corazón a la palabra de Dios, es el momento en el que el Señor Jesús habla para nosotros.
Juan 14:10 RVR60
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
En el momento de la enseñanza, uno debe estar a los pies de la palabra del Señor, no debe ser altivo ni contencioso, sino estar a los pies, el lugar de un verdadero discípulo de Cristo. Esto significa estar humillados ante la Palabra del Señor.
Juan 13:16 RVR60
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
Santiago 4:10 RVR60
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
La concentración es tan importante ya que sin ella uno puede creer que está sentado y humillado pero escuchando a su mente acerca de los placeres, preocupaciones, afanes. Es tan importante prestar toda la atención (inclinar el oído) a la palabra del Señor que si no lo hacemos llegamos hijos desobedientes (Marta) o en el peor de los casos ser reos de muerte.
Proverbios 5:1–14 RVR60
Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia inclina tu oído, Para que guardes consejo, Y tus labios conserven la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol. Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida. Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, Y no te acerques a la puerta de su casa; Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel; No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño; Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído! Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación.

2. Preocupación, queja y alejamiento

Marta presentó un serio problema que desencadenó en ser reprendida. Pero antes, se debe recalcar que en ninguna parte del texto enseña que esta mujer era incrédula, al contrario es ella que confiesa en Juan 11:27 que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios.
De ella advertimos tres cosas, una raíz y 2 el resultado de lo primero.
Su preocupación por muchos quehaceres.
Presenta una queja en tono acusativo contra el Señor por no ser “cuidadoso” con ella, acusando así a Jesús de no ser justo con ella.
Presenta una solución que en su razonamiento era lo mejor, pero que demuestra dónde realmente estaba su corazón, había ignorado que el mismo Mesías estaba en su casa.
Ambos resultados de la preocupación quitan la gloria única que se debe dar al Señor y esa gloria empieza a florecer en el corazón egoísta de Marta (ella era lo que importaba).
Notemos que la preocupación en las cosas terrenales, ya que eso se ve representado en “los muchos quehaceres” no traen nada bueno, en Marta aprendemos que: sobreponer una preocupación por encima de la palabra del Señor nos llevará a quejarnos de lo que vivimos (de nuestra suerte) y a plantear soluciones necias y alejadas de la piedad.
Estos “muchos quehaceres” no eran para necesarios en ese momento, ya que ella debería estar completamente consciente que posiblemente esa sería la única vez que el Señor Jesús estaría en su hogar.

Aplicaciones

Cualquier cosa que lleve nuestro corazón y mente fuera de las palabras de Cristo o nos lleve a ignorar La Palabra del Señor es una preocupación innecesaria. Ahora bien, debemos aclarar lo siguiente:
El ser responsable con la familia, con el trabajo o con los compromisos. Son temas que deben ser tratados en su justa medida.
Pero, hacer de estos la razón de vida, es convertirlos en los muchos quehaceres de Marta. Lo cual en el caso de ella es desobediencia y pronta disciplina, pero en el caso de un incrédulo, es muerte.
Las cosas terrenales son como el veneno de una serpiente, que en pequeñas dosis ayuda a combatir enfermedades como el alzheimer y cáncer, pero en gran dosis es mortal.
Las preocupaciones desmesuradas son la raíz de las quejas y malas decisiones. ¿No vive el mundo así? ¿Debería un cristiano ser igual que el mundo?

Afanes, turbaciones y la Buena Parte

Ahora, El Señor Jesucristo exaltará a una y exhortará a la otra.
En cuanto a Marta, observemos con detenimiento las palabras que recibe de parte del maestro:
Marta, Marta… Una expresión de repetición que nos muestra que lo que iba a decirse es urgente y digno de prestar atención.
Afanada y turbada, es decir no solamente esta concentrada en el problema sino que estaba intranquila por lo que venía haciendo (preocupada y aturdida), y es que ella estaba con muchas cosas en ese momento en el hogar: atención, alimento, hospedaje.
¿Pero ese cuidado que ella tomó para con sus visitantes es malo? No, solamente que ella depreció lo que si realmente importaba en ese momento, esto es: Oír al Maestro.
En cuanto a María, el Señor resalta la elección de ella (siendo ya ella creyente regenerada) en cuanto a “Sólo una cosa es necesaria” Surge la pregunta: ¿Cuál es esa cosa?
La buena parte, es decir estar sentada, humillada y aprendiendo de las palabras de Jesús.
Ahora, ¿Qué es aquello que no se le podía quitar a María? El mensaje de salvación de su corazón. Mientras que todos los afanes terrenales de Marta tarde o temprano terminarían y el Señor le sería quitado de su hogar, pero la Buena Parte que había escogido María estaría en su corazón. Las palabras del Señor.

Aplicaciones

¿Cuáles son los afanes y turbaciones del hombre actual? ¿Será que difiere al del hombre antiguo?
Eclesiastés 1:9 RVR60
¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
Eclesiastés 1:14 RVR60
Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 2:1–11 RVR60
Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
Eclesiastés 12:13 RVR60
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
No seamos necios y dejemos de afanarnos y turbarnos por cosas que son Vanidad.
El mismo Señor Jesús nos enseña que:
Lucas 12:22–31 RVR60
Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
¿Hacemos ello? ¿o nos seguimos quejando de nuestra suerte y procediendo con malas decisiones e ignorando que el Señor tiene cuidado de sus hijos?
El Señor nos insta por medio del Apóstol Pablo a no estar afanados en nada, sino que le llevemos nuestros afanes a Él en oración y ruego.
Filipenses 4:6–7 RVR60
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
María buscó la Buena Parte, el evangelio de salvación en Jesús el salvador del mundo. Ella obedeció de buscar primeramente el reino de Dios. Y fue recompensada con el reconocimiento de Jesús, ¿Crees que el Señor te reconocería por lo que estas haciendo en este momento?
El reconocimiento final a aquellos que están sentados a los pies de Jesús será al final de las edades, cuando su maestro regrese y los encuentre haciendo lo que bien es debido.
Lucas 18:8 RVR60
Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
¿Quieres la Buena Parte? Busca estar lo más cerca de Jesús, oye y apropiate de su evangelio, sólo el tesoro bendito del evangelio jamás caducará.
Mateo 6:19–21 RVR60
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Marta y María eran dos mujeres creyentes pero con distintas prioridades, una afanada y turbada con muchas cosas que tarde o temprano caducarían, pero la otra tranquila y serena sentada en la Buena Parte la que nunca le será quitada. Dos testimonios de creyentes que nos exhortan o animan.

Doctrina Principal

Los afanes y turbaciones del alma, provienen de un corazón desobediente el cual si es creyente está pronta su disciplina, pero si es incrédulo está en condenación porque los afanes y turbaciones son como yunques puestos al cuello que arrastran al infierno.. En cambio, la buena parte es el evangelio de salvación, aquello que no nos puede ser quitado por nadie, ya que nada ni nadie nos separará del amor de Dios que es en Cristo Jesús.
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